La semana pasada la presidenta Cristina Kirchner envió al congreso de la nación la Ley de servicios audiovisuales, que reemplazaría, en caso de aprobarse, a la antigua ley de radiodifusión de la dictadura.
Es una ley que, por su contenido, ataca directamente al corazón de los grandes multimedios del país, entre ellos, el mas perjudicado resultaría el Grupo Clarín. Es muy interesante analizar el enfoque que estos mismos grupos le han dado a la ley, ya que, de dicho análisis se pueden extraer importantes conclusiones.
Como primera observación, resulta llamativa la escaza información brindada por estos mismos grupos al respecto.
Como segunda observación, sí existe una gran cantidad de opiniones que si nos ofrecen a diario políticos, periodistas y analistas, que comparten su repudio a la ley en cuestión. Voces a favor de la nueva ley de medios son ignoradas absolutamente. Quizá el personaje mas importante que se ha pronunciado a favor de esta ley es el relator para la libertad de expresión de la ONU.
Como tercera observación, se puede decir que la mayoría (por no decir todas) las opiniones en contra de la ley de medios carecen de argumentos concretos, pero mantienen un alto contenido de subjetividad sin fundamentos, meras intuiciones, meras impresiones, que las hacen inválidas para sacar algún tipo de conclusión al respecto:
«El proyecto de ley de Radiodifusión es una ley de amenaza. El que no juegue a favor del Gobierno le sacamos la licencia. Es una ley extorsiva» Elisa Carrió.
«El Gobierno quiere crear un monopolio de medios amigos» P. Bullrich
Una nueva «ley mordaza» que apunta a silenciar determinadas voces
El otro segmento de críticas hacia la ley no fue en relación a su contenido, sino en relación a las formas:
Ley de Medios: la mayoría de la oposición reclama más tiempo de debate
UCR insiste con que la ley de medios sea debatida con el nuevo parlamento
Lo cierto es que, dada la escandalosa concentración mediática que existe hoy en la Argentina (no hace falta ser especialista para darse cuenta), cualquier argumento que se oponga a un cambio en el mapa de los medios deberá, casi obligatoriamente, estar cargado de subjetividad, de argumentos falaces, o deberá apuntar a cuestiones que más tienen que ver con las formas que con el objeto en sí.
Es ahí donde se debatirá la ley, por lo menos eso es lo propuesto por los grandes medios de comunicación. Se dice y se seguirá insistiendo en que el tiempo para debatir es insuficiente, que hacen falta mas audiencias públicas, que el actual congreso es ilegítimo, que la ley es una mordaza a la prensa libre, que se busca crear un nuevo monopolio, y muchas otras opiniones que se pueden refutar una a una con solo repasar la ley.
Lo cierto es que detrás de todas esas opiniones políticas y periodísticas, de toda esa maquinaria mediática, que se presenta como defensora de la libertad de expresión, se oculta su único objetivo: postergar la discusión sobre la ley para que nunca mas se trate, para que todo siga igual. Mas profundamente, este debate presenta de hecho una batalla ideológica, por un lado los defensores de la idea de la no política, del mercado autoregulado y por el otro, los defensores del intervensionismo estatal, hoy en día imprescindible para romper el esquema oligopólico que presenta nuestra economía en sus diferentes ramas, incluida la del mercado de la información.
Esta es una de las leyes más importantes de nuestra democracia. Basta con leerla para darse cuenta. Abrir el mapa de medios permitirá la presencia de voces con diferentes puntos de vista, con diferentes opiniones, con diferentes intereses, es decir, una democratización el mercado informativo. En entradas anteriores ya debatimos acerca de la problemática que se genera a partir de un mercado informativo con tan pocos actores. Con una participación mas amplia y plural en el mapa mediático, los receptores de la información podrán escuchar diferentes opiniones, podrán elegir, y lo que es más importante:
Podrán volver a dudar.
Si.Yo también opino que esta ley es más justa pero también coincido con jenefes que mas alla de que hablemos de la lkibre expresión y demas esta el mercado que va a marcar quien sobrevive y quien no.Desde lo moral esta divina esta ley pero quienes sobreviviran sin la ayuda de la pauta oficial.