El juicio popular que impulsaron las Madres de Plaza de Mayo no es nuevo en su esencia, pero sí es la primera vez que los virtuales imputados son periodistas. El momento no puede ser más propicio para que los periodistas nos sintamos, por un lado, tentados de opinar. Es, este, un momento histórico para el periodismo y la comunicación, impensable tanto para los que vienen hace décadas ejerciendo lo que García Márquez definió como “el mejor oficio del mundo”, como para los que, como en mi caso, hace pocos años nos metimos en este brete que significa el uso de la palabra como generadora de sentido, de significados. Y justo en un momento fantástico, en el que la idea de desterrar a la hipocresía de la objetividad parece posible. Por el otro, las opiniones más escuchadas –o, por lo menos, más reproducidas- sobre este tema serán las de los extremos, apoyo o repudio total, mientras que los grises, como de costumbre, quedarán para otro momento. A opinar entonces.
El juicio popular amerita separar sus términos. Por un lado, el de juzgar, que vendría a ser plantear argumentos en función de los cuales creemos que actúan los otros, en este caso un puñado de periodistas. Identificar que intereses defienden, si los suyos o los de sus empresas. Desnudar la información que oculta la información que dan. Por el otro, lo popular, la posibilidad de que sectores que no tienen acceso a los círculos de poder económico, político, judicial o mediático puedan plantear sus argumentos frente a las acciones de los poderosos. Es, en definitiva, un nuevo escenario de la batalla cultural, una nueva muestra de la originalidad de nuestras Madres a la hora de plantear debates esenciales para la democracia, como desde hace años mantienen viva con sus rondas la llama del juicio y castigo a los responsables de la noche dictatorial más sangrienta de nuestra historia. No serán ni son seguro las únicas: la participación popular encontrará múltiples formas para ser vista, escuchada, leída, tenida en cuenta en el debate público.
Esta demostración original de voluntad de participación popular en la batalla cultural cuyo objetivo, en este caso, puede plantearse en el sentido de la información que dan ciertos medios masivos de comunicación, es normal que irrite los ánimos de los monopolios mediáticos y, seguramente, de las telarañas judiciales.
¿Cómo se va a juzgar a políticos, periodistas, o a quien quiera que sea, fuera de sus programas y sus columnas de opinión? ¿Cómo se atreven a pensarse jueces, a asomar sus narices y poner, valga la redundancia, en tela de juicio el monopolio de los jueces sobre la interpretación constitucional?
Desde otro ángulo, surgen otras preguntas: ¿Porqué la vara moral no mide de la misma forma a las prehistóricas manifestaciones de apoyo a la última dictadura militar que año tras año se repiten en la Plaza San Martín? ¿Será que tienen miedo a que los juicios de muchos comiencen a escucharse más que los juicios de pocos?
La recuperación del espacio público para el debate abre estos interrogantes, y estos juicios populares como otras formas que se surgirán muestran que la originalidad en la búsqueda de participación popular nunca se apaga.
que tal?
te pido por favor 3 ejemplos de juicios populares ya que decis que es algo comun y corriente y no algo totalmente singular
muchas gracias
Fede, digo que no es algo nuevo en su esencia. Es decir, la esencia de la busqueda de formas originales de participacion popular. Las rondas de las madres, los escraches de los hijos, y, si tomamos el concepto de participacion en sentido amplio, cualquier asamble, reunion, manifestacion de sectores que no tienen acceso a diarios, canales, radios, etc… es participacion popular. La originalidad deviene de la mayor o menor receptividad que logran.
Tiene que ver con la posibilidad de argumentar (es decir, juzgar) en la batalla cultural de amplios sectores (es decir, popular) que tienen limitado su acceso -ni hablar de la limitacion de propiedad- a los medios de comunicacion.
«Juicios populares» había en la Alemania nazi, terminaban en general con los condenados ahorcados con una cuerda de piano. También Stalin los pregonaba, así purgaron a unos cuantos bolcheviques de la primera hora… En un rato encuentro un tercer ejemplo Fede…
Recuerdo, por último, que una de las características del derecho penal liberal, como el que pregona Zaffaroni y en parte inspira a nuestras normas, es que no pueden existir juzgamientos en ausencia. Si no está el imputado no hay juicio, es una garantía mínima.
Al igual que los juicios stalinistas, nazis y castristas, el veredicto estaba cantado de antemano.
Fue una farsa que demostró que en estos años las madres dejaron de estar del lado de los débiles para servir de carne de cañon de los poderosos. Porque los K están entre los poderosos de esta tierra aunque no lo creas.
Es una lástima, las madres no van a sobrevivir a este gobierno. No como una organización seria por lo menos.
Me parece que doroteo arango tira una pared a lo riquelme y le están devolviendo un ladrillo. La originalidad de las madres (y la de d.a. al advertirlo) es precisamente cargar de nuevos sentidos a la expresión «juicio popular».
¿Stalin?, ¿Hitler? Por favor…
Como no tengo mejor manera de explicarlo, copio un pedacito (por si les parece que releerlo entero antes de opinar es mucho trabajo):
«…juzgar, que vendría a ser plantear argumentos en función de los cuales creemos que actúan los otros, en este caso un puñado de periodistas.»
