Mucho se habla en marketing político de convencer a los convencidos, la sola enunciación de esta frase denota una pérdida de tiempo, y en casi todos los casos es presentado con una ponderación absolutamente negativa. Sin embargo vemos en la arena que todos los espacios invierten recursos renovables y no renovables, en hablarle y mucho a la propia tropa.
La idea predominante, en los círculos periféricos a los que nos dedicamos en forma profesional al marketing político, es que “hay que hablarle a los de afuera”, “los de adentro ya están”.
No solo es un gran error, además como idea planteada en términos absolutos, resulta un mal negocio. Uno puede intentar esmerilar los márgenes del adversario un 4% por derecha, un 4% por izquierda, pero abordar en una campaña electoral, el voto duro y puro del adversario, es muy costoso en términos de economía de fuerzas y genera beneficios extremadamente bajos. No así fuera de la campaña, donde un trabajo de mediano plazo, puede lograr resultados interesantes limando el núcleo duro del espacio opositor.
Las operaciones que apuntan a lo que se llama «convencer a los convencidos», resultan fundamentales tanto en campaña como fuera de ella. La consolidación del espacio propio, no solamente fortalece a la agrupación, sino que se mide con la entropía natural de la misma, el espacio es una marca, y como toda marca se gasta. El trabajo de convencer a los convencidos funciona como la homeostasis indispensable para atravesar las diferentes crisis.
Esta consolidación del espacio, lo que hace es endurecer el voto. Todo candidato tiene un voto duro y puro, estudiar los niveles de dureza del voto nos va a permitir trabajar en materia de prognosis ante los diferentes escenarios.
Mucho se habla de la similitud entre la situación de Menem en 2003 y la de Kirchner hoy, cuando Menem ganó la primera vuelta y no podía ganar la segunda porque tenía un piso alto de 23% pero un techo muy bajo, es decir una imagen negativa del orden del 65%. Sin embargo las situaciones no son tan similares, y la diferencia radica en que el voto a Kirchner hoy con un piso de 22/25 % es un voto muy duro y muy consolidado. El voto a Menem, era un voto absolutamente blando, no era un voto comprometido, no era militante, era un voto que resultaba difícil alimentar y endurecer porque no estaba atado a valores y convicciones, sino a sensaciones muy lábiles y desprovistas de cenestesis, debate, ideología, mitología necesaria, liturgia, etc.
Esta diferencia en la dureza del apoyo-voto, desprovista del contexto histórico-político, la podemos tomar como objeto de laboratorio de lo ocurrido durante la década del sesenta en la Argentina, entre el peronismo y el no peronismo, donde la dureza de un peronismo proscripto, atrajo a los hijos de los no peronistas de clase media y los hizo peronistas. La dureza del voto no solo garantiza el voto de los convencidos, sino que trackea en la batalla del día a día, del boca a boca, resiste embates comunicacionales, los enfrenta, se moviliza en forma directamente proporcional a la dureza, y como vimos en el ejemplo de estos jóvenes en los sesenta, la capacidad de atracción y multiplicación del voto, es directamente proporcional a su dureza.
El trabajo sobre el espacio propio es un trabajo mas estratégico que táctico, y nadie gana una guerra solo con la táctica. Las acciones tendientes al endurecimiento del voto construyen estructuras sólidas que transforman adhesiones en un capital político sustentable, atado a creencias firmes, valores, pasión, voluntad y a intenciones que desde el espacio propio son valoradas como buenas, mas allá de un análisis objetivo. Esto es mucho mas sólido, fuerte y sustentable en el tiempo, que construir simplemente para que otro no gane.
Coincido en todo, Rubén. Muchas veces, en aras de la conquista de «mercados» se descuida o abandona el frente interno, olvidando que la propia tropa es la base sobre la que construir hacia afuera.
Ayer veía en you tube un video de la campaña de la alianza realizado por Souto, con Un De La Rúa «imperial» repitiendo «somos mas» como un mantra. Eso sirvió para polarizar la elección, pero viéndolo hoy, desnuda la fragilidad idelógica del espacio, eran mas, fueron mas, fuimos mas, pero para que? la claridad en el para que es la clave, para sostener una propuesta mas alla de una derrota electoral.
La alianza críticó solo la corrupción, avalando el modelo económico religiosamente, y asi le fue. Los que criticaron el modelo económico, y resisitieron con dureza los embates de un pais llenos de licuadoras, fueron los que pudieron articular una altenativa a la alianza.
y,ademas,es mucho mas sano…
Interesante lo que planteas. El interrogante que me queda es si queda alguna una «dureza» donde tallar, porque creo que lo que hoy no esta encolumnado de manera «dura» es blandura per se.
saludos
La dureza apunta a la construcción de un marco-recipiente para ir a dar la batalla por el voto periférico e independiente
El predicar a los conversos es la mejor receta para la derrota. Lo que aqui se llama «blando» es lo que el turco llamaba «tibios»: otra gran herencia del menemismo, el desprecio al segmento de electorado independiente que no sigue a ningun lider verticalista. Asi perdieron por paliza los republicanos la ultima eleccion en EEUU, apelando unicamente a la base radicalizada. Y asi perdio y asi perdera Kirchner cualquier eleccion. Es la estrategia Ratzinger para la iglesia catolica: pocos y bien fanatizados. Pero campeones morales.
