Si nos tomamos el trabajo de leer lo que los principales medios de comunicación tienen que decir acerca del golpe de estado en Honduras, notaremos dos cosas muy interesantes.
La primera es que en muchos de ellos hay un conjunto de periodistas y comentaristas que llevan la voz cantante, que aprovechan la ocasión que les brinda un hecho de esta naturaleza para ejercita la lucrativa tarea de aporrear en sus páginas al Presidente Hugo Chávez y al conjunto de líderes de la llamada nueva izquierda Latinoamericana.
En segundo lugar, entusiasmados con la unanimidad de las instituciones hondureñas, la consabida aprobación del golpe realizada por el Episcopado Hondureño, y la confusión reinante, se pretende poner en pie de igualdad al gobierno salido de las urnas con la dictadura impuesta por el golpe.
A fin de clarificar lo que quiero decir, ilustraré estas afirmaciones con un ejemplo. La nota fue publicada hoy en el diario El País, uno de los principales motores que impulsan con ahínco y desvergüenza la nueva ofensiva de las derechas sudamericanas. La nota en cuestión está firmada por un clásico del periódico, Moisés Naim. Lleva el siguiente título: “Idiotas contra hipócritas”. El título que yo mismo elegí para esta nota no hace más que incluir en su descuidado retrato, un personaje importante de las tramas golpistas que han ornamentado nuestra desgraciada historia sudamericana y que el propio Naím, como otros insignies opinólogos encarnan con habilidad mandarina.
En el primer párrafo Naim nos recuerda que hay un parentezco entre el golpe de Honduras y los acontecimientos de la revolución verde en Irán. En el primer caso estamos hablando de un pequeño país sin apenas recursos. En el segundo caso, estamos hablando de un país que tiene bombas atómicas. La lógica de Naím es extraordinaria. Irán apenas ha sufrido consecuencias, por la sencilla razón de que no puede jugarse con alguien que posee un poder semejante. En cambio, Honduras, es un pequeño país desarmado, que recibe una respuesta furibunda. ¿No ven la CNN? ¿Acaso viven en Marte?, se pregunta. Los países pequeños no pueden darse ese lujo. Justicia para Honduras, ellos también merecen la cuota de impunidad que reciben los más poderosos. Acertado, indudablemente.
Los estrambóticos silogismos de Naím podrían resultar inocente, pero toman otro matiz cuando recordamos lo que Naím tenía para decir hace dos semanas sobre lo que estaba ocurriendo en Irán. esto resulta inocente para el ingenuo a menos que le recordemos lo que Naim tiene que decir acerca de Irán. La nota fue publicada el domingo 21 de junio y llevaba el siguiente título: «Irán con ojos venezolanos». Pese a las diferencias entre estos dos países, Irán y Venezuela, «el parecido es tal -nos dice Naim, para quien en la oscuridad todas las vacas son negras – que la experiencia venezolana aporta interesantes claves para entender la crisis iraní. Leamos la última frase del artículo mencionado. Dice Naím:
«En ambos países, los violentos están en el Gobierno, no en la oposición. Tanto en Irán como en Venezuela, son las milicias gubernamentales quienes detentan el monopolio de la violencia como instrumento político. Pero lo esencial es entender que, en Irán y Venezuela, las elecciones no significan el posible cambio de un presidente por otro. Significan la posibilidad de sacar del poder a quienes han decidido perpetuarse en él. Y eso no es fácil. No lo ha sido en Venezuela; no lo será en Irán.»
Volvamos al artículo de hoy que es lo que nos interesa. Después de haber clarificado de qué trata el asunto (la hipocresía y la idiotez) nos informa de la violación reiterada de la constitución por parte del gobierno de Zelaya. Nos dice: ¿Por qué se precipitaron los golpistas? Faltaban sólo unos meses para que Zelaya dejara el gobierno, si hubiesen apostado a los juristas en vez de a los militares, hubieran conseguido lo que buscaban. Pero en cambio, se decidieron por las armas. Es decir, secuestraron a Zelaya, y lo enviaron fuera del país, rompiendo de ese modo la continuidad constitucional y la legalidad. ¿Acaso fueron engañados? ¿Por quién? ¿Quiénes son los que se benefician con este golpe?
