Durante el primer año de gobierno de Sebastián Piñera podemos analizar determinados aspectos generales que indican rasgos de permanencia económica y claros redireccionamientos políticos en el país.
En materia de política económica, las principales características del modelo de libre mercado y la orientación exportadora que solidificó la Concertación ( y que desarrolló la dictadura, desde los años ochenta) son sostenidas religiosamente por Piñera, en un país en el que el equilibrio de poder en las últimas dos décadas ha sido caracterizado por cambios graduales y consensuados. Es decir, la discusión en materia económica se ha dado a partir de una tendencia centrípeta entre las dos mayores fuerzas, según las cuales ciertos rasgos macroeconómicos parecen inamovibles.
La clara apertura económica a las empresas multinacionales y la persistente mercantilización de los servicios públicos, si bien en el nuevo milenio se combinaron con una política social focalizada hacia los sectores más pobres, siguen siendo rectores en la agenda chilena con la nueva coalición gobernante.
Con respecto a la política fiscal del gobierno, Piñera ha realizado reiteradas críticas al supuesto desborde en el gasto público durante el periodo de Bachelet, fundamentalmente en el último año de crisis económica internacional. En este sentido, parece existir cierta coherencia con el objetivo de achicar el gasto público con respecto al proyecto de reajuste salarial ( sin acuerdo con las organizaciones de trabajadores) que envió el presidente al Congreso el último 30 de noviembre.
Lejos quedó la promesa de campaña con respecto a la creación de un millón de puestos de trabajo. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que ha tenido diálogo fluido y buenas relaciones con las distintas administraciones de la Concertación, y que en su momento anticipó, sin rodeos, que el nuevo presidente representa el interés de los empleadores, ya realiza manifestaciones de protesta junto a miles de trabajadores, contra las decisiones del mandatario.
Chile sigue privilegiando su integración comercial con las economías de mercado emergentes y más influyentes. En este sentido, debe remarcarse que los principales socios de exportación son los mismos países con los cuales los gobiernos de la Concertación habían fortalecido los vínculos: China, Estados Unidos, Japón , Corea del Sur, los Países Bajos, Italia, y Brasil . No sólo el gobierno de Piñera no modificó la política exterior en materia comercial, sino que la ha tomado como necesaria para cumplimentar el objetivo de obtención de altas tasas de crecimiento y niveles de inversión, consumo, producción y exportaciones.
Si bien el país, como vemos, tiene una notable herencia de los preceptos económicos del período pinochetista y que, con matices, desarrollaron los gobiernos de la Concertación, las huellas del pasado no deben reducirse sólo a estos aspectos. El mantenimiento del sistema electoral binominal , el código laboral y la ley de amnistía, entre otros puntos, forman parte del legado de la dictadura a una Democracia nacida bajo la sombra de acuerdos de convivencia que, en una sociedad dividida, ha significado para muchos un pacto de impunidad.
Con respecto al plano estrictamente político, el elemento saliente es, sin dudas, la reforma electoral que enviará al Congreso el presidente, y que según algunas encuestas es acompañada por gran parte de la sociedad. Esta reforma presenta algunos aspectos que vale la pena destacar.
Habíamos dicho acá ( y se hicieron eco acá, acá y acá) que la reforma política en Chile era inminente. Bueno, evidentemente existe un fuerte acompañamiento de la sociedad con respecto a la inscripción automática, el sufragio del ciudadano chileno en el exterior y la implantación del voto voluntario. Como afirma Greg Weeks “A new poll in Chile shows support for some electoral reform, particularly for voting to be voluntary (77%). Meanwhile, 60% support making registration automatic once you become 18 years old. The same percentage supports allowing Chileans to vote from abroad”.
Piñera, estimo, tendrá que considerar dos cuestiones para aprobar la reforma. La primera es, digamos, esencial. Para ganar las votaciones cuando no tenés mayorías en ambas cámaras, necesitás votos de la oposición, en este caso, fundamentalmente del PRO. La segunda, necesitás disciplinar tu banca. Cómo va a lograr, en este último caso, que ciertos legisladores oficialistas voten los cambios en el sufragio chileno en el exterior cuando “voting abroad has been opposed by the right, on the assumption that a majority of Chileans living in other countries fled the military government and therefore would vote for the Concertación” , es la pregunta que necesita respuesta para viabilizar la reforma.
Sin embargo, en ambos puntos, la solución es una sóla : la reforma del binominal. Ahí es donde puede otorgar incentivos al PRO (que se verá beneficiado con las bancas que ganará sin el sistema electoral que sostiene el bipartidismo) y a sus propios legisladores, garantizándoles que la reelección de sus bancas no están en riesgo.
