Si por sumarte al tren de la lucha contra la corrupción, te aliás con personas que están en las antípodas de tu pensamiento y no ganás ese espacio, sino que te subordinás a lo que digan tus flamantes compañeros, sin diferenciarte demasiado, lo más probable es que tu identidad se licúe y quedes como el pobre Pino, al que los de derecha nunca quisieron y al que los “progres” o de izquierda ya no quieren.
Pobre Pino…
* También publicado en Pibitopolítico
Qué kioscos que son esas identidades, eh. Puede pasar cualquier cosa en el país, pero quedarse con la chapa de «izquierda» es impagable.
una pena pino.
igual ya daba pena desde hace rato.
esto confirma todo lo que se «suponía» de él… se transformó en «opositor», cosa que anula toda independencia de pensamiento geniuno… se está en contra de algo y punto.
así le va a ir…
entre ella y él van a sacar el 8% de los votos… con suerte.
Si yo fuera Pino no me perdería la oportunidad de filmar una porno con la gorda.