Continuemos, porque Naím tiene aún mucho que decirnos acerca de lo que esta ocurriendo en el país centroamericano. Nos dice que los golpistas creen estar justificados porque Zelaya, apoyado por Hugo Chávez, estaba planeando perpetuarse en el poder por medio de triquiñuelas y trampas electorales. Peor aún, de acuerdo a los golpista, en los que Naím parece confiar tácitamente debido a su parentezco ideológico, agentes venezolanos con armas y dolares habían comenzado a infiltrarse a través de la frontera hondureña. -¡Armas y dólares», la frase es inolvidable, nos recuerda escenas de Miami Beach.Otra vez el espectro, el fantasma del comunismo que agita las conciencias y justifica los arrebatos de los bienpensantes que hoy han equivocado la ruta. Demasiado desprolijos, pero certeros.
Naím no tiene vergüenza, evidentemente. Escuchen esta frase: “Incluso si fuera cierto, el golpe sería inexcusable”. Es evidente que lo que pretende con este párrafo no es que el golpe sea inexcusable, sino que es probable que hubiera razones de fondo que llevaron a los golpistas a actuar de ese modo. La acusación es grave: ¿Agentes del gobierno venezolano están entrando a través de las fronteras porosas de Honduras con armas y dinero? ¿Recuerdan el caso del ordenador de Reyes que utilizó Uribe para enlodar a Chávez y probar el apoyo que éste ofrece a las FARC? ¿Recuerdan el caso de la maleta con los 800.000 dólares que juzgaron en el distrito de Miami?
Lo que enfurece es la credulidad de algunos lectores. ¿En serio se creen estas y otras patrañas del mundo informativo? ¿De qué han servido cincuenta años yendo a las películas si a la hora de la verdad nos compramos todas las mentiras? ¿Acaso esta gente no conoce las transferencias bancarias? Pero una transferencia bancaria resulta demasiado virtual. En la escena tiene que aparecer el mafioso de turno, algo que nos recuerde el narcotráfico y el gangsterismo más vulgar, para que de modo indeleble quede en nuestras pupilas la escena de la traición, como una marca de desodorantes.
Sigamos escuchando a este talentoso intelectual en su intento por desentrañar la verdad escondida frente a la mascarada. Después de haber despachado toda una sarta de acusaciones sin prueba alguna, nos ofrece su mejor frase:
“Las torpezas hondureñas son sólo superadas por la explosión de hipocresía que han desencadenado.”
Lo que han cometido los golpistas son torpezas, cositas con las que no deberíamos ser tan furibundos. En todos los rincones se cuecen habas. Lo peor es la hipocresía. Eso es de lo que deberíamos estar ocupándonos, y no de un golpe militar en Honduras, que por otro lado esta justificado y que, por lo demás, sólo resulta ineficaz, desprolijo, y para colmo, más carne en el asador de nuestros verdaderos enemigos.
La lista no tiene desperdicio: los hipócritas son Raul Castro, Hugo Chávez y el resto de los países del ALBA, en los que Morales, Correa y Ortega comparten el hecho de ser, irónicamente, tildados de “bastión de la democracia”. Lo mismo cabe decir de la OEA, de su presidente y del resto de las organizaciones hipócritas.
Luego Naím se ríe de la pasión anti-yanki de Evo Morales que ha señalado que, aún cuando el presidente Obama ha condenado el golpe y ha mostrado buena voluntad para un cambio de época, existen razones para pensar que lo ocurrido lleva las marcas de la intervención norteamericana. ¡Qué manía la de este indiecito de ver la mano del americano apacible en todos lados? ¿Debe tener algún trauma el pobre desgraciado o estar ideologizado? Pero, ¿Resulta acaso tan descabellado? ¿Qué nos hace pensar que las declaraciones de un presidente pueden poner freno a la inercia ideológica y prágmática de un siglo? ¿Acaso cree el señor Naím que la política norteamericana no tiene agendas dobles? ¿Acaso el anuncio de un cambio de rumbo nos tiene que mantener ciegos al hecho de que Washington está embarcado desde hace años en diversos planes que aún continúan en vigencia pese a las esperanzas de cambio que promueve en el continente? ¿Acaso el señor Naím no lee la CNN? ¿Acaso vive en marte? El presidente Obama prometió salir de Irak. ¿Acaso bastó su voluntad para acabar con el asunto?
