A propósito del Filmus-Solá de anoche en «A dos voces»

En el programa opositor de derecha “A dos voces”, que va por la señal de cable TN (que, a pesar de lo mucho que con ello se insistió, aún no ha desaparecido), debatieron el Senador del FPV, Daniel Filmus, y el Diputado del PJ Conservador, Felipe Solá, respecto de las hasta aquí infundadas acusaciones de que el kirchnerismo compra senadores.

Primero lo primero. El senador Rached dice que la noche de la 125 alguien le mandó un SMS ofreciéndole “lo que quisiera”, a cambio de su voto a favor de la postura del gobierno. Pues bien, hasta tanto ese supuesto SMS no aparezca, lo que denuncia Rached es mentira. Y punto. Esa acusación requiere y merece prueba. Si no la hay, pues cae, no hay vuelta que darle. Por otro lado, ¿dos años necesitó Rached para hacer la denuncia?

Pasando, ahora sí, al diferendo Filmus-Solá, la “estrategia” acusatoria de Felipe se basó en repetir hasta el cansancio que hay “senadores que hicieron campaña como opositores” y luego “terminan votando como oficialistas”.

Bastante débil, como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta que es opositor, el fundamento felipista. Se lo derriba muy fácilmente.

Primero, que explique Solá donde está escrito que hay una “forma de votar opositora”, y otra “forma de votar oficialista”.

Luego, que nos cuente donde está escrita la obligación para los legisladores de votar en uno u otro sentido en forma predeterminada. ¿Y el “diálogo y consenso” donde quedó? ¿Ya se  olvidaron de “la posibilidad de llegar a acuerdos”?

Por último, y a cuento de que en algún pasaje de discusión -que Filmus ganó por goleada-, el Diputado bonaerense dijo “la Senadora rionegrina es opositora y vota como oficialista”: ¡Que lástima, para usted Señor Diputado, que se metió en ese terreno! Justo acá encontró un bloguero en condiciones de triturarlo en ese punto. Debió usted, respetable Felipe, haberse asesorado mejor.

La “Senadora rionegrina”, a la cual Solá hizo mención, es María José Bongiorno. Ella llegó al Senado en 2007, como segunda de Miguel Pichetto, y colgada de la boleta que encabezó, como candidata a la Presidencia de la República, Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner. Tras la derrota de 2009, Bongiorno abandonó la bancada senatorial del Frente Para la Victoria. Si Solá fuese consecuente con su postura, eso debería parecerle pésimo, porque aquí la cosa es al revés: Bongiorno “hizo campaña como oficialista” y “votó como opositora”, en el tema adelantamiento de elecciones, Ley de Medios, robo de comisiones.

O está mal para todos, o no está mal para ninguno, póngase de acuerdo, Señor Diputado. E infórmese mejor, también. Porque, además de Bongiorno, hay otros seis senadores en igual situación: el por ahora falso denunciante santiagueño Emilio Rached, los salteños Juan Carlos Romero, Sonia Escudero y Juan Agustín Pérez Alsina, el rionegrino Pablo Verani -estos cinco fueron todos electos en 2007 en la misma boleta que CFK-; y recientemente se ha sumado al grupo la formoseña Adriana Raquel Bortolozzi de Bogado, esposa del vicegobernador formoseño Floro Bogado. Ella ganó su banca en 2005 “como oficialista”, pero desde abril de este año actúa “como opositora” (porque está enojada con Kirchner, por no promover, el Jefe del PJ, a su hijo, Adrián Bogado, como candidato a vice del gobernador formoseño Insfran para 2011, y entonces así se cobra la terrible afrenta: Los caprichos del nene por sobre las instituciones republicanas, mira vos que bien), para terminar renunciando, ayer, a seguir perteneciendo al bloque del Frente Para la Victoria en la Cámara alta (sugestiva fecha de renuncia, siendo lo que por estos días se discute en torno a sus colegas).

Y en igual situación que esos seis senadores, hay dieciséis diputados (Victoria Donda, Daniel Katz, Graciela Caamaño, Gustavo Serebrinsky, Enrique Thomas –el de la ridícula denuncia contra la nueva Ley de Medios-, entre otros).

Por eso, si así lo desea Solá, podemos, sin problemas, someternos a los términos en que él quiere que se manejen las cosas. Entonces, y si las cuentas no le fallan a este comentarista, 38 senadores (mayoría y quórum automáticos garantizados) y 103 diputados deberán, de aquí en adelante, votar “como oficialistas”, acompañar todas y cada una de las propuestas del kirchnerismo.

Si esa es la propuesta, Señor Diputado, no hay ningún inconveniente, Pablo D firma el trato gustosamente. ¿Alguien más acompaña en AP? ¿Quiere eso, Felipe? ¿Está seguro?

P.D.: Suele decir Solá, que él sabe muy bien como “hacerse el boludo”. Piense más y mejor, Señor Diputado, las cosas que dice. Es por su propia conveniencia este consejo que se le da. No vaya a ser cosa que no solo “se haga” el boludo, sino que realmente lo sea, ¿no?

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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17 comentarios en «A propósito del Filmus-Solá de anoche en «A dos voces»»

  1. Que pavada eso de “forma de votar oficialista”.No vi el programa, debió ser seguramente ridículo hablar enn esos términos ¿que es la “forma de votar oficialista”? Kirchner votó a favor del matrimonio civil y Solá también. Por ende ¿Sola fue consecuente con la “forma de votar oficialista”? Simplemente ridículo, se cae ante el primer contraargumento.

