Luego de un alto grado de movilización de los sectores urbanos medios y altos, detrás de un conjunto de consignas variopintas desde apertura en el mercado del dólar, la idea de no reforma constitucional al fin de la “dictadura”, nos impone pensar sobre el entramado de ideas que sustentan el reclamo, los slogans que utilizan, su visión del mundo.
La idea central que los moviliza es en parte no reconocer los mecanismos institucionales legitimados por el sufragio, es decir, ellos se posicionan como “demócratas” pero en un sentido de una idea de una democracia donde la participación de los sectores subalternos sea reducida, una idea donde la republica pueda retornar a un espacio donde determinados sectores sociales, principalmente las clases dominantes, decidieran y realizaran su proyecto de país, dejando marginadas a las grandes mayorías.
“Defender la democracia contra la dictadura” es la defensa de los intereses de los grupos económicos frente a las mayorías populares, es frenar el acto de visibilización de los sectores subalternos, de su intervención en la arena política.
Los sectores urbanos, que golpean sus cacerolas, son interpeladas por las clases hegemónicas nacionales que se exasperan por el deterioro de su status dominante, que se realizaba a costa de los gran masa nacional, quien realmente percibe el sentido de las transformaciones que se están realizando.
Pon un lado, vuelven a la idea de ciudadano-consumidor, que canalizan sus protestas por fuera del entramado institucional reconocido por la idea democrática, es decir, con una profunda idea de realizar política sin políticos, sin mediaciones reconocidas, pero por el otro, intentan buscar que se constituya un entramado político que los pueda representar en su complejidad de reclamos, que pueda configurarse como oposición política al actual gobierno nacional, una especie de un nuevo “grupo A”.
El kirchnerismo volvió a poner en visibilidad las divisiones existentes en la sociedad argentina, los intereses que cada sector expresan, las proyecciones sobre el futuro, es decir, el kirchnerismo, como movimiento político, es expresión de las divisiones ocultadas, del conflicto inmanente en cualquier sociedad capitalista, expresa los limites del sistema político nacional pero también las posibilidades de proyección al futuro, parafraseando a Cooke.
Y en este proceso están en juego ideas de democracias, de republica, de emancipación social, de igualdad, de recuperación del conjunto de las tradiciones e imaginarios de los sectores subalternos, disputas sobre los sentidos de observar la realidad, sobre los sujetos con capacidad de usar la palabra.
Una franja de la sociedad argentina, que se ha beneficiado con las medidas del gobierno, siente que los procesos de desigualdad social son parte natural del desarrollo de una sociedad, defensores de los valores individualistas, del consumo, y pretenden el retorno a la idea de un Estado no-redistributivo, sin cuestionar, que la no intervención y la perdida de autonomía de lo estatal sobre el campo de lo económico, implica una redistribución del ingreso hacia los sectores privilegiados.
Una movilización que pone en relación el poder de los medios concentrados y su alianza con parte de los sectores medios y altos urbanos, y un proyecto de país, no dicho, de mantener el status quo, que pretende la devaluación, beneficiando a los sectores mas concentrados y en contra de las mayorías populares, es decir, detrás de la manifestación de ayer, esta la pregunta sobre el poder, y sobre quien serán los beneficiarios de la distribución del mismo.
y como han calado en la gente estas ideas de»diktadura»muy discutibles…es preocupante.No me alcanza saber que se vive superficialmente y se incorporan facilmente los slogans opo…