Ya no hay debate entre pagar o no pagar, entre default sí o default no. Hemos pasado ya de pantalla y ahora el debate es otro: cómo llamamos a este fenómeno económico-financiero nuevo y cómo nos posicionamos ante la lucha entre estado soberano y juez de Nueva York y su interpretación de la famosa cláusula pari passu y de la incumbencia, jurisdicción y poder legal del propio juez.
Por eso, y como complemento a lo señalado en la nota anterior (ver aquí), y siguiendo los nuevos acontecimientos de los últimos días, este humilde
servidor público acerca ahora recientes textos relacionados con el tema de la lucha entre Argentina y los fondos buitre -publicados en la prensa nacional e internacional- y con uno de los resultados de la misma: el defoul (término que humildemente proponemos en reemplazo de default). Podremos así analizar la evidente divergencia entre lo que dicen «propios y extraños»: los medios hegemónicos y políticos opositores nacionales y los internacionales, ambos generalmente críticos a la política económica argentina de este siglo. Porque, como veremos, la posición de sendos grupos de medios opositores a nuestra política no es la misma esta vez.
Antes de comparar los argumentos de los medios, este Basurero propone utilizar un nuevo término para nombrar a este fenómeno nuevo de la economía política internacional.
Para explicar el término que proponemos para reemplazar a default, apelemos a un diccionario económico:
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Default o suspensión de pagos es un término habitualmente utilizado en finanzas para hacer referencia a una situación en la que el prestatario no hace frente a las obligaciones legales que tiene con sus acreedores en la forma establecida en el contrato de reconocimiento de la deuda.
Desde el punto de vista de la economía internacional, el término «default» es habitualmente utilizado para hacer referencia al impago de la deuda soberana (sovereign default), es decir, cuando un gobierno adopta la decisión de no pagar su deuda externa.
Sin embargo, cuando el prestatario es una nación independiente, es decir, cuando nos encontramos ante un prestatario soberano, el incumplimiento en el pago de su deuda (sovereign default) no está sujeto a las sanciones legales que pueden invocarse en los casos de incumplimiento privado. Por ejemplo, Citybank no puede sancionar a Perú de la misma manera que puede embargar la casa de un deudor particular moroso. Los acreedores no pueden demandar a un país soberano en un tribunal o apoderarse de sus activos.
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Además, si buscamos el significado de default en el diccionario Collins inglés-castellano, encontraremos (en un extracto) lo siguiente:
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Sustantivo.
1 (on contract) incumplimiento (on de), (on payment) impago m (on de)
to be in default: estar en mora.
verbo.
1 (=not pay) no pagar, faltar al pago
to default on one’s payments: no pagar los plazos.
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Desde aquí proponemos, humildemente, en cambio reemplazar de-fault por de-foul, ya que, como vemos en el mismo diccionario, foul significa:
(=block)
[+pipe] atascar, obstruir.
foul play n (Sport): jugada antirreglamentaria, juego sucio.
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De esta manera, defoul se acerca más y mejor que default al hecho ocurrido en el transcurso del juicio llevado por el juez Griesa en Nueva York; no sólo porque determina que Argentina es víctima y no actora de la acción, sino que lo hace de un acto antirreglamentario, no reglamentado con anticipación, es decir, fuera de los cánones, cuando el juez obstruyó, bloqueó el cobro de la acreencia. Por eso, este Basurero propone reemplazar la palabra default por el neologismo defoul.
La definición de defoul (más allá de la referencia al término futbolístico «foul») sería la siguiente: «la situación en la que el prestatario hace frente a las obligaciones legales que tiene con sus acreedores en la forma establecida en el contrato de reconocimiento de la deuda, pero un juez interrumpe el circuito del dinero entre el efectivo pago del deudor y el cobro efectivo del acreedor”.
Ahora, sigamos con la comparación entre lo que dicen los medios usualmente opositores «propios y ajenos». Para comenzar, veremos lo que dicen algunos de los medios internacionales, normalmente refractarios a las políticas económicas de nuestro país:
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«Hay una campaña contra Argentina».
El periódico señaló a Singer como «un enemigo implacable» con «influencia en los mercados».
The New York Times, uno de los periódicos más importantes de los Estados Unidos y del mundo, volvió a criticar duramente al fondo buitre NML de Paul Singer y señaló la existencia de una «campaña contra la Argentina» en el contexto de la batalla económica, judicial y política del gobierno nacional contra la minoría de holdouts que no entraron a la reestructuración de la deuda y resultaron favorecidos por el fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa.
Para el periódico estadounidense, Argentina encontró «un enemigo implacable en los fondos de inversión» como consignó en su artículo de tapa en la edición de ayer. Los dos periodistas que firmaron el artículo señalaron ya en el primer párrafo el contraste entre el fondo NML, el Estado argentino y sus habitantes, y el desproporcionado poder de lobby de ese holdout.
«El fondo de inversión del multimillonario Paul E. Singer tiene unos 300 empleados, pero aún así ha forzado a la Argentina, una nación con 41 millones de personas, a una posición en la que ahora tiene que contemplar una rendición humillante», enfatizaron los articulistas. periódico, en el extenso artículo que también puede hallarse en su edición web, subrayó «cómo los fondos de cobertura con mucho dinero a veces puede ejercer una gran influencia fuera de los mercados en los que operan en el marco de una campaña contra la Argentina».
La cobertura del medio estadounidense incluyó, además, otro artículo con respuestas a preguntas básicas sobre el caso de la deuda soberana argentina que tramita en los tribunales de Nueva York. Por ejemplo, ante el planteamiento de si la Argentina se quedó “sin dinero”, la respuesta del periódico fue tan contundente como breve: «No.»
Este artículo se sumó a otro, aparecido días atrás, donde el periódico criticó duramente al magistrado Griesa, al considerar que en su fallo en favor de los buitres el juez «no tuvo en cuenta lo complejo de la situación» y por eso consideró que debería «haber pensado mejor antes de emitir su fallo».
