Trascendió el documento que ex-Secretarios de Energía confeccionaron a modo de conclusión de un debate que no se había iniciado. En el mismo se pone de manifiesto el desequilibrio existente entre el crecimiento de la demanda, por un lado, y el de la oferta, por otro. Situación que desembocaría el año que viene en graves problemas de abastecimiento energético. Hecho que por otra parte desde 2006 viene resultando esquivo a pesar de que se lo anunció varias veces y de manera sistemática, incluso con más fuerza que en la actualidad (en la que viene haciendo mella el “efecto pastorcito mentiroso”).
Es realmente llamativa la insistencia en el eufemismo más cínico leído en los últimos 50 años aproximadamente: incrementar las inversiones dando señales de precio. ¿Señales de precio? Aumento, macho, aumento. Denominemos a los objetos con la nomenclatura adecuada, o lo que es lo mismo, llamemos a las cosas por su nombre. Están haciendo lobby a favor de los jugadores privados de los negocios energéticos, pidiendo aumentos de precios para incentivar la inversión en exploración para gas y derivados del petroleo, y para obtención de energía eléctrica.
Repito: aumentos de precios. Dar señales de precio que incentiven la inversión para ampliar la oferta, significa, ni más ni menos, aumentar los precios.
Por otro lado, si se presta atención a la nómina de los responsables del documento podría establecerse un debate hipotético en el que se manifieste una analogía con el que protagonizaron Lopez Murphy y Heller hace poco, en el que este último respondió con la listita de las medidas tomadas por su adversario al frente del ministerio de economía.
En el caso de estos ex – secretarios de energía, no es necesario leer el documento completo con las conclusiones “previas” y consensuadas, por supuesto (por si quedaban dudas de la intencionalidad política del documento), para inferir que tienen un plan para resolver los citados desequilibrios entre el crecimiento de la demanda y el de la oferta. Y este es, seguramente, (tal cual lo han demostrado algunos como Montamat cuando estuvieron en funciones), atacar el problema en su raíz. No se preocupen por la oferta muchachos, que si su accionar repite antiguas performances, se pincha la demanda.
Para eso sirven las «señales de precio», para proteger la rentabilidad de las empresas, desinflando la demanda hasta niveles que permitan un porcentaje menor de inversiones para abastecerla.