Pero no nos dejemos amilanar. Contemos los párrafos del artículo, ejemplo de otros muchos que en estos días aparecen en la prensa liberal desde Buenos Aires a México DF, de Madrid a Guayaquil, y sabremos perfectamente lo que pretenden estos “iluminados de la democracia”.
De los nueve párrafos, sólo dos están dedicados al golpe. En estos se deja claro que hay razones que justifican el humor de los golpistas. Sin embargo, nos dice, lo que ha ocurrido demuestra a las claras que ya no hay lugar para este tipo de ofensiva en la lucha ideológica que se libra en el continente. ¿Esta ofreciendo el señor Naím un consejo estratégico?
Los otros siete párrafos tienen el aspecto de una amenaza, de una advertencia malintencionada y perversa, están destinados a demostrar que nuestro verdadero problema son Chávez y sus secuaces, y llamar la atención de los gobiernos de la región de lo que ocurre con los que coquetean con el socialismo del siglo XXI. ¿Necesitamos algo más para ver la continuidad que existe entre los intelectuales de la derecha liberal de hoy y de siempre?
“Chávez es tóxico.», concluye. En tiempos de pandemia virósica y financiera no es una frase casual.
Bueno, si no vamos a ser hipócritas aclaremos que a fin de cuentas los golpes o revoluciones son buenos o malos según de qué lado ideológico nos encontremos.
De los países mencionados podemos decir:
En Cuba hubo un golpe-revolución. Las elecciones posteriores fueron «democráticas»
En Irán hubo un golpe-revolución. Las elecciones posteriores fueron «democráticas»
En Venezuela el golpista Chavez ahora es presidente elegido «democráticamente»
El único que llegó al poder sin violencia golpista o revolucionaria fue Evo.
¿Cómo serían los comentarios de las distintas vertientes ideológicas si el golpe en Honduras hubiese sido contra un gobierno de derecha?
No es que sean buenos o malos dependiendo cuál es la ideología, sino dependiendo de quién tiene el derecho legítimo del reclamo del poder. Cuando una revolución representa al pueblo yo la veo bien, pero cuando representa a una minoría poderosa con intereses foráneos, lo veo mal.
Seguramente es muy difícil definir a cuál de los dos tipos representa una revolución X, para eso hay que estar inmerso en la misma o que el paso del tiempo aclare la situación.
Ahora, en 2009, yo te digo que las revoluciones de Cuba o Irán fueron buenas, y Chávez también tenía razón.
Estamos de acuerdo conque el paso del tiempo finalmente define quién escribe la «verdad» de un determinado proceso histórico.
Y serán cubanos, iraníes y venezolanos los que finalmente pondrán a sus líderes actuales en el sitial histírico que les corresponda.
Tal vez los iraníes olviden pronto a los masacrados de la semana pasada, o los venezolanos soporten estoicamente su crisis económica.
Mientras tanto, «tener razón» será algo muy opinable.
Es este «relativismo» moral, etico y politico lo que nos lleva a clamar por democracia, elecciones libres y libertad de prensa para algunos pueblos, y para otros no, cuando la demanda no coincide con nuestra verdad ideologica, no es asi?
Ahora Chávez tiene la culpa de la crisis económica y no los quinientos años de colonialismo…
Eltano343:
Que actualmente Latinoamérica sea la zona del mundo con mayor desigualdad del mundo no puede seguir siendo culpa del colonialismo que comenzó su retirada hace 200 años.
Puntualmente en el caso de Venezuela, país riquísimo por su petróleo, es absolutamente injustificable…
El colonialismo no se retiró hace 200 años, en todo caso mutó.
Siempre es bueno que la culpa la tenga otro. No es que nunca la tenga, pero me parece que a esta altura del partido debemos asumir nuestras propias responsabilidades.
De qué responsabilidad me hablás? Ahora resulta que nosotros tenemos la culpa del saqueo y la explotación por ser tan boludos. En todo caso si tenemos culpa de algo es de no haber colgado de las pelotas a todos los traidores que tuvimos entre nosotros.
