No se si es un ejercicio de honestidad. A nosotros, los kirchneristas, nadie nos cree honestos. A diario toleramos que se nos llame rentados, «kakas», choripaneros. Desde las elecciones de octubre de 2007, la oposición política y mediática transformaron al gobierno en una monstruosidad y a nosotros en sus acólitos idiotizados o comprados. Se construyó una semántica del contrapoder: la oposición convence, el oficalismo coopta; la oposición consensúa, el oficialismo ataca; el gobierno es el colmo de la corrupción, los opositores son almas blancas que llegan a refrescar la pútrida política argentina. Y así un largo rato.
En esa lógica binaria, de grotesca simplicidad, aquellos que sostenemos honestamente este modelo, los que creemos que es lo mejor, no para nosotros, sino para TODOS los argentinos, somos leprosos, apestados. Somos segregados en nuestros círculos de amistad y hasta de familia. Somos mal mirados. Cuando entramos en una discusión política, nuestra opinión es siempre la de la intolerancia, por más que los demás digan las barbaridades más espantosas.
Cada día, los que hacemos este pequeño círculo de blogs, nos esforzamos por proponer el debate político. Defendemos nuestras posturas con pasíon algunos, con lógica analítica y sensata, otros. Se puede estar en desacuerdo con nosotros y, a diferencia de los grandes medios donde la opinión disidente (la nuestra, por ejemplo) es bruscamente censurada, nosotros damos el debate. Somos vehementes. Todos lo son, sólo que a nosotros no se nos tolera que los seamos.
No encaramos una tarea sencilla. Tenemos adelante un discurso mediático absoluto, monolítico. Fruto de este discurso es que mucha de la gente con la que convivimos, no nos perdona la divergencia. Digámoslo con todas las letras: hoy día está de moda ser «antiK», está de moda simplificar las cosas hasta un punto de imbecilidad, al estilo del periodismo «confrontativo» de Lanata o del sistémico de los empleados de Clarín. Está de moda volver a confiar en el liberalismo y olvidarse del desastre que causó, todo envuelto en el papelito de colores de la «ética republicana», cosa que nadie sabe bien que és, pero que están seguros que es lo opuesto a los K.
Y con eso basta. Estamos a la defensiva, aún perteneciendo al oficialismo. Una inversión de términos de tal magnitud, no ocurre porque sí, nomás.
No somos víctimas. No. Si esa es la impresión que surge de lo que he escrito más arriba, quisiera aclarar que se trata de un error, seguramente a cargo de mis limitaciones expresivas. No somos víctimas, sino militantes. Y estoy seguro que vivimos el día a día con la misma convicción con que cada uno de nosotros se sienta a escribir un post, robándole tiempo al laburo o al sueño. Ni héroes ni víctimas. Militantes, apenas.
En el vendabal de la política operada, falseada y alterada por miles de palabras y señales destinadas a confundir, formar imagen o tatuar conceptos por medio del miedo, nuestra vereda no la está haciendo muy sencilla tampoco.
Ciertas decisiones tomadas de un tiempo a esta parte complican el debate, entregan cartas bravas a la contra sin que éstos hayan hecho nada por lograrlo. De arriba, digamos.
La oposición, que si se la mira en su conjunto y sin pasión, es un rejunte que cruje por todas partes, se mantiene unida y rampante en gran medida porque se le están entergando victorias todos los días. Pequeñas, nimias, pero que los voceros mediáticos se encargan de amplificar hasta el infinito. La tergiversación de las noticias está a la orden del día y no hay ningún esfuerzo de nuestro lado por contrapesar el volumen desmedido de la propaganda negativa, que cada día cala más profundo en la población. En este contexto, todos los logros de la administración, el nivel inédito de obra pública, los logros macroeconómicos, la recuperación de las empresas privatizadas, el mejoramiento de los índices sociales, todo, queda reducido a la nada. Todo queda en la bolsa de Felisa, la valija de Antonini, el Indec, Moreno, el dengue, las candidaturas testimoniales y Montoya. Y no hay política de nuestro lado que salga a contrarrestar este discurso de desgaste permanente. No hay discurso oficial que pelee la postura oficial. Hacer antikirchnerismo es sencillo, porque se puede decir cualquier cosa que es inmediatamente creída. Defender al kirchnerismo supone arrancar desde el vamos en el escalón del sótano, porque será enfocado como mentira.
