Con los ojos en Gaza

-Por: Laura Ginsberg

Cuando este 27 de enero se conmemore a las víctimas del Holocausto y se recuerde la resistencia del gueto de Varsovia contra el opresor nazi, en medio del aislamiento internacional al que fuera sometido por los Estados «amigos», los ojos de la humanidad seguirán puestos en la Franja de Gaza, aún sitiada, aislada y sometida por uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
Este día de homenaje y recordación fue instituido por las Naciones Unidas, las mismas que facilitaron 22 días de bombardeos a la población palestina, y que aún no saben si sentarán al gobierno de Israel y a sus jefes militares en el banquillo de los acusados por crímenes de guerra y por violar la legislación internacional de ayuda humanitaria.
Los ojos de la humanidad miran y acompañan a las víctimas masacradas en Gaza y repudian las políticas terroristas del Estado de Israel en esa región.
La analogía con la conmemoración no es caprichosa: es el mismo Estado de Israel el que impulsó la recordación de las víctimas del nazismo y hoy propagandiza un incremento del antisemitismo global como producto de su invasión y del genocidio en Gaza. Toda una confesión, de parte de quien se supone iba a defender a los judíos del mundo para que no sufriéramos más este tipo de agresiones.
En nuestro país, donde se han movilizado decenas de miles contra esta criminalidad, no se ha registrado una sola víctima del supuesto «tsunami antisemita». De esta manera, DAIA y la Embajada de Israel vulgarizan el concepto de antisemitismo al confundir deliberadamente el repudio popular a los ataques del Estado de Israel con los ataques a individuos o a instituciones por su condición religiosa o étnica.
Cuando los hubo durante la dictadura militar y en la voladura de la AMIA, los ataques antisemitas fueron cometidos y/o encubiertos por el Estado argentino y sus fuerzas de seguridad. Israel fue entonces su cómplice en el encubrimiento y sostén internacional. Ahora, es el Estado argentino el que refuerza sus vínculos económicos (Tratado del Mercosur, Ley 26.437) y su complicidad política con el Estado de Israel en la masacre de Gaza.
El gobierno israelí manipula una acusación internacional de antisemitismo y pretende que los Estados enfrenten y prohíban la manifestación del repudio popular contra esta política de exterminio.
Un aspecto de esta manipulación consiste en descalificar y hasta ocultar que somos muchas las víctimas del terrorismo de Estado en AMIA que nos solidarizamos con las víctimas del terrorismo de Estado en Gaza. Resulta que ahora yo, que soy una damnificada de la masacre de la AMIA y de origen judío, que sé que el Estado argentino es responsable de este atentado en, al menos, su «encubrimiento agravado», y que defiendo a las víctimas de la criminalidad de los Estados en Israel y en la Argentina, me estaría aprovechando de esta situación internacional para provocar el antisemitismo hasta ahora encubierto y reprimido. ¡Un verdadero disparate! El nivel de manipulación para confundir a la opinión pública no conoce límites.
Los ojos de la humanidad están ahora más abiertos que nunca.
La política genocida en Gaza nos afecta a todos, nos avergüenza y sus consecuencias serán padecidas por generaciones. Su crítica y su cuestionamiento se hacen indispensables para defender los valores éticos y morales de la vida y del derecho a la existencia de los pueblos del mundo.
En el homenaje de este 27 de enero a las víctimas del Holocausto y en la recordación de la heroica resistencia del gueto de Varsovia, sumamos nuestra solidaridad para con el pueblo de Gaza que se resiste a vivir en un gueto, confinado entre muros y condenado a subsistir en condiciones infrahumanas.

Integrante de la Agrupación por el Esclarecimiento
de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA)
Buenos Aires, 24 de enero de 2009
APEMIA

Acerca de Lucas

31 años, periodista, vivo en Santa Fe, trabajo en Entre Ríos. Me encanta el consenso, si la primera moción es la mía. Creo que el disenso es productivo (al interior de la oposición). Todo lo que digo lo digo convencido, porque creo que es más importante decir las cosas con convicción que tenerlas. No me gusta Ricardo Arjona, pero no me molestaría ser Ricardo Arjona. Lo que sí tomo verdaderamente en serio, es la cerveza.

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6 comentarios en «Con los ojos en Gaza»

  1. Sergio Burstein, miembro de Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, consideró, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias, que la funcionaria “debe renunciar”. El familiar aclaró que hablaba «a título personal» y consideró que los dichos de la titular del INADI que opinó que «Israel violó derechos internacionales y eso se le vino en contra», le provoca la sensación personal de que «está justificando los escarches totalmente antisemitas». Advirtió que «la frase de la funcionaria le recuerda al argumento «algo habrán hecho» por el cual se justificó el terrorismo de Estado en Argentina.»

