Pasó de una participación de 15% en 2001 a 32,5% en 2011. La data de Pew Research Center, muestra un aumento de la clase media en Latinoamérica y la Argentina en particular. Y una retracción en países de Europa, donde prima la ortodoxia convencional. La última vez que la clase media había crecido tanto fue con Perón.
Esto se vincula ciertamente con el rol del Estado. En Latinoamérica, en efecto, sus estados aprovecharon la ventaja de los términos de intercambio (de productos primarios) para redistribuir el ingreso primero, y avanzar en incipientes desarrollos industriales, despúes. La demanda efectiva aumentó. Esto mejoró los niveles de clase media tan lastimados en la etapa donde el frío neoliberal dominó el continente.
En la Argentina en particular, aumentaron salarios reales, jubilaciones, cantidad de jubilados, derechos sociales, medidas de protección comercial y aumento del empleo privado y público. Esto sin lugar a dudas, bajó la pobreza y expandió la clase media. Ésta clase de cosas, mercado interno y externo, son las que precisan los países que buscan desarrollarse, aunque no sea fácil generarlas y mantenerlas.
Al mismo tiempo se puede ver que en países donde actualmente prima una lógica neoliberal, de concentración del ingreso, la clase media ha disminuido. Este neoliberalismo, llevado adelante por la troika en Europa ha golpeado economías como las de los PIGS. Este dominio de la troka se expresa en la libertad económica sin suficiente control estatal, donde los grandes agentes de la economía transnacional aprovechan ese menor poder regulatorio del Estado para hacer negocios que de otra forma serían mucho más difíciles de hacer, cosa que concentra las economías, profundizando el poder del capital sobre los pueblos y los trabajadores, y expulsando mano de obra en función de una eficiencia productiva transnacional y no local.
En contraposición, los BRICS, con lógicas menos ortodoxas, también aumentaron su clase media.
Los datos son hasta 2011, luego de lo cual se profundizó el contraste señalado. Especialmente en la Argentina, ya que el cepo tan criticado por los sectores concentrados, logro sostener el mercado interno, evitar corridas, devaluaciones y ajustes, y contener ganancias empresarias que de otro modo hubieran sido exorbitantes y hubieran presionado con mayores posibilidades sobre el Estado y la concentración de la economía. Ahora el desafío es salir por arriba: mejorar la promoción de sectores estratégicos de la industria, sin afectar el mercado interno, buscando que con más y mejor trabajo, se siga engrosando la clase media.
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