Ver esto no me impide continuar con la difusión de mis ideas, de lo que yo creo. Soy peronista, soy kirchnerista. Creo que el Proyecto Nacional es el mejor para nuestro país. Sé muy bien que si esta crisis terrible nos hubiera agarrado con un régimen liberal, hoy la Argentina estaría sembrada de cadáveres, infinitamente más que las rojas imágenes de la «inseguridad» con que la derecha espera ganar las legislativas, a costa del terror de la clase media. Se bien en lo que creo y porqué lo creo.
Y creo en ser leal, en mantenerme fiel. Y juzgo a aquellos que se fueron como cobardes y oportunistas. No traidores, puesto que para traicionar hace falta al menos una mínima dosis de coraje. Huir es más fácil. Llegar al cielo de los medios renegando de lo que uno fue hasta hace diez minutos es cómodo, fácil y seguro. Nadie te pide documentos del otro lado. Reciben a todos. Todos sirven, sean quienes sean. El momento de depurar llegará más adelante.
Escribo desde mí. Pero pienso que esto mismo le estará pasando a otros compañeros. Este es mi modo de lucha, mi lugar de militancia. Y el de ellos.
Pero creo también que hay que ganar una elección. Y me gustaría pensar que se está trabajando de la mejor manera para hacerlo. Saber que entendemos que el discurso del enemigo y el nuestro no puede ser siquiera parecido, que no podemos seguir dándonos lujos a la hora de conseguir apoyos o de perderlos. Que somos una opción diferenciada, superadora de la política del fracaso que mandó en la Argentina desde 1955 y hasta 2003.
Ganaremos cuando podamos lograr que el pueblo entienda que no somos la mierda que dibujan los medios. Cuando nosotros entendamos que probablemente nuestra verdad no se impondrá sola, que debemos dejar de hacerle la vida fácil a una oposición mentecata y sin propuestas que crece a fuerza de los centros que le tiramos nosotros.
Necesitamos ganar. No para asegurar veinte bancas, sino para asegurar para los tiempos las bases de un modelo de distribución que no pueda derribarse.
Ya no tenemos el más mínimo margen de error.
Hay que entender eso.
Yo lo entiendo así.
MP
Muy bueno MP. Describis exactamente lo que nos pasa a muchos, y entiendo, como vos, que cada uno debe desde su lugar, o desde donde crea influyente, arriesgar el debate de nuestras ideas por sobre las miradas ajenas. Así entiendo lo que hiciste acá arriba. Saludos.-
Gracias Mauro. Sí, creo que hay que dar el debate. Siempre.
Un saludo
MP: Si bien no ignoro la capacidad tergiversadora de los medios del stablishment, tal vez por haberlos abandonado de modo definitivo desde hace más de un año, me hace ver las cosas diferente. Sí, es cierto, existe toda la intención de hacer descarrilar al tren. El stablishment bajó el pulgar. Es así, y así lo vocifera a través de todos los canales que tiene a su alcance, que son muchos. Ahí tiene a sus Grondonas, Lulús, Leucos, Magdalenas, Torugos, Castros, Tenembaums, Zlotos y demás «repúblicos» emitiendo sus ya clásicos vertidos cloacales, tratando de tornar en sentido común las barrabasadas más atroces. Recortando, deformando, mintiendo descaradamente, si es necesario.
¿Sabe que? Fangulo. Desde hace más de un año mi postura ante cada baldazo de roña que tiran es el «Sí ¿Y qué?» Y empecé poniendo 2 fotos bien grandes de Cristina en mi escritorio. ¿Y sabe qué? Encontré más «kirchneristas vergozantes» de lo que uno puede esperar. Gente del palo que no se anima a decirlo. Son los que temen «al qué dirán» los largabosta. Pero están. Y van a votar. Y en las encuestas aparecen como «NS/NC».
