La manipulación del Imperio Monopolico de Clarín y todas sus empresas ya no tienen límites. Una de las empresas periodisticas del Imperio Clarín es el diario La Nación (ver link). Es muy destacable la mala intencionalidad que poseen algunos hiper masivos medios de comunicación cuando escriben. Sus intenciones son más de chabacanerías que de una expresión objetiva. El peligro que comenten los masivos hiper medios de (des) comunicación «social» son muy graves, ya que tratan de imponer verdades como si fueran absolutas, relevantes e imposibles de refutar, tratando de manera mal intencionada decir cosas que no son. Lo grave aquí remite en que los hiper masivos medios de prensa tienen la libertad (casi innata según ellos) de publicar cualquier estilo de cosas, pero esa libertad deja de serlo cuando la réplica quiere hacer uso de sus derechos. Ambos (la libertad de expresión y el derecho a réplica) son derechos de las personas, y no de las empresas exclusivamente, con las mismas oportunidades para todos.
Lo importante aquí donde se tiene que dar el debate es en una urgente Ley de Medios que se debe someter al Congreso y que todos los sectores deberíamos apoyar enérgicamente. El Gobierno ha demorado mucho su tratamiento, más de 10 meses de debate sobre la misma, donde participaron miles de organizaciones no gubernamentales, instituciones, y diversos sectores relacionados a los medios de comunicación. Ya no hay más tiempo para demorarla aún más. Es hora de que ésta semana y lo más pronto esté en el Congreso.
¿Cuál será el rol de los medios? Es evidente que muchos masivos medios todos Monopolizados por dos o tres grupos empezaran a presionar mediaticamente. La presión viene por diversos lados, lo harán a traves de la prensa adicta también, como de otros modos más implicitos y que los ciudadanos no se van a enterar. Pero lo más evidente es que el caudal de noticias negativas y agraviantes con el tiempo empezará a incrementarse. La inseguridad será un tema relevante y lo tomaran como eje de todas las banderas. El tema campo, al que a la ciudadania ya no le interesa por la enorme beneficios que se les da al sector que menos mano de obra directa brinda, y el sector que menos aporta al Estado con impuestos y exprtaciones, será un tema que los medios hablaran todos los días. Por ejemplo, el diario La Nación, no hay ni un día que no hable sobre algún tema relacionado al campo. Todos los días bombardeando con esos temas, para manipular la cabeza de sus lectores que fácilmente se dejan engañar.
Veamos ahora un breve repaso de cómo surgio el MONOPOLIO CLARÍN, asociado con la dictadura militar de Rafael Videla y cuales son su sempresas.
En momentos en que a nivel nacional se está discutiendo un nuevo marco jurídico sobre el funcionamientode los medios de comunicación para limitar a los monopolios que manipulan la información desde hace décadas, salta a la luz uno de los principales escollos que tiene el periodismo independiente para desarrollarse en nuestro país: la empresa Papel Prensa SA.
Esta compañía monopólica, que es controlada por el Grupo Clarín y el diario La Nación (en sociedad con el Estado), busca ahogar a aquellos diarios que no forman parte de la corporación mediante continuos aumentos en el precio del papel: en diciembre de 2006 salía $ 1.567 la tonelada; en enero de 2007, $ 1.571; febrero, $ 1.728; noviembre, $ 1.734; enero de 2008, $ 1.903; y mayo de este año, $ 2.151. Es decir, en poco más de un año el precio se incrementó un 37,2%, cuatro veces más que el índice de inflación anual reconocido por el INDEC. A esto se le suma el aumento de transporte que cobra Papel Prensa: de los $ 210,91 por tonelada que se pagaba en diciembre de 2006, se pasó a $ 280,95 en enero de este año. La compra del papel también incluye una fuerte carga impositiva que eleva los costos: al precio hay que agregarle 21% de IVA, 3% de Ingresos Brutos y 3% de Retenciones (27% en total).
Como no existe otra empresa que produzca este insumo en el país, la única alternativa que tienen los medios independientes es comprar papel en Chile, pero el precio allí está dolarizado y es un 40% mayor de lo que cotiza en el mercado argentino. Este esquema que habilita a dos empresas a controlar la producción de papel, que ellas mismas consumen (eso les posibilita acceder a créditos para pagar el insumo con dos o tres años de plazo, beneficio que no tienen otras empresas periodísticas), Fue diseñada a sangre y fuego por la última dictadura militar, que buscaba apoyo periodístico para tapar los crímenes de lesa humanidad que se estaban cometiendo.
