Perfil de un delirante

La revista Noticias acumula 198 tapas seguidas en contra del matrimonio Kirchner. La revista Noticias pertenece a la Editorial Perfil, cuyo cerebro visible es el empresario devenido en periodista Jorge Fontevecchia.

En su número de esta semana, redoblando la apuesta destituyente por enésima vez, publica un supuesto «Informe psicológico de Kirchner», que supuestamente indaga sobre las «huellas profundas de su personalidad».

Acaso Freutevecchia no recuerde que la Unión Soviética en tiempos de Stalin utilizaba el método de considerar insano a cualquier ciudadano opositor para mandarlo a Siberia sin escalas. Stalinvecchia no pretende tanto. Sólo que, a falta de cuarteles con pilas en el timbre, va renovando su terrorismo mediático con recetas conocidas que dieron resultado.

Para eso acude a una sarta de sesudos profesionales de la salud mental, a quienes como mínimo les cabe un sumario automático que ponga en duda sus capacidades para ejercer una profesión delicada, en nuestro país practicada por miles de personas idóneas que no pueden creer lo que hace Lacanvecchia. Todo por dos pesos, o unos cuantos millones, vaya uno a saber.

Pero lo más increíble es la bajada del títular de tapa de esta semana, donde dice  (dirigiéndose al ex presidente) que hay en la Argentina «una sociedad que pasó de admirarlo a considerarlo la personificación del mal».

Para Tovarichvecchia, un sector de la sociedad (que lo hay) es «la sociedad», es decir, toda la sociedad, o sea, el colmo del totalitarismo en versión del periodismo berreta que hoy campea en nuestro país (campea…sí).

Mientras se psicoanaliza con Drácula, Herrvecchia podría revisar los resultados de la última elección, para recordar (o enterarse) que el monstruo K sumó varios millones de votos, y que fue electo como diputado nacional para asumir el 10 de diciembre. Digamos esto,  para evitar que tome un curso acelerado del periodismo que ya no queda. Ese que negaba la posibilidad de decir «todo», «nunca», «siempre» o «nadie». Para el camarada Jorgito «toda la sociedad» excluye a los varios millones que confían en Kirchner y en su mujer, la presidenta.

El periodismo ha muerto hace tiempo (leer «Salven a Clark Kent») y sólo quedan aquí «periodistas» para ejercer una profesión que hoy sólo eleva a modelos, pastores, carnotas, bah, infradotados de toda laya. También a increíbles tipos como Josephvecchia, capaz -si se toma dos vodkas- de instalar un gulag para encarcelar a los locos que su cordura va eligiendo por estos días, hasta que alguna mente brillante como Cobos o Macri nos devuelva al país del sano juicio.