Ayer por la mañana, escucho unas palabras de una conversación entre dos personas mayores, aparentemente vecinos del barrio:
El – Yo solo te pido que veas algunos días 678…
Ella – Sí, no sé, ella es muy soberbia…
Por la tarde, un grupo de jóvenes en la mesa de un bar, en la vereda: “No, no, no, mirá, te empiezo a enumerar; Indec…”
A la noche, ya entre personas que se dedican a la política, en el programa Palabras más, Palabras menos, tres cruces bastante fuertes: Sabbatella con Juez, Filmus con Tenembaum y Caparrós con Artemio.
¿Crispación? Y, la palabra cabe, no digo que no. El problema es la carga negativa de ese término. Eso es lo que no me cierra. Cuando muchos decíamos, desde diferentes sectores, que era importante que la gente volviera a interesarse en política, ¿no estábamos hablando de esto? ¿O nos referíamos a que se lo tomen como un deber cívico, completamente alejado de las pasiones?
Cuando a alguien le gusta el fútbol, la literatura, la moda o la música, suele apasionarse por su tema favorito, realzar algunas cosas y rechazar otras. Discutir, alegrarse y enojarse. Es difícil acercarse a cualquier actividad desde un lugar frío y distante.
¿Qué pueblos tienen más chances de elegir buenos gobiernos, los que discuten de política o los que no?
Discutamos todo lo que haya que discutir, acostumbrémonos a soportar algunos roces sin molestarnos y a la vez discutamos con confianza, creyendo que lo podemos convencer al otro, incluso aunque interiormente pensemos que no es así.
¿Crispación? No, efervescencia, esa me parece la palabra que define el momento actual. Me gusta.
si,efervescencia,pero pensa que puede desdibujarse si solo se da en desorden o en la mesa del cafe.
Sin duda, Isabel, la organización es muy importante, pero eso en todo caso vale para los más interesados en el asunto.
En personas que jamás hablaban de política, simplemente incluir un poco el tema con sus conocidos o buscar informarse un poco más, descubriendo que en las noticias aparentemente neutrales influyen intereses que pueden inclinar la balanza de sus opiniones en favor o en contra de un gobierno, es un paso importante hacia el lado de la política.
Sergio:
Sí por efervescencia, el DRAE, define como «Agitación, ardor, acaloramiento de los ánimos.», no se si es conveniente utilizarla cotidianamente para referirse al conflicto político. Tampoco me gusta crispación.Me parece que el conflicto político, ineludible en una sociedad democrática, se desnaturaliza cuando hay actitudes de crispación/acaloramiento y similares. Esas actitudes son las que deben evitarse, por ejemplo las declaraciones de la Sra Estela Carlotto, sobre que si Julio Cobos iba al velorio terminaría internado,deseo de la señora o de algunos grupos, que es posible se hubiere concretado de haber concurrido, con él y otros. Ello, para mí entender, indica algo que no funciona bien en nuestra sociedad.
No me gusta tampoco el consenso impuesto, o casi obligatorio, puede haber o no consenso, lo que no es conveniente es esa actitud frontal de rechazo al que piensa distinto, que es lo que generalmente surge del discurso oficial, y que a mí me recuerda al primer peronismo con su «Doctrina Nacional».
Saludos.-
Daio, realmente no me incomoda cierta agitación, ardor, acaloramiento de los ánimos, todo eso se parece bastante a la pasión y me parece que las cosas salen mejor si se las encara con pasión. Sin duda como mencionás, puede haber algunos desbordes verbales, qué se yo, como cuando Carrió dijo que sería lindo que Cristina quede viuda: http://www.diarioregistrado.com/index.php?secc=nota&nid=44248&pagina=4
Qué feo suena algo así ahora, ¿no?
Pero cuando Carrió lo dijo, no pensó que iba a pasar. Por eso también hay que tener la sabiduría de aceptar que cualquiera puede irse de boca y no quedarse en el chiquitaje de agarrarse de una frase para comparar con épocas verdaderamente dolorosas del país. Saludos.
Disculpá Daio, releo y veo que pusiste «doctrina nacional», algo que no tenía muy presente, pero que cuando lo busco, encuentro: http://www.lucheyvuelve.com.ar/Peron%20Define/Docl.htm
En ese texto no parece tan malo. La primera vez leí como si hubieras dicho, «doctrina de seguridad nacional» , proceso militar, años 70. Te referías a lo primero seguramente.
Saludos.
Sergio:
No. Me refería al art. 3 de la ley 14184 (1953):
“A los efectos de una correcta interpretación y efectiva ejecución de la presente ley defínese como Doctrina Nacional, ADOPTADA POR EL PUEBLO ARGENTINO, LA DOCTRINA PERONISTA O JUSTICIALISTA, que tiene como finalidad suprema alcanzar la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, mediante la justicia social, la independencia económica y la soberanía popular, armonizando los valores materiales con los valores espirituales y los derechos del individuo con los derechos de la sociedad”.-
En el mensaje del Poder Ejecutivo, anexo al mensaje, se trata de todos los aspectos de la vida de la sociedad, que deben desenvolverse conforme a esa doctrina.-
Al pretender el peronismo involucrar a la totalidad de la sociedad tras la bandera de una “Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”, acarreaba la identificación del movimiento peronista con la nación, lo que era inconciliable con el normal funcionamiento de un sistema pluralista de partidos.-
Se buscaba lograr una sociedad monocolor, en donde los que no se identificaban con esa doctrina eran excluidos. Esa tentación reaparece de vez en cuando cuando se adoptan políticas confrontativas y excluyentes .-
Saludos.-
Entiendo Daio, bueno, en aquellas épocas la violencia estaba mucho más presente que ahora, si comparamos cualquier hecho autoritario del peronismo, es insignificante con lo que hicieron los antiperonistas; bombardeos, fusilamientos, prohibición de mencionar siquiera determinadas palabras, etc.
