A un mes de su cumpleaños número setenta y ocho, y con treinta como mandamás del fútbol argentino, Julio Humberto Grondona tomó la decisión más audáz de todo su reinado: rescindir unilateralmente el contrato que unía a la AFA con la empresa que conservaba los derechos exclusivos para la transmisión de los partidos de las tres principales categorías del fútbol profesional en nuestro país. La empresa en cuestión (TSC) es propiedad, en partes iguales, del Grupo Clarín y de Torneos y Competencias. El argumento utilizado por los dirigentes que apoyan a Grondona (integrantes del Comité Ejecutivo de AFA) fue el de afecto societatis, en buen romance: «estos la vienen juntando en pala con la cantidad de abonados que suman año tras año, y a nosotros no nos tiran ni una moneda de más«.
Sin embargo, ningún conocedor del fútbol que tenga un mínimo de honestidad intelectual puede desconocer que quien ahora se presenta como el solucionador de todos los problemas, es la misma persona que ayudó a que los mismos se originaran.
Victor Hugo Morales lo definió como el hombre de «los negocios irreconciliables con la decencia«. Con lo cual, aquellos que creen ver en JHG al dirigente que al final de su vida pública decide redimirse, se confunden: en esta historia no hay héroes. Son todos malos. En cuanto al rol que pueda jugar el gobierno, muchas voces (Victor Hugo incluido) han coincidido en lo saludable que puede llegar a ser una intervención estatal que garantice que un nuevo monopolio NO vuelva a alzarse con los derechos de televisación del fútbol, y que las transmiciones de los partidos (o al menos de los más importantes) lleguen a todo el país de manera gra-tui-ta.
Teniendo en cuenta que el negocio es rentable per se, desde esta humilde columna proponemos algunas ideas que el gobierno debería imponerle sugerirle a los popes del fútbol local para mejorar algunas cuestiones:
– Terminar de una vez por todas con el caos organizativo de los torneos, cuyos fixtures eran, hasta hoy, digitados por la televisión (con la venia de la AFA).
-Redistribuir el dinero de la TV que se destina a los clubes, en pos de beneficiar a las categorías del ascenso, dado que la proporción que se les destina actualmente es demasiado injusta.
-Obligar a los clubes a tener los sueldos al día de TODO su personal, ya sea en relación de dependencia (empleados) o contratados (futbolistas).
-Mientras se mantenga la prohibición de los hinchas visitantes de concurrir a los estadios, garantizar la transmisión por televisión abierta de los principales partidos del ascenso.
Bien. También podría ser que los socios de los clubes voten ante cada decisión importante que se tenga que tomar en el Consejo Directivo de AFA, intervenir en toda la mafia de grupos inversores-venta de jugadores en la que la dirigencia va prendida fundiendo clubes sin dar cuentas ante nadie, obligar a los clubes a que con la guita prioricen su función social, etc.
Y terminar con los delincuentes en las barras.
Saludos
Buen resumen, lo que me lleva a ser pesimista. Si el gobierno la quiere hacer bien: ponemos la tarasca con la condiciòn de que el padrino Grondona renuncie a la AFA.
yo creo que no hay NADIE por fuera del monopolio que pueda estar en contra de su final.
es vivo Nestor eh, se los concedo. Alguien alguna vez jodio tanto a Clarin? no creo.
claro que no, esta es grosa, te diria que ataca al tronco central desde el cual las ganancias extraordinarias que le genera al grupo sirven para dar fluidez y efectivo a otras empresas satelites, creo que nadie, ni ellos saben aun cuanto les va a afectar esta desicion de la AFA
si, esta es pesada.
por eso, sinceramente, tengo algo de miedo por la respuesta de clarin…