En 1977, el gobierno militar incluyó como socios del Estado en el manejo de esta compañía (le fue expropiada al Grupo Graiver) a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Luego, el Grupo Clarín se quedó con las acciones de La Razón.
El acto de inauguración de la planta de Papel Prensa contó con la presencia del dictador Videla y de varios de los máximos responsables del terrorismo de Estado en el país.
El acto de 1978 contó con la presencia de los máximos jerarcas de la dictadura, como el entonces presidente de facto Jorge
Rafael Videla; el ministro del Interior Alvano Harguindeguy; el secretario general de la Presidencia, José Villarreal; y el gobernador bonaerense Ibérico Saint Jean, entre otros. Todos ellos, según las crónicas periodísticas de la época, compartieron un brindis con Bartolomé Luis Mitre (dueño de La Nación), la conducción de Clarín (representada por Héctor Magnetto y Ernestina
Herrero de Noble) y Patricio Peralta Ramos (propietario de La Razón).
“(La inauguración de la planta) es la culminación de un proceso que es el fruto de un anhelo en cuyo interior circulan diferentes
valores, comenzando por la conveniencia nacional, que a todos nos concierne”, dijo Mitre durante el acto inaugural.
Posee diario Clarín, diario Olé, diario La Razon (Arte Gráfico Editorial Argentino S.A.), Radio Mitre S.A. (Cadena Mitre, Cadena 100, Cadena Top 40), revista Elle (49 %), Teledeportes, Multideportes, Página/12 (diario fundado por el periodista Lanata) junto a Fernando SoKolowicz que ha entrado, en algún momento en el paquete de Canal 9 con Hadad, Papel Prensa, agencia Dyn (23 %), Multicanal (que controla a SuperCanal, el tercer cable del país), Canal 13, TN, Volver, Patagonik Film (que tiene una sociedad con Buena Vista, una empresa subsidiaria de Disney). Cuenta además, con el 60 por ciento de Trisa, una empresa que explota los derechos de transmisión de Torneos y Competencias y que, a su vez, controla el 6 por ciento de TyC Sports y el 75 por ciento de TyC Uruguay; y el 100 por ciento de Supreme Ticket. Tiene también el 50 por ciento de la televisión satelital codificada (en sociedad con TyC), y Prima (más conocida como Ciudad Digital). El 24 por ciento de CTI, le pertenece, vía una sociedad anónima que se llama Telfone; al igual que el 53% de Direct TV, que el 74% es de Hughes y el 20% es de la organización Cisneros que a su vez posee el 45% de Claxon, cuyo 35% es de HMT&F (el grupo Hicks) que era el que tenia el 50% de Cablevisión y el 20% de Torneos. Si posee negocios con unos de los personajes más detestables de América Latina, la organización Cisneros de Venezuela. Le corresponde además, un tercio de Cimeco, un emprendimiento de La Nación al que después se le sumó el grupo Correo de España. Parece que se muestran ante el publico como fervientes competidores, pero por detrás son flamantes socios, La Nación y Clarín están asociados a través de esta empresa -que tiene el control de medios en el interior del país-; y en dos de los tres principales diarios del interior: Los Andes (Mendoza) y La Voz del Interior (Córdoba). Clarín no sólo se limita a expandirse en el fragmento televisivo. Pues también mantiene intereses en la telefonía celular por medio de CTI Móvil, y ofrece acceso a la Web a través de Ciudad Internet.
Es necesario que la Ley trate sobre las manipulaciones de los medios, sobre las mentiras, sobre las Fuentes de sus informaciones, sobre las licencias, sobre el TRIPLE PLAY y todos los servicios de comunicación y telefonía. Sobre el monopolio de las Agencias de Noticias y sobre los medios de interior. Hay que desmonopolizar los servicios de información, para tener un acceso más democraticos a los mismos. Y ésto es dar una batalla cultural, qué estilo de medios de comunicación queremos es un debate de larga data que muchos vamos a tener que dar.