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    Me parec mucho, me solidarizo con Maria José

  2. La matanza que está llevando a cabo el ejército israelí en la franja de Gaza desde hace aproximadamente un mes (matanza precedida por varios meses de bloqueo, una auténtica acción bélica dirigida contra una población indefensa) le ha hecho un inmenso favor a los antisemitas del mundo. El racismo se alimenta del terror y de la simplificación de problemas complejos; y la política del estado de Israel contra la población palestina de Gaza propicia, con las terroríficas imágenes de civiles masacrados que el mundo entero ha estado consumiendo, todas las simplificaciones. Los justificadores de lo injustificable, también en nuestro país, han contribuido a una simplificación muy peligrosa: la que lleva a confundir los conceptos de judaísmo, sionismo, gobierno de Israel y estado de Israel. Y esta confusión la promueven tanto los antisemitas como los que salen a apoyar los crímenes cometidos por el ejército israelí. Una acción en favor de la paz es distinguir estos conceptos y poder debatirlos en su diferencia.

    Es lamentable que importantes dirigentes de la comunidad judía en Argentina salgan a hacer proselitismo mediante altisonantes denuncias de brotes antisemitas, cuando durante todo el tiempo que lleva la masacre en Gaza han hecho lo posible por tratar de convencernos de que «la causa judía» necesita que se lleve a cabo esta matanza. Lo que menos necesitan los judíos es quedar pegados a un crimen de lesa humanidad. Quienes necesitan descargar toda su capacidad destructiva contra la población palestina de Gaza no son los judíos sino el actual gobierno israelí, para posicionarse mejor en las próximas elecciones en ese país. Quienes necesitan castigar de modo despiadado a la población palestina de Gaza son aquellos que apuestan a la agudización de la guerra en medio oriente. Puede ser que una parte importante del electorado israelí se sienta complacido por esta impiadosa demostración de fuerza de su ejército. Pero esa es una mirada de corto alcance: la masacre de Gaza producirá efectos perdurables de odio entre pueblos que deberían convencerse de la necesidad de convivir. La decisión de estos crímenes la toman unos pocos pero la sufren muchos palestinos en el presente y la sufrirán muchos judíos y palestinos en el futuro.

    Resulta particularmente ofensivo que los justificadores de estos crímenes evoquen en sus discursos a las víctimas de la Shoah: lo que menos honra a la memoria de esas víctimas es usarlas para justificar los crímenes actuales. Al evocar la Shoah como instrumento de propaganda pro-israelí, estos justificadores están ofendiendo no sólo al judaísmo -por más que se llenen la boca con su «ser judíos»- sino a la humanidad sin más. Es intolerable para cualquier persona, del origen que fuere, que se use a las víctimas de un genocidio como mercancía mediática para distraernos de la comisión de nuevos crímenes.

    Es inadmisible el chantaje que se instrumenta al denunciar un supuesto rebrote de antisemitismo tan sólo para acallar el repudio masivo a estos crímenes. ¿Ha habido expresiones antisemitas en estos días? Seguramente. Era previsible que las hubiera. Hay que condenar esas expresiones. También ha sido posible leer y escuchar en estos días a muchos defensores de la posición israelí lanzando ofensas racistas contra palestinos, árabes o musulmanes. En blogs, en debates televisivos y radiales, en artículos periodísticos, hay quienes afirmaron que Israel es el último énclave de la civilización en medio de pueblos bárbaros, que Israel es la modernidad rodeada por el medioevo, se ha dicho que los palestinos que votaron al Hamas no son capaces de ejercer sus derechos políticos, se ha hecho todo lo posible para confundir resistencia palestina, mundo árabe, Islam y terrorismo. Estas insidiosas asimilaciones contribuyen a reforzar estereotipos que son la fase preparatoria de los genocidios: si los palestinos no saben votar, si no tienen derecho a resistirse a la ocupación de sus territorios, si Gaza está infestada de terroristas y si estos terroristas usan a mujeres, niños y ancianos como escudos humanos, entonces es inevitable y hasta plausible masacrarlos en conjunto, sin tener que rendir cuenta por esos asesinatos.

    No hay en Argentina ningún rebrote de antisemitismo. La vocinglería del rebrote antisemita es parte de esta concepción «defensiva»: se mata a los niños porque los terroristas los usan como escudos humanos y se pretende acallar el repudio de la matanza con la excusa de que algunos antisemitas participan de actos de repudio.

    ¿Qué hacer entonces? Creo que la respuesta es sencilla: no ceder en absoluto a cualquier intento de justificar el racismo: ni el racismo anti-judío, ni el racismo anti-árabe. No consentir la maniobra de los racistas de cualquier tipo que tratan de enredar la comprensión de este conflicto atribuyéndole un caracter racial. No hay aquí dos “razas” en conflicto: se trata del negocio de la guerra, de geopolítica, de petróleo, de dinero.

    1. Cuervo: Le pertenezco. Clap, clap, clap… Pero ojo, que hay gente (inclusive aquí en AP) que hace todo lo que está a su alcance para restablecer la mescolanza simplificadora.

      1. Salud, Eduardo!
        Hay gente que promueve la confusión de las cuestiones que le viene muy bien al actual estado de cosas (EEUU e Israel apostando a la guerra). Pero ¿acá en AP? No lo puedo creer.

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