Tu pregunta me hace recordar a la película «La Caída» en que un Hitler fuera de sí les dice a sus lugartenientes: «La culpa es de los alemanes, porque ellos me votaron»
Además, lo del «colgar de las pelotas a los traidores» tiene el ligero inconveniente de poder equivocarnos al elegir los candidatos a la horca…
No me contestaste la pregunta.
Quise darte una respuesta elíptica, pero no tengo inconveniente en decirlo con todas las letras:
Si, los pueblos somos responsables de nuestro devenir político e histórico. Elegimos malos o buenos gobernantes. Cuanto menor es nuestra cultura política más creemos en el gobernante «providencial», el «lider» que nos va a cuidar como un papito. De ahí salen todas las dictaduras sangrientas del mundo. Los que «cuelgan traidores de las pelotas».
A los pueblos que aprendieron (o aprenden) de casi siempre dolorosas experiencias siempre les va mejor, con una aburrida democracia que incluye alternancia de poder, instituciones fuertes y división de poderes.
Y apego a la ley…
Estás equivocado, porque partís de la premisa de que todos los integrantes del pueblo son iguales, que no existen grupos más poderosos con intereses económicos que van llevando la pelota hacia donde más le conviene.
Y esto también pasa en EEUU, o en cualquier otra «democracia» que me pongas de ejemplo.
Bueno, a mí me contaron que todos los integrantes del pueblo son iguales ante la Ley. De hecho, cada persona = un voto.
La ignorancia del pueblo, fomentada por los gobiernos, tanto más cuando más «populistas» son, es una herramienta de poder. Dicho de otro modo: es política de estado mantener la pobreza.
La ignorancia permite que el pueblo vote a gobernantes que adulan sus oídos mientras negocian y se corropmen con los factores de poder económico que vos mencionas.
Te doy un ejemplo: el actual gobierno se enfrenta con el «campo», o sea miles de pequeños productores que son los que pagan las retenciones. No así los 6 grupos concentrados agroexportadores multinacionales que han zafado y lo seguirán haciendo. Igual como disfrutan los otros sectores ultraconcentrados: petróleo, minería, juego, finanzas, y algunos patéticos empresarios amigos del gobierno, subsidiados por los impuestos de los pobres.
Primero, cuando me refiero a desigualdad, me refiero a desigualdad económica y de influencia o poder.
Segundo, te recomienda que leas el proyecto de retenciones móviles, que estaba especialmente diseñada para que los que menos ganen menos paguen, o sea beneficiaba a los pequeños productores en relación a la legislación anterior. Aún así, toda la gente se comió el verso del «campo» y la criticó, gracias al apoyo que tuvo este sector de los medios de comunicación.
¿Qué significa esto? Que un grupo de gente, con mucho poderío económico, llevó la pelota a donde más le convenía.
En este inrercambio de opiniones lo que quiero destacar es que los verdadermente poderosos (pocos) no aparecen en los diarios. Aparecen los chacareros (muchos). Nada me vincula a ellos, simplemente marco el fenómeno, que obviamente no es casual: acusando al «campo» los poderosos viven tranquilos haciendo sus negocios bajo el amparo y complicidad del poder político.
Indudablemente Ud defendería la legitimidad del dictador Fulgencio Batista, sostenido por el tío Sam. Nadie le niega el derecho.
Estaba por poner lo mismo. ¿Cómo se puede comparar el derrocamiento de un dictador como Batista, o de una monarquía absolutista como la del Sha, con lo que pasó en Honduras hace una semana?
En todo caso podrías preguntármelo: No. Yo no defendería a Fulgencio Batista. Tampoco defiendo a la dictadura de 50 años de Castro.
La dictadura de los Ayatollas no me parece mucho «mejor» que la del Sha. Es más, no sé cuál fue más sangrienta, aún no incluyendo los 500 mil muertos en la guerra con Irak.
Ahora bien, si se trata de elegir entre dos males… bueno, yo no elijo a ninguno.
Saludos.
estimados
una revolucion es buena o mala segun tenga exito. Un 25 de mayo 1810 en BsAs habia una banda de sediciosos que recordamos como patriotas solo porque ganaron.
