Los que más o menos habitualmente pasan por acá, tendrán una idea sobre qué es lo que pienso en materia política.
Me considerarán un kirchnerista no fanático, calculo. Y crítico del fanatismo kirchnerista.
Sabrán a lo mejor que tengo una posición tomada respecto de que Kirchner intente una reelección en 2011.
Repito tal vez algunas cosas ya dichas. Plantearse que Kirchner pueda ser candidato presidencial nuevamente exige que, al menos, nos preguntemos para qué, con qué fin.
La realidad indica que las dificultades de que se alce con una victoria son mayores a las posibilidades. Al punto de que algunos piensen, todavía y a pesar de cierta supuesta reversión de la tendencia en estos últimos meses, que no existe ninguna posibilidad.
Mirando un poco más allá sería bueno tal vez ensayar un ejercicio: ¿qué pasaría si ganara? Los obstáculos en materia de gobernabilidad probablemente serían mayores a los que tendría que sortear si quisiera ganar.
El punto neurálgico del razonamiento es que, hoy por hoy, en líneas generales aquellos que se resisten a la puesta en práctica de una idea cualquiera, potencian su resistencia si el que la esboza es Néstor Kirchner.
Sencillamente eso: las ideas que el kirchnerismo plasma en acciones son más revulsivas, y las consecuencias de su puesta en práctica más conflictivas, en tanto son expresadas por el kirchnersimo. Genera más reacción el enunciante, que la idea misma.
Ideas inocuas como la de decretar un feriado por única vez y con motivo de los festejos del bicentenario (no muy revolucionaria ni con afectación de grandes intereses que digamos, la idea) genera resistencias y hay que sacarlas por decreto, cuando lo lógico era que saliera en rápido trámite legislativo votada casi unánimemente. Es un ejemplo un poco absurdo, pero ejemplo al fin.
Podríamos decir que si la izquierda se definiera por el grado de revulsión que genera en los sectores más «conservadores», Kirchner (él persona) estaría a la izquierda de sus propias ideas y acciones ;-)
En este sentido si realmente hay algo así como un «modelo» o un ideario para defender (y habría que afinar a través de la discusión cuál es, dicho sea de paso) la mejor manera de hacerlo es desligándolo de la suerte personal de Néstor y Cristina.
Lo dicho no va en contra de que se valore el mérito de uno o dos gobiernos continuados de haber puesto en práctica, de haberle incluso dado forma a esa suerte de «modelo» que tanto mencionamos y que nos cuesta un poco entender a veces, justamente porque se lo hizo a los tumbos, a los empujones, en parte como se pudo, y solo en parte como se quiso (y aún no siempre se quiso de la manera que más nos gusta, también hay que decirlo). Y podemos discutir si Duhalde o Lavagna fueron quienes «verdaderamente» sentaron las bases. Pero son 7 años de algo que a priori decían que iba a durar 2. Algún mérito hay ahí, independientemente de que sean los Kirchner padres adoptivos o de sangre del «modelo».
Yo puedo reconocerles eso, porque no me motiva ningún rencor ni resentimiento alguno contra los Kirchner, cosa que también hay a montones dando vueltas. Tendrán motivos o no, no me importa.
El punto es que, si lo que se quiere salvar es un «modelo», lo «logrado» como dicen algunos, sea quien sea al que le correspondan los laureles (premio que no vamos a entregar en esta vida, por falta de consenso sobre quién tendría que llevárselo); si lo que se pretende, decía, es fortalecer y mejorar lo que hay, lo mejor es hacerlo ni a favor ni en contra de Kirchner.
Mariano, intento una definición del modelo, más que nada para tantear y ver cuánto puede tener de real o no.
En lo económico, conservador en el sentido de equilibrar las distintas variables, pero priorizando que los trabajadores no pierdan, que ganen o empaten, que de lo alcanzado no se retroceda. Que el estado se fortalezca todo lo que pueda, estatizar a veces, privatizar, nunca.
En lo político, agresivo, tanto para acumular poder, como para abrir todas las discusiones. En esto incluyo la política de no represión, que permite que a cada rato haya alguien expresándose en la calle. Confrontar todo lo que se pueda para marcar posiciones y a la vez, todos vayan teniendo posición sobre todo lo que se pueda. Pero el límite siempre es que no se deteriore la acumulación de poder.
En lo cultural progre, sin apuro, cuando se puede, se hace algún avance.
¿Sería igual que a esto lo encarne otro? La verdad no lo veo. Pongo a Scioli que es una alternativa razonable. ¿Agresivo en lo político? No. ¿Progre en lo cultural? Mmhhhhh. ¿Igual de eficiente en equilibrar variables económicas que Néstor? Tal vez sí, con un buen ministro de economía. ¿Va a priorizar siempre que los trabajadores no pierdan y que el estado se fortalezca? Tal vez sí, por la alianza con la CGT.
