Sigue adelante el operativo de desprestigio contra el Honorable Senado de la Nación, encabezado por el diario de orientación liberal La Nación, impulsado con fuerza tras la constitución de la mesa examinadora encabezada por Joaquín Morales Solá en el marco de la Exposición Rural. Tres notas y dos editoriales dedican a tales menesteres en la edición del día domingo.
Para su desgracia, desde este teclado hemos decidido salir a combatirlos con firmeza, aún cuando a veces los argumentos suenen repetidos. Es la actitud que, uno cree, corresponde tomar cuando se vienen encima las enormes megacorporaciones del establishment, con voz amplificada por sus empresas de medios, a operar en contra de las instituciones, solo porque no les gusta lo que éstas deciden. Y la verdad, es que se siguen embrollando solos. Sigue siendo todo muy burdo y torpe. Veamos.
Dice una de las notas, la de Gabriel Sued: ”(…) el 5 de mayo, luego de que la Nación se comprometiera a saldar con La Pampa una deuda de $ 690 millones, el oficialismo logró imponer la iniciativa en el recinto, con el respaldo de Verna y de su compañera de bloque, María Higonet.”. Falso. Es al revés. Fueron Verna e Higonet, los firmantes del proyecto que autorizaba al ejecutivo el uso de reservas para cubrir vencimientos de deuda, quienes consiguieron el respaldo del bloque del Frente Para la Victoria, tras que la Presidenta CFK diese la orden de hacerlo.
Dice la segunda nota, esta sin firma: “(…) la sesión no fue lo que la oposición esperaba. El oficialismo logró aprobar, por 35 votos contra 34, el pliego de Marcó del Pont, gracias al voto favorable de Latorre, la abstención de Menem y la ausencia de Bongiorno. En esa misma sesión, la oposición se impuso por 35 a 33 en la votación para hacer coparticipables los ingresos por el impuesto al cheque, pero no reunió la mayoría de 37 votos. Latorre acompañó la iniciativa, pero Menem dejó el recinto.”. A la nota le falta aclarar que el día que se votó el pliego de Marcó Del Pont, estaba acordado no tratar ese tema, y cuando el conglomerado opositor se enteró que estarían ausentes el oficialista jujeño Guillermo Jenefes y la propia Bongiorno, ambos a favor de Marcó Del Pont, lo metieron de prepo en el temario de la sesión. Está muy bien, pero no vale luego horrorizarse cuando son los otros los que hacen cosas parecidas.
Dice la tercera nota, la de Mariano Obarrio: “El Gobierno se entusiasma, además, para ciertas leyes con la colaboración voluntaria o no del jefe del bloque de la UCR, Gerardo Morales, y del presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, como ocurrió en la aprobación del casamiento gay.”. Raro esto. En todo caso, el apoyo de Morales y Sanz lo consiguieron Vilma Ibarra y Silvia Augsburguer, autoras del proyecto de matrimonio igualitario (hasta mantuvieron reuniones reservadas entre ellos el día que el tema se trató en el Senado). Demasiado insistentes están en LN con eso, ¿qué tiene que ver en ello el kirchnerismo, que incluso tuvo unos cuantos dentro de su propio bloque que votaron contra la iniciativa?
Dice la editorial de Mariano Grondona: “Este grupo ambiguo, ambivalente, está integrado por siete senadores: Carlos Menem, justicialista por La Rioja; Roxana Latorre, justicialista por Santa Fe; Carlos Verna y María de los Angeles Higonet, justicialistas por La Pampa; Horacio Lores, del Movimiento Popular Neuquino, por la provincia de Neuquén y María José Bongiorno, de la Alianza Frente para la Victoria, por Río Negro. A estos seis habría que sumarles un senador por Tierra del Fuego porque a uno de ellos le dijo la senadora Hilda González de Duhalde, en pleno recinto, «Vos no estás limpio», y no obtuvo de él la respuesta indignada que cabía esperar, sino, apenas, un incómodo silencio.”. Dos cosas. Primero, Bongiorno ya no pertenece al bloque del FPV. Lo abandonó hace tiempo, en una especie de borocotización invertida pero que no mereció escarnio público ninguno. Por otro lado, si Bongiorno fuese oficialista, ¿por qué demonios habría que acusarla de ambigua? ¿Por votar a favor del que sería su gobierno? Segundo, el senador por Tierra del Fuego al que se refiere Grondona, es Mario Colazo, que pertenece al bloque kirchnerista, por lo cual no tendría razón alguna de tener que explicar nada. Dicho sea de paso, la compañera Chiche se abstuvo en la votación por el Fondo del Bicentenario: ¿No es al menos sugestivo que Grondona la haya excluido a ella del listado de enfermos de zigzagueo siendo que no votó, siguiendo el esquema de pensamiento grondoniano, como “debería”?