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Cien expertos firmaron un documento en el que cuestionan la decisión del magistrado y piden que Estados Unidos limite a los fondos.
La falta de acuerdo entre los fondos buitre y el gobierno argentino ante la justicia de los Estados Unidos cosechó un duro repudio de cien economistas e investigadores contra el magistrado neoyorkino Thomas Griesa. El mensaje fue acompañado por un pedido público al Congreso de los Estados Unidos para que limite el poder de
fuego de esos fondos especulativos con nuevas leyes. El embate surgió durante las primeras horas posteriores al anunciado desenlace del 31-J en la Gran Manzana. Lleva la firma de expertos norteamericanos, ingleses, alemanes, italianos, indios y latinoamericanos que advirtieron, junto al Premio Nobel de Economía 1987 Robert Solow, que la decisión del juez «podría causar un innecesario daño económico al sistema financiero internacional», porque podría «torpedear un acuerdo existente con los tenedores de bonos que optaron por negociar».
El paper también lleva la firma, entre otros, del ex jefe de investigaciones del Banco Mundial Branko Milankovic y de Mark Weisbrot, director del Center of Economic Policy Research (CEPR), el organismo que tuvo a su cargo la primera difusión del texto contra Griesa.
Entre las advertencias sostienen que el caso «podría tener un impacto negativo significativo en el funcionamiento de los mercados financieros internacionales, tal como el Fondo Monetario Internacional lo ha advertido en repetidas ocasiones».
Respecto al rol de los fondos, la declaración remarca que «la decisión del tribunal de que la Argentina no puede seguir pagando a los tenedores de los bonos reestructurados a menos que primero pague a los demandantes, quiere decir que cualquier ‘reducto’ acreedor puede torpedear un acuerdo existente con los tenedores de bonos que optaron por negociar. Mientras que a los individuos y a las corporaciones se les concede la protección de la ley de bancarrota, no existe tal mecanismo para los gobiernos soberanos.»
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ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS CRITICARON A LA JUSTICIA DE ESTADOS UNIDOS.
“Evidencia arbitrariedad”.
Organizaciones de derechos humanos de todo el mundo criticaron el accionar de la Justicia de Estados Unidos a favor de los fondos buitre, advirtieron que el caso “refleja un problema global con impacto en los derechos humanos” y exigieron una reforma del sistema financiero internacional para restringir “la actividad predatoria de los fondos acreedores”. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Comisión Colombiana de Juristas, la Ligue de Droits de L’Homme, Conectas Direitos Humanos, entre otros cien organismos de diversos orígenes, enumeraron reglas del derecho internacional tendientes a restringir las prácticas abusivas de acreedores, destacaron “la arbitrariedad e inconsistencia en la interpretación de cláusulas contractuales”
por parte de la Justicia estadounidense y reclamaron una “urgente acción colectiva” para que los Estados deudores limiten las prórrogas de jurisdicción y para que se cree “un mecanismo internacional imparcial e independiente” que resuelva controversias sobre deudas soberanas “basado en la obligación de los Estados de respetar, proteger y hacer cumplir los derechos humanos”.
El documento que también firman el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), el European Network on Debt and Development (Eurodad) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) repasa el rechazo de la Corte norteamericana al recurso presentado por la Argentina y destaca que no es un caso aislado, porque existían ya en 2010 más de 50 demandas similares contra países endeudados. “Se trata de un conflicto entre unos pocos acreedores que se apoyan en las prácticas predatorias que habilita el sistema financiero y la capacidad de los Estados de alcanzar acuerdos con la mayoría de sus acreedores y garantizar los Derechos Económicos, Sociales y culturales (DESC) de la población”, explican.
Entre los firmantes se destacan también Fundar, Centro de Análisis e Investigación (México), Hábitat International Coalition (HIC), Jubilee USA Network, el Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas, Arab Organization for Human Rights in Syria, la Asociación Pro Derechos Humanos de España (Apdhe) y Corporación Humanas.
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Duras críticas de la prensa estadounidense al desempeño del juez Griesa.
Tres periodistas y especialistas en economía de Estados Unidos analizaron la situación entre Argentina y los fondos buitre y el desempeño del juez de primera instancia del distrito sur de Nueva York,Thomas Griesa, que favoreció la posición de los holdouts con un polémico fallo.
En ese sentido, el codirector del Centre for Economic and Policy Research y presidente del Just Foreign Policy en Washington, Mark Weisbrot, se refirió al magistrado al señalar en diálogo con CN23: «El juez Griesa no sabía realmente lo que estaba haciendo. No sabía bien quiénes eran los tenedores de bonos, cuáles serían las consecuencias y tampoco seguía bien los detalles más importantes del caso. Está claro que no consideró este caso cuidadosamente».
Además, el analista que escribió junto a Oliver Stone el documental Al Sur de la Frontera habló del principal promotor de los juicios contra la Argentina, el multimillonario Paul Singer: «No es muy bien visto en los medios. Es del ala derecha. Es un empresario que trata de obtener beneficios a costa de otros países en el sistema financiero internacional como un todo. Creo que la prensa aquí recientemente ha sido comprensiva al reclamo de Argentina, lo cual es bastante inusual. Las coberturas aquí sobre Argentina no son muy buenas».
Por otra parte, Weisbrot, columnista en medios como The Guardian, The New York Times,Washington Post, Los Ángeles Times y el Folha de San Pablo, se refirió a la consideración de Latinoamérica en el mundo: «Los últimos gobiernos en América del Sur han tenido mala prensa en los Estados Unidos y en la prensa internacional, especialmente en la prensa sobre negocios. Brasil solía ser una excepción hasta el último año. Solía tener buena prensa, pero luego se posicionó contra Dilma (Rousseff)».
