Juicio a los represores en San Luis

Como no está saliendo en los medios nacionales no queda otra quemoverse y molestar, vio. El lunes empieza el primer juicio en zonaCuyo a genocidas. Les pido ayuda con la difusión de los obstáculos queestán teniendo las 4 familias querellantes porque se ha elegido unlugar pequeño y habrá restricciones para el ingreso:

Link del comunicado de la APDH de San Luis sobre el primer juicio enCuyo para el lunes 20 de octubre:
http://www.apdhargentina.org.ar/delegaciones/sanluis/trabajos/fiochetti_20080923.pdf

Y
un link sobre las repercusiones por las restricciones a público y prensa.

Uno de los jueces a comparado este juicio con uno reciente por un secuestro express donde según él «al principio iba gente y después casi nadie» y por eso lo hacen en la misma sala con capacidad paraapenas 50 personas:

http://www.cuyonoticias.com/index.php/policiales/1577-restricciones-a-la-prensa-en-juicio-a-represores-en-san-luis.html

La historia del secuestro y asesinato de Graciela Fiochetti, caso emblemático de este juicio. Era del pueblo sanluiseño de La Toma, donde pasé mi infancia, Graciela militó junto a mi madre en la Juventud Peronista. Los perversos la secuestraron el 21 de septiembre, día del Estudiante y de la Primavera, esa noche se llevaron a los jóvenes del pueblo. Como si de un mensaje retorcido se tratara, eligieron esa fecha para marcarla con horror: http://www.grupopayne.com.ar/archivo/06/0610/061001/12a.php

Un abrazo y mil gracias, 30.000 gracias.

Dagnasty

Acerca de Lucas

31 años, periodista, vivo en Santa Fe, trabajo en Entre Ríos. Me encanta el consenso, si la primera moción es la mía. Creo que el disenso es productivo (al interior de la oposición). Todo lo que digo lo digo convencido, porque creo que es más importante decir las cosas con convicción que tenerlas. No me gusta Ricardo Arjona, pero no me molestaría ser Ricardo Arjona. Lo que sí tomo verdaderamente en serio, es la cerveza.

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Un comentario en «Juicio a los represores en San Luis»

  1. Hiciste más de lo que esperaba. Si hubiera tenido tiempo, extractaba algunas cuestiones importantes de esas notas.

    Cuando se discutió sobre Alfonsín hace unos días y algunos se enojaban porque otros poníamos en duda su honestidad en varios sentidos, debí citar el rol del ex presidente en el caso de Graciela Fiochetti que llega a juicio el lunes.

    Alfonsín intentó frenar la investigación sobre el secuestro y asesinato de Graciela Fiochetti, secuestrada en La Toma (San Luis) y asesinada en Las Salinas del Bebedero (lugar conocido porque hay una planta de la empresa Dos Anclas) que por jurisdicción de la época de la dictadura se estaba tratando en los tribunales mendocinos en los 80s:

    «Diez años después, el presidente Raúl Alfonsín y dos de sus ministros hablaron con el gobernador de Mendoza, Santiago Llaver. La cuestión era urgente: en esa provincia había que frenar una investigación judicial que terminaba, como no se metieran manos en el asunto, con un oficial del Ejército en la cárcel. Un libro de Horacio Verbitsky, Civiles y Militares, registraría luego un capítulo sobre el caso en el que deja entrever la ambivalencia del alfonsinismo, que se exhibe prescindente de las investigaciones por los crímenes de la dictadura y, al mismo tiempo, empantana cualquier rebote judicial que altera el ánimo de las fuerzas armadas.

    Al mismo ritmo que avanzaba la investigación por el homicidio en las Salinas del Bebedero, en el país se blandía la guadaña de un alzamiento militar. Ciertamente, el caso de Fiochetti en 1986 preocupaba a las máximas esferas del poder en la Argentina, aunque en forma tardía y descarriada.

    Acorralado en esos días, el teniente coronel Carlos Esteban Plá esperaba, a su modo, que lo fueran a detener. Disfrutaba de un despacho en el Estado Mayor General del Ejército. Pero había dicho que agotaría las balas de su Browning 9 milímetros antes de que lo llevaran. A diferencia de Fiochetti en 1976, Plá esta vez no tenía razones para sentirse solo: un grupo de oficiales había jurado que resistiría cualquier orden de la Justicia Federal.»

    Leo recién a http://burbujascondetergente.blogspot.com/2008/10/esma.html y su -paseo, visita, cómo decirlo y que no suene a esparcimiento- a la ESMA:

    «Está muy bien que suene trillado, algo debe querer decir. Pero no por trillado, hay que dejar de reconocerlo.»

    Todas las historias de asesinados y desaparecidos por la dictadura, las novedades sobre los juicios, parecen sonar trilladas, repetitivas. Solo llaman la atención ahora cuando cierto personaje mediático se zarpa prometiendo degollar a los jueces. Al final parece que su participación hay que fomentarla en vez de reprenderla. El método utilizado por los golpistas hace que cada historia ya nos parezca haberla escuchado mil veces, ni que lo hubieran hecho a propósito, que todos los casos se amalgamen en un mar de repetición hasta que nadie pueda escuchar una historia más de estas.

    Lo que se juzga a partir del lunes es la autoría del teniente coronel Carlos Esteban Plá en el asesinato de Graciela, pero también se debe tener en cuenta que la detención de Plá en los 80s propició el levantamiento carapintada en democracia. No es un personaje menor ni poco importante. Estuvo prófugo hasta el año pasado, esa impunidad fue protegida por un gobierno democrático y por sus compañeros de armas que se levantaron por él y consiguieron un par de leyes, congelando otra vez este juicio en el tiempo.

    Aunque la lista de desaparecidos de San Luis es mucho más extensa, incluído el que era rector de la Universidad Nacional de San Luis en ese momento, Mauricio López, los otros dos casos que llegan a juicio el lunes 20 son de los estudiantes Santana Alcaraz y Pedro Ledesma. El primero fue sacado de un aula de la universidad por dos hombres de civil, Ledesma luego de una detención es vuelto a detener en el mismo momento en que volvía liberado a su casa junto a su padre.

    De ellos dos no se sabe donde están los cuerpos y Plá debe rendir cuenta de qué hicieron con ellos y donde están sus restos.

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