Hace algunos días, Edward Snowden presentó por escrito una serie de respuestas a unas preguntas formuladas por una comisión designada específicamente para entrevistarlos sobre programas de vigilancia masiva en la Unión Europea.
El documento original puede descargarse acá, y ponemos a disposición una traducción al español (que puede contener algunos errores, pueden corregir abajo). Los links en el texto son originales, excepto los links a las biografías de los parlamentarios que preguntaron:
Quiero agradecer al Parlamento Europeo la invitación a dar testimonio sobre los programas de vigilancia masiva sobre ciudadanos europeos. Esos programas de la NSA, el GCHQ y otros tantos sobre los que fuimos aprendiendo, ponen en riesgo una serie de derechos básicos sobre los cuales se fundan las sociedades liberales.
En primer lugar, hay que remarcar que a pesar de la enorme presión política por demostrarlo, ningún gobierno pudo hasta ahora mostrar evidencia que demuestre que dichos programas son necesarios. En Estados Unidos, los jefes de esos programas de espionaje aseguraron que 54 ataques terroristas fueron frenados a tiempo por la vigilancia masiva, pero dos revisiones independientes de la Casa Blanca con acceso a evidencia clasificada demostraron que esa conclusión es falsa, de la misma forma que lo informó una Corte Federal.
La investigación más reciente, de la White House’s Privacy and Civil Liberties Oversight Board, determinó que el programa de vigilancia masiva no sólo era ineficaz – nunca logró frenar un solo intento de ataque terrorista – sino que no tenía bases legales. En un lenguaje menos diplomático, comprobaron que Estados Unidos estaba operando un programa ilegal de vigilancia masiva, cuyo mayor éxito había sido el descubrimiento de un taxista que desde EEUU transfirió 8.500 dólares a Somalia en 2007.
Después de señalar incluso que este éxito impresionante – descubrir una transacción bancaria ilegal – no se podría haber logrado sin el programa de vigilancia masiva, la comisión recomendó que se lo de por finalizado. Desafortunadamente, sabemos por la prensa que el programa sigue operando al día de hoy.
Creo que la vigilancia masiva no sólo falla en garantizar más seguridad, sino que actualmente nos vuelve menos seguros. Por el grado de derroche de recursos que significa un programa de vigilancia masiva que “recoge todo”, terminamos con más analistas tratando de darle sentido a pequeñas disidencias políticas y menos investigadores siguiendo pistas verdaderas. Creo que hacer vigilancia masiva en desmedro de los métodos tradicionales de espionaje puede costar vidas, y así lo demuestra la historia.
A pesar de la extraordinaria intromisión de la NSA y los gobiernos de la UE en las comunicaciones privadas alrededor del mundo, Umar Farouk Abdulmutallab, el “Underwear Bomber”, fue capaz de abordar un avión desde Europa a EEUU en 2009. Las 290 personas a bordo no fueron salvadas por la vigilancia masiva, sino por la incapacidad de quien llevaba la bomba de hacerla explotar. Aunque el padre de Mutallab advirtió al gobierno norteamericano que su hijo era peligroso en noviembre de 2009, nuestros recursos estaban ocupados monitoreando a gente que jugaba juegos en línea o grabando a ministros alemanes. Esa pista extraordinaria no significó que el gobierno le asignara un investigador. Todo lo que le dimos fue una visa de entrada al país.
Tampoco este programa permitió frenar las bombas de Boston. A pesar de las específicas alertas rusas sobre Tamerlan Tsarnaev, el FBI no pudo más que hacer una investigación de rutina – aunque hicieron un montón de investigaciones inútiles basadas en búsquedas en computadoras. 264 personas terminaron heridas y 3 murieron. Los recursos que podrían haber estado destinados a una investigación seria fueron destinados al monitoreo de todas las llamadas en EEUU.
Esto no debió haber pasado. Yo trabajé para la CIA. Para la NSA. Para Defensa. Amo a mi país y creo que el espionaje sirve a un propósito fundamental y debe continuar. Arriesgué mi vida, mi familia y mi libertad para contarles la verdad.