Realmente creo que no estamos ni cerca de nada remotamente parecido, y en esto incluyo a la oposición aunque llegara al gobierno, Carrió, Alfonsín, etc. (Macri con más poder, un poco de miedito me da).
De verdad creo que el clima actual es bastante positivo. En todo caso comparto que lo ideal sería encauzar la pasión política hacia mayor organización, militancia, etc, y un poco menos en todo caso a atacar verbalmente al adversario. Pero en esto de atacar verbalmente, no me cabe duda que la oposición no tiene nada que enviadiarle al gobierno. Saludos.
Recuerdo una típica anécdota familiar de los 50, que precisamente alude a la clase de «violencia» existente en esos tiempos. Un día encuentro a una tía, empleada del gobierno provincial de Entre Ríos,llorando a mares. ¿Qué había pasado? No encontraba el escudito peronista, el que todos los empleados públicos debían llevar en lugar visible y decía que la iban a echar si se presentaba sin el mismo, puesto que su jefa controlaba al ingreso ese recaudo. No recuerdo como terminó el problema, yo tendría 7/8 años,pero eso y otros aspectos del gobierno de entonces son formas de ejercer violencia sobre la población y son mucho más graves que insultar a un adversario, lo que por supuesto está mal y rechazo, por más «Canciller» que sea el agraviante.-
Saludos.-
Le aporto otra anécdota personal. Años atrás trabajé en una empresa del estado (luego destruída por el menemismo).
Allí tuve una charla con un viejo gorila (un ingeniero salteño de doble apellido),quien planteaba que tras la desaparición de Eva Perón el personal fue obligado a portar una cinta negra, en adhesión al duelo nacional, y que el que no lo hacía era despedido.
Allí le pregunté si el se la había puesto, a lo que me contestó indignado que que jamás lo había hecho. Cuando le pregunté si lo habían despedido, bajó la mirada y contestó con un avergonzado «no».
¿Es creíble un un viejo gorila de doble apellido?
Lo de la cinta negra que portaban todos o casi todos en esa época lo viví. Que algunos lo hacían por dolor, muchísimos, es cierto, otros por temor, también.
Jauretche narra bien eso de los ultra chupamedias de los cuales también Perón se quejó, dijo algo así que estaba rodeado de alcahuetes y sinvergüenzas, pero eso ocurre en los mejores gobiernos. A cuidarse.
Saludos.-
Daio
Coincido con Estela, las actitudes de Cobos producen un
alto grado de «crispacion» .
No es que Cobos «piense distinto» , de hecho hubo personajes
de la politica que «piensan distinto» con los cuales no hubo
ningun problema.
Lo que sucede es que este personaje fue un bitraidor.
Habria que felicitarlo?
Su repugnante presencia la tomamos como una provocacion.
Jorge23:
Enojarse con Cobos es como enojarse con uno mismo. Los K sabían bien quien era Cobos antes de meterlo en la fórmula. Cobos era un típico gobernador de provincia, denunciado por los típicos actos de corrupción y sus vinculaciones «non santas» con la barrabrava de Godoy Cruz. Había sido como gobernador denunciado ante la Corte Intearmericana de Derechos Humanos, nada menos que por violaciones de Derechos Humanos en el sistema carcelario de Mendoza, denuncia que perjudicaba su carrera de vice y fue «prudentemente frenada» por la Corte Suprema de la Nación en su momento.
Uno se pregunta ¿por qué lo eligieron con esos antecedentes? o ¿fue por esos antecedentes?
Particularmente entiendo que le dió los votos necesarios para obviar la segunda vuelta, y a mí parecer es un personaje impresentable, que le hace mal a nuestro sistema político, y que luego del voto no positivo debió renunciar e irse a cuidar los nietos.-
Saludos.-
Entro un minuto para expresar mi desacuerdo con Daio: Cobos debió renunciar e irse a cuidar los nietos ANTES del voto no positivo.
¿Debido a qué?
Todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión, pero un mandatario no puede actuar como si el que hubiera cambiado de opinión fuera su mandante. Cobos estaba allí para hacer lo que 8,65 millones de tipos querían, no lo que quería él. Para ser más exacto, lo que esos 8,7 millones de tipos querían el día 28 de octubre, cuando él fue votado. Si no estaba de acuerdo, podía votar igualmente a favor y manifestar su desacuerdo, podría votar a favor y después renunciar, podía renunciar en ese momento, o podía faltar en el momento de la votación. Lo que no podía era votar como se le antojaba a él, y hacer como si sus votantes hubieran estado de acuerdo con él. Hizo justamente lo único que moralmente no tenía derecho a hacer.
Nada autoriza a creer que siquiera la tercera parte de los que votaron a Cobos había cambiado de idea el 17 de julio. Su obligación estaba clarísima.
¿Ahora se entiende?
Saludos.