No creo que haya reforma política integral en Chile ( y, más importante aún, capacidad del oficialismo para lograr acuerdos con fuerzas minoritarias pero trascendentes), en la medida que el Gobierno no vislumbre que la reforma al sistema electoral binominal es la llave que abre las puertas a este cambio estructural en las transferencias de las elecciones de la ciudadanía en cargos públicos ejecutivos y legislativos. Y mucho menos podrá visibilizar en su horizonte un acuerdo que permita la reelección presidencial.
Como desde estas líneas no subestimamos la capacidad del gobierno en la evaluación de todas estas variables, insistimos en que la reforma del binominal es inevitable.
Interesante columna, fundamentalmente porque siempre es sano leer la visión de un extranjero sobre la situación particular de tu país.
Ahora, valorando mucho la columna y estando de acuerdo en varias cosas, te hago un par de apreciaciones.
Tanto el sistema económico como las relaciones exteriores son consideradas temas de Estado, y por tanto, no vas a ver cambios fundamentales en el desarrollo de ambas carteras gobierne o la Concertación o la Coalición ( la Derecha ).
En el ámbito económico, las bases y principios fundamentales son «herencia» de los últimos años de Pinochet ( recordar que sus primeros años fueron un desastre, con crisis y quiebra de los Bancos incluida ). Sistema «traído» desde la Universidad de Chicago por un grupo de jóvenes economistas, sistema que la Concertación administró sus 20 años de Gobierno y de manera muy responsable digamoslo, dándole un toque «proteccionista», que le entregó más «humanidad» al sistema, lo cuál ha sido continuado por Piñera y por el que venga. Salvo una hecatombe mayor, el sistema de economía social de mercado va a ser siempre igual, gobierne quien gobierne… con sus matices claro está. Piñera no está de acuerdo con engrandecer el sistema de protección, sino que darle las oportunidades a las personas para que salgan de él y puedan valerse por sí mismos, sin depender de la ayuda del Estado. Un sistema de «oportunidades» más que de «proteccionismo».
Ahora respecto a la promesa de crear 1 millón de empleos en sus 4 años… no la ha dejado atrás. En este 1º año de Gobierno, hasta Noviembre, van creados 350.000 empleos nuevos… la cifra más alta de la historia de Chile en esta materia. Y pensando que Chile pasó de crecer a un 3% con Bachelet, a un 6,5-7% con Piñera y que las proyecciones para el próximo son iguales o mejores… la meta del millón de empleos debería empinarse sobre el millón y medio para cuando acabe su mandato. El tema con la CUT va fundamentalmente por 2 temas distintos:
– El reajuste salarial a los funcionarios públicos, que no es del agrado de la Central Unitaria de Trabajadores ( que en todo caso, bien deben tener instituciones allá ustedes, se quejan por todo, y nunca quedan satisfechos )… tomando en consideración que Piñera ofrece un 4,2% y ellos piden más del Doble dificilmente aparecerán «de la mano».
– La mayoría de los funcionarios públicos en Chile están a «contrata»… o sea, son contratos de 1 año en que prestan servicios puntuales y transitorios y estos terminan los 31 de Diciembre de cada año. El tema es que con el cambio de Gobierno, la ex Presidente Bachelet dejó «amarrados» al sistema a muchos de ellos, agregándoles una cláusula antes de irse que los dejaba en el sistema hasta fines de este mes, cuando se suponía que el cambio de Gobierno traía de la mano equipos nuevos. Esos equipos en algunos casos debieron esperar hasta ahora, porque con el «amarre» dejado por el Gbno. anterior recién ahora podrán efectuarse. Es de fácil entendimiento que un Gobierno quiera trabajar con personas afines a sus ideas y no con personas que piensan distinto. Pues bien, este Gobierno hizo una evualuación y dejó a la MAYORIA de funcionarios anteriores y solo no renovará contrato a menos de 1.000 que no pasaron los standares de eficiencia exigidos. Y por eso la CUT aparece hoy hablando de «persecución política» cuando no lo es.
Dato… desde 1990, recuperada la Democracia en las urnas.. en cada cambio de Gobierno de la Concertación ( Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet ) se despidieron MÁS funcionarios que los que cambió Piñera a su llegada. No sé si se entiende el concepto de «reclamar por reclamar»..
También te hago un par de correcciones… el Código Laboral en Chile fue reformado en el Gobierno de Michelle Bachelet, está adecuado a los tiempos modernos y la verdad, no sé a que te referías con que son parte de la herencia de Pinochet. A lo mejor la idea era otra, pero del Código Laboral nada que decir ( te lo dice un casi Abogado jaja ).
Y sobre la Ley de Amnistía… hoy no tiene aplicación en Chile. Mucho de los peores violadores de DD.HH. en la Dictadura están presos, cumpliendo sus penas centenarias en cárceles especiales. Sí existieron normas para proteger a Pinochet post-dictadura. Pero lo que no pagó él, lo está pagando su familia con el tema de las platas.
