“Hacían falta periódicos y revistas dóciles que se sumaran al concierto de la obsecuencia mientras detrás del escenario se consumaba la carnicería social, política y económica.”
Juan Gasparini
El diario Crítica de la Argentina se perfila a ser el diario más tendencioso y amarillo del país, las tapas sobre “Dengue en la Ciudad” y la versión maniquea sobre los fondos al fútbol, o los cortes de ruta protagonizados por los empresarios de los agronegocios llamándolos guerra gaucha, son una muestra certera.
Su director Daniel Capalbo hoy despacha una editorial hablando del año “malhadado”, que significa infeliz, desgraciado, desventurado. Y crítica la ley de medios, de lo malo que fue la nacionalización del fútbol (así lo llama), de lo horrible de la nacionalización de Aerolíneas Argentinas entre otros flagelos nacionales. Y por supuesto no se podía olvidar de esa entelequia llamada campo, al que dice que no tuvo ni justicia.
Donde veo alegría, él ve tristeza, cuestión de pareceres que le dicen, ni una palabra de la crisis internacional y de que a nuestro país lo horadó menos de que cualquier analista o gurú estimaba, tampoco hablo del nivel de reservas, ni del ingreso universal por hijo o de los cobros recibidos por los jubilados.
Se lamenta y parece hacer llamado a alguna fuerza extraña que saque al país de este supuesto desastre en nombre de un republicanismo golpista, como si esto existiese: “Republicanamente no se puede seguir así. Néstor, Cristina, así no se puede seguir. Cobos, no. Lilita, Pino. De Narváez, no, así no. Macri, no se puede así. Lectores, anunciantes, así no se puede, no va.”
Pero lo que más llama la atención es cuando habla “Soy el resultado de diversas capas geológicas del periodismo, en las que tuve la suerte pero sobre todo el honor de compartir este oficio con los más grandes de la prensa gráfica” y allí empieza a nombrar a un grupo de periodistas “estrellas” que lo marcaron a fuego:
Algunos de los nombrados:
Marcos Cytrynblum: Jefe de Redacción de Clarín entre 1975 y 1990. Hoy ya retirado está muy preocupado por la pobreza y dirige una Fundación que se tendría que llamar Crápulas S.A. La editorial luego del golpe genocida del 24 de marzo terminaba con “Se abre ahora una nueva etapa con renacidas esperanzas”. Cuenta el periodista Leandro Albani que “Luis Garasino, cronista del diario Clarín y que ostentaba una relación a fondo con las Fuerzas Armadas, le avisó el 23 de marzo a Marcos Cytrynblum, jefe de redacción, que los militares estaban ultimando los preparativos. En la madrugada del 24 de marzo, en la redacción de Clarín, el titular del diario era aprobado por el capitán Montemayor, de la Marina”.
Jorge Fontevecchia: el doble estándar periodístico de este siniestro personaje se puede ver en el trato que ofreció a Carter cuando osó hablar de Derechos Humanos, el impiadoso tituló: “Carter, y el pecado de la intromisión”, muy diferente fue su la respuesta a la “inseguridad jurídica” de la que habló el enviado del Consenso de Washington con títulos como: “Un clima tremendo” y “Otra oportunidad desaprovechada” a través de dos de sus periodistas estrella.
Ricardo Kirschbaum (Editor General de Clarín): Ingresó al diario Clarín en el año 1976 y desempeño los cargos de redactor, jefe y editor de política nacional. Fue el principal columnista político de este diario. Defensor a ultranza de la prohibición patronal anticonstitucional de no permitir delegados en la sede del diario, pero de su boca fluye la palabra democracia cada dos renglones.
Ricardo Roa: el portal especialista en medios Diario sobre Diarios nos dice: “Roa es hoy en Clarín – para la mayoría del directorio – la expresión de la eficiencia: jamás reclama aumento de sueldos para sus empleados; cada vez que le toca gerenciar un proyecto lo hace con poco presupuesto y se asegura un éxito comercial”. Es decir pura ganancia empresarial, de periodismo cero.
Y para frutilla de postre
Jorge de Luján Gutiérrez: En realidad este nombre me resultaba muy alejado de mi entendimiento, y googleando me encuentro que es director de la revista “Gente” desde los años 80 y que antes había sido vice jefe de redacción en la revista hiperprocesista “Somos”. Cultor de la tapa “Vimos rendirse a los ingleses”, “Estamos ganando” y “Seguimos ganando” entre otras beldades del antiperiodismo vernáculo.
Nos dice de ellos: “eran gente que amaba el periodismo, transpiraba periodismo. Enseñaba periodismo”
Concluye la nota con “Nuestro brindis es por vos, lector: este diario es para vos, lo hacemos por vos, gente que se mata por hacerlo y todavía cree en la independencia, en la bondad, en la decencia, Para vos lector es este villancico rabioso”
¿Seré tan incrédulo que no le creo?
