El generalato de ArtePolitica nos invita a recordar que hace 10 años sabíamos soñar proponiéndonos escribir unas líneas sobre un doble aniversario “el de la explosión de los blogs” y el de “la 125”.
La 125 nos tomo un poco de sorpresa porque la verdad no formaba parte del “bagaje programático” con el que se gano en 2007 (por comparar, la ley de medios que este escriba nunca pensó que iba a salir si se agitó en la campaña previa al palizón de 2011).
Tampoco teníamos en carpeta que un listillo como Losteau fuera el Ministro de Economía del peronismo en el poder. Pero Cristina es así, a veces toma esas decisiones incomprensibles para nosotros los plebeyos como poner a Aníbal Ibarra de defensor. Más allá de las cualidades personales de Aníbal es uno de esos zombies políticos que deambulan tan inofensivamente que nadie se toma siquiera el trabajo de bajarlo.
A favor de Cristina hay que decir que esas decisiones incomprensibles no son las únicas y ni siquiera las que más que ha tomado.
Francotiradores. Los blogs funcionaron en aquellos días como contradiscurso militante arrojados sobre el mundo.
Intercambiando “posteos” descubríamos el origen de las retenciones en la dictadura de Ongania, que como casi todo eran un invento ingles, que se ganaba muy buena guita en el campo y que pagar impuestos no le gusta a nadie.
Eran datos sueltos, aislados, los blogs como los francotiradores de un ejército apuntaban a un blanco expuesto y lo pasaban a valores. Funcionaba muy bien, aunque estuvo siempre claro que los francotiradores no ganan las guerras. Pero levantan la moral propia a la vez que lesionan la del enemigo. Y allí termina todo.
La 125 fue un error absoluto, como decreto, como decisión económica, política, administrativa (esta escrito en mi blog en marzo de 2008 no es que se me ocurrió ahora y no es por agrandarme porque probablemente sea la única opinión que sigo sosteniendo de aquellos años) y si no termino peor fue un poco (muy poco) porque un grupo de blogs hicieron masa crítica espontáneamente (lo crean o no).
Los blogs siguen existiendo, para mi generación que se formo en un mundo donde una revista que imprimía 30.000 copias era una revista muy leida siempre será sorprendente que algo que uno escribe en calzoncillos en su casa (si no se corta la luz)lo lea, a veces, una cancha de Racing llena.
Para las nuevas generaciones que miden las visitas en millones no significara nada. Y está bien. Si sucede, conviene como dicen los muchachos del pro. O no. No conviene. Pero es lo que es.