«En el primer caso estamos hablando de un pequeño país sin apenas recursos. En el segundo caso, estamos hablando de un país que tiene bombas atómicas. La lógica de Naím es extraordinaria. Irán apenas ha sufrido consecuencias, por la sencilla razón de que no puede jugarse con alguien que posee un poder semejante.» Esta expresion contiene un error bastante grave. Irán no tiene bombas atómicas. Justamente todo el problema con Israel y EEUU, es el desarrollo de un plan nuclear por parte del gobierno iraní, que dicen no está vinculado a un tema militar sino civil. El único estado de Medio Oriente con bombas atómicas es, precisamente, Israel quien lo desarrollara en secreto y condenara a dura prisión a M.Vanunu, quien lo denunciara. La misma CIA reconoce que la posibilidad de Irán de producir bombas atómicas, si ese fuera su oculto deseo, demoraría varios años. Y es por eso que Israel insiste con atacar a Irán preventivamente. Sin perjuicio de la aclaración, coincido plenamente con la nota.
David:
En realidad el caso de Cuba no fue un golpe, sino una revolución. La diferencia no es nada desdeñable. Como dije en la nota, la tendencia a creer que en la oscuridad todas las vacas son negras nos hace olvidar que no podemos mezclar categorías como nos plazca. El caso de Chávez es completamente tramposo. Que Chávez haya participado en una asonada no hace que su gobierno haya sido constituido por medio de un golpe. Por otro lado, no estoy intentado defender la cuestión iraní, sólo dejar entrever que el paralelismo entre Venezuela e Irán es descabellado y sólo puede sostenerle alquien que haya apagado la luz y sea incapaz de ver las notables diferencias, o un cretino que trate de hacernos pasar gato por liebre. Siendo los señores de los que hablo personas meritorias y alfabetizadas, tiendo a inclinarme por la segunda alternativa. Por otro lado, ofrecer como respuesta una hipótesis que no viene al caso «¿Cómo serían las cosas si hubiera sido un golpe de la izquierda a un gobierno de derechas?», tiene poco valor argumentativo, como es sabido por todos.
Aún así, hay razones de fondo que hacen inadecuado asimilar las ideologías como opuestos simétricos. La cuestión de fondo es la representatividad. ¿A quién pretenden representar unos y otros? Aún en los casos fállidos, desde el punto de vista discursivo, no pueden mezclarse peras con olmos.
Aclaración necesaria para David. Los golpes-revolución cubano e iraní no fue precisamente contra gobiernos democráticos, salvo que así consideres a Batista y el Sha.
Con respecto a Chávez, todos le recuerdan su pasado golpista, pero ese golpe-revolución fracasó. Chavez fue preso y llego al poder mediante el voto popular, desde la oposición y no desde el poder y ha sido ratificado en elecciones libres y un referendum revocatorio, conel 90% de la prensa en contra.
Por otra parte, en Honduras, todos los que justifican el golpe hablan de la «eternizacion» en el poder, algo imposible para Zelaya, porque todo el problema surge por una consulta sobre si poner una 4a. urna el día en que elijan su sucesor. Salvo que sea una reforma «retroactiva» es un absurdo indigno de que sigan insistiendo los medios con el.
Por otra parte resulta curioso que cuestionen las reelecciones indefinidas países que la tienen como España. Bah, en realidad, el Jefe de Estado español tiene carácter vitalicio y hereditario. Las diferencias de ser primer mundo.
Parece que un golpe, si tiene éxito, pasa a llamarse «revolución». La diferencia, como bien decis, no es nada desdeñable…
Lo de Chavez es tramposo, pero al revés: Primero hizo una «asonada», o sea un «golpe». Así se hizo conocido. Luego el muchacho «gustó». El resto es historia conocida. De modo equivalente nosotros podríamos haber votado a Rico , si nos hubiese «gustado».
Coincido en que Irán y Venezuela son como el agua y el aceite… ¡pero se llevan tan amorosamente bien! Falta que Chavez imponga la Sharía, y ¡ya!
Y finalmente, si el «golpe» hubiese tenido signo contrario, por más que «no tenga valor argumentativo», pero en cambio sí deseamos no ser hipócritas, creeme que la cosa se «vería» muy diferente según la ideología del opinador de turno.