Muy bien. Sirve para entender porqué el resultado de esas «diversas capas geológicas del periodismo» es la bosta que todos conocemos como Crítica. La basura más grande del periodismo gráfico, el diario que nadie lee, el diario donde la información se moldea, se exagera, se oculta, se omite, o se utiliza para descargar odio, con un séquito de «lectores» comentaristas que también lo usan para descargar odio. Cuando Lanata lo sacó me alegré mucho, por la fuente de laburo que generan siempre estos emprendimientos. Jamás pensé que se iba a convertir en este pasquín pedorro que por suerte leen cuatro gatos.
mmmmmm si lo leyesen 4 gatos,ustedes le estarian dando tanta trasendencia?
con respecto a los comentaristas q destilan odio,y si,hay q hacer como pagina12 q no permite comentarios o como minutouno,q cuando hay noticias relacionadas a la mandataria,elimina la posibilidad de hacer comentarios (hay q preservar la imagen presidencial che).
clarin,perfil,la nacion,critica etc,paciencia muchachos,falta poco para q el 80% de la prensa se parezca a pagina,el argentino,revista 23,la bloguera etc.
nos va a salir un poquito caro mantener a toda la prensa nac&pop,pero como dicen los hinchas del rojo «traigan medios pro-k,q pauta oficial sobra»
Che Leandro que costumbre la de responderle a uno y referirte a «ustedes». Lo mío siempre es una opinión personal. No pertenezco a ningún grupo, ni partido, ni nada.
1) perfil y la nacion te piden dni, que se vayan a cagar
2) los comentarios de clarin, critica, perfil y la nacion son los que destilan odio
3) hay una pagina en la que un salame copia las notas de pagina y les agrega una seccion para comentar… ¿por qué no habra tenido exito?
4) a critica si que lo leen 4 gatos.
A Crítica hay que observarlo de dos formas, bajo dos prismas distintos. El primero, es el de la información rasa y sin bajada de línea que el diario proporciona. Y allí coincido con Francisco. Sobre todo en cuanto a la estatización de aerolíneas se refiere, siendo que se conoce que el diario recibe fondos de Marsans, con lo cual es evidente el énfasis puesto en cada info acerca de la nueva estatal, invariablemente negativa. Pero también hay en Crítica, y esto hay que reconocerlo, espectaculares columnistas. Las bajadas de línea que allí se encuentran son muy saludables: tenemos Alabarces, Blaustein, Caparrós, y unos cuantos más que, por ejemplo en ocasión de la ley de medios, no tuvieron empacho en marcar si estaban a favor o desenmascarar mentiras tales como «el reflejo de la realidad», «libertad de prensa vs. de empresa», y otras.
Respecto de los mencionados por Capalbo. De Fontevecchia copiaría y pegaría mucho de lo que digo sobre Crítica. Agrego, igualmente, es insoportablemente vanidoso y autorefrencial. Constantemente preocupado por demostrar que es diferente, lo cual es la primer condición necesaria para no serlo. Y muy, demasiado victimizado siempre, como aquella vez que le chilló a Lavagna porque no le brindó la primicia de su encuentro con Néstor, en los despertares de la gestión Cristina. Pero rescato, repito, muchos de sus editoriales, por ejemplo el que escribió el sábado posterior a la media sanción de la nueva ley de medios.
Del de Gente ni vale la pena hablar, su acción durante Malvinas hace redundante cualquier reflexión.
Ahora, respecto de Citry, Kirschbaum y Roa. Primero, no son, o han dejado de ser periodistas. Son empleados administrativos del grupo que representan. Lobbystas, gerentes muevepisos que funcionan contra solicitud de sus patrones. Roa, además, es un vergonzoso escritor. Cualquiera que se tome el leve trabajo que implica leer sus editoriales día por medio en Clarín observará que si se quita su firma y se coloca la de un alumno de 2º grado, no habrá diferencias. Cero en prosa, en sintáxis, en redacción, en lenguaje. Diez en lugares comunes, en ponerse en verdulero de barrio, en delgadez analítica, en poca originalidad. No se puede creer como un diario que, al margen de lo que se puede opinar de los negocios sucios que Clarín tiene, es mundialmente reconocido y el más vendido del medio, confía su mensaje al lector en tan mediocre personaje. Para abundar en cualquiera de los tres, el libro de Pablo Llonto, «La Noble Ernestina», es altamente ilustrativo. Y puede hacerse lindo foco en dos cuestiones que a mí al menos me hacen ruido: una, que Clarín está muy entusiasmado con los fallos de la libertad sindical, cosa que no le conviene, siendo que la prohibe puertas adentro. No sólo con los delegados, cualquier tipo de acción sindical les está prohibida a sus empleados. La segunda es como desde el diario se puso especial esfuerzo en darle con un caño a Moneta. Moneta es, y nadie puede ni debe discutirlo, una montaña de basura edionda. Pero cuantos Moneta deben haber, iguales o mucho peores, de los que nada se dice, simplemente porque, no como Moneta, no incursionan en el negiocio mediático.
Gente es (y era) una mierda, ahora podemos dejar de joder con el «estamos ganando», en una guerra hasta la rendición estamos ganando, es básico.
¿Desde cuando? y aparte en todo caso será básico para los soldados, no para los habitantes a unos km de las islas
Desde que hubo guerras y prensa.
Que me la chupe la prensa, entonces. Y más la que está al servicio de una dictadura.
Eso no cambia la idea, en todo país que está en guerra, «estamos ganando» es una obligación, por más que lo digan los miserables de gente o los periodistas de ATC.
Pablo comparto que hay tipos excelentes en Crítica pero no son mayoria, sólo un pequeño espacio en el medio de tanta mugre, a los que nombraste agregaría a Josefina Licitra con una linda pluma, pero no pasa más de ahí.
¿Quien compra Crítica? ¿A que lector le hablaran? No es el cajetilla La Nación, ni el pseuodprogre liberal de Perfil, ni el progre de manual K de Pagina/12, no es el yuppie de Ambito, ni el clasemediero Clarin, ni el suburbano Crónica. Yo compré dos veces Crítica: la primera,el
día en que salio y,la segunda, el día siguiente a la muerte de Alfonsin, porque todos los demás se habían agotado. ¿Quien lee Crítica?