Por su parte, Katia Porzecanski, reportera del sitio especializado en finanzas Bloomberg News, refirió en diálogo con CN23: «Griesa es un hombre muy importante, pero es un hombre muy mayor y creo que está un poco cansado con todo lo que está pasando. Ya son trece años que está haciendo todo lo que tiene que ver con Argentina».
«Todos los expertos dicen que el caso de Argentina es muy específico. La actitud que tiene Argentina con sus acreedores y con la ley es muy específico. Y no se ven otros casos de default que actúen de esta manera. Argentina no es el típico deudor», señaló Porzecanski.
Por último, el periodista de The New York Times, Floyd Norris, analizó al detalle una de las últimas audiencias encabezadas por el juez Griesa sobre quien afirmó: «Es juez federal desde hace 42 años. Hace una década que lidia con el default de la deuda argentina. Recién ahora está aprendiendo Griesa lo complicada que puede ser la vida para
un juez cuando busca controlar las acciones de un gobierno soberano y dicta resoluciones supuestamente obligatorias para aquellos que, en circunstancias normales, nunca estarían bajo jurisdicción de un tribunal estadounidense».
Además, remarcó en un artículo publicado la semana pasada: «La audiencia dejó totalmente en claro que Griesa no terminó de entender las transacciones de bonos sobre las que decidió durante años».
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En su pelea con los fondos, Argentina encuentra en el juez a su villano favorito.
Por Nicole Hong. The wall Street Journal Americas.
El gobierno estadounidense respaldó a Argentina y calificó la decisión de Griesa de «inadmisiblemente amplia» y planteó temores sobre un deterioro de las relaciones internacionales de EE.UU. El Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones advirtieron que la decisión de Griesa podría facilitar que un puñado de acreedores interfiriera con los esfuerzos de un país por reducir su carga de deuda.«Es sorprendente que una persona con una visión tan estrecha pueda alinearse con un pequeño grupo y tomar una decisión que tiene un impacto global», afirma Eric LeCompte, director ejecutivo de Jubilee USA Network, que promueve el alivio de deuda de los países en desarrollo.No obstante, la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York ratificó la decisión de Griesa y el mes pasado la Corte Suprema de EE.UU.
rechazó escuchar la apelación de Argentina.Una de las mayores críticas que le han hecho al juez recientemente es que quizás no comprende del todo el alcance de sus sentencias. Durante una audiencia la semana pasada, parecía que el juez no sabía qué conjunto de bonos argentinos estaba afectado por su decisión. «Tal vez no haya cubierto cosas que deberían haber estado cubiertas», dijo tras la audiencia.
¿Quién se puede beneficiar si la Argentina entra en default?
Pero no todos
lamentarían un eventual default argentino.
También hay quienes saldrían beneficiados si el país se ve nuevamente imposibilitado de pagarle a sus acreedores, incluso si esta vez la falta de pago se da como consecuencia de un fallo de la justicia de EE.UU. y no por decisión del gobierno, como ocurrió en 2001. Los principales ganadores, si se confirma la cesación de pagos, serán quienes posean seguros contra default (credit default swap o CDS, por sus siglas en inglés), que se activarán no bien la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, en inglés) confirme la situación de Argentina.
Se desconoce con exactitud quiénes y cuántos serán estos beneficiados, ya que los CDS son contratos entre privados.
«Los emiten los bancos, no tienen una Bolsa y se trata de un mercado muy oscuro y poco transparente», le dijo a BBC Mundo Eduardo Levy Yeyati, director de la consultora financiera Elypsis.
Muchos en Argentina creen que los «fondos buitre» que demandaron al país y
podrían llevarlo al default, poseen estos seguros, por lo que obtendrían una ganancia incluso si el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se niega a pagarles los cerca de US$1.500 millones que reclaman por sus bonos.
Pero lo cierto es que es imposible saberlo, debido a lo secreto de estas transacciones. Por eso para Weisburg los claros «ganadores» en caso de un default serán quienes tienen CDS y quienes hayan vendido deuda argentina, con la intención de recomprarla a menor precio tras la cesación de pagos.
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Lo que sigue es el segundo, último y provocativo tramo del artículo escrito en Página/12 por el economista y sociólogo Rodrigo López, el miércoles pasado. Dice López, al reflexionar sobre la naturaleza de los fondos buitre en el capitalismo actual: “¿Hasta qué punto son (los buitres) disfuncionales al sistema? El caso argentino muestra que gozan de la protección y fomento de los Estados Unidos. Más allá de las declaraciones políticamente
correctas que puede hacer el mismo presidente, que trota sonriendo para anunciar el derribo de un avión civil en un teatro bélico nuclear, la acción u
omisión del dueño de casa da señales de este apoyo. ¿La geopolítica norteamericana dejaría que un aliado como Corea del Sur o Israel colapse por el martillo de un juez octogenario de primera instancia? Más bien, convendría empezar por reconocer que los fondos buitre son funcionales a los Estados Unidos, haciendo la tarea sucia que no pueden hacer con la diplomacia y tal como en el pasado estaban al servicio de la noble corona británica. Esta delicada situación nos debería servir para recordar que, puertas adentro, fueron los militares argentinos de la última dictadura los verdaderos apátridas, alcahuetes de West Point, quienes entregaron por primera vez la soberanía judicial. Hoy no falta quien, sin pudor, aspira a ser presidente diciendo frases como ‘hay que hacer lo que Griesa diga’, mientras otros, no menos temerarios, adelantan orgullosos que ya tendrían apalabrados bancos del exterior para financiar una nueva estafa al pueblo argentino”.
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Para Stiglitz, EE.UU. «le tiró una bomba» al sistema económico.
Con duras críticas para el juez Thomas Griesa y los fondos buitre, el economista Joseph Stiglitz –premio Nobel de Economía en 2001– consideró que el fallo del magistrado es una suerte de «bomba» lanzada al sistema económico global.
