Me interesaría destacar una cosa sobre Alberto Fernández, a propósito del revuelo que hubo en los últimos días en torno a su figura. No en cuanto al hecho de la supuesta censura en sí, sino a la significancia política del personaje en cuestión. Hay que discutir a Alberto Fernández, pues discutiéndolo a él quizás podamos encontrar varias puntas a partir de las cuales poder, luego, también, encarar otras discusiones, ya sobre la esencia del kirchnerismo.
Insisto, modestamente, en que debemos, de uno y otro lado, hacer un esfuerzo por bajar a la tierra los términos del debate político. Racionalizarlos.
Recuerdo que cuando se produjo el reemplazo de Jorge Taiana por Héctor Timerman en la Cancillería, Carlos Escudé lo encontró como muy apropiado para las necesidades y dificultades que le imponía al país el nuevo marco geopolítico a partir de la llegada de Obama a la presidencia de EEUU, atento a los perfiles de uno y otro cancilleres, el anterior y el actual. Esa es la idea, a eso me refiero con racionalizar los términos de las discusiones.
Yo entiendo que con Alberto Fernández pasa algo parecido. Fue el jefe de Gabinete que la primera parte de este proyecto político necesitaba, según entiendo. Ni más ni menos que eso. Con unos cuantos vínculos con varios sectores del establishment (no estoy diciendo que esté ni bien ni mal que los tuviera y/o los conserve, ni que haya sido el hombre de ellos infiltrado en el gobierno; estoy, sencillamente, describiendo), su presencia se ajustaba a las necesidades de un gobierno que en su primera etapa no estaba en condiciones estratégicas de romper con los sectores del poder extrainstitucional con los que sí ha ingresado en beligerancia desde 2008.
(Digresión: Es más, Cristina, mira lo que te digo, es injusta con Néstor al tildar a Alberto F. de “hombre de Clarín”. ¿Néstor tuvo un hombre de Clarín por malo o por b…uenudo? Vamos, no es así. Alberto Fernández tiene capacidad de vinculación con esos sectores, cree en una lógica de acuerdo con ellos y está bien que así sea, está en su derecho. Aníbal, en cambio, se ajustaba a la necesidad de despejar centros cruzados que llovían al área desde todos lados luego de la derrota de 2009; y Abal Medina tiene, por su parte, mejor llegada que ninguno de los anteriores a los sectores juveniles, nuevo actor protagónico del proyecto.)
Cuando, inicialmente con motivo de la discusión de la renta agraria, aparecieron las contradicciones que hasta dicho momento no se habían evidenciado, pero que al mismo tiempo, a mi criterio, se hacen indetenibles por la esencia del desarrollo evolutivo del trazo proyectivo del kirchnerismo, tanto a Alberto Fernández, habida cuenta de que entendía y entiende él que debe ser este proyecto; como a la conducción (Néstor y Cristina), se les hizo insostenible la continuidad de una alianza política (y de su correspondiente lógica de funcionamiento), que hasta allí parecía imposible que fuera alguna vez a fisurarse, siquiera.
Después, yo creo que Alberto Fernández confunde: fondos y formas, tácticas y estrategias, o como se lo quiera llamar. Allá él si considera que el núcleo conceptual del kirchnerismo debe rastrearse en la consagración de los superávits gemelos y de las reservas de libre disponibilidad por ellas mismas, y no por la funcionalidad que adquieren en el marco de una estrategia económica que se vale de ellas en el marco del abordaje de objetivos sociales concretos y específicos, cuyos destinatarios finales… son de carne y hueso (nuestra mayor discrepancia con Alberto, poner el foco en eso y no en lo otro, que puede variar).
Concretamente en lo que hace al proyecto de reforma de la Carta Orgánica del BCRA, mi lectura es que el kirchnerismo siempre fue, como mejor pudo según el momento, avanzando sobre el manejo del mismo, en diversas formas. Antes, ello fue posible con la creación de la categoría de reservas de libre disponibilidad; hoy lo es con la eliminación de la misma: y no hay contradicción en ello. La herramienta que antes sirvió hoy ya no, las dificultades que marca la agenda siempre mutan, los objetivos finales se conservan.
Son diferencias conceptuales, pero que hacen a la explicación que, a mi criterio, deben dársele a las críticas que al ex jefe de Gabinete le merece el actual estado de situación de la administración de CFK.
Y si resulta que está, Alberto Fernández, reforzando su perfil crítico en función del desarrollo de alguna estrategia electoral de cara a 2013, bien por él. Principalmente, entiendo que se quiere vender como una versión de kirchnerismo más potable para los sectores que adversan al gobierno de la presidenta CFK en la actualidad. Le veo poca suerte: tiendo a creer que los kirchneristas, para kirchnerismo, votaremos a quienes hayan transitado la historia completa.