Y sobre el sistema Binominal… la verdad, fue una gran adaptación para los años post-dictadura. Genera la creación de 2 grandes conglomerados, de generar equilibrios en el Congreso y obligar a los Presidentes a llegar a acuerdos con tanto su coalición como con la opositora para alcanzar los votos. Eso permitió y permite que todas las grandes Leyes se hayan conseguido con respaldo mayoritario o unánime, por lo que la ciudadanía las recibió de buena manera. Fue una especie de orden político que nos permite hoy tener un sistema equilibrado y sin temores al nacimientos de engendros políticos o partidos políticos de «papel».
Ahora… yo creo que el Presidente Piñera se va a jugar por «perfeccionar» el Binominal y no por cambiarlo. Generar la instancia de Primarias abiertas y vinculantes e instrumentos de esa línea, más que generar un sistema proporcional. Y la verdad, la Concertación tuvo 20 años los votos para cambiar el sistema en el Congreso y no lo hizo, porque también es de conveniencia. Siempre se ha dicho que el Binominal es la herencia de Pinochet para proteger a la Derecha, pero con números en mano, el conglomerado que ha tenido más sobre-representación por el Binominal ha sido la propia Concertación ( 3,9% ) por sobre la Derecha ( 3,2% )… he ahí el por qué JAMAS se presentó un proyecto en ningún Gobierno progresista para cambiarlo. A ambos les conviene y los protege.
Y sobre el tema de las negociaciones, decir que el partido al que haces alusión es el PRI.. y no el PRO ( el PRO está en vías de crearse, es el partido de Marcos Enríquez-Ominami, candidato a la presidencia en la elección recién pasada ). El PRI existe en el Binominal, porque está compuesto por 3-4 caudillos regionales que militaban en la Democracia Cristiana y fueron expulsados por no respestar acuerdos de partido y formaron uno propio. Se «independizaron» para muñequear los votos y conseguir dineros para sus Distritos en las negociaciones de los votos. Y son sumamente inteligentes para no ser ligados a uno de los conglomerados, a pesar de que sus genes son concertacionistas. Hoy apoyan proyectos de gobierno y mañana votan con la Concertación. Es una por una. Pero son 3-4 Diputados y 0 Senadores… que terminarán dividiéndose y cada uno de ellos militando en alguno de los partidos de la Concertación o la Derecha según sean sus necesidades electorales en 3 años más.
Sobre el sistema de inscripción automática y voto voluntario, eso se suponía era un hecho. Era una bandera de lucha de la Concertación a la que la Derecha se OPUSO siempre. Pues bien, llegó Piñera, la tomó como suya, alineó a toda la Derecha y la Concertación cambió de opinión… por qué tan radical cambio? Podría explicarse porque la mayor parte del padrón nuevo serían jóvenes entre 18 y 29 años… y en la última elección votaron aplastantemente por la Derecha. O sea, se dieron cuenta que si rejuvenecen el padrón electoral les será más duro recuperar la Presidencia y ganar las otras elecciones. Les entró el miedo y desconocen lo que tomaban como bandera de lucha por 20 años.. cosas de la política.
Y sobre la votación de los chilenos en el exterior… acá el tema es clave. La mayor parte de ellos son afines a la Concertación y Piñera para cuidarse un poco, propone que voten todos los chilenos en el exterior pero que acrediten sentido de «país» en los últimos años… haber venido al país por ejemplo. Y ahí la Concertación pide el voto universal de ellos. Será un «gallito político» interesante, que terminará quién sabe como. Más cuando la Democracia Cristiana se siente cada vez más comoda más cercana a Piñera que a la Concertación ( que a 1 año de la derrota, aún no se rearma ).
Y sobre la reelección… Piñera ya dijo que el todo cambio sería para el siguiente período, como señal de neutralidad y de no querer amarrarse al poder. Al menos es buen síntoma.
Roberto, muy buen comentario e interesantes aportes.
Dos puntos: Cuando hablo del PRO me refiero al partido de Marco. Acá me extiendo un poco más con respecto al binominal:
http://artepolitica.com/articulos/%C2%BFreformas-al-sistema-binominal-en-chile/
Básicamente,no creo que Piñera retoque dos o tres cosas del sistema electoral, y todos contentos. Creo que necesita formar mayorías para sacar leyes importantes como esta, y la reforma al binomimal le puede garantizar el apoyo de partidos minoritarios pero representativos.
La concertación cometió muchos errores, uno de ellos es que Chile, habiendo crecido considerablemente, mantiene sin embargo una desiguldad social alarmante. Ahí es donde, a mi modesto entender, la economía social de mercado debería subsumirse a la interevención de un Estado fuerte y ágil que garantice la disminución de la brecha entre los que más y menos tienen, porque a los sectores sociales más postergados las oportunidades no se las va a dar mercado.