«Hemos tenido muchas bombas alrededor del mundo, y ésta es una que Estados Unidos le está tirando a todo el sistema económico global», dijo Stiglitz, cuya palabra es considerada una autoridad en la materia, al diario The New York Times. realizar una predicción, el economista agregó: «No sabemos cuán grande será la explosión, y no se trata sólo de la Argentina».
En la misma nota periodística, Stiglitz criticó a Griesa y al presidente del fondo de inversión Elliott Management, Paul Singer. «Han hecho mucho daño»,
reflexionó el economista.
El diario The New York Times también dio espacio a la noticia en su tapa, con el título «Argentina encontró un enemigo implacable en los fondos de
inversión».
«El fondo de inversión del multimillonario Paul E. Singer tiene unos 300 empleados, pero aun así forzó a la Argentina, una nación de 41 millones de personas, a una posición en la que ahora tiene que contemplar una rendición humillante», agregó.
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El líder de la ONU dijo que la «principal preocupación» es el pueblo argentino.
El secretario general del organismo, Ban Ki-moon, puso énfasis en que la demanda de los holdouts plantea «cuestiones cruciales» sobre los procesos de reestructuración de deuda soberana.
«La principal preocupación del secretario general es el pueblo argentino y espera que tenga el menor impacto posible», señaló a periodistas el vocero del organismo, Stephan Dujarric, al referirse al estatus de default selectivo que el miércoles impuso Standard & Poor`s a papeles de deuda argentina por las trabas de la justicia neoyorquina para que bonistas que entraron al canje cobren los últimos vencimientos.
Ban se excusó de referirse al procedimiento legal que se sigue en el juzgado de Thomas Griesa, pero puso énfasis en que la demanda de los fondos buitre contra Argentina plantea cuestiones cruciales sobre los procesos de reestructuración de deuda soberana, según reportó la agencia de noticias EFE.
Este es un asunto «importante» que los estados miembros tienen que afrontar, resaltó y reseñó que ya se pronunciaron en ese sentido tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) o el Mercosur, entre otros organismos y bloques.
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Asesor de bonistas italianos pide obligar al Banco de Nueva York a pagar.
El abogado y asesor de los bonistas italianos que entraron al canje de deuda argentino, Tullio Zembo, reiteró que los fondos depositados no pueden seguir siendo retenidos por el Banco de Nueva York sin una orden legal que lo obligue, debido a que ya no son de la Argentina.
El letrado, representante de 450.000 bonistas italianos reestructurados, aseguró que «es responsabilidad» del Banco de Nueva York el pago a sus clientes». «Él (Banco de Nueva York) tiene que pagar a menos pagar», ya que «esa plata no es de disponibilidad de Argentina, es de disponibilidad de los acreedores», explicó. Para Zembo, «el hecho de que Argentina haya pagado no completa el ciclo. El acreedor tiene que cobrar. La obligación del banco de Nueva York es pagar.
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¿Se pudo hacer algo distinto y mejor para evitar el fallo de Griesa?
La RUFO y su peligro en un país que es el paraíso de (Hay) una peligrosa contradicción en quienes critican como un exceso del Gobierno su precaución con la posibilidad de violar la famosa cláusula RUFO. Diría que cualquier preocupación es poca. Y cualquier interpretación sobre el alcance legal del término «voluntary . Está sujeta a situación la que nos ha llevado a la situación actual.
Se afirma imprudentemente de forma tajante y concluyente que la posibilidad de que se inteprete una negociación de cómo
cumplir con la sentencia como violatoria de dicha cláusula, no existe. Nada más lejos de la realidad jurídica y de la naturaleza de cualquier abogado asesor de tenedores de bonos. Ya hay abogados haciendo cola.
Otro error de interpretación es pensar que el juez o los fondos buitre hubieran reaccionado de otra forma si la Argentina o sus abogados hubieran adoptado una estrategia o lenguaje más «amable». El criterio jurídico de un juez no cambia por la forma con la cual uno se le dirige. En este caso, la Justicia norteamericana siguió el criterio estricto de que la ley es la palabra del contrato. Y para los fondos buitre su negocio era la victoria total y sólo negociar desde la posición de «maximun strength».
Quemar las naves.
Pensar lo contrario es «naïve». Es como si le hubieran recomendado a Güemes enviar comida o flores al ejército español para negociar la paz. A veces hay que quemar las naves. Ello es muy distinto que impericia, o irresponsabilidad. Lo cierto es que la Argentina ahora debe demostrar, primero, que ha agotado todas las instancias para primero cumplir con sus obligaciones contractuales con los bonistas reestructurados. Segundo, que ha agotado todas las instancias y opciones judiciales y no judiciales. Tercero, adoptar sólo la opción que deje menos flancos abiertos al Gobierno. Porque si hay algo que todos deben estar seguros que va a pasar, es que se van a multiplicar los reclamos y acciones judiciales, con o sin fundamento, como consecuencia de cualquier arreglo al que se llegue. La idea de que si se cumpliera con el pago, la Argentina vivirá un periodo de paz y podría acceder al mercado de capitales sin más problemas, es incierta y dependerá de estos posibles reclamos. Esos reclamos dependerán de la astucia de una pléyade de abogados cuya actividad se desarrolla en el país que es el paraíso de los juicios.
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El milagro de Griesa: el diario Clarín reproduce una nota de The New York Times sobre una «campaña contra Argentina».
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Fondos buitre: The New York Times habló de una «campaña contra Argentina».
El diario estadounidense dijo que el poder desmedido de los fondos forzó a Argentina a considerar la posibilidad de una «rendición humillante».
«La campaña contra Argentina muestra lo determinados que pueden ser los fondos de inversión y cuánta plata pueden tener para hacer uso de su influencia fuera de los mercados en los que hacen sus jugadas». Con el título «Argentina encontró un enemigo implacable en el fondo de inversión de Paul Singer», el blog especializado en negocios y finanzas del diario estadounidense The New York Times criticó hoy el poder desmedido del fondo NML.
