(Ya publicado en Los Perros del Lanari, pero corregidas las boludeces)
Nosotros o la descanibalización de los caníbales
Ayer a la tarde Martín, un compañero y amigo del trabajo, nos mostraba a varios otros el comentario en Facebook de un ex compañero, uno que se pasó, hace unos seis años, de una empresa de La Nación a otra de Clarín, en cuyo Grupo hoy presenta (eufemismo por “vende”) gadgets, artilugios de punta, artificios tecnológicos.
Alegaba el muchacho, con enjundia digna de mejor causa, que este Gobierno era una mierda de terror, que lo único que hace es dividir a los argentinos, enfrentar a los del “campo” contra los “anticampo”, “a los gays contra los antigays”, tiraba otras putativas disputas, y cerraba con “al Gobierno lo inspira el odio” (o “el Gobierno inspira odio”, no me acuerdo) y que él, mi amigo Martín, si opinaba tan a favor del Gobierno, era porque algo le habrán dado o pagado. Ay ay ay.
Ok. No da para ensañarse, a mí no me da; tal vez porque me lo cruce, o simplemente porque no da.
Es evidente que pululan las personas para quienes la manifiesta existencia de Néstor Kirchner (y, a través de él, también la de Cristina) constituye un agravio al país, y tal injuria al orden del universo sólo se repararía con la derrota definitiva de cualquier kirchnerismo posible, bien en manos de un candidato opositor o para peor por la mismísima Muerte.
No los neguemos: están ahí. Existen.
Pero ¿qué habremos de hacer con los caníbales? ¿Qué les ofreceremos a estos idealistas, a estos fanáticos del rechazo para que recapaciten, para que se reconcilien con la realidad, para que aprovechen sus vidas?
En mi caso, debo reconocer -¿da vergüenza ser pobre?- que tengo apenas una cámara de fotos Olympus que no les llega ni a los talones a las previas, Sony, una perdida, la otra robada. Y ni siquiera tengo el cable USB/micro-USB (si es que existe tal denominación) para subir las fotos que saqué la tarde noche de ayer en Congreso. Pero podría asegurarle a cualquiera que allí vi, se vieron, en el mismo acto, banderas de todos los colores, del PTS y su Panes y Rosas, del MST, de algún Socialismo o de varios, del Proyecto Sur, de Libres del Sur, de Sur a secas, de La Evita, La Cámpora, de otras organizaciones filo o kirchneristas plenas, al menos dos grandes banderas de la Juventud Radical (una de ellas, ¡de Merlo!), de varios centros de estudiantes de la UBA, amén de las consabidamente multicolores, las de la Federación Argentina LGBT, muchas otras banderas más, amén de las pancartas que decían “Satanás, Satanás, sacate la sotana” y del el zepelín de la CHA.
De seguir así… que este Gobierno siga desuniendo así a los argentinos hasta por lo menos 2015. Ninguna otra fuerza podría hacerlo mejor. Por otro lado, ojo: la descanibalización de los caníbales jamás ocurrirá antes.
Nosotros y las posiciones
Las banderas no describen jamás de un modo exhaustivo la amplitud desplegada de las posiciones políticas. De hecho, si bien no vi banderas del Acuerdo Cívico y Social, sí escuché después a la senadora Estenssoro su exposición por el voto afirmativo, y al senador Castillo, de Catamarca, también. E incluso el Muñe Giustiniani, el opositor socialista santafesino, también votó afirmativamente.
La alusión a que el kirchnerismo fomenta la enemistad entre los argentinos es un modo más o menos macabro de referirse a los nuevos y benéficos reagrupamientos que se corroboran en las calles y en las leyes de este país.
Además, trasnoche de superacción en plena tiranía kirchnerista, la Cámara de Diputados debatió una nueva ley de glaciares, consensuada y respetuosa de esos bienes vitales (todos los glaciares lo son) de millones de personas y decenas de ecosistemas. La ecología bien entendida empieza por el hombre, el ser humano.