Es un absurdo, pero siendo oficialistas se ocultan como si fueran perseguidos por algún regimen en las sombras. Este regimen existe, obviamente. Sus voceros y fiscales son los más arriba señalados. Pero reitero: Fangulo. Que el regimen de los Torquemadas mediáticos me sancionen. No voy a renunciar a lo que creo porque estos Doños Rosos me miren feo. Ni ahí. Que me chupen un soberano huevo. Y veamos el 29 de qué se difrazan.
Lo que escribiste es muy cierto, Eduaro. No creo que nadie de nosotros renuncie a lo que cree por miedo al conflicto. Esa ya la tenemos clara. Lo que marco es que, por esas cosas de la política, a los que les toca ir contra la corriente es a nosotros. Que Carrió habla de sangre y Ceaucescu, de «la Caída» y del fascismo, nosotros nos tenemos que cuidar hasta de tirarnos un pedo. Los del campo agredieron al país entero, hicieron mierda a las economías regionales con su lock out, apretaron a intendentes, gobernadores, diputados con total impunidad. Pero la crispación y la falta de diálogo era propiedad exclusiva del gobierno. Eso va para los que acusan al gobierno de «tiranía», demostrando que ni siquiera entienden qué significa eso.
Un abrazo, Eduardo
Me sentí plenamente identificado con el texto. Es el sentimiento de muchos.
Plenamente, salvo por esta afirmación: «mejoramiento de los índices sociales». Si, un poco, pero tampoco como para alardear.
Y me gusto lo que escribió Eduardo Real: «Es un absurdo, pero siendo oficialistas se ocultan como si fueran perseguidos por algún regimen en las sombras.» Un regimen mental inpuesto colectivamente. La dictadura pasó de reprimir con balas a reprimir desde la propia subjetividad de cada persona. «LA» derrota.
No estoy capacitado para meterme en una discusión de tipo económico, pero creo que los índices sociales repuntaron mucho hasta que el lock out y la crisis los voltearon feo. Así y todo, y por más que se publiciten mal, son muchos los esfuerzos que hace el Estado para mantener a la mayor cantidad de gente posible con la nariz fuera del agua. En seis años se creció y se arregló mucho, pero el desastre que dejó el liberalismo fue tal que harán falta tal vez cincuenta años de buenos gobiernos para enderezar todo. Eso pienso, pero no es (reitero) más que mi percepción.
Gracias Germán.
Estimado Sr. M.P.:
He leido con atención sus comentarios en «Entender», respecto de lo cuales formularé algunas consideraciones.
Soy un argentino que cuando asumió Nestor Kirchner y leyó su discurso en la Asamblea Legislativa, quedé encantado con su contenido y propósitos republicanos.
Corrió el tiempo, y de aquel discurso solo quedan algunos éxitos que muy poco tiene que ver con el concepto de República, circunscriptos preponderantemente a lo económico, fruto del enorme crecimiento del precio mundial de los productos primarios, nunca alcanzados en años anteriores, y que beneficiaron feliz y enormemente a la Argentina.
A mi no me influyen los medios de comunicación que usted descalifica. Por el contrario, advierto que muchos de ellos dicen verdades incuestionables que muchìsimo me preocupan.
Si todo anduviera como usted lo describe, tendríamos inversiones, que hoy se fugan ó no vienen, básicamente por la inexistencia de la suficiente seguridad jurídica.
Los jueces están acicateados por la inseguridad que les produce un Consejo de la Magistratura con mayoría política que responde ciegamente a las instrucciones del Poder Ejecutivo.
El mundo no cree en nosotros. Ello es tan cierto como triste.
Cambió el viento de la demanda mundial, que ya no es tan «de popa», y la economía empieza a «hacer agua», expresado en términos náuticos.