«Con sólo 300 empleados, el fondo del multimillonario Paul Singer se las ha arreglado para forzar a Argentina, una nación de 41 millones de personas, a retroceder hasta una posición en la que ahora debe considerar la posibilidad de una rendición humillante», publicó el diario.
Se hizo eco también de las implicaciones que una victoria de los fondos tendría sobre futuras reestructuraciones de deuda, una preocupación que comparte con el Fondo Monetario Internacional y con el propio gobierno de Barack Obama: «Algunos expertos dicen que la pelea puede haber desplazado ya el centro de poder hacia los acreedores en los gigantescos mercados de deuda a los que los países acuden regularmente para financiar sus déficits: los países en crisis podrían tener más problemas ahora para conseguir un respiro frente a sus acreedores mediante la declaración de un default».
Sin descartar que el principal deseo de Singer es «hacer dinero», el diario apunta la posibilidad de que el multimillonario vea su batalla contra Argentina como una especie de «cruzada»: «Donante del Partido Republicano con inclinaciones libertarias, se ha manifestado cada vez que ha pensado que había gobiernos o empresas dañando los derechos de los acreedores».
Hace una semana, el jefe de la sección de finanzas de The New York Times, Floyd Norris, acusó al juez federal de ignorar un detalle básico del caso: que una parte muy importante de los bonos emitidos en los canjes de 2005 y 2010 habían sido emitidos bajo legislación argentina.
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Lapavitsas acaba de escribir, junto a otro profesor de Economía como él en la Universidad de Londres, Daniel Munevar, unas pocas líneas de reflexión sobre el caso argentino, que aún no fueron publicadas. Bajo el título de por sí significativo “Argentina tiene razón en rechazar la extorsión”, señala: “No es sorprendente que Argentina haya decidido lo que hizo el miércoles pasado y queda por verse, ahora, qué pasos tomará en relación con la reestructuración de su deuda. El default no es hoy una necesidad en tanto el país tiene fondos y voluntad de pago. Este ha sido declarado a la Argentina por un sistema financiero internacional groseramente disfuncional. Corresponde entonces al gobierno de Cristina Fernández y su joven ministro de Economía, Axel Kicillof, plantearse en forma enérgica una perspectiva alternativa.
Deberán dejar de aspirar a la readmisión en los mercados financieros internacionales para priorizar el desarrollo de su sector productivo y confiar en la ayuda y los recursos del Sur.”Las implicancias generales de lo ocurrido con Argentina para las finanzas internacionales serán de largo plazo. Un pequeño grupo de especuladores brutales se ha aprovechado de las leyes de EE.UU. para quebrantar la vida de millones de personas. El sistema legal norteamericano y el juez Griesa han demostrado ser extraordinariamente ineptos, en tanto han llevado a brindar a ‘fondos buitre’ y ‘holdouts’ un fuerte incentivo para no aceptar nunca reestructuraciones de deudas.<i; font-family: Georgia, ‘Times New Roman’, serif; line-height: 18pt;»>”La decisión de Argentina, además de ser necesaria para proteger sus intereses vitales nacionales, es un acto de valentía que debería servir de ejemplo para otros países endeudados en relación con sus acreedores. Las lecciones para los países altamente endeudados de Europa, en particular Grecia, son evidentes. Es esencial, por lo tanto, apoyar ampliamente a la Argentina en esta disputa”. Tal como señala Jorge Marchini, economista argentino, referente del Centro de Investigación y Gestión de la Economía Solidaria (Ciges), de contacto fluido con Lapavitsas y otros especialistas internacionales “anti-sistema”, en momentos en que “se lanzan dardos contra Argentina por su decisión, es muy importante que voces de prestigio internacional se pronuncien a favor y además lo hagan con alta calidad argumental: la batalla no es sólo legal-financiera, sino también cultural. Es por razones y corazones”.
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Una nueva arquitectura global.
“Los fondos buitre –un pequeño número de acreedores que quedaron afuera de la reestructuración de la deuda argentina– no tenían ningún interés en el país o su gente. Recogieron sus bonos en una barata, con la esperanza de que al gastar lo suficiente en litigios legales, finalmente encontrarían un juez comprensivo, que no entendiera qué es lo que se estaba debatiendo y fallase a su favor.” Así de contundente fue la reflexión del ex jefe de economistas del Banco Mundial y actual profesor en la Universidad de Columbia. Más allá de las distintas apreciaciones sobre el accionar de los fondos buitre, la clave de este complejo proceso radica en la necesidad de crear una arquitectura legal para proteger a los países soberanos del accionar de los buitres.<i; font-family: Georgia, ‘Times New Roman’, serif; line-height: 18pt;»>“La creciente complejidad del mercado financiero hace que sea más difícil para las naciones en desarrollo liberarse del peso de su deuda externa, lo que produce un incremento de la desigualdad a escala global. Los buitres han invocado el imperio de la ley, pero debemos ser claros: se trata de la codicia. Al argumentar que todos los inversores deben ser tratados de la misma manera han socavado el imperio de la ley y lograron que las reestructuraciones de deuda sean casi imposibles”, explicó Stiglitz.<i; font-family: Georgia, ‘Times New Roman’, serif; line-height: 18pt;»>El economista de la Universidad de Columbia fue una de las voces que se pronunció en contra de los fallos de primera y segunda instancia de la Corte de Nueva York al constituirse como amicus curiae ante la Corte Suprema de Estados Unidos.“El Fondo Monetario Internacional propuso la existencia de un sistema mundial de reestructuración de deuda, en el momento del default de la Argentina en 2001, y la Comisión de las Naciones Unidas de Expertos, de la cual yo era el presidente, reiteró el pedido para crear un sistema de este tipo en 2009. El gobierno de EE.UU. vetó la iniciativa. Y ahora, los tribunales de Estados Unidos han hecho de este problema algo mucho peor”, recordó Stiglitz. “Los buitres ni siquiera deben tener un interés económico al pretender un resultado exitoso en sus litigios. Podrían haberse asegurado contra un default, incluso pueden ganar más dinero con una cesación de pagos que sin ella. Evitar el default mediante la transferencia de dinero desde Argentina hacia algunos multimillonarios creará más desigualdad. Pero esto no es sólo una cuestión de justicia. Los buitres han impuesto enormes daños en los mercados globales de deuda soberana y en aquellos países cuyo bienestar depende de ellos, especialmente en los mercados emergentes y los países en desarrollo”, remarcó el Nobel de Economía.El “caso argentino” ya tuvo sus repercusiones a nivel internacional. Por ejemplo, las plazas financieras de Inglaterra y Luxemburgo establecieron una regulación para resguardarse ante los reclamos minoritarios de los fondos buitre.“Estas reestructuraciones son necesarias para que la economía de mercado funcione. Pero, por desgracia, mientras que nosotros (por Estados Unidos) tenemos un sistema para hacer frente a la bancarrota privada, no tenemos ningún sistema para las reestructuraciones de deuda soberana. Esto no es un juego de suma cero; es un juego de suma negativa, donde las pérdidas para el resto del mundo serán, en todo caso, muy superiores, incluso más superiores a las ganancias que acumulan los buitres”, concluyó Stiglitz.
