Huir Hacia Adelante

(Publicado en Politeia Argentina)
A diferencia del común de los mortales, un personaje con el poder y las aspiraciones de Mauricio Macri, asume un auto de procesamiento dictado en su contra, por lo menos públicamente, con un desenfado y un optimismo propio del que se siente muy seguro. No queda claro, al menos por ahora, si esa seguridad proviene de la convicción de que es inocente, o de la certeza en que puede garantizarse su propia impunidad.
La lógica mediática de Macri, no tanto en su condición de Jefe de Gobierno de la Ciudad, sino mas bien en la de candidato presidencial, exige cierta sobreactuación ante la noticia, tanto para descalificar al juez Oyarbide, como para comunicar su certeza de que todo no es mas que una maniobra K. La victimización le cae bien a quién ha hecho de ella una herramienta de construcción política, facilitada por la benevolencia mediática y de colegas opositores.
Claro que esa lógica no es la que el sentido común impondría a un ciudadano imputado de delitos muy graves. En ese tono, el anuncio de un pedido de juicio político a Oyarbide parece hacer agua en un eje fundamental: todavía no está siquiera someramente probado que la decisión del juez adolezca de arbitrariedades, sea manifiestamente injusta o responda a intereses espurios. Ni siquiera han sido dados a conocer los fundamentos del auto de procesamiento, por lo que el anuncio de Macri debe ser entendido en el marco de su estrategia defensiva, no ya en el ámbito procesal, sino en el mediático, en el de la opinión pública, que sin duda es trascendente en un caso como este.
El tema sería llegar a los sectores de la opinión pública para los que, sin necesidad de prueba en contrario, toda decisión judicial que se tome contra un opositor, es fruto de una pérfida maniobra kirchnerista. En la otra vereda están los que creen que cualquier imputación formulada a Mauricio Macri adquiere veracidad mientras no se pruebe lo contrario.
La justicia, que en el ámbito penal busca la dilucidación de la verdad real, no parece tener mucho espacio en tal escenario.
¿Y el juez? Oyarbide es un caso especial, sin la linealidad genuflexa que caracterizó a la justicia menemista, este magistrado parece tener visajes que impiden su clasificación en el ámbito de los operadores oficialistas, o de los que instalan comités opositores en su despacho (al estilo Pura de Arrabal). El mismo juez que procesa al opositor Macri hace lo propio con el ex funcionario kirchnerista Ricardo Jaime. El mismo que sobreseyó a Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito tiene preso a Zanola en la investigación de los medicamentos truchos. Parece ser que Oyarbide tiene juego propio y baquía probada en el arte de ejercer su función en las ligas mayores, y sobrevivir para contarlo.
Volviendo a Macri la elección de la táctica victimizante resulta obvia, aunque el menú de opciones no parece muy amplio y se puede estrechar si la Cámara confirma el procesamiento. Aunque los méritos de la justicia no debieran medirse por kilo, doscientas fojas de considerandos a la firma de Oyarbide, en la que figuran con pelos y señales las escuchas organizadas y operadas por el Fino y Ciro James contra, entre otros, el cuñado de Mauricio no se rebaten fácilmente, o por lo menos no únicamente, recurriendo a actos de campaña y expresiones compungidas de Gabriela Michetti.
La victimización tiene otro costado que merece analizarse: ¿Es realmente conveniente para el proyecto kirchnerista sacar de carrera a Macri? Aclaremos que sacarlo de cualquier manera es malo sin mas, y un Macri sobreviviente a este episodio, con la aureola de víctima bien instalada, sería mas peligroso que el Macri anterior al episodio. Del mismo modo, un candidato opositor sorprendido in fraganti delito, o poco menos, nunca le viene mal a ningún líder oficialista.
Pero la hipótesis aquí es otra: supongamos que el oficialismo tiene en sus manos la ocasión y los medios para destruir la carrera política de Mauricio Macri, sin costos políticos importantes. ¿Es aún ello conveniente? Planteo la pregunta porque a mi me parece que no.
Con miras al 2011 el escenario mas interesante para lograr la victoria electoral, tiene que ver con la mayor ampliación de la base de sustentación propia, por un lado, y con la mayor dispersión posible de la ajena. El radicalismo ha de tener un candidato que muy probablemente será Judas C. Cobos, aunque no se puede descartar de plano la idea de que el felón cuyano deba recurrir a una estructura alternativa, y otro sea el aspirante de la UCR. Elisa Carrió ha de reiterar su personaje en campaña, Pino Solanas también. ¿Y la derecha pura?. Esa que se denomina de centro, y que debe descartar al colombiano De Narváez por razones constitucionales. Si se queda también sin Macri sólo le quedarán presidenciables en el ámbito del PJ: ¿Duhalde? ¿Solá? No parece haber otros nombres, pues Reutemann reiterará sus dudas, que quizás las veladas insinuaciones de su ex esposa Mimicha Bobbio potencian y la estrategia de hombres como los Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero no está vinculada hoy con una victoria propia, que con realismo descartan, sino con una derrota kirchnerista a manos de Cobos, que sería luego una perita en dulce en sus fauces. Si Duhalde y Solá son vencidos en las primarias, o desertan antes, lo mas probable es que se sumen a la estrategia de sus pares del serpentario «federal».
En síntesis: la de Macri es la candidatura que le va quedando en pie a la derecha no peronista, y su salida de la cancha, engrosaría las posibilidades de voto «útil» al inútil de Cobos. Concentración del voto opositor, lo último que el kirchnerismo necesita con miras a la primera vuelta del 2011.