«…lo popular, la posibilidad de que sectores que no tienen acceso a los círculos de poder económico, político, judicial o mediático puedan plantear sus argumentos frente a las acciones de los poderosos»
Claro Francisco, las Madres le retiran su apoyo a los débiles Grondona, Morales Solá, Neustadt (juzgado post mortem, que horror).
De las 10 acepciones que la Real Academia Española brinda de la palabra juicio, sólo una describe un proceso judicial. Juicio es también parecer o dictamen, es decir el proceso mediante el cual llegamos a una conclusión acerca de alguien o algo. Me parece que es esta la que mejor le cabe a lo hecho el jueves por las Madres en Plaza de Mayo.
Es cierto que no puede haber juzgamiento en ausencia. Tampoco puede haber juicio sin jueces naturales, sin defensor y sin los pasos reglados en el código de rito. Pero fijate que una vez condenados tampoco se ha ordenado la detención de los encartados ni se ha establecido el penal donde purgarán su condena.
Ante tamañas irregularidades, podemos pensar que el tribunal ha sido muy descuidado, o quizás concluir que solo un salame muy salame, o alguien con mucha mala leche puede venir a verificar el cumplimiento de los procedimientos del derecho penal liberal, en lo que fue un juicio no judicial, sino un pronunciamiento moral y político, dado con toda la autoridad ética de quienes durante mas de 3 décadas sólo han buscado justicia en los tribunales correspondientes en contra de el ato de sivergüenzas que hizo coro a la Dictadura desde la prensa oral y escrita.
Muchachos, alguien se preguntò si en realidad este juicio ètico o como se lo quiera llamar
apunta estrictamente a la actitud de los implicados durante la dictadura? Si fuera asì, porquè este momento? Demoraron? no: Salta a la vista que el motor de esta confusa y poco feliz idea tiene como objetivo escrachar a periodistas que escriben duro contra el oficialismo.
Mucho màs infeliz resultò incluir a la Guiñazù como còmplice del terror. Esto si resulta de mala leche: si no les gusta por gorila o lo que fuere es una cosa, pero endilgar estas acusaciones a una mina que HABLO y le respondiò a los mierables de Harguindegui y Cacciatore entre otros, cuando màs de uno escribìa las boludeces que podìa , y es cierto que se podìa poco, pero ahora irla de progresista…
Que ocurriò? Encontraron grabaciones despuès de tantos años y le hicieron notar a Hebe que en el 84 se equivocò cuando felicitò a Magdalena.¡ Y las seleccionaron parcialmente. Hay muchos archivos y està todo internet para seguir buscando y decir la verdad. Si hoy esta periodista y el resto apoyaran al gobierno, no dirìan una palabra. Por màs que el resto involucrado son una banda de la peor calaña , igual esta intentona de bajo calibre no pasa en el mejor de los caso de ser un disparate que nada bien le hace al gobierno. Pruebas al canto, la poca concurrencia, la ausencia de Carloto y màs de una opiniòn contraria desde pàgina 12.
Y para finalizar: Hebe merece por todo lo que luchò nuestro total respeto, pero no ES todas las Madres: hay otras que tambièn merecen ser tenidas en cuenta.
Tal cual Carpe Diem: el juicio popular apunta a argumentar, dictar una opinion sobre las acciones de alguien.
¿por que asociacion libre se llega desde una forma de participacion popular que no es persecutoria, ni represiva ni penal, a compararla con los procedimientos de la justicia liberal?
Ya que pedian ejemplos, ¿no seria bueno buscar ejemplos de donde pueden expresarse grandes sectores de la población expulsados de los canales masivos de comunicacion? ¿No es en el espacio publico donde se manifestan, argumentan, opinan, sentan posicion, juzgan, en definitiva, sean de la ideologia que sean? La participacion popular vale para los oficilistas y los opositores. El limite, creo, esta en que no se rompa lo que decia ante, el pacto civilizatorio si se quiere manifestar en favor de un crimen de lesa humanidad. Ahi hay un limite que construimos como comunidad no tanto para el presente sino para el futuro. ¿Como llegan entonces, de nuevo en asociacion libre, a comparar una participacion popular, sea juicio, escrache, marcha, charla, mateada, asamblea, con los crímenes del nazismo? ¿Cuan cerca de ser ahorcado con la cuerda de un piano estan los periodistas que hoy dicen tner miedo? ¿De que miedo hablan? Cuando hubo miedo en este país, la mayoria de los dueños, directores y editores de diario fueron sus complices, con honrosas excepciones como Robert Cox y el equipo de ANCLA dirigido por Rodolfo Walsh. Cox fue secuestrado y tuvo que dejar el país. Walsh esta desaparecido. Repito, ¿de que miedo hablan? Hoy, en Argentina, el EStado permite la libertad de expresion. Lean Clarin cualquier dia para buscar un ejemplo. Los que coartan la libertad de expresion son los que limitan la provision de papel de diario con el monopolio de Papel Prensa, los que presionan a los auspiciantes que tambien ponene publicidad en otros diarios a retirarlas si los diarios mas pequeños no cambian su linea editorial, los que no permiten la actividad sindical de prensa en sus empresas, los que como Clarin, tienen una clara politica de persecucion sindical.
Repito, ¿de que miedo hablan?