Giro a la derecha

Me pasé unos cuantos días –dieciséis, para ser más preciso– sin postear. Estuve falto de inspiración. O sentí que no había tema como para escribir. Nada que me motive. ¿O es que pasó algo realmente trascendente en lo que va del año? Y, si no (si no pasó nada extraordinario, digo), ¿será bueno o malo? Otro tema. Vuelvo.No dejé, de todas formas, de tirar balinazos. Sólo que me centré más en Facebook. Ahí peleó seguido con goriles (mezcla de gorilas y de giles) varios de distinto tipo, y hay algunos pocos insensatos que me festejan buena parte de las cosas que digo. Últimamente me dio por el tema de la autocrítica. Dije, un día, por ejemplo, lo siguiente:

“Pregunta del día: ¿alguien escuchó de parte de la propia boca de alguna voz verdaderamente autorizada del Gobierno de CFK que haya realmente una intención por parte de la administración actual de que la pauta salarial a discutirse en las próximas paritarias se acote a un tope máximo del 18%? ¿O repetimos como tarados lo que el gorilopolio mediático ‘dice’ que ‘sería’ la intención del Gobierno al respecto –ya sabemos con que (nefastos) objetivos–? ¿Así que ahora le creemos al periodismo? ¿Hasta cuándo vamos a estar reclamando que la Presidenta ofrezca pruebas de que su compromiso con las clases populares es inconmovible? Tener autocrítica, es una cosa, y es saludable y deseable que se ejerza; entrar en el juego del adversario, en cambio, es muy otra. Y es, además, propio de pelotudos, sencillamente. Se los digo a algunos de mis compañeros, que no paran de romper los kinotos con preguntarse, a cada ratito y por cualquier gansada, si no estamos a las puertas de un presunto y siempre supuesto ‘giro a la derecha’ por parte de Cristina. Así no suman nada, por mucho que crean que sí. Ya CFK ha hecho demasiados gestos como para que todavía estemos dudando de su fidelidad para con el espacio nacional y popular. Hay cosas que cansan. Demasiado.”

La idea de generar una nueva forma de ver las cosas –como soporte conceptual a las modificaciones que se buscan en lo material–, implica cambiar también las perspectivas y los modos en que se abordan las discusiones. Porque si se va a discutir a partir de los marcos que otorgan soporte ideológico a lo que se quiere combatir en lo material, vamos mal. Hay que generar nuevos parámetros de juzgamiento para encarar el análisis de una etapa de indiscutible incorporación de derechos. Por supuesto que imperfecta, para tranquilidad de las almas siempre puras.

Más adelante, siempre en mi muro de Facebook, dije otra cosa, en el mismo orden de ideas, a saber:

“Por si no hubiese quedado claro lo que dije el miércoles último acerca de la autocrítica al interior del oficialismo, aclaro a qué me refería con algunos ejemplos: a) Desmontar el actual esquema de subsidios no es «girar a la derecha»; b) Limitar, en las futuras paritarias, la discusión salarial hasta un tope de 18% (si fuera cierto que vaya a ser así, porque nadie confiable ha dicho que lo sea), no implica, per se, «girar a la derecha»; c) No subirse al repudio tonto a la «minería a cielo abierto» (como si se pudiera hacer de otra forma, la minería) que propaga el progrecinismo subido al carro del chamuyo pseudoecologista emanado desde los mayores centros contaminantes, que son los del primer mundo, no equivale a «girar a la derecha»; d) Muy especialmente, la famosa ley antiterrorista no significa ningún «giro a la derecha»; e) Decir que lo actuado por Macri en el tema subte y en sus 85 vetos es, en esencia, correcto, está lejos de ser un «giro a la derecha». Cortemos, ya, con la pavada, ¿podrá ser? Gracias. Saludos.”

Y es que, reitero, una cosa es plantear errores, asuntos pendientes, etc. E insisto también con esto, hace falta que eso pase. Otra cosa, muy distinta, es estar con la lupa sobre la mínima resolución administrativa que genera el Gobierno, cualquiera ella sea (y sobre el tema que sea), para preguntarnos todo el tiempo si no estamos, “ahora sí”, ante un “giro a la derecha”, ante el sinceramiento de lo que en verdad son los K, ante la asunción de lo inevitable, ante la traición a las causas populares. Cosas, esas, todas, que, igual que la crisis energética, nunca llegan. Y van ya ocho años y contando de profecía no cumplida. Así, basado en individualidades y exámenes de sinceridad de discursos (en vez de en sujetos colectivos y procesos ídem), discute el liberalismo. No podemos caer en lo mismo.

