Kovadloff hoy en La Nación dice que Cristina no cambiará de rumbo. Y me da el mejor pie posible para el saludo de final de año. Claro, don Santiago, que la Presidenta y Jefa del Peronismo no cambiará de rumbo. Gracias por esa definición/elogio tan certera, sencilla y contundente. Mire, ¿la verdad?, nadie podría haberlo dicho mejor que usted.
Me extraña, eso sí, que usted necesite hacer esa aclaración. Me surge la duda, a qué vendrá tamaño titular para su habitual columna de opinión en la tribuna de doctrina oligárquica. Hay, en esa parte de la sociedad, según se observa en esta misma edición en el editorial central (el rastrero, el reptil, el que no lleva firma), un dejo de tristeza, de desazón, de derrotismo: “Un año que se caracterizó por el incumplimiento de las esperanzas puestas en la oposición”, dicen.
(Disgresión: ¿Se puede hablar de que el discurso del Grupo A, de la derecha, mueve a esperanza? Si tenemos que la esperanza remite a sueños, a sentimiento, me parece que no, no abundan esos valores, según mi interpretación, en ninguna de las propuestas opositoras, ajenas a valores humanistas, guiadas por criterios fríos, de “racionalidad técnica”, desamorados, yo diría que más bien debieron poner expectativas en vez de esperanzas. Por otro lado: ¿Cuáles han sido ellas, se las llame como se las llame?)
Claro que CFK no va a cambiar, desde ya. ¿Qué duda cabía? ¿Y por qué, aparte, debería hacerlo? Si cada vez que, como habitual y vulgarmente se dice, profundizó, ganó. Si creció cada vez que fue fiel a lo propio, y no a ese intento de rancia y berreta socialdemocracia progre que se deja leer en los -últimamente cada vez más habituales- lamentos nostálgicos del poeta Alberto Fernández, el tipo con más ganas de ser opositor al kirchnerismo que existe en este país (y con menos huevos y margen para hacerlo, también).
Este Gobierno es, tan correcta la definición de Artemio, “una modalidad histórica concreta del populismo peronista” (claro que la definición de populismo no tiene nada que ver con la despectiva y peyorativa que quieren propalar el marianogrondonismo y ad láteres).
Así las cosas, no le queda otra que redoblar la apuesta en función de robustecer su identificación con ese corte ideológico y ningún otro más. La apuesta de la derecha, que se sabe perdiendo, es, o bien tentar al kirchnerismo con la hipotética comodidad que le supondría “correrse al centro” (para que se confunda con el resto y descienda la fuerte identificación con la enorme franja social que hoy lo acompaña), o, sino, intentar (posibilidad que arriesgó por estos días Diario R), la construcción de una nueva Unión Democrática, para sumar (o buscar hacerlo) todo el voto derechoso que le sea posible por medio de la más amplia coalición de ese tinte que se pueda obtener. Pequeño detalle: La fórmula Sanz – Michetti, que es la que desliza Diario R que habría, es, tal vez, la más potable para acaparar “voto independiente”, porque son expresiones conservadoras menos radicalizadas, pero plantea muchas dudas de la fidelidad (y efectividad) que tendrían, a la hora de andar la gestión, con la dureza que requerirá un programa como el del establishment (reaccionario y conservador; aparte estarían dejando afuera personajes del “peronismo” federal, lo cual pone en duda qué grado de acompañamiento habría del electorado que se cree peronista pero, al mismo tiempo, adversario del actual oficialismo, lo cual, ya hemos dicho, no existe).
Todo eso no importa hoy. Hagámosla corta. Se termina, como bien dijo Cristina en mensaje de despedida de año, un año en el cual el fuerte contraste que marcan el que hayan habido, al mismo tiempo, espectaculares resultados de gestión (en el que, seguramente, ha sido el mejor año, en esos términos, de CFK) y la enorme tristeza por la pérdida del fundador de este proyecto, se unen en que el mensaje de una y otra cosa, es, sin dudas, la necesidad de profundizar en el izamiento de las banderas que marcan la esencia del peronismo. Así de simple, no hace falta desentrañar ni complejizar demasiado. El que quiera entenderlo, podrá hacerlo.
Y para el año que comienza, atento el desafío que hay por delante, enorme, de lograr un tercer mandato para el proyecto, segundo para CFK (única garantía de continuidad del ideario del mismo), ídem.
Felicidades, nada más. Por el que se va y el que se viene.
Hermoso mensaje de fin de año.
Felicidades de todas maneras.
Aquí(1) le dejo un regalito de Año Nuevo a toda la contra. ¡Que lo disfruten con salú…!
(1) http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1338369
Gracias, igualmente.