Que desde acá se lo acuse a él de traidor o que él acuse a los que continúan en el barco de ser infieles a la memoria de Néstor Kirchner, suma poco. Así que, mejor, que esas expresiones queden de lado.
Comparto amplia mente , solo me gustaría preguntar , hasta que punto la estrategia de Alaberto es propia ?
Para el caso (y con todo respeto para con tu observación), a nosotros poco debe importarnos. Interesa tener bien claro que nos separa de él: dónde poner el foco, eso es. Superávit fiscal, sí, pero para qué; o, mejor dicho, para quién. Y no sólo superávit fiscal porque sí y para sí mismo. Abrazo.
FUE NECESARIO Y UTIL AL PROYECTO PERO TODOS LO PROCESOS CAMBIAN Y HOY MOYANO ESTA EN UNA NEBULOSA Y ESO PASA POR CREER QUE SOMOS INSUSTITUIBLE Y NO ES ASI SOMOS ACTORES QUE FORMAN PARTE DE UN TODO Y LO IMPORTANTE ES EL PROYECTO DEBEMOS TENER QUE ESTAR PREPARADOS AUNQUE LOS SEPARADOS SEAMOS NOSOTROS
Tal cual. Como dice D’Elía, que a él en términos personales le ha ido mal en estos años, pero que no dejará de bancar porque advierte la conveniencia general de la continuidad de este proyecto. Una clase de claridad estratégica.
Abrazo.
Comparto con Nicolas , viendo la falta de representacion de oposicion , buscan astilla de un mismo palo Los grupos concentrados no tienen paz depues del 54% , desesperados y sin argumentos apelan a cualquier cosa para reeditar viejos proyectos . La conduccion estrategica de Nestor y Cristina marcan objetivos tiempos y formas exitosamente , profundizando este momento historico . Los nombres pasan y el proyecto sigue . Como militantes comprender desde donde hablamos incluye tener la humildad suficiente de ubicarse en el lugar que nos brinde la militancia , aceptando la dinamica de las cirscunstancias ….
Así es. No es loco eso de plantear algún acuerdo con cierto pseudo kirchnerismo para hacer una transición no traumática. Pero no va a funcionar.
Abrazo.
en algún momento Alberto Fernández tenía que pagar el costo político de sostener a la familia Ibarra y la desastrosa política electoral en CABA. Más allá si era el hombre de Clarin.
También. Es muy cierto. Besos.
Buen texto, Pablo.
Agradecido, amigo. Tanto tiempo, tenemos que retomar el ida y vuelta. Abrazo.
Todo bien pero «…Los grupos concentrados no tienen paz depues del 54%…»
eso es un delirio cósmico Guillermo…esto no es la revolucion rusa…no estan «combatiendo al capital» eh? sepamoslo.
Logicamente hay tire y afloje con cierto sectores porque el superavit se esta reduciendo…pero tampoco la boludez.
A confesión de partes, Void. La matriz empresarial dominante que determina el atraso en el desarrollo nacional no deja pasar oportunidad para marcar al kirchnerismo como su enemigo de clase.
Abrazo.
¿Ud quiere la revolución rusa, Void? (aclaro que yo no).
De todos modos al decir de la gorda los K vendrían a ser una mezcla de Stalin y los Ceaucescu.
Con todo respeto don Pablo, demasiado gre gre para decir Gregorio….se trata de un personaje que ha elegido un «no lugar», como es el de discutirle a Cristina una supuesta esencia del kirchnerismo. Un offside tan absurdo, como pretender disputarle poder a ella o a cualquier sector del kirchnerismo que acompañe realmente al proyecto presidencial. En todo caso, si le da el cuero, que invente el «Albertofernadizmo» y que vea que tal le va. Por otra parte sus periplos por los programas del grupo Clarín y afines, dan pábilo al motejo de hombre de Clarín, porque como diría un psiquiatra amigo: las apariencias NO engañan.
Decimos más o menos lo mismo, creo, Clemente, sólo que yo intento explicarme cómo pudo estar en el puesto en que estuvo un tipo que hoy dice las cosas que dice, desde una perspectiva del gobierno, en lo posible.
Abrazo.
Buen planteo Pablo.
Asi como el peronismo sin peron fue un fiasco, el kirchnerismo sin kirchner, que parece ser lo que propone Alberto Fernandez esta condenado al fracaso. De todos modos, me parece muy atinadas y valiosas algunas de sus criticas al modelo actual, pero no debería formularlas en defensa de un purismo que se perdió, sino en función de una estrategia de poder. En tal caso, las alianzas que pueda tejer Alberto solo tienen futuro por derecha, ya que no basta pasar con la ambulancia a recoger resentidos y abandonados por los K.