Pero a mi no me da lo mismo, y las dificultades para imponer ese modelo, son en parte el modelo. Terminar chocándote con que no hay vuelta atrás en una pelea con Clarín, es en parte imprevisión y en parte el modelo, la confrontación que te lleva no sabés donde, pero no se confronta con cualquiera. Si fuera con cualquiera, ¿por qué nunca pasa con la CGT? ¿De un día para otro se puede pelear con la CGT? Yo creo que no. Entonces hay una lógica en esas peleas, aunque no estén programadas de antemano.
Un abrazo.
Bueno, Sergio.
Es claro que la definición de «modelo» requiere debate. En parte por eso lo pongo entre comillas. No sé bien qué es, si todos entendemos lo mismo, etc. Yo, por ejemplo, no incluiría la agresividad política. Es un medio. En determinado momento fue un arma ganadora. En otros momentos fue desastrosa. Y creo, podría haberse usado alguna alternativa para cumplir con los objetivos con más eficacia.
La cuestión pasa, por ahí, en ir diferenciando lo coyuntural de lo que debería permanecer. Políticas inclusivas, intervención virtuosa del estado (y con fines inclusivos), bien; aprietes a determinados sectores para que no importen, qué se yo, no me escandaliza, no creo que sea una tragedia nacional, pero no puede ser una herramienta permanente. Habrá que encontrar resortes institucionales que sirvan para que la producción nacional le gane la competencia a la importada, que sean un poco más sutiles que la prepoteada (y esto dicho sin poner en papel de víctima a nadie, no me como ese caramelo tampoco).
Después está lo de generar discusiones. Sí, está bien. Ahora también hay que saber tomar distancia de ellas. Que se mate 678 con Magdalena y Majul. Ahora, necesita Aníbal Fernandez salir a hacerse cargo del programa como si fuera suyo (qué se yo, pareciera a veces que lo es)?
Digo, hay elementos que son permanentes, y hay otros que son aleatorios. Y de estos últimos, los hay eficaces e ineficaces. Y no todos lo son todo el tiempo y en todas las circunstancias. Pueden servir en algunas y en otras no.
Me parece que me fui a cualquier lado, no?
Abrazo.
Sí claro, Mariano, lo de modelo es difícil de definir y un poco arbitrario. Te digo en qué sentido creo que la agresividad política pertenece al modelo. Decís: «Es un medio. En determinado momento fue un arma ganadora. En otros momentos fue desastrosa.» Si la tomo en el sentido de sus resultados para conseguir más votos o para imponer alguna medida, lo comparto. Pero para mi no es solo eso, también es tomar partido en la discusión entre la idea de sociedad consensualista («tenemos que tirar todos para el mismo lado y dejar de perder tiempo y energías en discusiones estériles» Duhalde dixit) y la idea de sociedad conflictual («la sociedad está tramada por intereses entrecruzados y es básicamente injusta, entonces a cada rato habrá discusiones fuertes»).
Viéndolo así, está relacionado con la broma de tu post, Kirchner está a la izquierda de Kirchner. El tono de su discurso, la imagen que se creó, su agresividad política, lo llevan a situaciones a la izquierda de lo que él mismo esperaba. A eso iba con que probablemente no deseaba pelearse con Clarín, pero cuando la situación se da, prioriza su agresividad política y eso lo lleva (los lleva, creo que Cristina está tanto o más involucrada que él, en este sentido) a aceptar la pelea, y a su vez eso lleva a plantear la ley de medios y finalmente los lleva a la izquierda de sus posiciones iniciales.
En este sentido, aceptar que un candidato más consensualista puede servir más al modelo, tiene para mi esa contradicción, una clave de este modelo es la agresividad política, porque eso es lo que luego lleva más allá.
Luego sí concuerdo con vos en lo referido a medidas específicas, en vez de apretar para que no importen, buscar resortes institucionales, etc.
Abrazo.
Copio y pego algo que dije en el post de Tomás, porque me parece que es bastante parecido el tema:
A mi me interesa que se garantice un horizonte de apertura de un escenario de revolver estructuras, dogmas, creencias, “verdades” instaladas. En fin. El único que me garantiza eso, es el kirchnerismo, al menos hoy en día. Y con las más de las medidas, coincido: en el fondo, y en la forma también.
Este es un gobierno que, bien o mal, guste o no, más o menos, nos enfrenta (quizás de casualidad, sin querer, y no como un plan elaborado) a una serie de dogmas que forman parte de nuestra historia -lo que Jauretche denominaba zonceras-; que han sido, además, las determinantes de los fracasos de nuestra historia: aquellas que vinieron a ser revalidadas a partir del golpe cuyo máximo exponente fuera Martínez de Hoz.
Y como el kirchnerismo garantiza un trazo que supone enfrentar las cosas que yo también quiero enfrentar -o, de mínima, abrir la posibilidad de dar esas discusiones-, yo me aferro a él. Es una explicación desde un costado, digamos, racional. El emocional esta vez acepto dejarlo de lado.