Me parece que la derrota republicana se explica mas por la profunda crisis económica, por la baja imagen de Bush, la percepción que la gente tuvo de su gobierno y por la pobre figura de Mccain ante el carisma de Obama.
Mas que una estategia cuantitativa pocos-muchos, la idea apunta a una construcción que se solidifica de adentro hacia afuera, y no creo que se pueda comparar a una religión con un discurso de poder en el marco una propuesta política.
Preguntas generadas por el post.
1/ ¿Cómo se compone ese piso consolidado, o que orígenes tiene?
2/ ¿A quien aspira captar, o asociarse, la fracción mas importante de ese núcleo consolidado?
Porque no es lo mismo lo que quiere la Conducción Circunstancial, que lo que pretende la Militancia Movilizada.
Traducido, armar por afuera o ganar LA Interna.
3/ ¿Cómo resolvemos las diferencias “Culturales” entre el Deber Ser (Clibaje Izquierdas Derechas), y que realmente somos (Bloque de Impresentables pejotistas + Burócratas del MTA + MMSS + Progresismo inorgánico)?
Ejemplo; tanto Luis D’Elia como Milagro Salas, son piantavotos de los Sectores Medios, nos guste o no.
¿Los “escondemos”, o desafiamos a los SM; como con la foto del Eje del Mal, de Moyano y D’Elia?
Porque la formula Moyano-D’Elia, que este ultimo tiro sobre la mesa; y la Burocracia NO desautorizo, sino que planteo que era prematuro, es un desafío a la Izquierda y el Progresismo que esta “afuera”, o en los márgenes.
4/ ¿Qué porcentaje concreto representa este ultimo, 5%, 10%, 15%; nacional?
¿Son Militantes Yogurt, o masticadores de sapos?
Traducido, prefieren al Socialismo de Guistinanini al Impresentable de Ishi; o a Luis Juez al duhaldista portador sano, Aníbal Fernández; o a de Genaro y la CTA, al Barba Gutiérrez, que trae a tras a la UOM de Calo y Belén.
Son cuestiones que hay que sincerar ahora, porque el año que viene será demasiado tarde, y las ambulancias están esperando.
Un abrazo
Muchas preguntas, ta bueno para pensar, lo primero que se me ocurre como eje divisor de aguas, es que para hablar de dureza hace falta tener ideas, de un tipo o del otro, pero ideas, que el tren funcione bien esta bueno, pero no puede ser una ideología. Por eso creo que las ideologías deben ser debatidas, hay que dicutir, revalorizar el espacio del debate y hasta del conflicto, no hay que tenerle miedo las organizaciones pueden transar sus conflictos en paz. Para eso haxcen falta militantes, cuadros debate, lecturas, pasión. Por eso de un lado pongo a los que quieren hacer política, debatir, discutir, apasionarse, pelearse para que la vida de la gente sea mejor y del otro a los que les alcanza con que las cosas funcionen
Tecnicamente puede una expresión como el macrismo tener un voto duro?
si como decís es un espacio que reniega de la militancia. Durán Barba estará capacitado para construr ese voto duro? o solo mayorías/minorías circunstanciales?
EXCELENTE EL ARTÍCULO
No lo creo. El macrismo es blando o no es. Es un yogurt en la góndola.
despues de todo,cuando el dialogo y el ejemplo resultan eficases y convincentes,se logra la adhesion de propios y extraños…
Creo que es posible internar hacer las dos cosas.
«mimar» a los Delia y los intendentes y a la vez intentar atraer, convencer a los no convencidos. A los sectores medios progresistas ¿no esta 678 para eso?
Cuando tenés tiempo dinero e ideas se puede hacer todo, cuando solo tenés dinero e ideas y no tenés tiempo como en una campaña tenés que elegir segmentos. Además hay segmentos que podes morigerar el rechazo para subir el techo en un balotagge, pero nunca vas a conseguir que te voten en primera vuelta.
Por lo general tenés ideas pero no tenés ni tiempo ni plata, así que tenés que cuidar cada bala.
confio en el ser humano,en su razon y en su deseo.Entonces pienso que hay mensajes que pueden llegar a todos.
Con tiempo si, coincido con vos, pero en una campaña no tenés tiempo, por eso hay que segmentar, y cuidar mucho el espacio propio para asegurarlo y para que trackee fuera del corral
siempre hay que ir al fondo de la cuestion,que es el unico modo de dirigir bien las estrategias.
Sin duda es importantísimo el núcleo duro previo a una campaña, pero a mediano plazo se puede trabajar en acercar a los que todavía no lo hicieron. Creo que los blogs son herramientas que pueden
ser muy útiles para trabajar en ese sentido, pero me da la impresión que son pocos los que trabajan con ese horizonte.