Nota completa
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El comité de decisión del ISDA se compone por 15 entidades financieras, entre las cuales se encuentra el fondo de especulación Elliott Management, que es uno de los fondos buitre en litigio contra la Argentina. El Bank of America, el Barclays Bank, el BlueMountain Capital Management, el BNP Paribus, el Citibank, el Crédite Suisse International, el Deutsche Bank, el DE Shaw, el Goldman Sachs International, el Eaton Vance Managements, el Goldman el JP Morgan, el Morgan Stanley, el Nomura International y el Pacific Investment son el resto de las entidades que completan la lista de miembros de la agencia reguladora de derivados. La reunión que definió sobre los seguros de Argentina duró menos de una hora.La última vez que el ISDA habilitó seguros contra default fue en 2012, cuando la economía griega se declaró en moratoria por incapacidad para enfrentar su deuda soberana. El dato adquiere relevancia si se tiene en cuenta que Grecia llegó a la cesación de pagos con un desempleo del 25 por ciento, un déficit de las cuentas externas del 5 por ciento del Producto y una caída de la actividad económica del 6,4 por ciento, mientras que la Argentina computó una tasa de desocupación del 6 por ciento, un leve desequilibrio de la cuenta corriente del balance de pagos y una expansión del Producto del 3 por ciento en 2013 y del 7 por ciento en el promedio de los últimos diez años. En 2002, cuando el país ingresó en default con el estallido del plan de
convertibilidad, el mercado laboral anotaba desempleo del 20 por ciento y la economía retrocedía más del 10 por ciento.
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«El estado financiero de la Argentina hoy es muy bueno» y la falta de un acuerdo con los holdouts «no presentaría una complicación» para el país ni para el sistema internacional. Así lo consideró el editor Félix Salmon en un artículo publicado hoy en el diario The New York Times.Allí destacó que «Argentina hizo bien en no tambalear ante las amenazas de la justicia norteamericana, que vaticina las peores consecuencias»,
«Odio tener que estar de acuerdo con el gobierno argentino».El apoyo a la posición argentina frente a los fondos buitre y el fallo adverso del juez Thomas Griesa creció hasta llegar a los sectores que se ubican en las antípodas del pensamiento kirchnerista: ahora el conservador columnista de Miami Herald, Andrés Oppenheimer sostuvo que el fallo del neoyorkino genera un riesgo a nivel global.«Odio tener que estar de acuerdo con el gobierno de Argentina», arrancó su columna el periodista conocido por sus posiciones contra los gobiernos progresistas de latinoamerica. «Pero tiene la mayor parte de la razón en su disputa con los tenedores de bonos que llevaron al default de la Argentina».«Sin entrar en detalles técnicos, el fallo del juez de 83 años de Nueva York a favor de un pequeño grupo de tenedores de bonos argentinos sienta un precedente peligroso para la economía mundial por lo que es casi imposible que los países endeudados para tratar de renegociar sus deudas», sostiene el columnista en su artículo «El default argentino podría herir al mundo».(…) sostiene que «la Argentina y el gobierno de Obama tienen razón en la interpretación de que el fallo de Griesa sienta un precedente peligroso para la economía mundial».«José Antonio Ocampo, ex ministro de Hacienda de Colombia que ahora enseña en la Universidad de Columbia, me dijo que el fallo de Griesa, en efecto, mata a la idea misma de la negociación voluntaria entre los países deudores y los acreedores privados. De ahora en adelante, los tenedores de bonos regulares no tendrán ningún incentivo para negociar, porque saben que un pequeño porcentaje de los holdouts puede obligar a los países a pagar 100 por ciento del valor de los bonos», relata Oppenheimer.
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Y veamos ahora lo que se dice al respecto en medios nacionales,, y comparémoslo con lo anterior:
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Malvinizar, la palabra nefasta que le fascina a los operadores políticos.
Cristina no es Galtieri. Un gobierno democrático no es comparable con una dictadura militar. Y el inicio de una guerra con un saldo de centenares de muertos como forma de crecer en popularidad no tiene absolutamente nada que ver con tratar de salvar un proceso de reestructuración de deuda de la mano más nefasta del sistema financiero.
Pero a la oposición eso no le importa. Crearon el concepto «malvinizar» como forma de desprestigiar la estrategia nacional para negociar una salida positiva al fallo del juez estadounidense que benefició a los fondos buitres.
Así Joaquín Morales Solá, José Ignacio De Mendiguren o Elisa Carrió son algunos de los ejemplos que la usan continuamente demostrando que la estrategia de los medios de comunicación hegemónicos y algunos sectores del arco opositor son absolutamente mancomunadas.