Y a este comentario, le agrego: ¿Hay dentro del Frente Para La Victoria, por fuera de Néstor y CFK, alguien con capacidad, ganas y posibilidades de encarar este proceso? Tener presentes las tres cualidades que inserto en la pregunta. Creo que ahí está el quid de la cuestión. Eso sí, en cuanto lo planteado por Mariano, no hay como no suscribir: un buen proyecto político debe, está obligado, a darse sucesores.
Pablo:
La respuesta es prácticamente la misma que para Sergio. Hay cosas que merecen que se las elija para que permanezcan, y otras que son accesorias, o herramientas para usar y descartar.
Bueno, eso, hay que eligir cuáles deben permanecer, y cuáles ya cumplieron con su función.
Abrazo.
Te pregunto,acerca de tu último párrafo.¿Y no pensas que es una limitación terrible?¿No tendrá que ver el modelo de construcción politica de Nestor?.
Digo, no es el modelo de gestión y construcción politica, el principal enemigo del modelo.
De hecho , en la forma que vos lo planteas el termino «Kirchnerismo», queda grande, más bien se puede hablar de gente que sigue a «Kirchner», en caso que no se pueda imaginar un Kirchnerismo sin Nestor.
MAriano, no comparto tu idea que a los K les rechazan cualquier accion, mas que a cualquier otro. A los K les objetan un feriado porque en los temas trascendentes hacen lo que hacen. Si fuese Farinello quien implementase esos temas, a Farinello le objetarian los feriados. Sino es creer que del otro lado tenes dandis a quienes les irritan los modos.
Macri decidio no objetar una resolucion de un juez que aprobo un matrimonio entre personas del mismo sexo, y casi lo matan. Lo hicieron volver atras. El lo hizo sin gritos, bien trajeado, una movida casi anodina, que cualquier centro derecha europeo no se atreveria a contrarriar. Y casi lo matan. Si comenzase a implementar las medidas de los K, tardaria un nanosegundo en ser un pendejo violento que se lleva las instituciones por delante por nene de papa y chorro.
Creo que el modelo implica el conflicto, mas alla de los estilos. Dicho esto, apoyo la idea de que sea otra cara, si hubiese una que me garantizase el modelo, pero no porque crea que otro no generara el mismo rechazo de las mismas personas, sino porque no cambiar debiera ser la excepcion solo excusable para evitar daños mayores.
Coincido con Mariano en que la defensa del «modelo» ,si es que lo hay, requiere desper-
sonalizarlo.Se empieza a notar en las ultimas semanas una cierta desesperacion en la
oposicion , especialmente en la periodistica, ante la posibilidad bastante cierta de que
la muerte politica del kirchnerismo ,anunciada com bombos y platillos hace menos de un
aÑo, finalmente no se concrete.La insistencia en agitar una naderia como el caso Palmat
es un buen ejemplo de esto.El problema es que esta desesperacion esta llevando a que al-
gunos intelectuales antiK esten empezando a elaborar la linea argumental para una salida
a la hondureÑa ante un eventual triunfo oficialista en el 2011, sino antes.Una muestra
clara de estos argumentos los expone Mariano Grondona en sus columnas de La Nacion.
El doctor sostiene,entre otras cosas,que la postulacion de Kirchner violaria la Constitu-
cion por que,de triunfar,accederia a un tercer mandato consecutivo.Esto es asi porque
Grondona parte del supuesto de que,por ser Cristina esposa de Nestor,el actual mandato
seria una especie de bien ganancial compartido por los conyuges.Si bien el argumento pa-
rece retorcido y legalmente irrisorio (al fin y al cabo el limite constitucional rige
para los individuos y no para los matrimonios) no se puede descartar que, junto con otros
de similar estofa, pueda ser utilizado como justificacion para un golpe «civico» contra
la amenaza de la «dictadura populista».Por eso creo que seria recomendable abrir el jue-
go y buscar alternativas .
Es claro que Grondona ya está Gaga, si tu cita es más o menos textual.
En cuanto a la posibilidad de golpe, preocupate, si estás mal con los grandes jugadores de la economia, vale decir, Bancos, Mercado Financiero, Multinacionales concetradoras de mercado,Grandes empresas.
Eso no ocurre, y no hay vistas de que ocurra.
El resto son fuegos artificiales, de ambos lados.Preocupate, por lo que realmente importa, si realmente sentis que este es el camino correcto, mañana lo parte un rayo al helicoptero presidencial y que pasa, se acabó el modelo Nac.& Pop.?
En caso de que la respuesta fuese si, el 25 de mayo celebraremos 25 años de historia politico nacional al recontrapedo.
Saludos.
Perdón 200 años
Cualquier argumento justifica un golpe civico. Lo que no le da es sustento politico. Un golpe civico necesita antes que argumento, poder para realizarse y poder para sostenerse. Despues se argumenta con cualquier huevada. Creo que hoy sobran argumentos para un golpe, como en cualquier epoca, sobran golpistas, lo que falta es el poder que lo apoye.
«Es una gran inversion, segura y rentable, lo que no se consiguen son inversores%2Pr