De acuerdo a esa argumentación habría que hacer un estudio de la plataforma electoral del Frente para la Victoria elecciones 2007, y ver si el tema de la 125 está dentro de los lineamientos de la política económica prometida en la misma, y en su caso quién se apartó del mandato recibido. Naturalmente ello llevaría a entrar en el arduo debate de las relaciones entre mandante y mandatario y demás tema que analiza muy bien Pierre Rosanvallon en «La contrademocracia».-
Saludos.-
Cobos justificó su voto “no positivo” con una frase histórica: “No puedo acompañar y esto no significa que estoy traicionando a nadie. Estoy actuando conforme a mis convicciones.” Está claro que esperaba ser calificado como traidor, y así ha venido ocurriendo.
No cometió traición a la Patria, ya que el artículo 119 de la Constitución define que “La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro.” Desde ese punto de vista, Cobos no es un traidor a la Patria. Pero entonces, ¿a qué o a quién traicionó Cobos? ¿A quién puede traicionar un político?
–
La democracia es un medio para que los electores definan el país que desean, y lo que desean que se haga para lograr el país que desean.Desde ese punto de vista, y simplificando un poco las cosas, el papel de los diputados, senadores, presidente y vicepresidente de la Nación es el de vehículos o las herramientas de ese deseo de país. Una de las tentaciones mayores de alguien electo para un cargo público es la de decidir por uno mismo, creer que ha sido electo para tomar decisiones. Y no es esa su función. Su obligación, ante todo, es ser leales a lo que desean los ciudadanos. Más específicamente, lo que deseaban los ciudadanos que votaron por ellos el día que fueron electos para sus cargos electivos.
¿Cómo sabe un político qué es lo que desean para su país quienes lo votaron? Para eso se planteaban en otra época las llamadas “plataformas electorales”, para eso existen las campañas electorales: para prometer una serie de acciones, que se transformarán en las obligaciones de los magistrados electos. No todos los pequeños actos de un magistrado electo pueden haber sido previstos en una campaña electoral, pero la mayor parte pueden ser resueltos de acuerdo a la ideología ofrecida por el candidato en las elecciones. La mayoría de las decisiones importantes que deberá tomar un magistrado sí tienen estrecha relación con lo que se haya dicho en las elecciones.
Lamentablemente, desde las elecciones del 89 en adelante no se plantean plataformas electorales. Y en los últimos años, urgidos por el ritmo absurdo de los noticieros televisivos, ni siquiera los discursos políticos plantean en forma concreta las medidas que se propone llevar a cabo el candidato.
Muchas veces, para saber qué es lo que propuso un candidato en las elecciones tenemos que descubrir a lo largo de la campaña electoral los signos de pertenencia que nos permita identificar lo que está proponiendo. No siempre hay que esforzarse mucho. En el caso de Cristina y de Cobos no hay nada que interpretar: se presentaron como continuadores del gobierno de Néstor Kirchner. Los dos, Cristina y Cobos. Nada, absolutamente nada, autoriza a pensar otra cosa. En ninguno de sus discursos renegaron de ningún aspecto del gobierno de su antecesor. En todo caso, se pueden haber presentado como “una propuesta superadora”, pero que incluía la experiencia anterior, nunca su negación.
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No cabe duda de que las retenciones fueron un punto central del sistema económico inaugurado por Kirchner. Por consiguiente, mantenerlas era, implícitamente, una de las promesas de la nueva fórmula electoral. Pero ¿el aumento de las retenciones era una promesa, en las condiciones del segundo trimestre de 2008?
Si nos quedáramos en el discurso de la oposición, de que las retenciones eran simplemente “para hacer caja” con dinero ajeno, deberíamos concluir en que el apoyo de Cobos a esa política era ya un acto de injusticia para con los productores en 2007. Si es así, Cobos es un inmoral por haber apoyado la política de Kirchner en 2007.
Pero los objetivos eran otros: retirar divisas del mercado interno y aumentar su precio, mejorando la competitividad de las exportaciones argentinas y disminuyendo la de las importaciones al país.
Por otro lado, las retenciones no eran parejas para todos los productos, con lo cual se beneficiaban algunas producciones en desmedro de otras. Es decir, se intentaba evitar que ciertos cultivos – sobre todo, la soja – desplazara otras producciones, que requieren mayor uso mano de obra para su cultivo o industrialización.
En tercer lugar, se pretendía aprovechar la favorable situación internacional de los precios de productos alimenticios sin que éstos fueran trasladados íntegramente a los consumidores locales, lo que traería exigencias de aumentos de salarios e inflación, con lo cual se perderían la mayor parte de los beneficios de la política de dólar alto. Para todos los argentinos, no sólo para los productores de soja.
Por último, con las retenciones se obtenían ingresos de los sectores más favorecidos para destinarlo a solventar el aumento de la inversión pública sin cargar el costo sobre los contribuyentes del IVA, que pagaron la mayor parte del presupuesto nacional en la década de los 90.
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El régimen de retenciones móviles no contradecía ninguno de los objetivos de la política de retenciones del gobierno de Kirchner. Todo lo contrario: cuando el precio de la soja aumentó en el mercado externo de US$ 284 a US$ 503 (como promedio anual) entre 2007 y 2008 (llegando hasta los 600 dólares en junio del 08), el sistema se vio al borde del fracaso. No por excesivo, sino por insuficiente.
Todos los demás cultivos serían abandonados allí donde fuera posible cultivar soja: como ha venido sucediendo, se abandonarían los tambos, la caña de azúcar, el algodón, los frutales y varias producciones más, para producir soja. Todas estas actividades requieren bastante más mano de obra para su producción, y mucho más aún para su industrialización, lo cual tiene un efecto multiplicador en la economía interna mucho mayor que la soja.