La necesidad de preservar la magia del relato.
Por Joaquín Morales Solá.
Ayer, cuando caía la noche, el gobierno de Cristina Kirchner parecía haber encontrado una puerta para apartarse del abismo del default. La salida estaba, era visible y sencilla, pero la construcción de un discurso épico la evitó durante demasiado tiempo. El telón se abrió y sobre el escenario cayó también la impostura de un discurso engañoso. Cristina es, al final del día, una Kirchner: gira centímetros antes de estrellarse contra una pared.
La solución consistiría en entregarle al juez Thomas Griesa una garantía de 250 millones de dólares. Los fondos que ganaron el juicio deberían pedirle luego al magistrado que reinstale el stay (cautelar) y el país pueda pagar hoy el vencimiento de los bonos canjeados en 2005 y 2010.
Entregar una caución al juez, mientras se negocian las formas del pago definitivo, es la solución más habitual que existe en esta clase de juicios. Es lo que llevó hace varias semanas a Elisa Carrió a decir que «entraremos a un default por una cartera Louis Vuitton». Sin embargo, la administración de Cristina Kirchner pasó el último mes desafiando al juez, increpando a los fondos buitre y eludiendo el análisis de la solución más fácil. El único argumento que mostró señalaba que entregar una caución podía disparar la cláusula RUFO, que obliga al Gobierno a generalizar a todos los bonistas cualquier mejora parcial que hiciera voluntariamente a un grupo de acreedores.
El montaje del relato sucedió hasta última hora. La propia Presidenta usó ayer el ámbito del Mercosur para descalificar duramente a los holdouts y, lo que es peor, para maltratar al juez Griesa. O existió un acuerdo con el juez, para que éste recibiera semejante trato horas antes de firmar una resolución que podría salvar a Cristina Kirchner, o la Presidenta es más osada de lo que se supone. Nadie se enoja con el verdugo cuando éste está a punto de frenar la aplicación de la condena.
Las opiniones sobre el juez Griesa y sobre su sentencia son libres. El hecho concreto es que el Gobierno no pudo ignorar que existió una sentencia firme en su contra, que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.Otra vez, la suerte de la Presidenta se desliza entre las manos de Griesa, que tiene como último plazo el día de hoy para firmar la cautelar y permitir el pago de bonos ya refinanciados. Eso no ha sucedido todavía, pero puede suceder durante la jornada, si se cumplieran todos los requisitos previos. La Presidenta ha llevado al país, también otra vez, a un estrés innecesario, sólo para escribir una historia que nunca existió.
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El alto costo de un capricho ideológico.
Por Carlos Pagni
La Presidenta supone que ese efecto puede ser neutralizado con un aumento del gasto público como el anunciado anoche. Es decir, con más emisión y, por lo tanto, más inflación. Ésta es la paradoja actual del kirchnerismo: para satisfacer sus ensoñaciones ideológicas debe sacrificar su base electoral; desencantar a quienes adhieren a él porque «con Cristina hay trabajo».
«Estamos a 31 de julio y la vida sigue», afirmó Cristina Kirchner, pese al temor que hay en el Gobierno de mayor recesión
La incógnita que no ha sido despejada es ésta: ¿la Presidenta y Kicillof son intransigentes frente al reclamo de los holdouts para evitar la cláusula Rufo? ¿O creen que ese reclamo es, en sí mismo, inaceptable? Acusar a los holdouts porque «quieren más» es ignorar que la justicia a la que las partes se sometieron les dio derecho a más.
Y son consecuentes con la tesis que ellos defienden en los foros internacionales: no se está debatiendo un contrato entre un país y sus acreedores, sino la determinación del capitalismo de «tumbar» a un «modelo» impertinente, que no se sometió a las exigencias del sistema financiero.
Sería ocioso detenerse en los desperfectos de estos razonamientos.
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Idas y vueltas alrededor de los buitres.
Algunos candidatos opositores, como Massa, cambian de postura de acuerdo con las circunstancias e incluso muestran diferencias con dirigentes de sus propias agrupaciones, como sucede en el FA-Unen. El análisis de los consultores.
Los vaivenes de la causa judicial por los fondos buitre no sólo plantean inquietudes respecto de sus posibles consecuencias económicas. Para la oposición se ve también como un jeroglífico difícil de descifrar acerca de cómo deben posicionarse frente a la estrategia que lleva adelante el Gobierno. Tanto que se pueden observar distintas posturas entre dirigentes de la misma fuerza y hasta a veces en los mismos dirigentes, según cómo vengan las noticias del día. La idea que prevalece, sobre todo en quienes muestran ambiciones presidenciales, es repartir apoyos y críticas. “Toman posiciones más políticas que económicas, apuntan a diferenciarse del Gobierno para sacar algún tipo de ventaja de esta situación. Dicen que hay errores y que debió hacerse de otra manera, pero generalmente no explican cómo”, analiza el sociólogo Roberto Bacman, de la consultora CEOP.
Los cambios de Massa
Un caso es el del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien, siempre que pudo, evitó referirse al conflicto judicial que se dirime en Estados Unidos. “Mientras discutimos al juez Griesa, los precios se siguen disparando”, tiró la semana pasada, con el afán de no apartarse de la agenda de temas que le interesan “a la gente”.
Pero no le quedó otra que salir a expresar su posición en el juicio de los holdouts luego de que su gurú económico, el ex ministro Roberto Lavagna, sacara una columna en Clarín advirtiendo sobre los peligros de pagar a los buitres y disparar la temida cláusula RUFO. Lavagna reclamó privilegiar al 93 por ciento de los bonistas que adhirieron al canje, igual que lo plantea el Gobierno.