Con respecto al temor de la Concertación al voto de los jóvenes, es algo que perfectamente puede darse, como también se da el temor de muchos legisladores y dirigentes de la derecha a que voten los exiliados.
Y después tocás un tema muy interesantes que siempre abre debates. Vos decís que el sistema binominal genera la creación de dos grandes bloques y mantiene equilibrios en el Congreso, obligando a los Presidentes, para alcanzar los votos, a llegar a acuerdos tanto con su coalición como con la opositora.
Estoy de acuerdo en parte, porque si bien existe un rasgo positivo en lo que respecta al aporte de estabilidad y previsibilidad a la competencia política, promoviéndose una competencia centrípeta, también considero las visiones que remarcan la imposibilidad real de los partidos minoritarios y terceras fuerzas de obtener representación legislativa. Estabilidad y gobernabilidad versus proporcionalidad.
Y una última cuestión. No coincido en que pretender la reelección signifique pretender amarrarse al poder. En todo caso la decisión final le corresponde a los ciudadanos y no entiendo porqué debe denegarse la posibilidad de premiar un gobierno y su presidente posibilitándole un nuevo mandato. Otro gran debate ese, creo.
Un saludo y gracias nuevamente.
Pero el PRO estimado no es ni siquiera un Partido Político.. está en proceso de, en la recolección de las firmas… y en caso de concretarse, tiene 0 representanes en el Congreso. Marco Enríquez-Ominami perdió la chance de la reelección por ir a la Presidencial y perdió su escaño y su padre, Carlos Ominami perdió su lugar en el Senado. Así que si hay un partido con el que no hay que negociar es con ese. Sí con el PRI, que con sus 3-4 Diputados más el Embajador de Chile en Buenos Aires algo si influyen en la política interna.
Y sí.. la brecha de la desigualdad es el gran «pero» de la Economía Social de Mercado… el tema es si lo intentas superar creando oportunidades o creando una red de protección monumental ( el 1º es el estandarte de la Derecha y el 2º de la Concertación o Progresismo.. como se le quiera llamar ). Frei en la elección proponía «Más Estado» y Piñera «Mejor Estado». Es lejor su mayor desafío.. el crecer sobre el 6,5% será un hecho al menos en sus 2 años de Gobierno y crear empleos como ninguno otro también… el tema es si logrará lo que la Concertación no logró, que es equiparar la brecha de la desigualdad. Honestamente, con 4 años no le alcanza… pero como se ve a la Concertación post derrota, no sería extraño ver a la Derecha con 3 períodos en la Presidencia y ahí algo se puede notar. Acaba de ingresarse una Reforma Educacional muy interesante. Y la nombro porque para Piñera la desigualdad se rompe justamente ahí… con primeras generaciones de Universitarios en las familias, mejorar los niveles de la educación pública, etc… he ahí lo de las «Oportunidades». Con la red de protección creada por Bachelet presente, pero también entregando las herramientas para progresar e intentar salir de los beneficios del Estado.
Y concuerdo… lo del Binominal es como tu dices. Y el sistema de elección Municipal a nivel de Concejales es aún más duro con la aparición de partidos pequeños. Y nosotros no elegimos ni Gobernadores ni Intendentes… por lo que al final lo más directo que votamos es al Presidente, que termina designando a Gobernadores e Intendentes y a los 2 conglomerados que nos entregan en total 4 opciones reales para Diputados y 4 para Senadores. El tema es que todos quisieramos más… pero a las 2 coaliciones les sirve el Binominal. Y pedir «visión de Estado» en esta materia acá en Chile es difícil.
Y lo de la reelección.. me expliqué mal. Hablé de «amarrarse al poder», pues es de los miedos que tiene parte de la gente que no votó a Piñera con la gente de Derecha ( «herencia» de Pinochet ). Y en general en Chile es así acá post Pinochet… todo se legisla para el siguiente y no para el de turno, para evitar suspicacias y agarrar el mote de «hombres de Estado». Y reformar la Constitución para establecer la reelección es algo que no hará Piñera y que jamás habría hecho Bachelet, en eso comparten criterios ambas coaliciones.
Saludos cordiales!
Con respecto al PRO quiero decir que el intento de reforma política se da, como digo en el otro post «no sólo porque la Coalición ahora es gobierno, sino porque aparece una tercera fuerza con gran presencia en la escena política, que reclama de esta reforma para viabilizar cualquier tipo de acuerdo legislativo con el oficialismo».
Más allá de la representación legislativa, es insoslayable que el bipartidismo terminó de hecho y que la reforma tiene que institucionalizar el nuevo escenario.
Un abrazo.