El segundo objetivo, el de evitar el monocultivo de soja, ya no era alcanzable con los nuevos precios: el cultivo de soja era mejor negocio que ningún otro en casi cualquier campo donde éste pudiera ser cultivado. Era necesario, era urgente, diferenciar las retenciones según cultivos, y según precio de los granos. Eso eran las retenciones móviles.
La consecuencia de las retenciones fijas era el aumento de los precios, con dos consecuencias posibles: que los consumidores se jodieran, es decir, que pagaran más altos los alimentos – lo cual afecta especialmente a las clases más pobres – o que el gobierno aceptara sus reclamos salariales, y se produjera inflación. Mucha inflación. Las cargas impositivas recaerían – nuevamente, como en los 90 – principalmente sobre los más pobres; o bien, la inversión pública caería nuevamente al nivel del los 90.
Haber mantenido las retenciones en niveles que hacían diluirse sus efectos era cambiar la política del gobierno de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández. Las retenciones móviles eran la continuación, el aseguramiento de la misma política a la que Julio Cobos había adherido. El congelamiento de las retenciones fijas era alterar esa política, anular gran parte de sus efectos.
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Cobos fue el candidato propuesto por el Frente para la Victoria para continuar la política de Kirchner. Por eso lo votaron quienes lo votaron. Por eso, el 45% del electorado lo hizo vicepresidente. Nada autoriza a creer que se presentaba para negar o para obstaculizar la política iniciada por Néstor Kirchner. Nada autoriza a pensar que tenía la intención de interrumpir la política de retenciones, clave en su esquema económico y de justicia social.
Su obligación era continuar la política de Néstor Kirchner. Si Cristina continuaba la política que había dirigido el presidente (acompañado en todo momento por su esposa, senadora nacional y oficialista en todas las votacione), su obligación era acompañar la política de Cristina.
Las retenciones móviles eran la continuación de esa política, la reacción lógica, la única salida con justicia de la situación en que nos había metido la especulación sobre la soja. La obligación de Cobos era continuar con esa política. No por lealtad a Cristina Kirchner, sino al pueblo que lo había elegido.
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Cobos es el vicepresidente de todos los argentinos, y su obligación es defender a todos los argentinos. Pero si los argentinos están divididos en sus opiniones, no hay ninguna duda de que debe defender el punto de vista de quienes lo votaron. Y la enorme mayoría de los que votaron a Cobos vicepresidente estaba del lado de las retenciones móviles, querían que la ley fuera sancionada en el Congreso. Llegado el caso de que tuviera que desempatar, la obligación de Cobos era votar a favor de lo que quería la enorme mayoría de los que lo habían votado.
Cobos es el vicepresidente de todos los argentinos; como tal, está obligado a defender los intereses de todos. Pero no según su propio punto de vista, sino desde el punto de vista de quienes lo hicieron vicepresidente. Cobos es el empleado todos los argentinos, cuyo trabajo es favorecer los intereses de todos, según lo entiende ese 45% que lo eligió para el puesto. Esté él personalmente de acuerdo o no.
Si alguien promete una cosa para hacerse elegir vicepresidente y hace todo lo contrario, es un traidor, ya que traiciona a quienes lo hicieron vicepresidente. Eso es lo que hizo Cobos: prometió acompañar una política que, en buena medida, reposaba en las retenciones, y después votó en contra de esa política.
Ahora, Cobos anda por ahí, ejerciendo de vicepresidente opositor. Valiéndose del cargo que obtuvo prometiendo acompañar al gobierno para debilitarlo, para formar alianzas en su contra, para obligarlo a cambiar su política.
Legalmente, no hay obstáculo alguno para que lo haga. Moralmente, no hay nada de malo en que haga oposición. Pero es inmoral que haga oposición desde el puesto que ocupa. Fue electo para ese puesto para que hacer lo contrario de lo que está haciendo. Moralmente, si quiere oponerse a la política del gobierno, no puede seguir perteneciendo a él. Su obligación sigue siendo acompañar la política del gobierno.
O irse.
Marcelo Fontela
No tengo tiempo para resumir este post que había escrito hace dos años y nunca publiqué. Te lo dejo para que lo analices con calma y veas si hay algo que te pueda ser útil. Lo mismo a los demás.
Perdón, pero creo que no voy a leer a Rosanvallon; en esas condiciones, que lo cites no me agrega nada: para mí, la autoridad no mejora una cita. Te digo más, ni siquiera la autoridad de Perón o Jauretche me hace creerles sin analizarlos a fondo.
Saludos, Marcelo
daio,
el gaucho tiene razón. cobos debía renunciar, ya que como vos decís, estaba en la plataforma electoral del 2007.
• Reconstrucción de la pirámide fiscal. No hay Nación posible sin un Estado que recaude con eficacia. Reformulación del sistema impositivo en función de la capacidad contributiva, cambiando la legislación vigente y haciendo de la Progresividad el eje del nuevo modelo. Hacer del impuesto directo el principal aporte al recurso tributario nacional.
el «estudio de la plataforma» lo dice a las claras.