“Todo lo que Argentina puede hacer para evitar el default lo tiene que hacer”, dijo entonces, no muy jugado, Massa. El candidato propuso “caminos intermedios para resolver esta situación en enero, y mientras tanto seguir cumpliendo las obligaciones con el resto de los bonistas”. En el Frente Renovador argumentaban que la prioridad que se marcó la fuerza fue plantear que más allá de lo que estaba sucediendo con la causa de los holdouts, “hay un parate importante en la economía argentina”. Pero que “después también se salió a explicar claramente que la cláusula RUFO no se puede disparar porque las consecuencias serían muy graves”, añadió un dirigente cercano a Massa. “Lo que ocurre es que Lavagna está relacionado con el canje 2005, que fue el que introdujo la cláusula RUFO”, recuerda Bacman. Recién el fin de semana, Massa vio un costado que podía aprovechar y se alejó de Lavagna hacia las posiciones de Martín Redrado. “La Argentina en default es un retroceso de diez años; la Argentina en default significa tirar a la basura el proceso de desendeudamiento de diez años y eso no es sano para la Argentina”, subrayó el diputado.
“La postura de Massa es la más difusa y especulativa. Describe la situación como delicada, pero no toma postura clara. Habla de negociar pero ha sido enfático en que no hay que caer en default porque representaría un grave retroceso.
Macri paga.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, mostró una postura diferente de la del resto de los candidatos presidenciales. Cuando todavía estaba fresca la resolución de la Corte Suprema de Estados Unidos de no tomar el caso, salió resuelto a decir que había que cumplir con el fallo de Griesa y pagar. Lo curioso es que días antes uno de sus principales referentes económicos, el diputado Federico Sturzenegger, había acompañado a una misión legislativa a Washington en donde se había expresado en duros términos contras las aspiraciones de los holdouts. En el entorno de Macri aseguran que la postura del jefe de Gobierno fue conversada de antemano con sus economistas y que no hubo contradicciones. Que primero acompañó la estrategia argentina, pero que una vez que salió el fallo judicial sólo queda acatarlo. “Lo importante es no castigar a los argentinos y al país con un problema de incumplimiento”, reiteró Macri en la última semana.
Una vez más, el sector que mostró mayor diversidad de opiniones fue el Frente Amplio Unen, casi tantas como voces intervinieron. Con matices, los precandidatos radicales Julio Cobos y Ernesto Sanz se inclinaron por acatar el fallo y pagar. “Hay que cumplir con la sentencia de Griesa”, remarcó Sanz. “Yo depositaría el 30 por ciento, como teniendo un gesto para que entiendan nuestro interés en pagar. No tenemos que entrar en default técnico”, apostó su coprovinciano Cobos. El socialista Hermes Binner es otro de los que no opina mucho sobre el caso, pero cuando lo hace opta por criticar “la improvisación” del Gobierno. Elisa Carrió se inclinó por la opción de depositar una garantía mientras se negocia y lo avaló con una extraña declaración. “No poner una garantía es como ir al default por una Louis Vuitton”, dijo, en supuesta ironía por la marca de carteras con la que alguna vez relacionaron a la presidenta Cristina Kirchner. Fernando “Pino” Solanas, como recuerda el sociólogo Manuel Mora y Araujo, es el que plantea “una posición diferente de la de todos los candidatos”, cuando dice que hay que revisar la deuda, una posibilidad que parece haber quedado muy atrás. Y si se quiere sumar otra voz está la del ex ministro Marín Lousteau, otro de los integrantes de aquella comitiva de legisladores que viajó a la capital del Estados Unidos, quien acusó a Griesa de tomar decisiones “incompatibles con el sentido común” y advirtió a los buitres que, “si la Argentina entra en default, cada vez tienen menos posibilidades de cobrar”. Ni hablar de Ricardo Alfonsín, quien respaldó la postura argentina y también criticó al juez Griesa en su negativa a reponer la medida cautelar que permita pagar a los bonistas del canje.
Y nuevamente persiste Morales Solá en su columna:
Cristina eligió el peor camino.
Por Joaquín Morales Solá
El default de Cristina Kirchner (selectivo, parcial o como se lo quiera llamar) podría ser más grave que el de Rodríguez Saá. El error del ex presidente provisional fue haber vestido de fiesta una derrota casi inevitable. Otra cosa es un default disparado implícitamente sólo por la decisión personal de desobedecer una orden judicial. La decisión personal fue de Cristina Kirchner, que la tomó en Olivos en absoluta soledad.Una tragedia económica podría suceder como consecuencia de la extrema fragilidad institucional del país, cuyo destino depende exclusivamente de la opinión o la voluntad de una sola persona.Es cierto que casi todos los presidentes prefieren en algún momento el aislamiento. Eligen escuchar sólo lo que les conviene o los halaga. Son los presidentes también los responsables de sus entornos. El caso es especialmente serio cuando se trata de Cristina Kirchner, acostumbrada a un poder excesivamente personalista y a depositar su confianza en un solo funcionario por vez.El Gobierno llegó a la sentencia de Griesa empujado, en verdad, por sus propios errores.El populismo es siempre una receta cara, porque sólo el dinero fácil explica la razón populista. El populismo sin chequera no existe. Pero siempre tiene una alternativa ante la adversidad: culpar a los otros (y sobre todo a los extranjeros) de los errores que comete el propio populismo.
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Ha quedado claro que la posición de ciertos opositores profesionales a todo intento soberano de defender nuestros propios intereses no tiene límites, pero sí mucha creatividad. El enorme abismo que separa a los críticos de este modelo económico que viven en el extranjero y aquellos que lo hacen aquí es, ya, patética; pero sirve para dejar en evidencia los intereses de ambos: preservar un capitalismo financiero global (los extranjeros) y limar, destruir cualquier intento de economía independiente (los locales). Nunca ha sido tan claro, evidente este fenómeno, el que en las décadas próximas no sólo será comentado sino que será estudiado en los libros de historia político-económica. Quizás Argentina sea recordada, entre otras cosas, por ser el primer país que fue víctima de un defoul en su deuda soberana a manos de un juez de un distrito de Nueva York.