No cruces el río
No busques la otra orilla
La tierra grita bajo tu planta
Despierta celosa la mañana
La simiente abraza el surco
Explota el canto de la calandria
No cruces el río
No busques la otra orilla
Entre terrones quemados
Resecos de egoismo
Acres de mi ignorancia
Aguardan brotes vitales
Esconde el amor sus lanzas
No cruces el río
No busques la otra orilla
No rías la risa que no tengo
No recates el cuerpo que me falta
No opongas razones al destino
La sangre no escucha sus palabras
Déjalos…
Que mis recuerdos te atrapen
Que tu voz no me suelte
Que mi boca sea tu sino
Que TUS MANOS, mi esperanza
No cruces el río
Por favor regresa a casa
A Paula, un 14 de febrero.
Está claro: Contradicto sufre una pena de amor… y de vida.
El amor, como la hiedra, se ha enredado en su cuerpo, lo comprime y lo protege, lo agobia y lo libera.
Pero Contradicto tiene suerte. Porque está vivo. Y lo sabe.
Enfrenta una difícil batalla. Y tiene ganas de dar pelea. Por sí mismo… un forma de pelear por los demás.
No cruces el río
No busques la otra orilla
No compres las almas en oferta
No imputes falsas estaciones
No quieras volar sin incentivos
(Ay! el amor, el amor…)
largale las riendas
y soñá con ella
porque si ella no sueña
no vuela, no cruza, no salta
vos ¿a quién querrías?
no sería a la Paula …
hermoso el poema …
Tengo que hablar SHA con Paula. Esa chica no entiende que de estos hombres que escriben estas cosas no quedan más. Dame su tel, por favor.
como es Paula?