Cal busca defender a su mejor amigo Sthepen , un importante congresista norteamericano que fue involucrado en el asesinato de una de sus colaboradoras. Sabe que contra lo que se enfrenta es duro. Su rival es la contratista militar Pointcorp a quién él investiga en una comisión del Parlamento y cree que lo ha involucrado en la muerte de su ayudante. Es que meterse con una compañía que, según Sthepen, maneja a 14 de las 16 empresas que trabajan con el Departamento de Defensa no es sencillo.
State of Play es sólo una película pero desnuda una dura verdad. Los escuadrones de este tipo ya han privatizado de alguna manera la guerra, los interrogatorios y la seguridad llevados a cabo por Estados Unidos. Un claro ejemplo son los dos frentes que afronta el país en el mundo. En Irak hay 132 mil soldados pero 120 mil contratistas y en Afganistán incluso hay más empleados de este tipo que combatientes, 74 mil contra 58mil.
Si se tiene en cuenta que , como denunciaron dos influyentes diarios norteamericanos, Blackwater, ahora XE, aparte de realizar los interrogatorios a sospechosos de terrorismos, ayudó a las agencias de espionajes a asesinar a los líderes más importantes de Al Qaeda por mandato del ex vicepresidente Dick Chenney se logra comprender el poder que han logrado conseguir estas empresas.
Según el periodista especializado en conflictos Hernán Zin los contratistas en los últimos años “recibieron cientos de millones de dólares por realizar labores de protección, inteligencia, contrainsurgencia, combate y apoyo logístico a las tropas internacionales en Irak y Afganistán”. Las más importantes para él son Erinys, Aegis, Triple Canopy, Dyncorp, muy bien descriptas en su blog.
Por otra parte, la fuerte tercerización de la guerra,ha provocado que los ex militares y agentes de la cia que trabajan en esas compañías se muevan con total impunidad por los países donde trabajan. No tienen que dar explicaciones a nadie por ningún caso de gatillo fácil o de fusilamiento ni son regidos por ninguna ley.
El caso más emblemático que grafica esta situación fue el que ocurrió durante 2007 en Bagdad cuando un grupo de guardias de Blackwater abrieron fuego en forma preventiva para defender el convoy diplomático que custiaban contra un grupo de civiles que estaban en una plaza. Esto dejó un saldo de diecisiete iraquíes fusilados y ningún contratista condenado . Por eso la empresa fue expulsada de Irak pero aún funciona en Somalia y en otros países del Mundo.