La FIFA decidió ayer cuáles erán las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022.
Rusia, 2018. Qatar, 2022.
El 2030 estaría prometido para Argentina-Uruguay, en conmemoración de los 100 años de la primera Copa del Mundo.
Queda en el medio, vacante todavía, la sede del 2026.
En el programa de radio de Juan Pablo Varsky un oyente elaboró la siguiente hipótesis: países con fuente inagotable de recursos, manejo discrecional de los mismos, poca democracia según los standares del mundo europeo occidental. Te nombro tres? Rusia, Qatar, China. La Copa del 2026, entonces, probablemente se realice en China.
El razonamiento debe estar sancionado por las reglas de la lógica, con algún nombre que lo coloque entre los «falaces». ¿Por qué? Bueno, las premisas y la conclusión se validan entre sí. O sea, se concluye que China será elegida, porque se busca países de ciertas características. Cosa que sólo quedaría comprobada, en caso de que China fuera la elegida. ¿Dónde queda la hipótesis si en vez de China se eligiera a Canadá o a Suecia como sede?
Es sabido que la organización de mundiales se hace con el fundamento de ganar guita. Qué otra cosa podemos pedir? O acaso habría algún beneficio de que los mundiales se organizaran a pérdida?
Ahora bien, si China fuera la elegida, la cosa tampoco quedaría finalmente comprobada. Porque tranquilamente podemos pararnos en el año 2010 y mirar hacia atrás. Alemania 2006, Japón-Corea 2002, Francia 1998, EEUU 1994.
Estos países, entonces, son poco democráticos y manejan recursos de forma discrecional?
Porque todos y cada uno de esos mundiales resultaron ser extraordinarios negocios.
«El 2030 estaría prometido para Argentina-Uruguay, en conmemoración de los 100 años de la primera Copa del Mundo.»
JA JA JA JA. Buenísimo el chiste. Mirá que Grondona tiene fecha de expiración como todos los mortales.
Pero quiero decir otra cosa. ¿Por qué los futboleros tenemos que darle bola a un cmapeonatito de siete partidos donde todos los equipos juegan como el orto?. Después del aburrido waka 2010 con esa jabulani de porquería di por terminado mi interés por los mundiales. Hay asuntos más interesantes, uno de ellos ver como Central se pudre en la B.
No se pueden hacer dos mundiales seguidos en países que pertenezcan a la misma federación. Qatar y China juegan en Asia, así que el mundial del 2026 no se va a poder hacer en China. Esto es en teoría, porque si le dan los números la FIFA es capaz de todo.
Un amigo español está indignado porque se juegue en Qatar «que queda lejos», y en Rusia, en cuyos hoteles «hay cucarachas».
La visión crítica a las designaciones desde una mirada eurocéntrica es discriminatoria, no porque rusos y qataríes sean ejemplos de honestidad, sino porque negocios espurios se pueden hacer en cualquier lugar del mundo, empezando por Suiza, cuna de Blatter y sede de la FIFA, y siguiendo por el resto del planeta, donde hasta hoy se disputaron los mundiales.