Por último, la hipótesis de que las alianzas del 03 se explican por la necesidad realista de articular con el establishment para sostener la gobernabilidad y que ahora ya no son necesarias, es de dudosa probabilidad: acomodar los hechos con el diario del lunes es fácil. Yo creo que para dar cuenta de ese proceso conviene mas pensar en el tacticismo maniobrero de Néstor que en un etapismo previamente planificado.
Cada uno… Yo creo que así fue, advierto conectividad entre los pasos que se van sucediendo. Quizás no etapismo, en el sentido que tal vez nadie preveía la necesidad de romper en algún momento con Clarín, si Clarín no se decidía nunca a insubordinarse a la institucionalidad republicana. Alberto me resulta raro. Plantea una política sin sujeto social: el tipo te habla de pérdida de amplitud enumerando dirigentes que se alejaron. Lo paradójico, para él, debería ser que al mismo tiempo se ensanchó como nunca la base electoral. Hasta octubre pasado, más hubo alianzas dirigenciales que capítulos electorales imponentes. Y entonces a su análisis le falta el para qué, claramente. Y no te puede faltar el para qué. Porque el superávit por superávit mismo no puede ser objetivo de nada, insisto. Claro que es inteligente y plantea dilemas intelectuales picantes: últimamente, tiró que, al contrario de lo que se dice respecto de que el antikirchnerismo era finalmente muy minúsculo (porque la votación fue abrumadora y porque 2º y 3º acabaron tipos con algunos puntos de contacto con nuestro programa de gobierno), él cree que en realidad sigue siendo importante, sólo que no está articulado: «para votar a los otros candidatos que había en esta elección, hay que ser muy antiK». No coincido, pero lo platea inteligentemente.
Abrazo.
una vez más, gran texto, pablo.
el caso AF debe leerse de la manera que vos lo exponés: fue útil durante un tiempo en el cual sus «contactos», «llegada», «perfil», etc, eran acordes a los tiempos y necesidades de un gobierno que llegó al poder de chiripa cuando el cuarenta y pico porciento del padrón se había pronunciado por candidatos «de derecha-liberales» (mendez y el buldog).
incluso, nadie puede negarle a AF que hasta el conflicto por la 125 cumplió su papel a capa y espada, respaldando con altura y lucidez las líneas del proyecto, poniéndole el pecho a las balas.
es inútil querer hacer de ese alejamiento un ataque al kirchnerismo en sí mismo; como hacen algunos recalcitrantes anti-k, que quieren mostrar contradicciones, autoritarismos, autismos y demás malas voluntades sobre el «proyecto k», que -como sabemos- no cuadran. pero, sobre todas las cosas, coincido con vos en no tomarlo (a AF) como una figura a la cual hoy el kirchnerismo deba enfrentarse, como si fuera un enemigo de siempre o un traidor. muy al contrario: agradecemos los servicios prestados y a otra cosa mariposa.
por supuesto, AF tendrá que ayudar para que los «k» no lleguemos a detestarlo, y debería evitar caer en las trampas que le tienden sus «amigos» de Todo Negativo y afines.
como dice clemente acá arriba, es ridículo que él (AF), moyano, o quien sea, se pongan a medir con sus propios kirchnerómetros el grado de kirchnerismo de, ni más ni menos, cristina fernandez de kirchner.
hay que dialogar y debatir con AF, porque, al hacerlo en profundidad, el que queda el orsai es él mismo, ya que el gobierno no hizo otra cosa que redoblar las apuestas, los enfrentamientos y los deseos de cambiar la estructura de poder en argentina que tuvieron néstor y ¡él! en su momento y le será muy muy difícil explicar por qué él (AF) hoy piensa diferente, amén de ciertas cuestiones de tacto, de «apertura mental» y diálogo que hoy tanto pregona. pero, sobre todo, tendrá que explicar cómo, ahora, ciertas cuestiones «protocolares» empañan, a su forma de ver, logros que siempre fueron buscados por las fuerzas que componen el «kirchnerismo». ¿cómo la forma más que el fondo, AF? ¿cómo hoy -cuando más acompañamiento popular tiene el gobierno (elegido por un 54%)- él está en descuerdo siendo -como dice- un pionero «k»? ¿un pionero k en contra del voto popular que valida el proyecto una vez más?
