El avance del empresariado que se está verificando en estas horas sirve para imaginar cómo sería el país sin conflictos y sin enfrentamientos que proponen Macri y De Narváez
Ese país que auspicia el PRO está despojado de tensiones entre el capital y el trabajo pues en él se hace exclusivamente lo que ordenan las grandes empresas, como pasaba en los noventa.
El país sin conflictos es un país donde los trabajadores no piden aumentos de sueldo y donde el gobierno de turno gestiona para que nada entorpezca el libre juego “de la oferta y la demanda”, como pasaba en los noventa.
Lo que Macri, Michetti y De Narváez proponen en sus spots de campaña es una realidad sin conflictos producto de la desaparición de las contradicciones que los motivan, lo más parecido a un cuento de hadas sólo digerible por sectores que han sido arrasados en su capacidad de razonamiento por el fuerte retroceso político e ideológico al que ha sido sometida buena parte de nuestra sociedad.
Hay gente que de buena fe cree que en verdad todo está más o menos bien y que sólo se trata de administrar la cosa pública con prolijidad y decencia.