Fernando De La Rúa ha sido procesado por el famoso escándalo de las coimas en el senado. Aquel que, no sólo arrancó del gobierno a su vice, el Chacho Álvarez, símbolo del falso progresismo que declamó la campaña electoral de ese engendro; sino que también constituiría el primer paso en el impresionante declive del que, considero, fue el peor de los Presidentes democráticos de la historia.
Pero a mi el hecho no me genera ruido por lo reprochable que pueda ser un delito tal en el ejercicio de la función pública. No para mi curiosidad, todo el arco periodístico prefiere hacer foco en ello, la corrupción.