La NSA me dio la autoridad para monitorear comunicaciones alrededor del mundo usando sistemas de vigilancia masiva, incluso dentro de los Estados Unidos. Personalmente monitoreé objetivos individuales usando ese sistema, bajo la orden 12333 del Presidente de los EEUU y bajo la ley FAA 702 del Congreso. Conozco lo bueno y lo malo de ese sistema, lo que pueden y lo que no pueden hacer, y les puedo decir que sin moverme de mi silla, podría haber leído las comunicaciones privadas de cualquier miembro de este comité, así como de cualquier ciudadano común. Puedo jurar que esto es verdad.
Estas no son las herramientas en las que las sociedades libres invierten. La vigilancia masiva viola nuestros derechos, pone en riesgo nuestra seguridad y amenaza nuestra forma de vida.
Si el gobierno de US, luego de determinar que la vigilancia masiva es ilegal e innecesaria, continúa con el programa estamos ante un problema. Considero al gobierno como el responsable general y espero que estén de acuerdo conmigo. Esto plantea una cuestión que muchos cuerpos legislativos implicados en vigilancia masiva trataron de evitar: si aún conscientemente Estados Unidos está violando el derecho de miles de millones de inocentes – y digo miles de millones sin exagerar – por nada más sustancial que la potencial ventaja en inteligencia que nunca se comprobó, ¿qué van a hacer los otros gobiernos del mundo?
Nos guste o no, las reglas internacionales del mañana se están construyendo hoy, ahora, por el trabajo de espacios como este comité. Si los estados liberales deciden que el espionaje es más importante que los derechos de sus ciudadanos, el resultado inevitable va a ser estados menos liberales y menos seguros a la vez.
Muchas gracias.
Ahora responderé a las preguntas, por favor tengan en cuenta que no revelaré nueva información sobre los programas de vigilancia. Me limitaré a informar acerca de aquello que los medios de comunicación han expuesto a conocimiento público. Repito mi voluntad de dar testimonio ante el Congreso de los Estados Unidos si deciden tratar el tema de la vigilancia masiva inconstitucional.
Rapporteur Claude Moraes MEP, S&D Group.
Dado el amplio impacto que ha tenido la revelación sobre vigilancia masiva a ciudadanos de la Unión Europea, ¿puede informarnos sobre el grado de colaboración existente entre la NSA y los estados miembros de la UE en términos de recolección de datos sobre ciudadanos europeos?
Un gran número de memos de la dirección de Asuntos Extranjeros de la NSA fueron publicados por la prensa. Una de las principales actividades de la FAD (Foreign Affairs Division) de la NSA es presionar o incentivar a los miembros de la UE para que cambien su legislación de manera que se permita la vigilancia masiva. Abogados de la NSA, así como del servicio británico GCHQ, trabajan muy duro para encontrar vacíos legales en las leyes y constituciones que permitan programas de vigilancia masiva. Esos esfuerzos por encontrar vacíos legales y nuevas interpretaciones son una estrategia intencional para evitar que la oposición pública y los legisladores insistan en la necesidad de que haya límites a respetar, un efecto que el propio GCHQ internamente describió en un documento como “un debate público perjudicial”.
Hemos visto que estas operaciones legales de la FAD ocurrieron tanto en Suecia como en Holanda, así como también en Nueva Zelanda. Alemania estuvo bajo presión para modificar la ley G-10 en beneficio de la NSA, y en perjuicio de los derechos de los ciudadanos alemanes amparados en su constitución. Todos estos países reciben instrucciones de la NSA, a veces bajo el amparo del Departamento de Defensa de US y sus cuerpos, sobre como degradar la protección legal de las comunicaciones en sus propios países. El resultado final de la NSA en ese sentido es que el derecho de los ciudadanos a comunicarse libremente sin interferencias ha sido quebrado, y los sistemas de vigilancia masiva están siendo construidos en secreto incluso en estados liberales, y a menudo sin la plena conciencia de la opinión pública.