Agrego lo que decía en su «Contrato Moral» (Léase plataforma electoral) la Naranja Mesiánica, presentada ante el Poder Judicial para las elecciones 2007:
«Asegurar mayor previsibilidad en la estructura de precios relativos y en los márgenes de rentabilidad de la producción primaria, moderando la volatilidad de los mercados y las medidas cortoplacistas y arbitrarias. Para ello es preciso tomar en cuenta el conjunto de variables que intervienen, como el tipo de cambio nominal, los precios internacionales, los costos internos de producción, los rendimientos finales, los márgenes de intermediación y comercialización y la propia política tributaria. En consecuencia, la aplicación de retenciones a las exportaciones debe subordinarse al objetivo general señalado, por lo que deberán ser previsibles y móviles.»
(1) http://www.pjn.gov.ar/cne/secelec/document/plataformas/652-1-%28Microsoft%20Word%20-%202%20Coa.pdf
Los vicepresidentes Alejandro Gómez (Frondizi)y Chacho Álvarez (De La Rua), dieron en su momento claros ejemplos de lo que es una actitud digna.
Cuando su conciencia les hizo ver que disentían con el rumbo del gobierno, presentaron su renuncia, para así recobrar la libertad de criticar desde afuera. No se aferraron al cargo para sabotear la acción del gobierno.
Llego terriblemente tarde a la discusión.
Sólo quería aportar que me parece demasiado decir que Cobos aportó los votos necesarios para evitar una segunda vuelta.
Es claro que Cristina ganaba en primera vuelta así se presentara sin vice en la fórmula.
La elección de Cobos tuvo que ver con que era el único radical K que no podía optar a reelección y estaba inscripta en la lógica de la transversalidad que proponía el FpV entonces.
Saludos.
Efervecencia no es lo más adecuado frente a la muerto. Hubo mucha con Rucci… Tal vez Fervor… Por otro lado el peronismo tiene la cualidad de invertir la cadena significante del término (macrista) y pasar de la «crispación» a la: «Cris Pasión».
Si no fuera que ese fervor juvenil masivo estuviera opacado por el fervor juvenil militante del pibe asesinado una semana antes por patotas verticalistas que quieren constituirse en la columna vertebral de esa pasiòn, mìstica y movimiento sorpresivo. La seducción retorica parece interesante, por lo menos desde el marketing político.
Ahora bien. Cuánto vale la muerte. La de un militante de base / la de un ex mandatario. Cuál es el límite en la política en estos recordatorios. Si la plaza ganó un retorno a la movilización política llenemosla de valores(por lo menos entre los más jòvenes)prgramáticos que no hagan del culto al personalismo una insistencia en el error.
Daio:
Según estos comentarios, me parece que a este señor cualquier colectivo le queda bien, recoge datos de la realidad por hechos aislados y desconectados del todo, menciona el caso de su tía. menciona y personaliza la doctrina justicialista, habla de Cleto, etc. Es decir, no respeta ningún método. No obstante le recomiendo lo que el general recomendaba en su manual de conducción política, cuando describía los pasos del método: » Percepción, análisis, síntesis,resolución y ejecución». Tomar un hecho aislado por ejemplo el de la Tia, un simple indicio, para afirmar una opinión, es realmente temerario. Primero, porque la doctrina justicialista existió, y basada principalmente en principios cristianos con base de sustentación en el hombre, tremendamente humanista. ¿ Te pregunto si vos tenés alguna doctrina alternativa? Perón no trataba de involucrar a toda la sociedad, el estaba avalado por el voto popular, que venía a poner fín a la década infame de corrupción y fraude de los conservadores.
Vos rescatás una aneda de tu tía, porque no considerás la redistribución del ingreso que llegó a alcanzar el 50% del PBI, porque no mencionás el avance inédito de la seguridad social y la previsión social.
Tu hechos aislados, indicios desconectados de otros hechos que silenciás hacen perder a tus afirmacione de todo sentido común. Te sugiero que en expresiones aislada no es el camino para llegar al conocimiento.
Bueno, uno podría escribir algo como lo que inserto más abajo,pero me parece un poco extenso y aburrido para un debate en AP.-
El fantasma del pueblo-uno: ¿1973 ó 1945?
A pesar de que algunos analistas hablan actualmente de “setentismo”, refiriéndose al discurso oficial, en realidad el modelo referencial no son los 70, para nada recomendable como proyecto de futuro, sino más bien podría pensarse en un retorno al 45, o a una especie de reinicio a partir del 55, con lo que estaríamos frente a lo que se ha denominado una utopía regresiva.
