Decisiones de alto impacto mediático.
Tímida reducción de subsidios (por ahora), que puede ser un poco más grande en los próximos días, pero que difícilmente sea muy drástica.
El objetivo: mejorar las cuentas fiscales. Poner los ingresos en un nivel de equilibrio con los egresos, moderando estos últimos antes que ampliando los primeros.
Y algunas especulaciones:
El pedido de moderación sindical en la negociación salarial para las próximas paritarias, bajando las pretensiones nominales a un tope de 18% (con flexibilidad para negociar algún puntito más, calculo).
O la posibilidad de tomar deuda (por un porcentaje no mayor al 20% de los vencimientos del año próximo) para cerrar el programa financiero sin poner en riesgo las reservas, que de no mediar una brusca devaluación o un esquema que le vuelva a permitir al BCRA atesorar divisas en cantidades, casi seguro que no alcanzarían para cumplir con los pagos.
Son algunas medidas de tipo ortodoxo, de corrección de las «distorsiones», de recomposición de márgenes de rentabilidad, pero evitando al mismo tiempo que ésta recomposición se produzca por las peores formas. Por los caminos conocidos de las corridas al dólar, devaluación brusca, destrucción de stocks y riquezas, caída abrupta del poder adquisitivo y del consumo como freno parcial a la fuerza inflacionaria derivada de la devaluación, etc.
Medidas (las ortodoxas, correctoras parciales de «distorsiones») que pueden servir además para recuperar márgenes de acción. Para que la intervención estatal, generadora de «distorsiones», pueda ser más eficiente en materia de justicia social y redistribución del ingreso en períodos próximos. Y que incluso su implementación otorga márgenes de acción selectiva para redistribuir incluso los recortes y las pérdidas inevitables, como lo muestra el caso puntual de los subsidios.
La responsabilidad de gobernar un país es demasiado grande como para que un gobierno se detenga a preocuparse por batallas mediáticas por la instalación de sentido en torno de la palabra «ajuste». Chicanas sin sustancia y esquematismos paralizantes afloran en esa contienda de poca monta, divertida para nosotros, dilettantes opinólogos. Apenas eso.
Mientras en los ámbitos de tomas de decisión gana espacio cierto pragmatismo responsable.
Y por todo eso tal vez lo mejor sea tranquilizarse.
Mantener la frente alta, aún ante algún que otro renuncio, que así y todo, el periodo kirchnerista sigue (y si Dios quiere seguirá) albergando a los mejores gobiernos de los últimos 50 años. Por lejos.
Pero por eso mismo y para cuidarlo sería imperdonable fallar.
El tarifazo va a ser mucho más amplio de lo que muchos piensan, si analizamos bien lo que dijo De Vido.
Es un ajuste fiscal necesario, lo curioso es que justo lo hicieron después de las elecciones, como Mauricio.
Qué capo! Pragmatismo responsable!
1 – Se podrian haber ahorrado esa semanita de histeria devaluatoria y la payasada bolivariana de «autorizar compras» si hubieran anunciado el fin de los subsidios primero.
2 – Ojala que se vayan todos los subsidios a la oferta y los de la demanda queden cubiertos por un aumento en la AUH que es muy buena. DEJEN UN SOLO PROGRAMA ASISTENCIAL POR FAVOR para evitar multiplicar los pobrologos y el gasto de la «inversion social»
3 – Cual es el sentido a abrir un registro de «renunciantes» a los subsidios? no estaran pensando en usar esa lista para algo, no? Por las dudas me voy a anotar.
“En momentos de crisis, donde se necesita mantener el crecimiento, sacarles a los que menos tienen para darles a los que tienen más es un mecanismo que no va más, y no puede ir más en ninguna parte del mundo”
expresó la Presidenta ayer.
Ta bueno. Lástima que tardaron ocho años en darse cuenta.
quiénes tardaron en darse cuenta? los ex colisión psíquica?
¿C.C.?
Una buena reelectura del Quijote, especialmente en eso combatir con los molinos de viento, no te haría mal:
«En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:
—La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.»