Una vez que la NSA logra superar o ayuda a sobrepasar las restricciones legales para la vigilancia masiva inconstitucional en otros estados, alienta a sus aliados a realizar “operaciones de acceso”. Las operaciones de acceso son esfuerzos en conjunto para obtener acceso total a todos los proveedores de telecomunicaciones en sus jurisdicciones, normalmente comenzando por los que manejan mayor volumen de comunicaciones. A veces la NSA provee consultoría, tecnología y hasta hardware físico propio a sus aliados para la ingesta de esta cantidad enorme de datos de manera que les permita procesarlo, ya que no toma demasiado tiempo acceder a todo ese tipo de información. Incluso en un país del tamaño de US, el acceso a tres grandes compañías pueden proveer acceso total a la mayoría de las comunicaciones de todos los ciudadanos. En Gran Bretaña, Verizon, British Telecommunications, Vodafone, Global Crossing, Level 3, Viatel e Interoute cooperaron con el GCHQ, incluyendo cooperación que estaba más allá de lo legalmente requerido.
En el momento en que esto ocurre, es muy difícil para los ciudadanos de un país proteger la privacidad de sus comunicaciones, y es muy fácil para los servicios de inteligencia de un país hacer que esas comunicaciones estén disponibles para la NSA, incluso sin explicitar que se comparte la información. Cuando se combina con el que hecho de que los memorándums de acuerdos entre la NSA y los servicios de inteligencia de otros países tienen una cláusula estándar que asegura que no se proveen derechos “exigibles”, termina en que la NSA vigila a los ciudadanos de sus servicios de inteligencia aliados sin que éstos lo sepan, y permite que éstos nieguen esa situación.
El resultado es un “bazar” europeo, donde un estado miembro de la UE como Dinamarca puede darle a la NSA acceso a su centro de monitoreo bajo la (“no exigible”) condición de que la NSA no monitoree a ciudadanos daneses, y Alemania le da a la NSA acceso a otro centro en la condición de que no espíe ciudadanos alemanes. Sin embargo, los dos sitios de accesos pueden ser dos puntos del mismo cable, entonces la NSA simplemente captura las comunicaciones de los ciudadanos alemanes cuando esas comunicaciones pasan por Dinamarca, y las comunicaciones danesas cuando pasan por Alemania, todo bajo el marco de los acuerdos obtenidos. En definitiva, cada servicio de inteligencia de UE dio acceso a su sistema de inteligencia interno a la NSA, el GCHQ, FRA, sin tomar conciencia acerca de cómo esa acción individual contribuyó a crear un sistema de vigilancia masiva contra todos los ciudadanos del mundo.
Este Parlamento debería pedirle a la NSA y el GCHQ que nieguen que están monitoreando las comunicaciones de los ciudadanos de la UE, y ante la ausencia de una respuesta seria, yo sugiero que estamos ante una situación que es el resultado de subordinar el derecho de los ciudadanos a elegir frente a las prerrogativas de los servicios de inteligencia del mundo. El camino más seguro de una nación para convertirse en objeto de un sistema innecesario de vigilancia masiva es permitir que la inteligencia dicte sus políticas.
El derecho a ser libres de intromisiones en nuestras privacidad – nuestras vidas y nuestras propiedades, nuestros pensamientos y nuestras comunicaciones – es un derecho humano. No está garantizado por gobiernos y no puede ser revocado por ellos según la conveniencia. Así como no permitimos que la policía entre en cualquier casa a buscar evidencia por crímenes sin solución, no debemos permitir que los servicios de inteligencia intervengan en nuestras comunicaciones en búsqueda de indicios de actividades peligrosas.
– ¿Podría informar acerca de la actividad de los servicios de inteligencia de estados de la UE en este tipo de operaciones y cómo están de avanzadas sus capacidades de vigilancia en comparación con la NSA?