En realidad se parte de la idealización del periodo 1945/1955, construcción propia de la relectura de los 60/70, añoranza y anhelo de retorno a un paraíso perdido, donde especialmente por la labor de intelectuales como Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puigros, y otros y a los fines de captar a la juventud se transformó lo que antes esa misma izquierda peyorativamente había considerado como nacional socialismo, en socialismo nacional.-
Ese modelo, en parte integrante del pensamiento de los militares agrupados en el GOU, artífices del golpe de Estado de 1943, excluía la política y se inspiraba en un sistema corporativo en el que el Estado sería el órgano supremo de administración del conflicto social.- (1)
Por ello: “La convergencia de los planes de Perón y algunas tendencias básicas del movimiento obrero de la época había dado, así, a luz a un híbrido inédito hasta entonces: un movimiento político de base obrera y popular dirigido por un militar autoritario y personalista”. Esa combinación se consolidó durante los años siguientes, al calor de una coyuntura económica favorable, y esto aseguró su duración. Después de 1955 el peronismo –proscripto políticamente y refugiado en las organizaciones sindicales- se alimentaría en gran parte de la añoranza y el anhelo de retorno a ese paraíso perdido”. (2)
Pero desde el principio el Estado que todo lo concedía, se mostró para nada dispuesto a aceptar rivales, así prontamente se disolvieron el Partido Laborista y diversos agrupamientos que habían apoyado a Perón. Se eliminó de la conducción de la CGT a Luis Gay, reemplazándolo por un dirigente de menor cuantía, práctica que se hizo constante, indicando así la voluntad de subordinar al Estado el movimiento obrero: la burocracia estable reemplazó a los viejos luchadores. (3)
El Estado se introdujo en dominio culturales, de empleo del tiempo libre, de control de los medios de comunicación, de vigilancia de las organizaciones socioprofesionales o estudiantiles y casi nada quedó fuera de su órbita. (4)-
El Parlamento fue burocratizado, acentuando el Poder Ejecutivo el control sobre los legisladores. Desaparecieron las iniciativas y los proyectos de leyes eran elaborados en los Ministerios: “La lealtad incondicional a Perón pasó a constituirse en el criterio operativo de los legisladores oficialistas”, recuerda Mario Rapoport.-
La reforma constitucional, según este autor “consagró, no sin ambigüedades, a un Estado de características autoritarias que expandió sus potestades en desmedro de los derechos individuales y de la autonomía de los movimientos sociales.” Se buscó por el control político reducir la influencia de las fuerzas políticas y sociales opositoras. “Con ello se incentivó la división entre peronistas y antiperonistas poniéndose en tensión la estabilidad política y la cohesión interna del sistema”. Al pretender el peronismo involucrar a la totalidad de la sociedad tras la bandera de una “Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”, acarreaba la identificación del movimiento peronista con la nación, lo que era inconciliable con el normal funcionamiento de un sistema pluralista de partidos.- (5).
Como contrapartida de esa opacidad institucional, la política social del peronismo buscó la redistribución del ingreso a favor de los sectores más desposeídos, no sólo el aumento nominal de los salarios: una vasta legislación laboral, que incluía indemnizaciones, vacaciones pagas, instituciones benéficas como la fundación Eva Perón, destinadas a atender determinadas carencias sociales, la ampliación del acceso a la vivienda propia, y la elevación general de la asistencia sanitaria y educativa.- (6)
Esa política social le dio un caudal político que parecía inacabable, sin embargo el mismo fue dilapidado en gran parte por “La compulsión peronista por encontrar en las buenas y en las malas noticias, en los acontecimientos desfavorables y en los favorables, ocasiones para plasmar el ideal de una sociedad unánime, chocaría las más de las veces con las consecuencias no deseadas, pero inexorables, de sus propios éxitos indiscutibles”.- (7)
La idea de constituir un pueblo-uno, agrediendo a quienes no compartían las ideas del gobernante, y buscando en los otros culpas de sus propios errores, no ha desparecido, la Secretaría de Medios de la Nación publicó una solicitada en contra del paro de los productores agropecuarios titulada: “Una amenaza del pasado que arremete nuestro futuro”, si los redactores de la misma conocieran mejor nuestra historia, es probable que no hubieran utilizado ese título, la democracia, como sostiene Pierre Rosanvallon, no puede desarrollarse más que en el reconocimiento de la irreductibilidad de la división social y de los conflictos y por lo tanto no se basa en la utopía del pueblo-uno.”
Notas:
(l) Plotkin, Mariano Ben. El día que se inventó el peronismo. La construcción del 17 de octubre. Susamericana. Bs.As. 2007. Págs. 21/29.-
(2) Del Campo, Hugo. Sindicalismo y peronismo. Los comienzos de un vínculo perdurable. Siglo XXI. Bs.As. 2005. págs. 16/17.-
(3) Romero, Luis Alberto. Breve historia contemporánea de la Argentina. FCE. Bs. As. 2005. Págs. 109/116.-
(4) Sidicaro, Ricardo. Los tres peronismos. Estado y poder económico. 1946-55/1973-76/1989-99.- Siglo XXI. Bs. As. 2002. Págs. 93/101.-
(5) Rapoport, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003). Emecé. Bs. As. 2007. Págs. 315/323.-
(6) Rapoport, Mario. Op. Cit. Págs.327/329.-
(7) Palermo, Vicente. El siglo peronista. Revista Punto de Vista. Nº 89.diciembre 2007. en: wwwBazarAmericano.com.-
Además, si ustedes mencionan siempre al «Tío», ¿por qué no puedo yo mencionar a mí «Tía»?
Daio:
Que me decis del reciente «voto positivo» del 82 % ?
cuando dijo textualmente :
«voto positivo, los recursos. despues vemos»
Ademas se ofenden cuando le sugirieron no ir a la rosada.
el gaucho : Muy bueno lo tuyo
Jorge23:
Creo que fui suficientemente claro con relación a lo que pienso con relación a Cobos, pero no me gustaría que los agravios se llevaren al extremo que éste algún día también tuviere que exclamar: ¿Tú también Bruto?, aclarando que por Bruto no aludo al canciller, tan patético con sus cantitos fobiocobosnianos.-
Saludos.-
pueblo somos todos.Para mi equivale a sociedad.Claro que con una connotacion»populista»:twndemos a pensar solo en las clases»bajas».Ya sabemos que el peronismo»serpentea»ideologicamente entre izquierdas y derechas,y logra mantenerse en el gobierno.Por eso la setentista fue una utopia irrealizable entonces y que ahora la derecha usa como cuco retornable sin fundamento.Daio aparece como muy documentado,pero se nota su temor a una juventud en lo que pueda tener de»revolucionaria».No hay tal.Por ahora solo emotividad.Los parrafos de repaso historico sobre el autoritarismo peronista son validos y conviene tenerlos en cuenta para superarlos.Pero el ultimo parrafo es erroneo y sofistico porque pretende ver en el pasado un peligro futuro ateniendose al dogma agrario de volver a ser el granero del mundo(confunde los planos)y encima cita a Rosanvallon para reconocer el conflicto como necesariamente real,concepto que tanto se critica al kirchnerismo ulimamente cuando se basa en Laclau y Mouffe.
