El olvido es una derrota, en la larga batalla contra la muerte. Si son muchos los que olvidan, el fracaso se esparce como una mancha de petroleo que todo lo tapa, todo lo ahoga. A veces, sin embargo, es preciso olvidar, para salvar a otros, para que escapen en el corto tiempo que existe entre una picana y un submarino seco. Pero esa es la excepción que confirma la regla, como diría el amigo Bertolt Brecht.
En nuestra casa, la Argentina, partida en mitades antagónicas que fueron mutando desde su nacimiento pero nunca dejaron de enfrentarse, durante 200 años, nos encontramos hoy con la misma pérdida: el olvido moja a millones de compatriotas que se hunden en la injusticia. Los otros flotan y reman escapándole al remolino de la pobreza. Cual sobrevivientes del Titanic, se alejan de los sufrientes, se tapan las orejas, no quieren escuchar los gritos de socorro de los náufragos de su patria, quizá porque sean culpables del hundimiento o cómplices silenciosos. La dictadura los llenó de miedo, el menemismo los contagió de indiferencia, el bienestar los vuelve insensibles y mezquinos.
Una amiga santiagueña decía que Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires. Lo mismo pasa con el olvido, está en todas partes pero los porteños son los mejores desmemoriados del mundo.
Para fijar las cosas: lápiz y papel, o algún sucedáneo. La inextricable maraña de opiniones, ideas, juicios y mensajes que cruzan el aire, a cada segundo, me hacen dudar de los libros de historia. ¿Qué pasó con la guita que se afanó Sobremonte? ¿Cuánto habrá cobrado Rivadavia por el emprestito Baring Brothers? ¿Sarmiento era un agente yanqui? No sé, pudo ser. Si hoy que vivo este presente, y soy testigo de mi tiempo, me encuentro con lecturas tan disímiles, y me cuentan en mi propia cara lo contrario de lo que veo, y publican ante mis ojos falacias exorbitantes, mentiras desmesuradas, malas leches descomunales, tengo que llegar a la conclusión de que alguien está faltando a la verdad. Atenti ragazzi, la mentira y el olvido son parientes cercanos de la injusticia.
Pongo la radio, Larrea en Nacional…
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé… ¿Cómo pudiste prefigurarte a la oposición mediocre del siglo XXI?
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor… ¿Había Felipes y Cletos en esa época, Discepolín?
¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador! ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!… No podés haber imaginado a Macri, Gabriela, Lilita, Prat Gay, Gerardo Morales,
Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor… ¿Imaginaste que tendríamos Presidentes como Carlos Saúl o Fernando?
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón!… ¿En tu época, los señores del campo hacían las mismas tropelías, no? ¿Y había Millonarios tatuados con aspiraciones NON SANCTAS? Cómo no…
El querido Nostradamus criollo superó ampliamente las espectativas: 10, sobresaliente.
Apago. Recuerdo. Un breve viaje a los últimos años. Salidos de la crisis terminal del 2001, reponiéndonos de las quimioterapias duhaldistas, comenzamos en 2003 una terapia alternativa, abandonamos la medicina tradicional, alopática, que nos estaba matando paulatinamente y comenzamos a vivir con lo nuestro (todo parecido con Aldo ferrer es pura casualidad). Hoy en día, frente a los acontecimientos que se vienen desarrollando en favor de las mayorías y en detrimento de los privilegiados de siempre, la intelligentzia vernácula aprovechó el tropezón de la Resolución 125 para reagruparse y comenzar un contraataque furibundo contra el gobierno nacional.
Como pasó con los distintos golpes de Estado de nuestra historia, y fundamentalmente con la dictadura genocida (1976/83), hubo apoyo de la población civil a las políticas antipopulares. Los cortes de ruta durante más de 3 meses y el desabastecimiento de las grandes ciudades también conto con apoyo civil: la clase media caserolera. No es una definición científica, las ciencias sociales no son exactas, la historia tampoco, y yo menos, pero queda claro que en ese apelativo se condensa la más clara conjunción de tilinguería, individualismo, y fenómenos antisolidarios y reaccionarios de diversa índole. Entre los más destacados se encuentra el olvido.
La clase media olvida pronto. Se olvidó de la dictadura, de la barbarie y la muerte pero solloza por las belugas baradas en la Antártida. Se olvidaron de la corrupción menemista y la ineficacia aliancista, de la desocupación y los clubes de trueque, pero reclaman que los empresarios agrarios no paguen derechos de exportación sobre sus productos vendidos en dólares y euros. Defiende la propiedad privada. La propia y la ajena, y si no tienen, aspiran tener algún día. Pisar abajo, mirar arriba, y agarrarse de algo para subir, a como dé lugar. ¿Moral? Eso se le pide a los gobernantes Estatistas. El éxito es amoral, eso no se discute. Es como la libertad de mercado o la libertad de empresa, un derecho inalienable…
Se olvidaron del hospital porque tienen prepaga y clínica privada. Se olvidaron de la escuela pública porque sus chicos van a colegio de pago. Se asustan y ponen rejas, se arman, rezan, hacen cadenas de mails, mensajitos de texto, grupos en Facebook. Se indignan por la inacción oficial, que es por supuesto, la inacción presidencial. Muere una nena atropellada en una picada: ¡Qué venga Cristina, queremos seguridad! Se tapa el inodoro de una escuela: ¿Dónde está la presidenta que no viene? Roban en un country de Pilar: Señora, no podemos seguir así, haga algo…
Piensan por izquierda y votan por derecha. Cambia, todo cambia...Votan a Macri porque es el álter ego de sus sueños. Aspiran a tener guita, minas, éxito, no laburar, vivir de rentas. No importa que gobierne mal o que le descuente el salario a los docentes o falte gas en las escuelas y algodón en los quirófanos. El tipo es un winner, es cool, es top, es best seller, se promociona como una gaseosa. Todo va mejor con Macri Piola… Y los ayuda a olvidar. Los pobres no existen, no los atiendo, no los veo, las calles y veredas rotas distraen mi atención. Las camisetas y carteles amarillos florecen en una ciudad que no banca la indigencia. Buenos Aires Gran boliche: un grupo de patovicas se encargan de la gente desagradable que ensucia el aire. Palos y afuera.