El mejor testimonio que puedo dar sin interferir en el trabajo que están haciendo los periodistas que cuentan con esta información es señalar que la NSA no sólo provee recomendaciones y guías sino que comparte sistemas y tecnologías de vigilancia masiva con agencias de inteligencia de estados de la UE. En lo específicamente referido a vigilancia masiva, la diferencia entre, por ejemplo, la NSA y la FRA no es de tecnología sino de fondos y de mano de obra. La tecnología es agnóstica de nacionalidad, y la bandera que uno coloque afuera del edificio no hace al sistema de vigilancia masiva más o menos efectivo.
– ¿Qué proporción de programas de vigilancia masiva han sido ya revelados por la prensa?, ¿hay otros programas, aún no revelados, que puedan impactar sobre los derechos de los ciudadanos de la UE?
Hay todavía otros programas que podrían impactar en los derechos de los ciudadanos de la UE, pero dejaré a los periodistas responsables a cargo de esa información que determinen cuáles son los de mayor interés.
Shadow Rapporteur Sophie Int’Veld MEP, ALDE Group
¿Hay procedimientos adecuados en la NSA para que sus empleados puedan advertir cuando se producen este tipo de situaciones?
Desafortunadamente, no. La cultura corporativa dentro de la inteligencia de US es tal que reportar cualquier tipo de duda sobre la legalidad o la necesidad de algún programa termina resultando en una advertencia sobre quien lo señala antes que en cualquier reforma. Debemos recordar que todos estos programas resultaron problemáticos para las oficinas legales de agencias como la GCHQ u otras. De acuerdo a sus propios documentos, la prioridad de esas supervisiones no era asegurar el estricto cumplimiento de la ley o marcar cualquier violación, sino evitar, y cito, “cualquier debate público peligroso”, y evitar cualquier tipo de revisión legal en una corte abierta.
En mi experiencia personal, en repetidas ocasiones expresé mis dudas sobre la legalidad y la pertinencia de estos programas, con mis compañeros y con mis superiores, obteniendo dos tipos de respuestas.
La primera fue la advertencia de no “mover el bote”, para no sufrir el mismo tipo de castigo que sufrieron otros denunciantes como Wiebe, Binney o Drake. Estas tres personas reportaron sus dudas a través de los canales oficiales y los tres sufrieron operaciones armadas del FBI y amenazas de sanciones criminales. Todos en la comunidad de inteligencia saben lo que ocurre con quienes reportaron cuestionamientos sobre operaciones ilegales.
El segundo tipo de respuesta era la sugerencia, típica de los superiores, de que dejemos que ese sea el problema de alguien más. Incluso a los oficiales de mayor rango a los que llevé mis cuestionamientos, nadie en la NSA pudo siquiera recordar una instancia en la que la queja de un oficial resulte en la finalización de un programa ilegal, pero había un deseo unánime de evitar quedar asociado a ese tipo de denuncias.
¿Agotó todas las instancias internas antes de la decisión de hacerlo público?
Sí. Reporté a más de diez oficiales distintos sobre lo problemático de estos programas, y ninguno de ellos hizo nada al respecto. Como empleado de una empresa privada, antes que empleado directo del gobierno, no estaba protegido por las leyes que protegen a los denunciantes y no hubiese estado protegido de represalias y sanciones legales por revelar información clasificada.
Hay que recordar que este dilema legal no ocurre por error. La reforma de las leyes que protegen al denunciante recién se aprobó en 2012, con la US Whistleblower
Protection Enhancement Act, pero específicamente decidieron que queden excluidas las agencias de inteligencia. Obama también reformó una orden ejecutiva que regulaba la protección a denunciantes, con la 2012 Presidential Policy Directive 19, y también dejó afuera a contratistas de los servicios de inteligencia, como era mi caso. El resultado es que personas como yo quedaron sin ningún canal oficial para este tipo de cuestionamientos..
¿Cree que esos procedimientos para denuncias han mejorado?
