A grandes rasgos las instituciones son los organismos a través de los cuales un colectivo social se dota de un grupo de normas, ya sean reglas formales o informales (dadas por el hábito), con el propósito de obtener un bien para dicha comunidad. Las instituciones son, entonces, las que normalizan el desarrollo social. Aunque generalmente intentan caracterizarlas como algo sagrado, inamovible, perteneciente al reino de lo natural son, en realidad, el resultado evolutivo de la actuación de los agentes que le dan vida.
El capitalismo es una de las instituciones, o la institución, que ordena al mundo. Está de moda decir que está en crisis, cuando lejos estamos de desarrollar un sistema que lo reemplace. La crisis que vivimos no es del capitalismo, ni está éste en entredicho, sino de una de las formas de acumulación de riqueza, el capitalismo financiero, o la obtención de ganancias a través de la especulación y no de la producción.
Aunque a los países centrales les cueste reconocerlo, el equilibrio actual del mundo está variando, trasladándose hacia el Este y el Sur, los BRICS y Latinoamérica. En la reciente cumbre del G20, los países de la eurozona tenían como uno de sus objetivos conseguir que los países emergentes -especialmente China y Brasil- contribuyeran al fondo de rescate europeo. Éstos últimos aclararon que prefieren invertir en el FMI. Esta negativa fue la que llevó a Lagarde, directora del Fondo Monetario, a advirtir, en visita a Pekín, que «si no actuamos juntos, la economía mundial corre el riesgo de (entrar en) una espiral de incertidumbre y de inestabilidad financiera». Lo que, traducido al chino, significa «no sean así, che, pongan una moneda, ratas». Toda una institución, el FMI.
El ejemplo de la crisis europea nos plantea un dilema, viejo como las mismas instituciones, acerca de los objetivos de éstas últimas. Ni las protestas en Grecia, Irlanda o España pudieron torcer el rumbo trazado por las instituciones dominantes: rescatar al capitalismo financiero, a los bancos, y que el costo lo paguen las sociedades con desempleo, pobreza y hambre. Como señala acertadamente Rucio: «la UE ha logrado por el momento conjurar la amenaza de que se repitan episodios como el Islandés». Las instituciones, esta idealización de los republicanos en Europa y en nuestro país -si no estaremos aturdidos de tanto escuchar apelaciones a la República y las instituciones por parte de los opositores al kirchnerismo, políticos y mediáticos-, demostraron que, en esta crisis financiera, sirvieron como escudos ante el desborde de las demandas populares y como canales para las demandas del capitalismo financiero. Tanto es así que no dudaron en dejar caer en desgracia a un propio como Berlusconi.
las instituciones tienen como mision canlizar las conductas,sus demandas y soluciones.El FMI,como las Naciones Unidas,son organismos internacionales,pero dominadas por los mas poderosos.Falta democratizarlas.No representan a los pueblos,sino responden a los intereses dominantes.De ahi la polemica Negri-Laclau.Por otro lado,el marxismo ve en el capitalismo especulativo una fese inevitable de la acumulacion,frente a la cual propone una solucion que segun Ricardo estamos lejos de alcanzar…
Y, mirá, si el horizonte es China, me quedo con este capitalismo, ¿eh?
Es cierto lo que mencionás de los organismos, por eso permanentemente se está pidiendo su reestructuración. El FMI forma parte del problema, por cuanto no cumple los objetivos para los cuales fue creado.
Viejo debate sobre el peronismo. Las instituciones como fin en sí mismas (apotegma antiperonista) o las instituciones como herramientas para la consecución de los fines (y entonces, hará falta ponerles relleno).
Y me banco lo que digo: las balas de San Martín mataban igual que mataron las balas de Videla: lo que define acá es el interés defendido (bueno, en el caso de San Martín; malo, en el caso de Videla).
Las instituciones son el piso de la discusión. Con eso sólo, digo, no hacemos nada, promover el respeto de las mismas, en sí, no es ningún programa de gobierno. O peor: sirve para travestir uno inconfesable.
Abrazo.
Se trata de esto último, Pablo. Por eso la comparación con las instituciones funcionando a pleno en la UE. Ajuste Para Todos, podría llamarse el plan.
Un abrazo.
el»relleno»de las instituciones depende de nosotros,los actuantes.Las balas no se disparan solas.De ahi el merito de Laclau.De ahi que el plan nuestro sea mejor que el chino,y la directora del FMI acabe de recomendarselo…sin olvidar lo inestable que es el»equilibrio».