En la primera parte de la serie “Aquí Están, Estos son…” nos detuvimos en escudriñar un poco en quiénes y cómo podrían estar operando en la burbuja de los commodities, y particularmente en sus relación con la actualidad Argentina.
No obstante, ampliando la mirada al mundo, ni éstos especuladores son los únicos ni tampoco lo es la operatoria que utilizan. En cualquier caso, olvídese del “los chinos que comen mucho” y la “derivación de alimentos para biocombustibles”. No es un problema de escasez de oferta ni de falling stocks. No es por eso. O no es sólo por eso. Hay otra cosa más que no le están contando. Agárrese.
Tratando de encontrarle el agujero al mate, encontré un interesante trabajo aquí y aquí sobre un nuevo tipo de bicho que estaría operando a nivel planetario sobre los contratos de futuro de las commodities.
Se trata de la exposición que hizo hace pocos días Michael W. Masters –del Masters Capital Management LLC- ante el Comittee on Homeland Security and Governmental Affairs del Senado Estadounidense, que trataré de resumir. Agárrese un poquito más.
Son varios los puntos a fijar para que se entienda cómo operan:
1. Por un lado, debe tenerse presente que no estamos hablando del mercado de los commodities, sino del mercado de futuros de los commodities. Esta diferencia es muy importante, porque este mercado de futuros es infinitamente más pequeño que el mercado de los alimentos en sí. Y por lo tanto, es mucho más susceptible de oscilar ante la entrada o salida de, digamos, 1.000 millones de U$S. Una gota en una pileta de natación es insignificante, pero en un vaso de agua puede hacerlo derramar.
Este mercado de futuros no trabaja con la mercadería en sí, sino con los contratos que la representan. Es decir, no hay mercadería física, sino únicamente papeles. La misma tonelada de alimentos puede cambiar de manos muchas veces antes de que la mercadería se encuentre disponible en el mercado.
Entre otras cosas, esto explica porqué los precios no ceden ante las medidas de restricción de consumo que aplicaron los principales países. Las restricciones al consumo (o el incremento de la oferta) sólo operan sobre el mercado físico actual (spot), no sobre el mercado de futuros.
Pero a la inversa, este mercado de futuros sí opera sobre el mercado físico, generando expectativas extravagantes sobre los valores actuales. Como el aviso del chancho caro, se acuerda?
2. Por el otro lado, existe un tipo particular de “hedge funds” conocidos en la jerga como los “Index Speculators” (IS) que comenzó a operar allá por el 2000-2002, antes de las “subprimes”. Estos son inversores institucionales que manejan las carteras más grandes, como los de las grandes corporaciones, los Fondos de Pensión (equivalentes a nuestras AFJP) y los Fondos de la Deuda Soberana (los 100% “buitres”).
Se los llama “Index Speculators” porque su estrategia de inversión consiste en derramar sus dólares indistintamente a lo ancho de los indicadores de futuros de las 25 commodities que manejan S&P-GSCI y DJ-AIGCI.
Pero no es la única diferencia de comportamiento con los demás especuladores:
Los IS no son “sensibles a los precios”. Cuando un IS decide invertir un monto determinado en futuros de commodities, no está preocupado por su precio unitario actual; comprará tantos contratos de futuro como necesite al precio que sea necesario para que su dinero se ponga en funcionamiento. Compra los futuros de bienes que existen en cantidad limitada al sólo efecto de hacerle aumentar de precio. Sabe que al “copar” la compra de los futuros de un determinado producto (recordemos que es un mercado muy pequeño) los pocos futuros que queden sin comprar aumentarán de precio por su escasez. No importa cuál es el precio al que compró; al vencer el contrato, siempre será más caro.
A diferencia de los demás inversores, que compran y venden, los IS compran y mantienen. Nunca venden. Es decir, como un plazo fijo que se renueva corriendo la fecha a futuro. Esto hace que la “onda” de precios altos se desplace permanentemente hacia el futuro, dando por resultado una curva siempre ascendente, que consume liquidez pero no produce nada. En castellano, una bicicleta, y su resultado es la burbuja de precios que está a la vista.
No me animo a formularme la pregunta referida a cuántos contratos se habrán emitido sobre el mismo barril de petróleo o sobre la misma tonelada de soja. Si la CFTC le llega a cortar la cadena a la bicicleta (simplemente no permitiendoles a los IS renovar los contratos) será para alquilar balcones. En la luna.
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[1] S&P-GSCI = Standard & Poors – Goldman Sachs Commodity Index
[2] DJ-AIGCI = Dow Jones-AIG Commodity Index
[3] CFTC = Commodity Futures Trading Commission
A pedido de Eva, agrego estos comentarios que pueden ayudar a entender mejor el texto:
«Eva: Vos prestá atención al hecho de que los IS sólo compran y guardan los contratos bajo el colchón .
Si te fijás en el cuadro de la página 4 del primer documento citado, vas a ver los 25 productos del Index S&P que menciono en el texto, y la diferencia entre lo que tenían de cada producto bajo el colchón al 01/01/03 y en la actualidad (al 12/03/08) (columna central recuadrada). En casi todos los casos, ahora hay 10 o 20 veces más.
En un mercado en el que sólo se compra, pero no se vende, es lógico que los precios suban. Los chacareros están vendiendo la soja hoy mirando los precios inflados de este mercado de papel. Y acovachan, porque piensan que siempre va a subir.
A largo plazo, la estrategia de los IS es suicida, porque en algún momento deberán vender y el «desinfle» del colchón se va a sentir fuerte.
Y cuando éso suceda, no te quepa dudas que acá le van a echar la culpa a la 125, y claro, a CFK. «Piove, governo ladro… perdí en el casino!»«
Eduardo: recién hoy pude hacerme un tiempo para leer este post. Es excelente el trabajo de investigación que viene haciendo sobre estos temas.
Con estos datos en la mano, parece increíble que los «pequeños productores» argentinos estén acusando a las retenciones móviles de desacoplar el mercado de futuros interno, del internacional.
Siendo que las burbujas financieras siempre terminan pinchándose, y que el capitalismo suele ser mucho más «democrático» para distribuir pérdidas que ganancias, es fácil interpretar que quienes más sufrirían un corte de la cadena de la bicicleta como el que usted supone, serían los eslabones más débiles de la cadena de producción y comercialización de commodities (es decir, no justamente los IS), aparte de los que la ligan siempre: los «consumidores» más pobres de alimentos.
Aislarse de los mercados financieros no parece tan malo, mirando desde esta perspectiva.
Lo vuelvo a felicitar, porque la publicación de este tipo de datos es muy enriquecedora.
Un abrazo
Mariano: Muchas gracias. Y un dato adicional, para cuando miramos nuestro Indec Morenizado: cuando Bush salió a «apagar» el incendio de las subprimes (400.000 millones), curiosamente la «Fed» dejó de publicar el agregado M3… «No sirve para nada», dijeron…