    1. No, en ese caso, Solá, que además de todo es el ue pone las reglas del juego no se si sabías, dice que el tema matrimonio gay es «de mala fé mencionarlo». ¿Por qué? Bueno, porque el ha dispuesto que el debate solamente debe ceñirse a temas que él ha definido que «son sensibles para el oficialismo». Filmus le mencionó eso -lo destrozó Filmus, llevó una foto ampliada de la discusión Moreno – Lousteau en el palco en un acto cuando la 125 en la que también se veía a Solá cuando era oficialista-. Era todo muy ridículo, Solá sacadísimo, a los gritos, diciendo que el gobierno hacía chanchadas que el no podía «afirmar, porque no tenía pruebas de ello». Todo muy coherente. Aparte, él era el que acusaba y le decía a Filmus que era él quien tenía que demostrar que no era cierto lo que Solá decía. Disparatado.

      1. si siente muy a gusto en tn, tanto que se siente con el poder de disponer los temas, las pautas, las cosas a debatir qeu segun él son de «buena fe».Me parece que la reunion con Magneto lo habilitó c cnucir el programa «a tres voces»

  2. Lo cual ratifica que el miedo al grupo A era totalmente injustificado…

    y ahora con la ley de glaciares ¿como debe considerarse la ausencia de los diputados supuestamente opositores? porque de hecho jugaron igual que el oficialismo…

    pego del Pagina/12 (en una nota que tiene un tonito burlón que apesta)

    «Las ausencias atravesaron a casi todos los bloques parlamentarios: macristas que cuestionaban los puntos centrales del proyecto, la ex macrista y ahora cobista Cynthia Hotton, radicales como Ricardo Gil Lavedra, peronistas disidentes como el salteño Walter Wayar y el puntano Sergio Pansa, del Frente Cívico catamarqueño, Gerardo Milman del GEN y partidos provinciales. El kirchnerismo, desde que la oposición le quitó la mayoría en las comisiones legislativas, ha tomado como regla que el quórum lo deben conseguir los opositores por sus propios medios.»

      1. quiero decir que cuando se configuró la nueva cámara de diputados, muchos temían por el poder del «grupo A».
        Creo que ese primer momento el grupo ese fue para «marcar un poco el terreno» al gobierno, pero en realidad no había tal unidad de criterio ni mucho menos de acción.

        Y así fue que (recuerdo haberlo comentado en «desdegambier») las mayorías en la cámara se va trabajando ley por ley, tema por tema.

        no soy K, pero tampoco creo en el tema este de los votos comprados con plata.

        espero haber sido más claro ahora…

    1. Coincido en parte. En el Senado es claramente como vos decís. En Diputados han tenido más éxito. En ello ha influido lamano kirchnerista que utiliza Carrió a la hora de conducir. Es ella un poco la Comandanta del Grupo A. Aparte si no se le someten sabe usar las cámaras para acusar a todos de las peores cosas, lo cual de alguna u otra forma aglutina. Pero también, a veces se le va demasiado la mano y pierde consistencia. Dos ejemplitos: tratamiento de los DNU para el pago de deuda con reservas (quería dictar nulidad, y eso corresponde a la justicia) y reforma de la ley de revisión legislativa del DNU (quería que CFK no la pudiese vetar). Ambas veces fue demasiado y ridiculamente a fondo, y perdió, porque sus posturas eran insosteibles.

      Yo creo que hay seadores y diputados que se mueven en base a sus posibilidads de supervivencia política y tiran hasta el punto en que la gobernabilidad se pueda ver en riesgo. Creo que esto último nadie quiere cargárselo en sus espaldas.

      Por último, es regla, y así lo ha entendido también el kirchnerismo cada vez que tenía que impulsar una ley que le interesaba cuando era mayoría, que bloque que quiere una ley, bloque que debe conseguir quórum. No tiene nada de raro eso.

      Saludos.

  3. Sola puede decir esa sarta de pavadas sin sonrojarse por que esta en un medio amigo que no va a cuestionar ni repreguntar nada. Clarin o quien sea tiene derecho a defender su negocio por mas espurio que sea pero aca ya se estan llevando puesto todo inclusive hasta su propia audiencia. No puede ser que alguien que se paso del oficialismo a la oposicion critique esa conducta solo por ser en sentido contraio y ninguno de los dos satrapas esos que conducen el programejo le repregunte o cuestione nada, es una cosa relamente muy extraña (o no tanto). Se llenan la boca hablando de la necesidad de debatir ¿a que aportan sesgando la informacion del modo mas miope y brutal?

    1. Sí es la misma discusión de siempre. Pero aparte es tán obvio como arman las operaciones estos tipos, que la verdad cuesta creer como alguien puede seguir creyéndoles.

    1. Ahora que lo decís puede ser. Estaba medio exaltadito. Pero era increible lo ridículo del planteo, todavía no caigo de lo que decía.

  4. Pablo

    Más allá de Solá o Cobos, cuyas denuncias sobre la borocotización tienen la legitimidad de la Fundación Mike Tyson contra el Maltrato de Género, hay un consenso sólido que los medios han logrado instalar. Eso es la sospecha intrínseca de toda disciplina partidaria, de toda responsabilidad política colectiva o de toda negociación política. Un senador puede ser presionado por sus hijas, por sus ¨creencias¨, por las cámaras empresariales, por su ex-mujer, su confesor o un editorialista, sin ofuscar a ningún periodista, intelectual o señora indignada de la cola del banco.

    Pero si la presión viene de un gobernador, del Ejecutivo o de su jefe de bancada, no lograremos escapar de las arengas de Mariano el Latinista, los lamentos del dúo cómico de A Dos Sobres, los trabalenguas del rabino Blumberg (aunque ya casi no se escuchan), los comentarios indignados en la cola del banco y alguna nueva denuncia del Dr Monner Sanz, un experto en grandes temas.

    En comparación con las negociaciones que republicanos y demócratas llevan adelante con el gobierno federal de EEUU, Pichetto parece Marcelo Marcote.

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