No. No hubo hasta ahora ninguna reforma sustancial al respecto, y desafortunadamente mi gobierno está tomando un número desproporcionado de acciones en mi contra. El gobierno norteamericano me declaró culpable de un crimen antes que empiece cualquier juicio, llamaron públicamente a que se me ejecute, revocaron mi pasaporte y me dejaron varado en una zona de tránsito por seis semanas y hasta usaron a la OTAN para hacer aterrizar el avión presidencial de Evo Morales, presidente de Bolivia, por el rumor de que yo me encontraba en él rumbo al asilo en América Latina.
¿Cuál es su relación con las autoridades rusas y chinas, y cuáles son los términos en los que se le permitió establecerse originalmente en Hong Kong y ahora en Rusia?
No tengo relación con ninguno de esos dos gobiernos.
Shadow Rapporteur Jan Philipp Albrecht MEP, Greens Group.
¿Podemos ayudarlo de alguna manera?, ¿ha pedido asilo en la Unión Europea?
Si quieren ayudarme, ayúdenme ayudando a todos: declaren que la vigilancia indiscriminada, la recolección masiva de datos privados de parte de los gobiernos es una violación a nuestros derechos y debe terminar. Lo que me pase a mi como persona es menos importante que lo que le pase a nuestros derechos.
Respecto del asilo, sí pedí a la UE, pero aún no recibí respuestas positivas. Legisladores de los gobiernos me han dicho que Estados Unidos, y cito, “no permitiría” que aliados de la UE me ofrezcan asilo político. Recibiría cualquier oferta de asilo permanente o de una visita segura, pero reconozco que se requeriría un acto de extraordinario coraje político.
¿Puede confirmar ciber ataques de la NSA u otros servicios de inteligencia contra instituciones de la UE, proveedores de servicios como Belgacom o SWIFT u otra compañía establecida en la UE?
Sí. No quiero opacar el trabajo de los periodistas, pero puedo confirmar que los documentos aparecidos que muestran operaciones contra Belgacom, SWIFT, la Unión Europea, Naciones Unidas, Unicef y otras, revelan ataques que efectivamente ocurrieron. Y es posible que operaciones similares que afectan mucho más a ciudadanos comunes serán reveladas en el futuro.
Shadow Rapporteur Cornelia Ernst MEP, GUE Group.
Desde su punto de vista, ¿qué tanto pueden estar justificadas por cuestiones de seguridad nacional las medidas de vigilancia que usted reveló? De acuerdo a su experiencia, ¿esta información está siendo utilizada para espionaje económico?, y ¿qué puede hacerse para resolver esto?
La vigilancia contra objetivos específicos, por motivos de seguridad nacional y respetando los derechos humanos, es irreprochable. Desafortunadamente, hemos visto el crecimiento de vigilancia sobre objetivos extremadamente cuestionables por razones que nada tienen que ver con la seguridad nacional. Recientemente, el Primer Ministro de Australia, encontrado in fraganti participando en actos de espionaje económico, trató de argumentar que el precio de los camarones y cigarrillos en Indonesia era una cuestión de seguridad nacional. Esto es un indicador del creciente desinterés de los gobiernos por asegurar que las actividades de inteligencia sean justificadas, proporcionales al objetivo y estén bajo algún control. Debería preocuparnos por el precedente que sientan este conjunto de acciones.
El GCHQ, de Gran Bretaña, es el primer ejemplo de esto, ya que se refieren al tema como “un ligero descuido”, que es la manera burocrática de decir que sus actividades de espionaje son menos restringidas que adecuadas. Desde que comenzaron estas revelaciones, aprendimos que el GCHQ interceptó y guardó una cantidad sin precedentes de comunicaciones entre ciudadanos comunes, creando una base de datos dentro y fuera de la UE. No hay argumento capaz de convencer a una corte que esas actividades son necesarias y proporcionales, y es por eso que esas actividades permanecen ocultas a la revisión de una corte.