Mariano, en su blog, lo ha planteado con buenas fórmulas, varias veces. “(…) en lo que tiene que ver específicamente con la relación capital-trabajo (…) El gobierno (desde el Ministerio de Trabajo) se propone como el disciplinador de tal relación conflictiva pero institucionalizada. En este proceso, y hasta ahora, en general optó por hacer mayores concesiones a la corporación que representa al trabajo que a la que representa al capital. (…) La modificación táctica de la postura del Gobierno, sin modificar el esquema, es debida a que tal vez ya no se considere posible mantener la tendencia expansiva sin generar algún colapso, lo cual sería peor en sus consecuencias que un leve ajuste, moderado y con cierta gradualidad (…)”.

Aún no coincidiendo, quien esto escribe, con llamar ajuste a lo que CFK denomina sintonía fina, porque entiendo que se trata de la reconsideración de varias cuestiones que formaron parte de otras coyunturas, inadecuadas pues a estos nuevos tiempos, vale y mucho la definición planteada por el amigo Mariano. Es decir (y utilizo otro concepto del propio Mariano, o por lo menos bastante parecido), no se está yendo contra derechos, sino contra lo que fue, no digo privilegios, pero sí el remedio a una dificultad que hoy es distinta; y que, por ende, requiere de otro tratamiento. Yo creo que ajuste fue la reducción en términos nominales a los jubilados durante la Alianza. Y de ahí para abajo, nada.

Pero concedo en que discutir la pertinencia del vocablo ajuste es, ya, un tanto innecesario. Que hay otras cosas más interesantes para abordar. Pero lo mismo cabe para la sentencia “el Gobierno va a por un giro a la derecha”. Dejo para otro día que el clivaje derecha/izquierda no dice, en Argentina, nada a mi criterio. Que es una discusión ajena a nosotros y que tenemos, también acá, pendiente generar pensamiento nacional. Convalidemos, para esta vez, la utilización de esas categorías.

La cuestión acá radica en discutir dónde reside la conducción del proceso de gobierno, especialmente en lo socioeconómico, en diversos aspectos. Y está claro (muy, a mi entender) que Cristina no se ha sometido a las directrices de ningún interés privado en tanto ése no entienda las necesidades que el Gobierno juzga –con la potestad que, a tales fines, le otorgó la soberanía popular— que tiene el desarrollo armónico del todo (siendo que el Gobierno debe, justamente, atender al todo).

Muy distinto al período 1983-2003, durante el cual la más mínima noción de gobierno representativo fue aniquilada, por cuanto los distintos ocupantes de la Rosada no operaban el programa de gobierno consagrado por el mandato popular, sino el que disponían las distintas facciones del establishment económico que daban sustento a las sucesivas (y ocasionales) alianzas de poder que sostenían a los ocasionales presidentes. Ni que hablar del FMI y sus consejos, claro…

Ahí están las fricciones que, con la conducción de la UIA, han generado las mal llamadas trabas dispuestas por AFIP a las importaciones. O el Grupo Techint, yendo al pie de Balcarce a aceptar las designaciones que el Estado ha hecho en el directorio de la empresa en virtud de las acciones que en ella ha heredado a partir de la recuperación de las inversiones y fondos que administraban las AFJP con la nacionalización del sistema previsional en 2008.

Y muchas otras, cuya total enumeración excedería lo recomendable para un post pero que se pueden resumir en las constantes diatribas que se le lanzan al kirchnerismo desde distintas tribunas por su esencia intervencionista en la economía. Que ya aburre, por otro lado. La derecha, en definitiva, y por llamarla de alguna forma, no está, y que esto quede claro, ni cómoda ni contenta con este gobierno. Y preferiría otro, sin dudas, que le permitiera meter bocadillos en las decisiones gubernamentales, cosa que hoy no ocurre.