Isabel:
No existe temor a la juventud. Una sociedad sin juventud no tendría futuro. Lo que me preocupa es que casi no ha existido una análisis autocrítico por parte de los setentistas de su accionar, muchos de los cuales avivan actualmente las brasas.
Creo que el conflicto hace a la esencia de la democracia, pero en este campo prefiero seguir a Claude Lefort y Marcel Gauchet, a quienes cita Rosanvallon y no al matrimonio Laclau/Mouffe, cuyo pensamiento ha tenido algunos cambios en su evolución, pero siempre me ha quedado la idea de que el conflicto para ellos termina con el triunfo de un proyecto hegemónico, con lo cual el conflicto desaparecería en el futuro y también por ende la vida democrática, aunque el tema es debatible y ya lo hemos debatido con los seguidores del matrimonio sin muchos resultados.-
Saludos.-
qué «setentista» aviva las brasas hoy? hay grupos armados en la actualidad?
haberlo sabido antes…
es extraño lo tuyo, daio. con toda la mejor onda. un tipo que como vos puede citar infinidad de libros, artículos de leyes, que debe tener una nutrida biblioteca, pero que es capaz de decir cosas como que los setentistas hoy avivan las brasas de no sé que cosa.
es raro. no sé qué más decir.
tapones de punta:
¿Has ido, escuchado o leído algo sobre los actos de «La Cámpora» y lo que en ellos se manifiesta? No quiere decir que ello necesariamente implique una invocación a la violencia, pero sí está presente el espíritu setentista.
¿Por qué crees que Feinmann cuando invoca en la nota de AP lecturas publicada en Página 12 a los 70, trata por todos los medios de poner bien en claro su rechazo a la violencia?
¿No crees vos que los 60/70 fueron violentos?
Me parece que los que invocan los 70 deberían, por lo menos, precisar a que se refieren.Refieren a la revolución o a qué otro proyecto.-
Saludos.-
Tapones,
Daio confunde hinchazón con robustez, por eso atosiga (1) a los lectores con citas al pedo. A veces se entrevé que Daio no terminó por asimilar a algunos de esos libros, de ahí el mal uso en ciertos casos, si es que no se trata de mala fe.
(1) María Estela Martínez de Perón, Mi fugaz regreso a la Argentina, Madrid, Editorial La Poronga, 2001.
Bueno, por fin se acuerdan de Isabelita.-
¿Es cierto que regresa a la Argentina para dedicarse a la política, invitada por la Presidente.-?
Rumores hay, y especialmente teniendo en cuenta que:
a)-El embajador en España fue abogado de Isabelita.-
b)- El embajador de España es muy amigo de la Presidente.
c).- Según se recuerda -perdón por la cita Eduardo- en el libro «El amo del Feudo», los kirchner en el año 1983 bregaban porque Isabelita fuera conductora del justicialismo.-
Veremos. ¿Cuesta creerlo? o no.-
tu última respuesta no me quedó clara: qué crimen cometió la cámpora como para decir que «aviva brasas» de violencia setentista?
No mencioné crímenes y aclaré que no necesariamente implicaba una invocación a la violencia. Lo cierto es que el nombre de Cámpora, para mí por un equívoco con relación al personaje, evoca una época en que una parte de la juventud había emprendido el camino de la revolución utilizando la vía de la violencia, si se aclara que ahora el camino es el de la democracia, estaría todo más claro.
Muy buen idea Daio, que los de La Campora aclaren qué camino siguen: la lucha armada o la convivencia democrática.
Ya mismo me pongo en contacto con todos los centros y comités Arturo Illia a ver qué camino siguen, ¿fogonear un golpe hasta llegar a participar como comando civil en Córdoba de la mano de Lonardi, o acceder al gobierno en elecciones con proscripción para negarle después la entrada a Perón?. Eh, ¿qué quieren decir con Illia?.