En Estados Unidos, usamos una corte secreta, la Foreign Intelligencia Surveillance Court (FISC), que sólo escucha argumentos del gobierno. De aproximadamente 34.000 pedidos que hizo el gobierno a lo largo de 33 años, la FISC sólo rechazó 11 pedidos. Debería ser tomado en serio por este comité, y por la sociedad, el hecho de que los abogados de la GCHQ se consideren afortunados por evitar el tipo de supervisión de una corte como la FISC que sólo rechazó 11 solicitudes de las 34.000 pedidas por el gobierno.
Aprendimos unos días atrás que el GCHQ colectaba imágenes del popular servicio de Yahoo de cámaras web adentro de las casas de los ciudadanos, y alrededor del 10% de esas imágenes tenían que ver con situaciones íntimas y/o de desnudez. En el mismo informe, los periodistas revelaron que este tipo información de webcam podía buscarse a través del sistema XKEYSCORE de la NSA, lo cual significa que el pequeño descuido de la GCHQ no sólo era utilizado para recolectar información que está vedada por las leyes de la UE, sino para luego intercambiar esos datos con servicios de inteligencia extranjera, sin el conocimiento o el consentimiento de la opinión pública.
También aprendimos el año pasado que algunos de los aliados con los que el GCHQ estaba compartiendo información, por ejemplo la NSA, utilizó ese tipo de material para desacreditar a ciertas organizaciones religiosas, con la difusión de contenido sexual explícito. Este reporte, de 2012, reveló que el gobierno británico estaba al tanto de la intención de la NSA de usar la información de esa manera. Ninguno de los miembros de ese grupo religioso estaba sospechado o envuelto en ningún intento terrorirsta: eran objetivos a perseguir por sus creencias políticas, como parte de una clasificación de la NSA que los consideró “radicalizados”.
¿Alguno de los miembros de este comité no sostuvo alguna vez una posición que la NSA, el GCHQ o algún servicio de inteligencia de la UE podría haber considerado “radical”?, ¿si fueras un objetivo por tus creencias políticas, ¿lo sabrías? Si los desacreditaran usando tus conversaciones privadas, ¿podrían demostrar que fueron ellos?, ¿qué recursos les quedarían contra eso? Y ustedes son parlamentarios. Imaginen el impacto del trabajo de esas agencias contra un ciudadano común sin poder, sin privilegios, sin recursos. ¿Son estas actividades necesarias, proporcionales y un incuestionable asunto de seguridad nacional?
Unas semanas atrás, nos enteramos que el GCHQ contrató científicos para estudiar cómo crear divisiones entre activistas y agrupaciones políticas, cómo actuar para desacreditar empresas privadas y cómo plantar información falsa para desviar la discusión pública.
Para responder directamente a su pregunta: sí, las capacidades de vigilancia masiva y global están siendo usadas en una base de datos con propósitos de espionaje económico. Que uno de los principales objetivos de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos es producir inteligencia económica es uno de los máximos secretos en Washington.
En septiembre, descubrimos que la NSA había logrado la colaboración de los mayores facilitadores de transacciones financieras, como Visa y SWIFT, con la publicación de documentos que hablaban de ellos como proveedores de “información personal muy importante”, aún de datos que no tenían que ver con objetivos de inteligencia. Nuevamente, son documentos auténticos y sin modificaciones, un hecho que la propia NSA nunca puso en duda.
En agosto descubrimos que la NSA espió a Petrobras, una empresa de energía que sería la primera de una larga lista de empresas de energía que Estados Unidos espió.
Pero debemos dejar en claro que estas actividades no son propias sólo de la NSA o el GCHQ. El DSD de Australia espió a Sri Mulyani Indrawati, el ministro de finanzas y Director del Banco Mundial. Informes posteriores revelaron espionaje en las cumbres del G-8 y el G-20. Incluso hubo vigilancia masiva contra la cumbre del cambio climático.