Y podrán esgrimir “el tema de la mega minería a cielo abierto” para intentar rebatir mi punto y yo, respetando el ítem, me anticipo a él diciendo varias cosas: primero, que los intereses de la megaminería no están, per se, en directa contradicción con los intereses de las mayorías populares como sí los del eje conductor de AEA y los de la Banda de Enlace del empresariado agrario; segundo, que es posible darle contenido nacional y popular a todo, incluso a la minería a cielo abierto (que no es, contrariamente a lo que muchos quieren instalar, mala en esencia), siempre que las conducciones del Estado en distinto nivel (nacional, provincial, municipal) tengan capacidad de dirigir el desarrollo de los mismos en lo que hace a inversión, creación de puestos de empleo y condicionamiento de las estructuras productivas; tercero y último, que la discusión puede pasar por la apropiación de renta que genera la minería, por los cuidados ambientales que deben exigírsele a sus beneficiarios, pero nunca por la prohibición total de la actividad.

Por decirlo de algún modo, Cristina ha continuado la línea histórica que inició Néstor Kirchner cuando el ex presidente escupió en los reclamos que le efectuó José Claudio Escribano días antes de asumir en 2003, a consecuencia de lo cual se comió la amenaza ya conocida de que su gobierno duraría, “dicen”, un año. Y resulta que estamos yendo, ya, a por los doce.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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43 comentarios en «Giro a la derecha»

      1. Va con acento. Palabra aguda terminada en vocal, n o s.
        Fue mi único error en el dictado de 100 palabras con trampa que nos hicieron en 6to grado, cuando en la escuela se enseñaba a escribir. Saludos.

  1. Pablo D es un buen defensor de la politica de los K.Esta entrada es clara y veridica.Pierde un poco de actualidad despues que Cris aclare en su primer discurso post-operatorio que sintonia fina no significa ajuste sino teminar con los aprovechados de los subsidios.Y no olvidemos que siempre el peronismo juega como mediador salarial cuando se discuten los aumentos,lo que le otorga autoridad y fama politica positiva,y que el asunto de la explotacion minera no es degradante en si misma,sino que requiere el control de los procesos.Negarla(como Bosnia y demas)es negar el desarrollo.

  2. pablo D es un buen defensor de la politica K.por claridad y conviccion.Ya Cris aclaro que sintonia fina no es ajuste sino evitar aprovechados de los subsidios.El gobierno sera el mediador entre empresarios y trabajadores en el tema salarial:es un nodo del peronismo.La explotacion minera apuntala el desarrollo .Solo hay que implementar control de los efluentes.

  3. Pablo: En un todo de acuerdo, excepto con «d) Muy especialmente, la famosa ley antiterrorista no significa ningún “giro a la derecha”»

    No sé si constituye «giro a la derecha» (creo que no), pero al menos sí «concesión a la derecha». Por lo menos, yo nunca vi acá ningún reclamo popular pidiendo éso. Está claro que si de acá no es, el «pedido» viene de arafue.

    Es jodido legislar localmente sobre una palabreja cuyo contenido y significado se construye 100% «off shore». Mañana van a decir que Lassie es terrorista y acá ya tenemos la ley.

    No jodamos. Sabemos de dónde viene, a quiénes está destinada, todo sabemos. Hay que derogar esa porquería apenas se pueda. Que se netan el gafi y el g-20 en el orto.

    1. Mmmmm… No, Edward. No coincido. La ley lleva al doble las penas ya previstas en el Código. Es decir, no amplia el espectro de tipificación ya existente. La diferencia está en que es Argentina la que voluntariamente quiere participar del GAFI y EL G20. Y se aviene a los requisitos que ello plantea y requiere. No te están presionando con que lo hagas porque entre otras cuestiones no tienen con qué ahora.

      Abrazo.

      1. No cambian las tipificaciones, pero no somos nosotros los que decidimos si «gayola» significa «gayola x 1» o «gayola x 2», porque ellos manjean el factor multiplicador. ¿O vamos a ser nosotros los que digamos quién es o deja de ser «terrorista»? ¿Vamos a ser nosotros o ellos los que digamos «No, vea, para ustedes Al Qaeda es terrorista, para nosotros es una ONG»?

        No jodamos. Yo creo que está más que claro todo.

      2. Nosotros, Eduardo, nosotros. Es sencillo. ¿El temor es por la protesta social, no? Bueno, cualquier delito de los que ya existan, se pena al doble si se entiende que se ejecutó en el marco de una acción terrorista. La protesta social ya hoy no es delito, ¿qué van a llevar al doble, entonces, si no hay ni pena común para ella porque no es considerada delito de por sí? Por si hiciera falta, le agregaron además que queda exento de juzgamiento el ejercicio de derechos amparados legalmente. No tenemos que temer.

