Murió Massera, queda mucho de Massera

Nunca las muertes deben celebrarse, la del dictador símbolo del último proceso militar genocida, Emilio Eduardo Massera, no es la excepción. Sin embargo, resulta casi imposible que no invada al pueblo una sensación de satisfacción, que más tiene que ver con la paz que con la alegría o el jolgorio. Sensación no del todo completa, sin embargo, pues al instante siguiente uno no puede dejar de lado la sensación de bronca que genera el hecho de que Massera haya tenido la suerte de morir gozando de incontables beneficios que otorga la ley a la que él, durante su período como usurpador del estado, ni respetó ni hizo respetar, gozó de los beneficios que él mismo no otorgó a sus víctimas.

Abundar sería repetir en muchísimos lugares comunes que se vienen leyendo al respecto de los “reorganizadores” del ’76 desde hace muchísimos años, y que vienen repitiendo con mucha más fuerza desde que el asesinó de los mares abandonó este mundo.

El 24 de marzo de 2010, el que les está hablando firmó su columna conmemorativa del nuevo aniversario de la llegada al poder de los evocadores de Hitler y Mussolini en Argentina, diciendo que teníamos que tener presente que los dictadores “a partir de ese instante maldito, instauraron -y quizá eso sea lo peor del caso-, un modelo de oprobio social, económico y cultural, y que sembró el germen de la antipolítica, que persiste con el genocidio -porque fabrica pobreza al por mayor- hasta nuestros días, algunas -cada vez menos- de cuyas líneas maestras no han podido todavía ser erradicadas en razón de la pertinaz oposición que ejercen, ante la mínima intención de cambio, los grupos del establishment económico que se beneficiaron con la dictadura y forman parte del poder fáctico permanente de este país.” (http://segundaslecturas.blogspot.com/2010/03/recordar-tomar-aire-y-seguir-encarando.html).

Valga la evocación de aquel post a los fines de significar que la muerte de Massera viene a sernos útil a los fines de recordar cuanto nos hace falta (menos que antes, claro) en la lucha por arrancar de raíz hasta el último ladrillo que quede de procesismo. Si la muerte de Kirchner, como dijo Jorge Asís, vino a significar la paradoja de que trajo aparejado el nacimiento del kirchnerismo, la muerte de Massera no tiene que servir para refrescar que no todo lo pésimo que el dictador nos ha legado se fue con su alma al infierno.

La muerte del hijo de mil putas de Massera es de esos hechos que le renuevan a uno las ganas de abrazarse con las madres y abuelas de Plaza de Mayo, a los muchos amigos y/o compañeros que comparten caminatas por las avenidas del pensamiento nacional y popular, de recordar a los treinta mil detenidos desaparecidos y a los muchos más que cayeron por la permanencia en el tiempo de vestigios del modelo que impuso el ahora muerto genocida de la ESMA.

No con alegría, sino con un renovado sentimiento de militancia, de lucha, de ganas de seguir pujando. En eso estamos. Que en paz nunca descanses, basura.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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13 comentarios en «Murió Massera, queda mucho de Massera»

  1. «Nunca las muertes deben celebrarse, la del dictador símbolo del último proceso militar genocida, Emilio Eduardo Massera, no es la excepción»

    Hermoso sentimiento, lástima que no lo sentís así.
    Massera ya pasó a la histora, que descanse en paz y que la historia lo juzgue ahora. Sospecho que no va a ser bueno con el pero en este país nunca se sabe. Me imagino que en 100 años algún historiador nacional y popular lo va a reivindicar como antes ya reivindicaron a Rosas.
    Pero mantengo la esperanza que eso no suceda.

    1. Te equivocás en tu intento de psicologearme (no sé si se dice así). En mi muro de facebook apenas me enteré de la noticia no puse «que alegría», ni «aleluya», ni ninguna de las cosas que si les oí/leí a muchos cada vez que Kirchner estuvo internado y aún el día que murió y posteriores. Así que no voy a entrar en esa. Yo siento que el país gana en paz con la muerte de este tipo, solamente eso. Quizás me equivoqué con lo que digo, pero no lo hago desde la algarabía, eso seguro.

      Que NO descanse en paz, eso sí. Y yo sí reivindico la figura de Rosas y no la de Massera, no veo las conexiones entre uno y otro.

      1. No te «psicologeo». En la primera frase decis que no te alegras y en el resto del post se nota que si.
        Que reivindiques a Rosas no me sorprende, no me sorprende para nada. Aprovechando el anonimato de la red te voy a contar un historia y podes creerla o no. Resulta que mi familia es una familia vieja que llegó a Argentina hace varios siglos y no, como es común, hace varias décadas o menos. En la época de Rosas uno de mis antepasados lidero una revuelta contra el tirano en el interior. Perdió, lo capturaron, lo torturaron y lo ejecutaron; la familia perdio todo y tuvo que marchar al exilio. Tenia 27 años y dejó 7 hijos, uno de los cuales no soportó el rigor del escape y murió camino al exilio. Volvieron 20 años después, luego de Caseros.
        ¿Cuál es el punto? Que un Pablito D de hace 150 años bien podría haber calificado a mi chosno de «juventud maravillosa» y a sus verdugos de genocidas; los Masseritas de esa época lo calificaron de peligro para la seguridad pública y no dudaron en liquidarlo.
        Pero a la distancia vos no ves a las miles de victimas que dejó a su paso Rosas; entiendo que en 150 años alguien hará lo mismo con Massera.
        Y eso es una lástima. Porque habrán otros Rosas y habrán otros Masseras.

      2. Rosas fue solo un poco más cruel que sus adversarios, no era una diferencia abismal.
        El problema es que eso estaba puesto al servicio de consignas tipo «ley y orden», «religion o muerte», etc. Lo de restaurador de las leyes no era otra cosa que el que venía a poner orden ante la anarquía post independencia, y las ideas raras que traían unos jovencitos urbanos de latitudes foráneas, que eran considerados los culpables de la agitación reinante. El proyecto era la estancia y el saladero, y para eso hacía falta disciplina social. Y en el ámbito urbano, para que los negocios no se afecten, más religión y menos educación.

  2. Francisco:el asunto es si aceptas los metodos de destruccion de la represion,que para mi superarron en crueldad a los nazis,o te parecen»adecuados»…

    1. No los acepto, y no se que mente perversa puede deducir eso de as lineas que escribí.
      De todos modos, decir que superaron la crueldad de los Nazis es un poco mucho. Nadie superó a los Nazis… bah, que se yo, tal vez los asirios.

      1. Matar de a millones requiere sin duda de una gran organización, dudo que los asirios o los mongoles la hayan tenido. En la antigüedad existía la esclavitud, que era más provechosa que la matanza(aunque las practicaban). Los nazis tenían esclavos, pero su ansia homicida era más fuerte que la cuestión utilitaria.

    2. La represión superó a los nazis, Isabel?!?!?!

      Pero mirá que sos una vieja chota gaga diciendo cualquier cosa por internet…

    1. Los comparo desde el punto de vista de que ambos fueron tiranos que marcaron a sangre y a fuego a este país.
      Comparar desde el punto de vista de quien mató, torturó y exilió a mas personas es, después de cierto punto, una tontera.

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