 

Macri sabe que no tiene plan B, y que lo suyo se define en el 2011. Sin estructura pejotista a mano, no puede especular con ser el beneficiario de un triunfo cobista con destino de helicóptero. No se bajará entonces de su candidatura, si no es para encaminarse a Devoto.
Ignoro si este análisis se hace en esferas oficiales, pero me parece claro que si de jugadas estratégicas se trata, lo mas conveniente es dejar a Macri lidiando con su escatológica gestión, escasa vidriera para exhibir logros que lo fortalezcan como candidato presidencial.
Es a tono con ese análisis que no veo una mano negra detrás del procesamiento a MM. Quizás su propia torpeza, de la que ya ha dado inequívocas muestras, lo hayan llevado a este escenario, en el que sólo le queda huir hacia adelante.

5 comentarios en «Huir Hacia Adelante»

  1. Hola, me parece que subordinar la comisión de un delito y su necesario juzgamiento a la estrategia electoral kirchnerista, es una hipótesis que no me cierra del todo. Lo digo pq no creo que el gobierno nacional esté necesitando de este tipo de especulaciones. Mi opinión es que hoy los kirchner no tienen rival para el 2011, menos por falta de oposición (dato preocupante), que por virtudes acumuladas durante dos gobiernos.
    Humildemente estoy convencido que lo mejor que pueden hacer N. Kirchner y C.Fernández es enfocarse en la gran estrategia de profundización del modelo,trabajando (como lo viene haciendo) permanentemente en conjunto con las asociaciones civiles (representantes más puros y genuinos de las necesidades comunitarias). Es el momento de defender con toda nuestra fuerza los logros obtenidos hasta el momento y seguir luchando por todo lo que falta. Porque si bien para revertir la situación (política, económica, social y cultural) heredada desde 1976 hasta la fecha, se necesitan pocas medidas bien ejecutadas (a las pruebas me remito), también sospecho que un desvío del ojetivo macro, Ej: subordinar estrategias menores a la estrategia matriz puede poner en riesgo tantos avances, pq también se necesitan pocas medidas «bien ejecutadas» para que nos quedemos sin nada de lo ganado durante estos años de gobierno peronista.
    saludos.

    1. Coincido con el cometario, no soy lo que se dice un «Fan» de este gobierno ni de cerca.
      Pero, pensar la politica y la continuidad del modelo de gobierno, desde los aspectos que plantea Pato, es lo que espero de cualquier gobierno (me guste este , o no), creo que ese es el tipo de «vuelta de tuerca», que necesitaría el pensamiento politico en este pais.Para que se confíe en general, más allá de gustos y resultados. Y lo fundamental es que lo aprenda y lo adopte el que gobierna y detenta el poder. Los opositores son demasiados perezosos y ambiciosos (tengan o no fines nobles), para adoptar ese camino, de tal modo, que si el que detenta el poder lo adoptase, iría «encarrilando» a todas las tendencias.
      Si me gustaría, que en la Rosada leyeran tu comentario.

      Saludos.

  2. Yo coincido con vos Pato, en términos generales.
    El post reflexiona sobre el tema a partir del argumento macrista, es decir analizando la hipótesis de la conjura K, no por considerarla veraz sino por lo contrario. Además de ser de dudosa existencia, la jugada de forzar un procesamiento sin pruebas redundaría en favor del procesado.

  3. Es cierto que me fuí de la órbita de tu análisis Carpediem, y si vamos a comentar, lo mejor es que no seamos chicaneros, pido perdón por eso. tal vez la militancia me tenga un poco harto de estrategias electorales y por eso como que me descargué con tu artículo que, considero adecuado a la realidad por tratarse de algo inherente a la política y a la supuesta esencia de la democracia, como es el proceso electoral y la consiguiente expresión popular (deformaciones del régimen político al margen).
    Coincido con vos en que la jugada de un procesamiento forzado jugaría en favor de Macri y la campaña de pagina 12, dedicándole la tapa todos los días al jefe de gobierno porteño, no hace más que reforzar lo que sentimos.

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