La amenaza brasilera: devaluación

En un comentario a la entrada anterior César toca el tema de la dificultad a la que nos veríamos sometidos los argentinos en el caso de que Brasil devaluara.

Es, digamos, un temor infundido colectivamente por la prensa especializada y por los lobbys de las grandes empresas diversificadas «nacionales», que hasta ayer pedían revaluación cambiaria, y hoy suspiran con una devaluación con ajuste (para mitigar el traspaso a precios de la misma; es decir, una reducción del salario real y una ampliación, por supuesto, de sus márgenes de rentabilidad).

El punto es que hay un antecedente de devaluación brusca del Real. Cercano. Fue en 2009, con la «crisis internacional». Cristiano Ratazzi amenazaba diciendo que «Brasil tenía un dólar muy interesante». Fue efímero el efecto, sin embargo. Porque la tendencia de largo plazo era a la revaluación. Es, a la revaluación. Y las autoridades monetarias brasileras no muestran interés en intervenir sobre el tipo de cambio nominal, porque siguen metas de inflación.

Hoy, están preocupados, entonces, por la inflación. Y más allá de que los industriales brasileros protestan contra la revaluación cambiaria, y las autoridades brasileras se hacen eco de sus protestas e intentan limitar el ingreso de divisas especulativas, toman medidas en sentido contrario: recortan gasto público y suben las tasas de interés (en 2010, no cumplieron con la meta: los precios subieron más de lo que se habían propuesto).

Aparte, entonces, de no tener (las autoridades brasileras) una actitud tan activa en favor de una devaluación, también habría que sospechar, que en el caso de que lo decidieran, su economía probablemente no contaría con mecanismos aceitados para que no se trasladara a precios inmediatamente la devaluación. De modo que la única esperanza de devaluación (real) brasilera quedaría librada a la efectividad de políticas de control salarial en medio de una aceleración de la inflación. Un ajuste muy importante, que no sé si estarían en condiciones de hacer.

Dejando de lado la descripción suscinta de problemas brasileros con la devaluación (que no son tan distintos a los nuestros), lo más interesante de todo el proceso son los canales de diálogo y negociación abiertos entre (casi) todos los países de la región, para alcanzar una integración productiva. El objetivo de más corto alcance sería empezar a sustituir importaciones extra. Mercosur por producción local. Esto hace que muchas veces, la agregación de valor (tan valorada) se realice en un país, y otras veces en otro. Es difícil conciliar intereses, cuando tenemos tan internalizado que el que procesa manufacturas expolia al que le vende la materia prima.

Esto, que es cierto cuando se verifica sin excepción en todos los rubros, puede tolerarse (y aún es deseable) cuando se administra con criterio  integrativo. Lo cual implica que se repartan equitativamente las «agregaciones de valor». Vos agregás valor en tal cosa, y yo en tal otra.

Un elemento auspicioso para este asunto es la vocación bilateral de Argentina y Brasil, y de ambos con los demás países del Mercosur, de ir equilibrando las balanzas comerciales. Sabemos que Argentina tiene, desde el Mercosur para acá y aún desde antes, un recurrente déficit comercial con Brasil, que ni siquiera la devaluación de 2002 corrigió. La intención de equilibrar los flujos comerciales tiende a conseguir en el largo plazo un crecimiento equilibrado.

Es, en parte, una política que nos debemos, los argentinos, para con nuestras provincias más postergadas. Y es un paso inicial a dar, mucho mejor que el de una integración monetaria, al estilo «Euro», que, ya lo sabemos, trae grandes complicaciones en este rubro.

5 comentarios en «La amenaza brasilera: devaluación»

  1. «Es difícil conciliar intereses, cuando tenemos tan internalizado que el que procesa manufacturas expolia al que le vende la materia prima.»

    No quiero mezclar temas, pero dá para pensar, diría Arnaldo Perez Manija. Dá para otro post entero sobre todas esas injusticias internalizadas; postergadas por el kirchnerismo, y directamente ignoradas por la oposición.

  2. Los brasileros cuando devaluaron (en el 99 creo)nos cagaron impunemente, como desde arriba de un arbol, nos hicieron bosta.

    Si llega Brasil a devaluar, vamos a tenr que devaluar nosotros también, con el temor de que la devaluación sea arrojar leña al fuego de la inflación.

    Creo que hay que ser un poco más desconfiados con Brasil, tienen 5 veces nuestra población y más de 4 veces nuestro pbi. No hay razón por la cual Brasil no pudiera llegar a comportarse en forma imperialista con nosotros.

    Son más nacionalistas que nosotros (lo digo como defecto de personalidad, porque todavía el nivel cultural ahí es más bajo que acá, no como virtud) y muchos se sienten más hermanos de Angola que de Argentina o México.

    En general los países chicos (algo que somos en comparación con Brasil) prefieren aliarse al tirano lejano para evitar ser dominados por el tirano cercano, por ejemplo Portugal aliada de Inglaterra para evitar ser absorbida por España.
    Acá tenemos una fe ciega en la hermandad latinoamericana y en Brasil, y sobrevaloramos la importancia de Argentina.

    1. Compartiendo con Mariano, yo no creo que vaya a devaluar Brasil, por lo menos, no dió ninguna señal en ese sentido en los últimos años. Incluso Argentina esta depreciando muy por debajo del dolar, al contrario de Brasil, que tiene su real en constante apreciación con respecto a esa moneda, por lo que -a nivel cambiario- nos volvemos más competitivos en varios productos. Pero la competitividad no la perdemos frente a brasil por temas cambiarios (por lo menos no directamente), sino por elevación de precios y costes via inflación

    2. Brasil ya devaluó en la era K. El gobierno supo navegar bien esa situación. Ahhh, cierto: año de elecciones presidenciales, puede que algún nabo que se las sabe todas termine sentado en el sillon de Rivadavia y nos lleve al abismo como en otras oportunidades.

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