      3. No es por la protesta social, Pablo. Es por la triple frontera. Si Mustafá se tira un p*do fuera de lugar, o hace donaciones a un hogar de niños desnutridos en (ponga aquí el país towelhead que le plazca), va a parar deportado a Guantánamo sin escala.

        Si no sirviera para nada, no se tomarían el trabajo de presentar este escracho.

  4. Hay un sinceramiento logico de algunas variables y cuidado mas intensivo del superavit.

    Lo que NO debe hacer el gobierno es sincerar bruscamente, pasar a 2,50 el colectivo para todos, por ejemplo.

    la ley antiterrorista es para la gilada, eduardo, te pensas que se le van a meter a un sindicalista trosko? con el quilombo que eso generaria?

  5. el giro a la derecha lo tendremos el día que carlín saque una tapa buena onda de cristina y tengamos el aoyo del radicalismo, el pro, el conservadurismo socialista, ratazzi y la iglesia católica.

      1. cierto! cómo voy a olvidarme de la pitonisa del 1.8%…

        qué pecado.

        dejo un rato AP para rezar los correspondientes padrenuestros.

  6. El peronismo (y creo que el kirchnerismo ES el peronismo de este principio de siglo), no es de derecha ni de izquierda.

    Tanto en el oficialismo como en la oposición hay derecha, centro e izquierda, igual que en el ’45. Lo que realmente está en disputa es el proyecto de país.

  7. El peronismo fue siempre de derecha. Así nació.
    Y cuando eso fue desafiado por ciertos grupúsculos de izquierda digamos revolucionaria, vino la Triple A, y luego los militares para finalizar la tarea sucia.

    1. «En Argentina, Juan Domingo Perón, oficial del Ejército, fue capaz de diseñar una política independiente y de raíz obrera en su país.»
      Fidel Castro Ruz

      1. Oh, Fidel… me suena…
        ¿Ese que apoyó al gobierno militar en la OEA?
        Estar 53 años en el poder, ¿es de derecha o de izquierda?

      2. Creo que está empezando a entender, David. Ni Fidel, ni Stalin, ni Mao serían caracterizados como de derecha por ninguna persona razonable (no sé Ud).

      3. En sus deformaciones extremas, son exactamente iguales. Al menos eso (¿estoy empezando?) a entender.

        Coincidimos entonces en que el peronismo es de derecha (no figura entre tus ejemplos de izquierda). Resta ver en qué resulta(rá) el kirchnerismo.

      4. «…Yo no auspicio la lucha de clases, pero el dilema nuestro es claro: la oligarquía que nos explotó miles de años en el mundo tratará siempre de vencernos. Con ellos no nos entenderemos nunca, porque lo único que ellos quieren es lo único que no podremos darle jamás: Nuestra libertad…»

        Eva Duarte

      5. el problema que tiene david para distinguir la derecha de la izquierda es un mal bastante común. en general estos casos ocurren cuando las personas quedan deslumbradas por los carismas personales, atontados por la belleza del caudillo, aturdidos por las biografías del poder. así miran incesantemente al lider del movimiento (si se viste de verde, si tiene botas, si censura, si mata) y nunca, pero nunca jamás se dignan a mirar a la parte del pueblo que los apoya y permite. si al movimientos lo sostienen obreros, o marginales, o burgueses y aristocracias en decadencia, poco importa. la política según billiken es preclara.

        hitler, stalin y perón todos de derecha.

      6. Gracias Tapones por ocuparte de mis problemas.

        Que creo que son otros: no me gustan los líderes carismáticos (por eso no voté a De la Rua, ja)

        Sobre los pueblos que apoyan a líderes carismáticos y muchas veces crueles (Mao produjo la muerte de 80 millones de chinos), me permito sufrir con escasa compañía: Me dolió mucho ver a la Plaza de Mayo repleta vivando a Videla por el Mundial ´78, mientras de paso les gritaban a las «locas de la Plaza» que éramos «derechos y humanos», y también ver la misma plaza repleta vivando a Galtieri.

        Escuché personalmente en los corrillos de la calle Florida: «Que vengan los inglesitos, los vamos a correr con los cuchilleros correntinos al grito del Sapucai».

        Un viejo profesor mío de la secundaria, el rector del Colegio Nacional B. Mitre, nos decía: «Las pasiones se suman, las inteligencias se restan».

        Hitler, Stalin, Pol Pot, Mao, Ceaucescu, Tito, Mussolini, Fidel, Saddam Hussein, Bokassa, Idi Amin, Khadaffi, (no sé si Perón), seguramente no leyeron Billiken.