«Solo los cartoneros nos recuerdan sensaciones escondidas, vergonzantes, pero gracias a dios no los vemos, pasan cuando ya estamos en casa, adentro, calentitos, mirando la tele mientras cenamos en familia».
«Llegó la noche, tenemos circo y gladiadores: la casa de gran cuñado nos hace gozar con las penurias de los candidatos, vemos como se arrastran en sus miserias y claman ser salvados por el voto telefónico. Nos dijeron que los políticos son mala gente y que el gobierno roba para engordar la caja: es un placer ver a la presidenta vapuleada por la chabacanería y las carcajadas del conductor». Es una expecie de paroxismo catártico del más puro sentimiento burgués, que en argentina se llama: ser gorila.
NOTA: Intelligentzia: Quienes realizan la tarea intelectual al abrigo de los aparatos ideológicos forman entonces la intelligentzia. El término abarca desde el maestro de escuela al académico consagrado, pasando por los periodistas de la «prensa libre», los profesores universitarios, los artistas, los escritores y los políticos profesionales. Por supuesto, no todos los intelectuales pertenecen a la intelligentzia Si el intelectual que difunde las zonceras de la pedagogía colonialista es un exponente de la intelligentzia, aquel que seatreve a denunciarlas y desafiarlas pertenece al campo de la inteligencia nacional. Tomemos el caso de Sarmiento: primero, porque es el héroe máximo de la intelligentzia, y segundo, porque es el más talentoso de la misma. (Manual De Zonceras)
Estas inspirado(e indignado),Mancuso.Pero no generalizes respecto a la clase media ni a los intelectuales,porque ahi te equivocas.
pido disculpas si me pasé de la raya, es quizás la indignación frente a la injusticia generalizada un buen motor para escribir y pensar, saludos cordiales
Excelente relato Daniel. Vivo en Resistencia-Chaco.Es increíble ver como gran parte, no toda, de la clase Media, se ha convertido en individualista y anti-solidaria; como circunscriben la realidad en un programa de tv como el que mencionaste. Creo que gran parte de ese pensamiento, nace en la década del 90, y hoy sale a la luz en todo su esplendor. Yo no olvido, y ojalá no volvamos más a esa época. Saludos.
A pesar del tiempo transcurrido.Este texto es, ni mas ni menos,que una descripción honesta, por lo tanto inteligente, de la dinamica social,economica y politica; que se repite tan cruelmente…comparto totalmente…
En cuanto a la susceptibilidad que pueda despertar(herir).No me imagino a un ciudadano conciente(intelectual o de los otros)preocupándose(o identificándose)demasiado por(o con) otra clase que no sea la de los más indefensos…El resto tendremos que esforzar el intelecto honestamente;y poner las cosas en contexto…no creo que la clase media necesite que la defiendan de ésta publicación. Saludos!
Hola: Buscando significados sobre «inteligencia» (en el orden de «espionaje») tropecé con esta nota de Daniel Mancuso. Nada mejor que el paso del tiempo para descorrer el velo de la cruda realidad. Hoy es 19 de febrero de 2012; y esto es como escribir en una cápsula del tiempo… ¿Aún se ríen de Menem? ¿Pasan por alto lo que Duhalde le hizo a la Patria?. En fin: ¿Continúan «tapando» veladamente lo que «todos» veíamos sobre el Gobierno de Cristina Fernández, ya, en aquella ápoca? Hoy la devaluación devoró hasta las «ilusiones» de los trabajadores. Hoy el costo de la vida es el triple de aquél que nos preocupaba en 2009. Hoy los impuestos son una obra maestra del terror, contra «los pobres». Nos «metieron» nuevamente en la política económica de la Escuela Económica de Chicago, de Milton Friedman y su mujer Rose Director y que impulsó en nuestro país José Alfredo Martínez de Hoz, de devaluaciones a costa de refinanciaciones que traen aparejado mayor inflación; y, así, aniquilaron nuestro signo monetario. Hoy, nos pisotean hasta la moral, indignamente; y actúan como si fuesen la troupe de un burlesque. Gracias a esta Página Web encontré la única y verdadera acepción de la palabra: «intelligentzia». La representa cabalmente esta nota del autor; quién seguramente disfrutaba de los «servicios» del Gobierno de Cristina. Y supongo seguirá en eso. Me quedó claro ahora el término que buscaba: Quienes realizan la tarea intelectual, (remunerados,) al abrigo de los aparatos ideológicos forman entonces la intelligentzia; (Supongo que Jauretche omitió el término “remunerados” (entre: …intelectual; y: …al abrigo). Gracias por la atención, Jorge.