igualmente yo creo que la decisión de AF fue -a sus fines políticos personales- incorrecta. eligió no quemar su «careta» de dialoguista, de «acordar y manejar la situación» con los grandes «peces gordos» de la argentina y decidió apartarse del gobierno -sin mucho ruido en su momento- pero aclarando siempre eso: «yo dialogo» me voy por «el autismo presidencial». fue un error político: AF no tiene nada propio. debió creer en ese tiempo que el ciclo k llegaba a su fin con esos «enfrentamientos» y eligió pararse en un ficticio «no lugar» (porque en realidad es un lugar que quiere ocupar: el de ser un pionero k, que hoy viene a decirnos qué hubiesen hecho él y néstor juntos, a diferencia de la yegua sorda que heredó la presidencia para pelearse con todos)a la espera de que una alternativa lo reclute en sus filas -vaya a saberse para qué. porque si algo no tiene AF es intención de voto y su peso político en capital (su territorio, digamos) es cada vez más endeble: no puede pelearle a macri (que se chupa a todo el electorado «dialoguista» «pro clarín») ni al peronismo local, ni a las alternativas esporádicas que la CABA suele festejar cada tanto.
por último: insisto una vez más: no matemos a AF -eso beneficia a la recalcitrancia-, tratemos de que charle y nos explique qué pasó. eso nos va a venir mejor que cualquier revancha por ser «un hombre de carlín», cosa que también se puede discutir: ¿era un «infiltrado» AF o simplemente un tipo que no quiso romper lanzas con los medios dominantes, en contra de lo que quería el ejecutivo para el cual él cumplía funciones de vital importancia?
lo único que tengo para repensar de tu texto es aquello de la «esencia» del kirchnerismo. no sé cuál es. creo que no puede definirse, o -mejor- que la definición se da en pleno movimiento, según la época, la coyuntura, las metas, el territorio, lo real, no lo declamativo, no las 20 verdades kirchneristas.
sería difícil un decálogo K a futuro ¿no?
en cambio, sobre los logros del pasado, creo que los «filo k» o votantes «k» estamos más o menos de acuerdo. ahora, sobre el futuro, es difícil definir. la coyuntura, la oposición y los imperios económicos juegan sus fichas en la partida y no se pueden dejar de lado -no se puede dejar de lado la REALIDAD- a la hora de apoyar -en más o en menos- un «proyecto» político.
fuerte abrazo, pablo. tu texto nos deja mucho para pensar a los simpatizantes «k».
Párr 1: coincido.
Párr 2: creo que lo que más loco lo vuelve es que desde el Gobierno se le contesta poco y nada. Es un «no existís» insoportable para él. Además, nos pondría en bretes a nosotros cuestionar tanto su historia.
Párr 3: les falta claridad estratégica para eso que pedís.
Párr 4: eso también le es insoportable: no participar del momento en que verdadera y definitivamente el proyecto se ha impregnado, más/menos, no importa, como capítulo histórico, en el sentido de «ismo».
Párr 5: si soy malo, pienso que hizo reducción de daños (si todo revienta, yo me salvo antes); si soy bueno, le erró al vizcachazo: tanto cuando creyó que todo reventaría, como cuando insistió en prolongar el acuerdismo. Y no tiene nada propio por lo que digo arriba: no le interesa el para qué y el para quién de la política, imperdonable.
Párr 6: es bueno pensarlo desde el lado de su insistencia en querer determinar políticas cuando no le corresponde hacerlo: no sólo institucionalmente, sino porque, de nuevo, no tiene poder social para reclamar nada. Por eso sería bueno que lo intente en las urnas.
Párr 7: la esencia hay que buscarla en que el objetivo es mejorar las condiciones materiales de existencia de las masas hoy, y generar las condiciones estructurales para que tal cosa se pueda prolongar independientemente de alteraciones electorales, a futuro.
Abrazo.
Pablo exelentes tus analisis Fernandez es un globo de ensayo de la oposicion mediatica , en funcion de esmerilar en lo que pueda al gobierno y como el vendran otros asi como Moyano , Urtubey etc, las escisiones , buscan convertirlas en alfiles provisorios , buscando debilitar el discurso Buscan el pelo en la leche , como guerras de mediaticos , como eso vende en la gilada . No nos olvidemos de Del Sel . Sus quince segundos de fama llenan paginas de falsas controversias . Evidente que Cristina es una estadista a ala que no le llega la mediocridad de la falta de politica , le sobran respuestas , es por lo que seguimos adelante . Exitos…..
Buen post Pablo D. AF mostró en su paso por el GN una impresionante capacidad de trabajo y compromiso con las funciones que le fueron asignadas.
Hoy hace un papel bastante triste como uno mas de la multitud de descalificadores que alinean los medios concentrados en contra de Cristina. Como se ha señalado mas arriba, su discurso es inteligente, y no hay duda de que buscan quienes le dan una módica presencia en los medios.
Lo que no es tan claro es que es lo que busca AF, mas allá de la retribución que puedan ameritar sus servicios. Veo difícil que algún futuro gobernante quiera tenerlo en un cargo sensible al verlo morder la mano que le dio de comer, porque Roma no paga traidores.
Qué bueno, espero seguir entrando a este blog. Interesantísimo che, más en medio de estos quilombos mediáticos que requieren horas y horas para informarse.