Recientemente, los gobiernos cambiaron su discurso, pasando del argumento de que sólo usan vigilancia masiva “por motivos de seguridad nacional” al más nebuloso “propósitos de inteligencia extranjera”. Sugiero que este comité considere que ese cambio retórico es un reconocimiento tácito de los gobiernos de que pasaron el límite de lo justificable. Todos los países creen que sus objetivos de inteligencia extranjera son válidos, pero eso no los vuelve justificables. Si estamos preparados para condenar el espionaje económico de nuestros competidores, debemos hacerlo con nuestros aliados.
La comunidad internacional debe ponerse de acuerdo en estándares comunes de comportamiento, e invertir en el desarrollo de nuevas técnicas de defensa contra la vigilancia masiva. Todos dependemos de sistemas comunes, entrelazados, y los franceses no estarán a salvo de la vigilancia masiva hasta que los americanos, argentinos o chinos no lo estén.
La buena noticia es que hay soluciones. La debilidad de la vigilancia masiva es que resulta muy sencillo volverla más cara: el tráfico de información encriptada de punto a punto hace que la vigilancia masiva resulte ineficiente en términos de costo/beneficio. El resultado es que el gobierno debe volver a los tradicionales métodos de vigilancia, en objetivos específicos basados en pruebas concretas. Los gobiernos no podrían correr el riesgo de lanzarse contra toda terminal de conexión entre dos puntos en el mundo. La posibilidad de la vigilancia masiva y pasiva está basada en comunicaciones sin encriptar o con encriptamiento débil alrededor del mundo.
Si hubiera mejor información pública sobre las agencias de inteligencia, ¿cree que se hubiera evitado la existencia de este tipo de programas?, ¿qué condiciones deben cumplirse para que eso pase, a nivel nacional e internacional?
Sí, más información podría haber prevenido de estos errores que nos trajeron hasta este punto, entendiendo que la defensa siempre es más importante que el ataque cuando se trata de temas de inteligencia nacional. El intencional debilitamiento de los estándares de seguridad de los cuales todos dependemos es una acción contra ese bien público.
La supervisión de las agencias de inteligencia siempre debe estar en manos de los partidos de la oposición, ya que siempre son los que tienen más para perder en cuanto a vigilancia estatal. Además, necesitamos mejores leyes que protejan a los que denuncian estas cuestiones, y un nuevo compromiso sobre la importancia del asilo internacional. Estas son cosas importantes que protegen nuestros derechos humanos cuando las leyes nacionales fallan.
Los gobierno europeos, que tienen una larga tradición en derechos humanos, no deberían estar intimidados por defender el asilo por motivos políticos, de los cuales el espionaje siempre ha sido un motivo. El periodismo no es un crimen, es el fundamento de una sociedad libre e informada.
Shadow Rapporteur Axel Voss MEP, EPP Group.
¿Por qué decidió hacer pública esta información?
Las leyes y las cortes secretas no pueden autorizar actividades inconstitucionales, ni se puede justificar la violación al derecho humano al accountability democrático sobre esas actividades. Si la vigilancia masiva sobre el público inocente tiene que ocurrir, que sea autorizado como resultado de un debate informado con la opinión pública, bajo una serie de reglas que los ciudadanos puedan discutir en las cortes si es necesario.
Que los gobiernos estén aún hoy dispuestos a permitir una revisión independiente de esas políticas secretas de vigilancia masiva de inocentes demuestra la falta de fe de esos gobiernos en que estos programas son legales y útiles, y dan un testimonio más fuerte en favor de la justicia de mis actos que cualquier palabra que pueda escribir.
¿Agotó todas las instancias internas posibles antes de hacerlo público?
Sí. Reporté a más de diez oficiales distintos sobre lo problemático de estos programas, y ninguno de ellos hizo nada al respecto. Como empleado de una empresa privada, antes que empleado directo del gobierno, no estaba protegido por las leyes que protegen a los denunciantes y no hubiese estado protegido de represalias y sanciones legales por revelar información clasificada.