Y comprender la lógica del humano es también trazarnos nuevas coordenadas políticas, ubicarse uno mismo en las situaciones emergentes.
En un momento del acto de anoche, por ejemplo, hubo un cortocircuito entre Los Descamisados desde el llano y Alex Freire desde el escenario, que empezó por un himno cantado a la que te criaste y siguió cuando Alex Freire no quería seguir hablando porque los bombos estaban sonando. Hasta que, en un momento, Alex entendió, y sospechó la verdad de que el bombo suena hasta cuando le habla Kirchner, hasta cuando escucha a Moyano, y recordó que, en definitiva, cualquier movida popular que se precie tiene un bombo como telón de fondo. Y ahí sí se le animó a la arenga y a convertirse en referente político, se hizo consciente del juego de roles. (Las mejores fueron las lesbianas -Rosa y su mujer-, y también, después, Vicky Donda y la representante de la comunidad mapuche.)
También el compañero Rossi fue consiciente y comandó una opción que privó al kirchnerismo de dos victorias en una noche, votando en contra de la Ley de Glaciares, pero sólo porque consideró que es una norma nacional que se inmiscuye en competencias de los gobernadores. De ese modo evitó la unanimidad (como en 2008) y le dejó «limpita» la victoria a una oposición que encuentra por una vez al fin la posibilidad de ganarle al kirchnerismo con una iniciativa benéfica para los argentinos y extranjeros radicados en nuestro país.
Fiesta de la democracia.
Bochatón tocó bárbaro. La tercera canción parecía compuesta especialmente para esta noche.
Esperemos encontrarlo a Alex Freire en marchas en favor de una nueva ley del peón rural o de arrendamientos o de entidades financieras.
Matrimonio igualitario: 33 a 27 (LTA)
Pichetto cierra el debate. Tiene incluso la posibilidad de salamear un poco a Rodríguez Saá y darle con duro a Negre de Alonso. Y para un planto en términos de qué mal que está la Iglesia, comandada por una línea dura representada por Joseph Ratzinger o por el tenebroso monseñor Aguer o Marino. Y el recuerdo de Quarracino cuando afirmó por ATC (confrontar con el actual Canal 7) que había que hacer un gueto gay. Y de lamentarse por las últimas decisiones de Bergoglio, a quien pensaba más sagaz. Y sin embargo, Pichetto también se deja un minuto para referirse a que entre la iglesia católica y los cultos del teleevangelismo, prefiere a la primera y por eso desea que se ponga un poco las pilas. Y termina Pichetto retando ¿al presidente del Senado? ¿a la senadora? ¿a la oposición cachivache?, por el ardid, el artilugio del dictamen del Senado con un nuevo proyecto en vez de funcionar como cámara revisora. Y execró el proyecto de unión civil de la senadora Negre de Alonso, que proponía entre otras cosas que un funcionario homófobo alegara objeción de conciencia para no cumplir con su función, su obligación, de casar todo tipo de parejas, como hacen más de un juez y un médico para no realizar abortos.
Festejemos entonces la diversidad. Y la institucionalidad. Y las garantías. Más allá de las lágrimas que lloren los que a veces nos mandamos una cagada grande, como Negre de Alonso.
Y reclamemos ya por la inmediata instauración de un mercado negro de semen. Unos pesos extra no nos vienen mal a ningún varón, al menos para ejercitar los vicios.
Ariel,
Conozco montones de carneros de esos que te dicen «el kirchnerismo genera odio». No gastes polvora en chimangos, ademas esos chimangos estan blindados.
Vos les mostras la foto con las banderas y se horroizan mas, porque la gente en la calle, con banderas, cantitos, consignas y bombos les resultan abominables, brutos, violentos, rentados. Preferirian que cada unos se quede en su casa viendo el debate por tv. Consideran que la gente en la calle es una presion inadmisible para nuestros legisladores. Y despues te tiran la del dialogo y consenso.
Perdon si me ensañe.