        Qué pena: se perdieron a «Pi Pio» y a «Pelopincho y Cachirula». Tal vez habrían sido algo más buenos…

      7. Un detallecito, David: no creo que leer el adoctrinamiento para niños de Billiken (–> el Sr. Constancio Vigil –> ¡¡¡OPUS!!!) pudiera volver más bueno a nadie.
        Los cuentos para niños de Vigil eran bien autoritarios y represivos. Preconizaban la obediencia de los chicos antes que nada.
        Esto más bien tuvo que ver con la formación de Videla et al.
        Aparte: ¿desde cuándo ‘carismático’ implica ‘cruel’ o viceversa?
        Ejemplos:
        ¿Lula cruel?
        ¿Videla y Massera carismáticos?

      8. Raúl C:

        Si bien un post no da para un tratado sociológico sobre los pueblos, y psicológico sobre los políticos, suele haber una cierta relación entre carisma y crueldad.

        Para ser cruel (y tener poder con apoyo popular) es necesario ser carismático. La inversa no es necesariamente así.

        Los bellos muñecos que mencioné anteriormente fueron indefectiblemente carismáticos.

        Notarás que no puse entre ellos a Videla y a Massera, ya que puede haber dictadores -o aspirantes a- con apoyo popular (como ellos) pero que sin la seducción del carisma suelen marchitarse e irse del poder luego de una temporadita de desaguisados más o menos desagradables.

        Y ciertos personajes carismáticos dentro de los regímenes republicanos, dan cierto sabor dulce, o al menos divertido, a la política. Por ejemplo Lula.

        (¿Menem? ¿Berlusconi? ¿Felipillo? ¿Mujica? ¿Miterrand?)

        Con referencia a Billiken, debo haber sido en mi niñez tan distraído como ahora, pero no recuerdo haber aprendido a ser genuflexo al identificarme con Calculín.

      9. de nada, david, pero no es personal el interés. es un síndrome bastante extendido, por eso me interesa. el amigo daio también lo padece, por citar un ejemplo.

        igualmente creo que no entendiste el punto, porque me volvés a hablar de lso líderes carismáticos cuando yo te decía que para saber qué es derecha, qué es izquierda, habría que mirar, no como viste el líder, sino quiénes apoyan al líder.

        pero bueno. vale la pena el intento.

      10. Tapones,

        Gracias por el intento. Veamos:

        Derecha es la gente más o menos egoísta que busca su bienestar. Izquierda es la gente buena que comparte con el prójimo su sandwich de mila.

        Los pueblos suelen ser en su pensamiento y acción básicamente de derecha, aunque muchas veces sueñan que son de izquierda, y eso los tranquiliza. Algunos pocos, además de soñarlo, lo son.

        Los políticos manipuladores y carismáticos saben muy bien esto y adornan los oidos populares con lo que quieren oír. Hagan lo que hagan después.

        El resto, es historia conocida: el Relato.

      11. david,

        la izquierda y la derecha, según billiken. claramente.

        seguimos mirando al lider para definir: miramos si «comparte el sanguiche o si no» y sabemos para dónde tira el líder.

        se te complica ponerlo a perón a la derecha… porque si alguien compartió un cheguzán en estos pagos fue, precisamente, el viejo militar.

      12. Y al mismo tiempo, por ejemplo, se perseguia y torturaba a Atahualpa Yupanqui por Trosko. Cuanta ambigüedad, dado el caso..

      13. Caramba, tapones:

        No recuerdo haber leído en Billiken nada parecido a «derecha» e «izquierda»… Era tan inocente…

        «Barbitas Carter» ¿sería de derecha? (digo, por el nombre sospechosamente imperialista).

        «Pi Pio» ¿sería un pollo de Mc Donalds?

        «Calculín» ¿estaría en el mundo de las finanzas neoliberales?

        «Pelopincho» ¿respondería a una multinacional de las piletas de lona?

        Sobre Perón, dicen que efectivamente compartía… masitas con las nenas de la UES. Bueno, che, no te enojes, me lo pusiste servido y lo tomé.

        Abrazo.

  8. Pepe: Las leyes en general son hechas para la gilada.

    Alguna vez viste un político rico preso por algún delito? La cárcel es para los pobres.

    El problema con la ley antiterrorista no es la duplicación de las penas, sino el uso que se haga de ese instrumento legal (por este u otro futuro gobierno)

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