Hay que recordar que este dilema legal no ocurre por error. La reforma de las leyes que protegen al denunciante recién se aprobó en 2012, con la US Whistleblower
Protection Enhancement Act, pero específicamente decidieron que queden excluidas las agencias de inteligencia. Obama también reformó una orden ejecutiva que regulaba la protección a denunciantes, con la 2012 Presidential Policy Directive 19, y también dejó afuera a contratistas de los servicios de inteligencia, como era mi caso. El resultado es que personas como yo quedaron sin ningún canal oficial para este tipo de cuestionamientos.
¿Es consciente de que sus revelaciones pueden potencialmente poner en riesgo la vida de inocentes y afectar los esfuerzos de la lucha global contra el terrorismo?
De hecho, no hay evidencia específica, de ningún gobierno, acerca de alguna vida que haya sido puesta en riesgo por los motivos que esta pregunta parece querer implicar. Si usted puede demostrar que alguno de los gobiernos consultados en esta historia eligió no impedir la publicación de información que pusiera en peligro a alguien, lo invito a hacerlo. La primera plana de cualquier diario del mundo está disponible para usted.
¿El servicio secreto ruso se acercó a usted?
Claro. Hasta el servicio secreto de Andorra se hubiera acercado a mi si hubiese tenido la chance: es su trabajo.
Pero no traje los documentos conmigo a Hong Kong, y estoy seguro de que se desilusionaron, y los servicios de inteligencia no tardan mucho tiempo en darse cuenta de eso. Y estoy acompañado constantemente con una cantidad enorme de periodistas, lo cual equivale a la kriptonita de los espías. En consecuencia, pasamos 40 días atrapados en un aeropuerto en vez de estar durmiendo en una pila de dinero esperando a la siguiente parada. Pero salimos con la cabeza en alto.
Quiero agregar que el gobierno de Estados Unidos repitió en varias ocasiones que no hay evidencia de ningún tipo de relación entre el servicio de inteligencia ruso y yo.
¿Quién financia su vida?
Yo.
Shadow Rapporteur Timothy Kirkhope MEP, ECR Group.
Comenzó diciendo que quería mayor control de los ciudadanos sobre las agencias de inteligencia, sin embargo, ¿cómo se siente con que ese control no se aplique sobre usted?, ¿planea en algún momento regresar a Estados Unidos o Europa para enfrentar cargos criminales, responder preguntas ante un oficial y seguir el camino de alguien que filtra información?
Con todo respeto, le recuerdo que la accountability no puede existir sin el debido proceso, y hasta Deustche Welle ha escrito sobre la brecha que existe en la ley norteamericana que me privó de la protección vital como denunciante por mi condición de empleado de una compañía privada en lugar de empleado del gobierno federal. Seguramente nadie en ese comité cree que la medida de los derechos políticos de cada persona debe estar determinada por quién es su empleador.
Afortunadamente, vivimos en un mundo global, interconectado, y cuando las leyes nacionales fallan como es este caso, las normas internacionales nos proveen de otros niveles de accountability así como el proceso de asilo nos permite un medio de debido proceso a personas que de otra manera seríamos erróneamente privadas de nuestra libertad.
Ante la extraordinaria campaña de persecución en mi contra por el gobierno de los Estados Unidos por mis creencias políticas, que le recuerdo que incluyó hacer aterrizar el avión del presidente de Bolivia, un gran número de naciones estuvo de acuerdo en que era necesario y justo concederme el asilo político.
Las encuestas de opinión en Europa indican que no estoy solo en la esperanza de ver que los gobiernos de la UE acuerden en que es necesarios proteger con nuevas normas a quienes filtran información de este tipo.
¿Planea desclasificar más información?, ¿se le ha requerido que desclasifique algún tipo de información referida a autoridades rusas o chinas?
Como dije anteriormente, hay una cantidad de información clasificada sobre programas que afectan los derechos de los ciudadanos de la UE, pero dejaré que el interés público de esas informaciones lo decidan los periodistas que están trabajando con esas informaciones, en coordinación con miembros del gobierno. No he desclasificado ninguna información a nadie más que la que publicaron los periodistas.
Muchas gracias.
Ese tipo es un héroe.