Usted, ¿sinceramente cree en los ìndices que publica el Indec? . A estar por su forma de expresarse, creo que no.
Y esto, ¿porqué se hace así, tan desprolija y abiertamente?
Mil situaciones, desapacionadamente podría señalarle.
No soy anti-K, soy pro-Argentina, me duele la pobreza, me agravia la mentira, me ofenden las candidaturas testimoniales, que esencialmente son una trampa para los menos instruídos.
Y usted, de buena pluma que presume capacidad e inteligencia, no puedo creer que no lo advierta de la misma forma.
Seamos reciprocamente respetuosos. Esuchémonos los Argentinos. Así, haremos un pais mejor, para todos, con la Verdad.
Le mando un cordial saludo.
Salvador
Estimado amigo Salvador, lamento disentir con usted. Algunos de los puntos que usted marca son (en mi modo de ver) de importancia relativa. Con lo de los medios, usted me está diciendo que posee un criterio propio sobre las cosas, algo de lo que no tengo porqué dudar. Y algo que no es, por desgracia, común en la clase media a la que usted y yo, sin duda, pertenecemos. La clase media urbana, especialmente del Puerto, es un objeto singularmente fácil de «operar» en el sentido mediático. Los medios y sus ocultos intereses político/económicos utilizan los deseos y los miedos de esta clase para crear «opinión». Así y todo, reconozco que usted tiene la razón ante la «desprolijidades» que más de una vez ha cometido el oficialismo. Sería necio no hacerlo, pero me da la impresión de que a usted le ocurre lo que a muchos: se empantana en verdades relativas que están más relacionadas con una ideología dominante que con las reales necesidades y posibilidades de nuestro país. Así, usted se muestra preocupado por factores externos como «el mundo no cree en nosotros». La pregunta que le hago es ¿cree usted en el «mundo», después de la crisis que se lleva puestos millones de empleos y muchas otras calamidades? Estimado, mientras en el «mundo» la cosa se pone peor, aquí estamos discutiendo aumentos de salario. Es verdad que hay despidos y aunque más no fuera uno sólo duele, pero si se mensura con detenimiento los índices de los sindicatos, se verá que es un fenómeno que podría ser calificado de «controlado». En este factor, por no hacer más largo el comentario, se puede apreciar que la política oficial desde 2003 ha sido, por lo menos, sabia. Si la misma crisis nos huibiera sorprendido en una sistema liberal, estos sería un desastre. Y estoy seguro que usted recuerda como yo el 2001, por no ir más lejos. Esa es la diferencia. Y esto es lo que nadie en la oposición tendrá la grandeza de reconocer, porque el hecho es que en medio de las vacías invocaciones a la «república», necesitan que el país fracase para ser una alternativa creíble. En caso contrario, no justifican dos minutos de conversación.
Le agradezco su comentario y su convicción.
un saludo
Muy buen post MP, la tarea de los militantes nos parece hoy muy solitaria, pero la clave es no bajar los brazos.
Es en el mano a mano y boca a boca donde podemos derrotar a la campaña infernal de los medios. Esto se logra con firmeza y serenidad pero sin resignar la calle, es allí donde no debemos retroceder un tranco de pollo.
Tenemos que lograr que ellos se sientan avergonzados de su extremismo verbal, que no les de la cara para repetir la basura reaccionaria que vomitan Carrió, Grondona, Leuco y toda la lista de roedores que les hacen coro.
Es sorprendente como arrugan si se les hace frente con serenidad (y no están en patota).
Los otros dias en un quiosko un boludo tiró algo de que el gobierno estaba lleno de ratas, le contesté que si se refería a Mauricio Macri y Gabriela Michetti estaba totalmente de acuerdo y lo mismo si se refería a Julio César Cleto Cobos, pero que este gobierno de los K era lo mejor que había tenido nuestro país en este último medio siglo. Viera cómo metió violín en bolsa.
Gracias compañero. El testimonio es cosa de todos los días, como usted dice.