Mejor que yo, lo expresa Tomás Abraham:
“Se usa demasiado la palabra “odio” en la Argentina. Muchos se quejan del odio de los otros. Afirman sin descanso que en la oposición hay seres deleznables, hipócritas, degradados, amorales y de derecha, que odian al Gobierno. El odio antiK no ha sido menor en la magnitud de su rencor. Existe una fuerte pasión por denunciar el odio de los otros. … El daño más grave que le hace al país el kirchnerismo con y sin jefe es su fanatismo y sectarismo. La retórica revolucionaria ya no se usa para crear un hombre nuevo, generoso y solidario, sino para señalar opositores al “modelo”. Esa es la función del cuidado decorado en el velorio, con la foto del Che sobre el féretro. No se estimula a la juventud a tomar las armas pero se emplea la misma mística que justificó la violencia “maravillosa” de los baños de sangre históricos….Hacer del fallecimiento de Néstor Kirchner un martirologio, ungirlo en una pira sacrificial en el que un hombre muere para redimir a su pueblo, esta nueva escena de la crucifixión sin duda tiene un rendimiento rápido y fácil. Profundiza el modelo del fanatismo, la intolerancia y la culpabilización hacia quienes se atreven a pensar de otro modo. ¡Pero no hay muertos!, nos dicen –lo que ya no es cierto después de Mariano Ferreyra–. “¡Todavía estás vivo a pesar de lo que pienses!”, nos recuerdan para subrayar nuestra ingratitud. En lugar de abrir la discusión, encontrar un terreno común para reflexionar sobre los problemas no resueltos de la pobreza, el trabajo en negro, la crisis educativa, la desocupación juvenil, la desnutrición infantil, el aborto clandestino, una estrategia de desarrollo integral a mediano plazo, etc., la energía está puesta en una supuesta guerra contra interminables demonios….Hay un fascismo sentimental. Lo hemos vivido con el uso del dolor en beneficio del poder y de todo tipo de víctimas propiciatorias para legitimar la dominación de un grupo político. Los pobres, la bandera mancillada, los desaparecidos, los muertos idolatrados, la voluntad de hacer callar al otro persiste…No se trata de liberalismo sino de democracia. Y de violencia. No hay que ser un profeta para ver que si en algún momento falla la paz social obtenida con prebendas y sobrantes de recursos, la festejada y frágil paz social se termina. La palabra “militancia” se pretende idealista. Pero no se trata sólo de jugarse por una causa. El compromiso político exige no sólo convicciones sino lucidez y no excluye la honestidad. Más aún en la gente que dice ser parte del mundo de la cultura y de los aparatos educacionales. La “militancia” integrada a una visión del mundo apocalíptica, basada en guerras santas o de clases, arrasa con los cuerpos y degrada las almas. Esa militancia, ahí sí, es una fábrica de odio….Por eso el cambio de tono y la necesidad de diálogo es vital. Hasta que la cultura política argentina no entienda esto que es básico para una convivencia nacional, las calles podrán estar llenas de gente que la libertad seguirá sola y el coqueteo con la muerte, que tanto atrae, mostrará una vez más su verdadero rostro.”
dejá de tirar fruta.
te llenás la boca con comentarios que dicen que el movimiento k aviva brasas del pasado setentista. hablás de la cámpora bla bla bla y después decís que no decís lo que decís y pedís que la cámpora se exprese claramente sobre si en ella se incluyen ideas de violencia que a nadie se le ocurren salvo a vos y que encima negás tener o decir.
no se entiendd nada y es todo blableta anti k al pedo.
decís que no hay lugar para el diálogo porque es todo odio al otro y es cualquiera. vos sos el que no podés dialogar de igual a igual con nadie porque suponés inmoralidades no probadas, como la violencia setentista de del fpv avivada por las brasas de la cámpora que debe explicar ante tribunal público que no cree en la violencia revolucionaria.
mamadera
¿Qué pasó? Debatíamos bien, pero claro: con los tapones de punta, siempre te van a sacar la roja.
En todo caso el enojo lo sería con Abraham, que utiliza un lenguaje bastante filoso, como filósofo que es.-
es que no debatíamos bien, daio.
el hecho de que mantengas buenas maneras, formas de cortesía no implica debatir bien.
porque empezas hablando de violencia setentista del gobierno, luego de la cámpora y sin ningún fundamento.
cómo no me voy a poner de mal humor ante eso?
es como si yo te dijera que lilita aviva brasas de golpismo militar inminente. luego me lo refutes, y yo te diga que hay una agrupación católica asociada a la cc que tendría que aclarar si está en favor de un posible golpe militar. y eso durante varios comentarios.
por qué decís esas cosas? sobretodo un tipo como vos, al que -ya te lo dije- se le nota a simple vista su amplia biblioteca, el interés por la cosa pública, etc.
vos tenés mejores cosas que decir que esas, incluso cuestionando al gobierno. pero esas acusaciones te rebajan a vos y me ponen de mal humor a mí.
tapones no es en vano. me sube fácil la bilirrubina.
perdón por la taponeada y un abrazo.
si incluye entre los «setentistas»a los represores esos si que no han hecho la mas minima autocritica,por eso hablo siempre del»peso de la mochila»en cuanto a la falta de elaboracion de una culpa no resuelta.Dentro del accionar guerrillero hubo errores de percepcion,a veces reconocidos,y si la mayoria condena la forma ilegal de una represion que debio ser legal(y moral)es porque la utopia estuvo de su lado.
Los represores han realizado algunas limitadas autocríticas, por ejemplo Balza. En realidad no pueden hacerlo sin incriminarse. Pero creo que hay una diferencia en el sentido de que quienes actuaron desde el Estado no tienen ahora ninguna posibilidad de intervenir en nuestra vida política,por suerte y por rechazo de la sociedad -aunque siempre puede haber algún tapado, y alguna sorpresa de vez en cuando surge- en cambio muchos de los que actuaron en la izquierda revolucionaria siguen interviniendo en política actualmente, por lo que un rechazo frontal de la violencia política de su parte no estaría de más.
Saludos.-
buenísimo, sergio. tal cual, a la polìtica hay que encararla con pasión.
desconfiemos de los desapasionados con prolijas corbatas de seda y caros asesores de imagen.
saludos!
Gracias, tapones de punta. Saludos!
los setentistas que actuan hoy en politica saben que la violencia no es el camino.