Bueno, supongo que no habrá argumento que te ofrezca que te anime a pensar el asunto de otro modo. Probablemente pienses lo mismo de mi. Pero aún así, creo que la confusión de los argumentos y las palabras no sirven para analizar la realidad. Confucio decía que la decadencia moral venía acompañada de una confusión en el uso de los términos. No me refiero a vos, por favor, no me malinterpretes, pero por alguna razón asistimos continuamente a un tipo de argumentación que pretende mezclar los pollos y las gallinas. Por cierto, las alianzas estratégicas de cualquier nación soberana no concuerdan necesariamente con el trasfondo ideológico que defienden. Un ejemplo de ello es la alianza estadounidense con Arabia Saudita. Como te habrás dado cuenta, entre otras cosas, en la era Bush, Venezuela compartía con Irán un enemigo común, lo cual no significa que compartieran un mismo orden moral.
Estoy seguro que sabés todas estas cosas y que no vale la pena reiterarlas, pero otros que pudieran leer estos comentarios querrán saber lo que nosotros ya sabemos.
Por otro lado, aquí no estamos juzgando a los individuos, a sus historias personales, sino ciertas actividades específicas. Chávez, nos guste o no, llegó al poder en elecciones libres, similares a las que dieron la victoria en Capital Federal a Macri y en Provincia a De Narváez. Puede que la cuestión de la democracia, la elección y la decisión soberana del pueblo sea una cosa menor en tu opinión, pero para algunos de nosotros no todo da igual.
En fin, un abrazo cordial.
En realidad coincidimos en varias cosas, especialmente en cuanto a las alianzas estratégicas y el orden moral.
También queda claro que Chavez llegó por elecciones libres, volve a leer lo que escribí. Solo que la «asonada» lo puso en la vidriera.
Finalmente, «la eleción y la decisión soberana del pueblo» no es para mí un tema menor. Todo lo contrario: es lo que hace que un país pueda, por error o acierto, sumirse en la guerra y/o la pobreza, o pueda gozar de gobernantes menos «perfectos» pero más vivibles.
Saludos.
Ya que hablamos de Argentina, los dos políticos más importantes del Siglo XX, Yrigoyen y Perón participaron activamente en sendos golpes de estado o revoluciones y llegaron al poder por el voto popular. También fue un golpe de estado la Revolución de Mayo. Comparar a Rico, que no llegó mas lejos que a Intendente, con Chavez parece una broma de mal gusto. La rebelión de Chavez fue contra un gobierno corrupto que reprimió salvajemente a su pueblo con 2.000 muertos en las calles de Caracas, para imponer un programa de ajuste, con el agravante de que habia llegado al poder con un programa de centro-izquierda. Rico se levantó contra un gobierno constitucional para conseguir impunidad para sus pares y fue masiva la repulsa popular. Por eso, si pretendés justificar la salvajada que están cometiendo en Honduras, sería conveniente que lo hagas con argumentos más sólidos
Es cierto lo de Yrigoyen y Perón. También lo de la Revolución de Mayo. Fueron golpes. Y triunfaron.
Basta imaginarse qué lugar en la Historia ocuparían esas «asonadas», o «revoluciones» si hubiesen fracasado.
En opiniones políticas sobre personajes controvertidos no hay mal o buen gusto. Ni siquiera «argumentos sólidos». Hay perdedores y ganadores que son los que escriben las respectivas Historias, como ocurrió siempre.
Específicamente sobre el golpe en Honduras, habrá que ver cómo lo considerará el imaginario del pueblo hondureño digamos dentro de 10 ó 100 años. Tal vez alguno de la «salvajada» de hoy sea un héroe en el bronce del mañana, o simplemente quede como un «salvaje golpista». Azares del devenir histórico…
No nos olvidemos, la diferencia más importante es que un golpe es militar (con el apoyo de los militares); en cambio y muy distino, un Revolución es popular. Los militares son el brazo armado del poder económico. Ellos no pueden hacer una revolución. A lo sumo pueden ser voceros o lobistas de cierto sector progresista de la burguesía, no más que eso.
Por lo tanto, no existe el golpe de izquierda ni la revolución de derecha.
PD: Evidentemente la objetividad en las denominadas «ciencias sociales» es una falacia. Filosóficamente hablando podemos decir que no existe tal objetividad. Se parte desde un punto de vista, desde una ideología y de alli se lee distinto cada hecho.