Devenires del «anti-pejotismo»

En las últimas semanas, en algunos lugares del conurbano hay que andar viendo cada cosa… Se trata de dos distritos clave en lo cuales la principal oposición, encabezada por Francisco De Narváez y Felipe Solá, tuvieron que abrir sus generosos corazone$ para conquistar las voluntades de dos dirigentes que más o menos pudieran juntar una cantidad de votos respetable, dado que no tenían allí representantes de peso.
Por un lado San Fernando, por el otro, Avellaneda. Luis Andreotti en el norte, José Alessi en el sur. Dos personajes con pasados diferentes y devenires idénticos.

Cuando ganó las elecciones municipales en 1983, Alfredo «el nene» Viviant tenía cuatro delfines políticos, todos pichones por aquél entonces: Osvaldo Amieiro, Juan Estanciero, Luis Andreotti y el ya fallecido Jesús Pereyra. Cada uno de ellos, a su manera, creció a la sombra del caudillo del pueblo y supo distanciarse a tiempo.
Durante la primera gestión de Viviant, Andreotti había sido Secretario de Economía con solo 23 años, recién recibido de contador público. Eran épocas del Rodrigazo, y nadie quería agarrar ese fierro caliente.
Para las elecciones del 89 (que en los municipios solo elegían concejales), Estanciero y Andreotti ya habían hecho rancho aparte, y este obtuvo una banca como concejal por una Partido que habían conformado un puñado de agrupaciones del peronismo local, disconformes con la conducción de Viviant. Sin embargo, para las elecciones de 1991, Andreotti se negó a enfrentar a Viviant en la interna y en su lugar tuvo que ir Estanciero, sacando cerca del 40% de los votos y perdiendo por escaso margen. Muchos aseguran que si en aquella oportunidad hubiese competido Andreotti, se hubiese terminado la vida política del «Nene».

En los noventa, los ahijados de Viviant se empezaron a cansar del viejo caudillo, y se ocuparon de mandarlo a la casa de la manera más elegante posible: En 1995, después de haberlo forzado a un pedido de licencia (durante el cual Osvaldo Amieiro fue Intendente interino), a Viviant le dieron un lugar entre la lista de Concejales que acompañó a Amieiro en las primeras elecciones que ganó como candidato a Jefe Comunal. En aquella lista también estaba Luis Andreotti, jugando nuevamente para el PJ oficial.
Desde entonces, Andreotti acompañó al Intendente de San Fernando en el cuerpo legislativo y en 1999, cuando fue reelecto, Andreotti se convirtió en presidente del Concejo y más tarde en Intendente interino, cuando en enero de 2002 Amieiro fue convocado por Felipe Solá para encabezar su gabinete de emergencia en la gobernación de la Provincia.
En 2005, Amieiro fue uno de los Intendentes que debió entrar a la Casa Rosada en patas y con las manos en la nuca, después de la paliza electoral que le dio Estanciero. A partir de allí, muchos pensaron en que, colectora mediante, sería fácil desbancar al gallego. El problema fue que en San Fernando hubo como cuatro colectoras (si mal no recuerdo), una de ellas encabezada por Andreotti, con el sello del Frente Grande, y digo sello porque en esa lista había de todo: por ejemplo, la primera Concejal era la ex cavallista y ex pattista Susana Villar (hoy con un monobloque «vecinal»).
Andreotti basó su campaña criticando (oia!) a «los barones del conurbano» y al «pejotismo». No le fue mal: las clases medias y medias altas de San Fernando que querían seguir disfrutando del crecimiento a tasas chinas y bajo pago de impuesto a las ganancias, pudieron votar a un candidato que no fuera Amieiro. Por ello Andreotti salió segundo con un 18% de los votos, frente al 28% de Amieiro.
Ahora, con ese capital político bastante incierto (ninguno de los dos concejales que entraron con su lista responde a su conducción), Andreotti es el hombre de Felipe Solá y Francisco De Narváez en el distrito.

El pasado de José Alessi, en cambio, es más cachivachesco (del presente ni hablemos). Empezó a militar en el peronismo de Avellaneda a principios de los noventa, gracias a uno de sus alumnos de tenis más irregulares: Baldomero Alvarez de Olivera.
La leyenda dice que durante aquellas clases de los sábados por la mañana, profesor y alumno forjaron una linda relación, y que Cacho le dijo que se fuera a laburar con él a la Muni. Huelga decir que sus seguidores dicen que esto no es cierto, y que Alessi milita en el peronismo desde su juventud. Como no tengo por qué desconfiar de lo que dicen, este blog se ocupó de consultar a cuatro militantes históricos del peronismo de Avellaneda (de distintos sectores y de más o menos la misma edad que Alessi), y ninguno recordó que el ex profesor de tenis tuviera militancia alguna en los setenta (durante su juventud, digamos).

Lo cierto es que hubo un hecho que cambiaría para siempre la vida de Alessi: ese hecho fue la Convención Constituyente de Santa Fe en 1994, a la que Alessi viajó como convencional por la provincia de Buenos Aires. Allí, conoció nada menos que a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández, con quienes quedó realmente impresionado. A partir de ese momento, comenzo un lento pero inexorable distanciamiento de Cacho Alvarez, y una profundización de sus críticas al «las prácticas del aparato justicialista». Eso sí: el laburo en la Muni recién lo largó cuando el pelado Laborde le ganó la Intendencia a Cacho y rajó a todos los perucas que no le caían bien.
Por aquellos años, Alessi fue uno de los fundadores de «La Corriente«, la agrupación política que a principios de 2002 proclamó la pre-candidatura a presidente de Néstor Kirchner. Después, en 2005, encabezó la lista de concejales que casi duplicó en votos a la lista de Álvarez (que jugaba con Chiche). En 2007, a pesar de los apoyos determinantes que recibió, Alessi perdió contra el actual Intendente. Ambos iban con colectoras, pero Cacho le sacó como 12 puntos porcentuales de diferencia.

A pocos días de la asunción de Cristina, Alessi fue convocado para trabajar en Cascos Blancos (cuatro lucas y monedas, casi el doble de lo que se llevaba como Concejal), y no dudó en renunciar a la banca y dejar en banda a toda la gente que había militado su candidatura.
Pero como en política hay gente que no sabe dejar los egos de lado, a tan solo un año y medio de aquél nombramiento en la Cancillería, Alessi decidió que este año volvería a enfrentar en las urnas a Cacho Alvarez a como diera lugar. Si no le daban colectora (cosa que él ya sabía), iría colgado de cualquier lista, o solo.
Al toque se puso el tarrito en el techo y no tuvo que esperar mucho hasta que llegara la oferta del Colo (que puede duplicar las cuatro lucas de Cascos Blancos sin que se le mueva un pelo).
Como en el caso de Andreotti, ninguno de los Concejales que entraron en las listas con Alessi le lleva el apunte. Hoy día su armado político consiste en dos Unidades Básicas, y además va a tener que negociar con la señora de Roberti (sindicalista petrolero, hombre de Solá en el distrito) y con el Pro como arman las listas. Pero parece que por estos, el Colo se deja impresionar con cualquier cosa y la pone igual.
Moraleja: vayamos pensando en que otro «anti-pejotista» va a terminar en las filas del Peronismo Sarkozysta no?

Un comentario en «Devenires del «anti-pejotismo»»

  1. Aguante Alessi!! El unico que tiene verdaderamente un proyecto para Avellaneda!!!!

    (que el editor del blog publique el comentario, sino al que le ponen la moneda es a él)

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