Un saludo.
ay muchachos…ustedes ya «perdieron»…
pero no perdieron por q vayan a perder las elecciones q vienen (es mas,teniendo en cuenta el ej. del 95′,hasta es probable q el nestor vuelva en el 2011)
entonces por q digo q ya «perdieron»???…por q se les VACIO el discurso…
yo no vote al nestor en el 2003…pero debo confesar q su «discurso» me resultaba como minimo interesante…
«reforma politica»,»reforma impsositiva»,transversalidad,alianzas con fuerzas progresistas tradicionales,apostar el dialogo,dejar del lado el «aparato peronista» (ni la marchita cantaban),etc…se acuerdan de todo esto por el 2003???
pero desde ese año,mucha agua ha corrido debajo del puente…pero ustedes me hablan como si nada hubiese ocurrido…se quedaron en el «discurso»…
por q me podran hablar pestes de la «prensa cipaya» o de los «clsemedieros golpistas»…pero hay un dato q ni siquiera ustedes pueden negar…SON ALIADOS DE ALDO RICO¡¡¡¡
a ver…si yo en plena euforia del 2003,les hubiera dicho q iban a terminar aliandose a aldo rico,a los gordos de la cgt,a los muchachos del conurbano,a los gobernadores feudales ,etc…se me reian en la cara…O NO???…pero bue,como decia su lider…»la unica verdad es la realidad»…
(ademas,dime con quien andas y te dire quien eres)
o sea,podran gobernar hasta el 2050…pero ustedes saben en su fuero intimo,q el kirchnerismo no fue ni va a ser la «revolucion» q pensaron en algun momento…nestor es simplemente un cacique mas de la historia peronista…otro menem,otro duhalde,otro vandor,otro rucci,etc…ni mas ni menos.
ahora todo el mundo dice «menem no era peronista»…cuanto años van a pasar para q terminen diciendo «kirchner no era peronista???(como dice la hija de rucci)…
es asi chicos,el «jefe de turno» siempre es el «mas peronista» de todos…hasta q pierda poder,y ahi pasa a ser,por ej.,»un zurdito de morondanga»…(ya esccuche esto de peronistas «de verdad»).
del otro lado q hay???…y no mucho la verdad,pero bue…a mi no me va eso de «mas vale malo conocido q bueno por conocer»…me arriesgo,total,siempre hay tiempo para desmejorar un poco mas…
peeeeeeeeeeero,por ahi quien te dice,nos sacamos la loteria y tenemos por fin un gobierno medianamente honesto y medianamente capaz…(pedir un gobierno «honesto y capaz»,viendo los ultimos gobernantes q nos tocaron,es casi como pretender sacarse la loteria no una,si no tres veces seguidas¡¡¡¡)
seguimos el debate muchachos…
P.D:ahhh…lo de tranzar con los barrabravas de boca y river para poner cartelitos…tb forma parte de la «nueva politica progre» del kirchnerismo???…(aunque sea,sean un poco mas originales chicos…eso ya lo hizo menem en el 89’¡¡¡¡)
en fin…nada nuevo bajo el sol…
Me parece fantástico que te arriesgues. Tratá de que tu «riesgo» no se lleve puesto al país. A veces el afán de ser original no es otra cosa que desandar el camino y volver a recetas que causaron un genocidio social. Ojalá te diferencies hacia algo mejor, aunque no sé qué podría ser.
Saludos
Lamento la no publicación de lo expresado en mi réplica a su respuesta. Infiero que usted lo ha dado por terminado.
Me queda la impresión que lo que yo le expresara son verdades indiscutibles.
¿Es así, ó hay limitaciones para los análisis y su agotamiento?
Saludos,
Salvador
Yo no controlo lo que se publica, Salvador. Eso queda en la mecánica de Artepolítica, sobre la que no tengo el menor control. Le contesté su comentario anterior y voy a constestarle todos los que usted proponga. Hágame el favor de publicarlo otra vez.
Le mando un saludo y mis disculpas, si caben.