Sigue, Mariano, diciendo: “Los parlamentarios zigzagueantes nunca se definen, al contrario, en forma definitiva, en el mejor de los casos porque todavía lidian con su conciencia y en el peor de los casos porque encuentran que es más rentable alquilar sus votos que venderlos.”. ¿Reconoce Grondona, con esto, que puede haber o que de hecho ha habido casos de senadores que alquilaron, para usar su término, su voto pero en contra del gobierno?, sería la pregunta.
Culmina su propia enterrada, el Profesor, con esto: “Es común, en las democracias maduras, que se lleve un registro público de cómo vota cada legislador para que, allí donde se advierta una conducta inconsistente, el parlamentario sospechoso deba dar cuenta de sus variaciones. Es que cada uno de ellos obtuvo su banca como miembro de un partido. Por eso lo votaron. Lo menos que se le puede pedir, entonces, es que, si la conducta posterior a su elección no guarda relación con su militancia anterior, la carga de la prueba de su conducta pretendidamente inocente recaiga, precisamente, sobre él, ya que, como en el caso del enriquecimiento ilícito, no corresponde a la ciudadanía, sino al propio imputado, esgrimir los argumentos que necesitaría para rescatar la rectitud de sus motivaciones.”. No podríamos estar más de acuerdo con Mariano Grondona en este punto. Que se cree tal registro, y a ver si le devuelven al oficialismo las seis bancas que le correspondería tener y hoy no tiene porque, vaya uno a saber por qué, le han sido “chupadas”. Con ellas, reiteramos (y reiteraremos hasta el hartazgo), el bloque del oficialista Frente Para la Victoria elevará su cuenta de bancas propias a 38, lo cual equivale a quórum y mayoría automáticos.
Dice, por último, el editorial sin firma, lo siguiente, y con esto cerramos: “(…) no existen hasta el momento pruebas de un posible pago de coimas (…)”. Y entonces, ¿de qué carajo estamos hablando, señores?
Nada más, su señoría. I rest my case.
Agrega en el ultimo argumento de Grondona (con el que coincidis) que, de ser creado ese Registro, y de ser invertida la carga de la Prueba en contra del zigzageante o (a veces) del persistente en votar en contra de la formula o lista por la que fue electo, al primero que le van a apretar los zapatos es a Cobos…
Dejalo a Cobos, dejalo. Ya ni me interesa siquiera, no te sirve para nada, tenemos que hacer una fortísima autocrítica con eso de haberlo elegido a él. Yo quiero que devuelvan las 38 bancas que al kirchnerismo le corresponden en el Senado. Hasta regalaría las 16 que afanaron en la Cámara de Diputados, si quieren. Solamente las 38 y cerramos trato.
Que Hilda Chiche Duhalde le diga a otro vos no estás limpio es de antología. ¿Tendrá un espejo?
Bergoglio pasó los libretos muy apurado, se ve, aquella vez. Lo agarró mal parado el debate, y bueno, así salen las cosas cuando no se planean.
Muy buena argumentación, me parece que no insisten con el tema, justamente por que tendrían que reconocer que se mandaron mocos y que les puede salir el tiro por la culata.
Lo que mas me indigna es que les importa un pito mostrarse con el argumento de parar a toda costa la gobernabilidad de los Kirchner como única herramienta capaz de bajarlos… mientras que el resto del pueblo se joda.
Totalmente indignante que determinen como meta la desfinanciación del Estado como instrumento para sus propios fines. Si llega a pasar un nuevo 2001 en la Argentina, es para lincharlos.
Ahora saliendo de la indignación y de la «crispación» ¿no sienten que semejantes imagenes nos convienen como para dejarlos disminuidos en el espacio político para las próximas elecciones? No se, es una sensación mia.
¿Será que son perversos? ¿O será que en realidad el desesperado por su suerte no es el kirchnerismo sino el Grupo A, y por eso las «propuestas» -vamos a decirles así para ser buenos- estrambóticas que se les oyen? ¿No suele ser que es quien está desesperado porque ve que pierde, sobre todo cuando como en este caso carga siete años de gestión sobre el lomo y se sabe ido, el que lanza empresas irrealizables como último manotazo de ahogado?
» Es que cada uno de ellos obtuvo su banca como miembro de un partido. Por eso lo votaron. Lo menos que se le puede pedir, entonces, es que, si la conducta posterior a su elección no guarda relación con su militancia anterior, la carga de la prueba de su conducta pretendidamente inocente recaiga, precisamente, sobre él, ya que, como en el caso del enriquecimiento ilícito, no corresponde a la ciudadanía, sino al propio imputado, esgrimir los argumentos que necesitaría para rescatar la rectitud de sus motivaciones.”
Así como el kirchnerismo logró que la derecha argentina, que siempre apoyó los golpes de Estado, las emergencias económicas y las cirugías mayores, se transforme en una defensora escrupulosa de la ley y los reglamentos y que los radicales exijan aumentar las jubilaciones que ellos bajaron, es posible que este gobierno polpotiano haya logrado también que Mariano el Latinista empiece a valorar la responsabilidad colectiva de los partidos políticos cuando hasta hace poco consideraba que lo que importaba en cada político son sus creencias personales.
Quien te dice, si los K ganan en el 2011 Bergoglio saldrá a defender la despenalización del aborto.
Dándole su propia impronta, el kirchnerismo ha hecho confluir banderas de las derechas y de las izquierdas en una misma gestión, con éxito en ambas. De ahí que se lo odie tanto de un lado como del otro lado. Superávit fiscal y DDHH. Superávit comercial y Asignación Universal por Hijo. Integración plena al mundo y Chávez. Ricardo Forster y Mario Ishii. Aldo Ferrer y Carlos Escudé.
Se le complica mucho a los opositores armar una alternativa proyectiva, porque el kirchnerismo ha tocado mucho, diverso y bien.
Lo que vos decís, y yo coincido con vos, es que del desconcierto que los invade, los lleva a decir cualquier cosa: de ahí aquella nota, insultante para la inteligencia ajena, de Marcos Aguinis, cuando dijo que la confluencia de todo el Grupo A («De Pino a Pinedo»), era una coalición que iba «del centro a la izquierda». Sí, claro. Y luego se cayó de la cama.
Muy bueno lo de Ricardo Forster y Mario Ishii / Superávit fiscal y DDHH. Es el consenso K, que tanto odio genera en la oposición, en particular en aquella que exige consenso.
Como los radicales que bajaron jubilaciones y hoy exigen aumentarlas de inmediato, la Coalición Cívica pide consensos programáticos a la vez que define límites morales individuales que los impide (Alfonsín si, Cobos no. Pinedo y Gaby si, Macri no. Reutemann si pero Duhalde quizás no…).
La mezcla de desconcierto y gorilismo genera exigencias contradictorias y asociaciones inesperadas. Carrió no quiere volver a la Alianza y por eso llama a su lado a Bullrich, a Lopez Murphy y se asocia con Morales. El piquetero Tío Tom Toti Flores, que rechaza los planes sociales ya que generan clientelismo, apoya que el Estado le transfiera 9.000 millones de pesos, el equivalente de la AUH, a sus conciudadanos más ricos. Solá, un político que dice no ser de derecha, apoya esa transferencia, vota en contra de la ley de medios y de la nacionalización de las AFJP y ahora pide aumentar las jubilaciones, lo que hubiera sido complicado si siguiera el sistema que defendió.
Pilates. Para seguirlos sin lesionarse los ligamentos hay que hacer Pilates.
De allí el odio, amigo, de allí el odio. Si tuviesen un resquicio por el cual entrar, armarían alguna trama argumentativa desde la cual salir a combatir al kirchnerismo y a todo lo que representa. Como le fueron arriadas banderas, encima por medio de otros métodos, solo queda salir a los gritos y puteadas.