Por Hugo Presman
¿Sabes una cosa Sergio? No te reconozco. Y sin embargo estás igual. La misma kipa multicolor. La misma buena oratoria. Tu rostro joven. Si. Estás igual que cuando pedías justicia por las victimas del criminal atentado contra la AMIA. Ahí en Plaza Lavalle frente a tribunales. Cuando eras un referente de Memoria Activa. Junto a Diana Malamud y Laura Guinzberg. Pasó mucho tiempo. Por eso tal vez se me confunden los tantos. Pero si mal no recuerdo te referenciabas en Marshall Meyer, el rabino que acompañaba a las madres en los años de plomo, en sus rondas alrededor de la Pirámide de Mayo. Aquel al que un día se le acercó un padre cuya hija estaba desaparecida y le dijo: Marshall¿ Que haces aquí? ¿ Tenes un hijo desaparecido? No le respondió. Estoy aquí porque vos tenes un hijo desaparecido.
Estás igual y sin embargo no te reconozco a pesar de la misma kipa multicolor. Dejaste Plaza Lavalle y reapareciste en la Plaza del Congreso colocándote en el palco a la derecha de Blumberg. Cambiaste a la libertad del himno repetida tres veces por la seguridad por triplicado. Y eso no es muy republicano. Aunque entonces aún no habías adherido al discurso del democratismo vacío. Marshall Meyer ya no te guiaba. Ahora te seducía el falso ingeniero. Y la prensa del establishment empezó a darte espacio. Ahora te buscaban, hacías declaraciones, te convertías en un referente moral. Aunque para ello estuvieras rodeado de admiradores del terrorismo de estado, de la mano dura. Lejos quedaban los lunes poco concurridos de Plaza Lavalle. Ya no estas en Memoria Activa. Ahora militas en Amnesia Activa. Nada de lunes sin gente y sin prensa. Velas y medios. Buscaste la cobertura del cristianismo institucional: Bergoglio, Marcó. Escribiste un libro, El Manifiesto Cívico Argentino que parece una versión actual de los manuales de educación democrática, materia que se implementó a partir de la Revolución Fusiladora. Para que el pueblo no cayera nuevamente en una dictadura. Ahí también se hablaba de república y democracia mientras se proscribían a las mayorías populares. No se podía, sin cometer un delito, mencionar a Perón, Eva Perón, Partido Justicialista. No tenían voz los millones que lo respaldaban. Pero los Bergman de entonces hablaban de la segunda tiranía. Y los que se decían democráticos y revolucionarios eran entre otros tus socios actuales Sergio: la Sociedad Rural, el diario La Nación, la Iglesia Institucional, las franjas de clase media que miraban despectivamente a los cabecitas negras que tenían el tupé de gozar de derechos solo reservados hasta entonces a otros sectores. ¿ Sabes Sergio que los cabecitas negras han sido discriminados, aquí, en nuestra argentina, como los judíos los han sido en otras sociedades? Y vos Sergio, el que tenía como referente a Marshall Meyer, al humanismo judío, el de la kipa multicolor, hoy bendecís a muchos de los discriminadores. Hablás de nuestros hermanos del campo. No te referís a los peones rurales. A los pequeños y medianos propietarios por fuera del modelo sojero, a los campesinos sin tierras o expropiados de la zona no pampeana. A ellos no los ves. Los “hermanos del campo” son Biolcatti, Miguens, Llambías, Grobocopatel. Te convocan a dar charlas de la Mesa de Enlace junto a Vicente Massot, el sólido cuadro intelectual y propietario de Nueva Provincia, tradicional vocero de la Marina, que justifica la tortura, defendió el terrorismo de Estado y minimizó el holocausto. ¿Será que si ese Dios en que crees, contemplara nuevamente impávido una remake de los años de plomo, vos estarías contra los que denostaban a las madres que buscaban a sus hijos? Si existe una vida después de esta, Marshall Meyer debe haberse muerto de nuevo.
Pareces la versión religiosa en envase judío de Elisa Carrió. Por eso dijiste ayer: “Hay una Argentina que puede ser República después de Néstor” “No entreguen ningún voto, ni la dignidad” “Hay que llenar las mesas para que no nos roben los votos” “Tenemos que tomar eso que aprendimos de los hermanos del campo. Hay que organizarse para defendernos. La inseguridad se resuelve con decisión política”.
Créeme Sergio que no te reconozco. Aunque estés igual. Con tu kipa multicolor, tu habilidad oratoria y tu figura de joven querible. Cambiaste tu discurso y tus amigos. Tus aliados. Nunca más la marginalidad. Ahora la primera plana del establishment. Por eso dijiste ayer, en un acto contra la inseguridad que convertiste en un acto opositor, que no hay que confundir “el legado de Perón con la locura de Nerón”. No seas hipócrita Sergio. Vos, si hubieras sido contemporáneo y mayor de edad entre 1945 y 1955, habrías estado contra “ la segunda tiranía”. Preguntale sino a tus nuevos amigos. Donde estuvieron o donde se hubieran ubicados. Hubieras dicho que Perón era Nerón. Que incendiaba la República y asesinaba la democracia. Y que sus seguidores eran la barbarie. Para que se concrete la República que vos y tus aliados quieren, hay que implantar el voto calificado. Y en la lógica de ese razonamiento de democracia blanca es posible que vos como argentino de origen judío también quedes excluido.
Tanto esperar el Mesías, que te impacientaste. Tu confusión te llevó primero a encontrarlo en Blumberg y ahora en la Mesa de Enlace. Crees que Alfredo de Angeli es la reencarnación de un combatiente del Gueto de Varsovia y Elisa Carrió una continuación de los profetas.
No te reconozco Sergio Bergman. Te ha encandilado el vellocino del oro mediático. Cada vez más cerca de los poderosos. Reemplazaste el Antiguo Testamento por el diario La Nación. Cada vez más lejos de Dios si este existe. Que él, que contempló impávido Auschwitz y la Esma, los bombardeos en Gaza, en la Plaza de Mayo, las atrocidades múltiples y tus involuciones, te perdone.
Gracias a D’ios no estoy solo en esto, hace unos tiempos le escribí esta carta abierta al tipejo este, es esta http://omixmoron.blogspot.com/2008/11/carta-abierta-al-rabino-sergio-bergman.html
Y Eva Row me envió después una carta de lectores de La Nación que pego aquí
Señor Director:
«Su diario ha presentado al rabino Sergio Bergman como discípulo de mi difunto esposo, el rabino Marshall Meyer. Nada más alejado de la verdad.
«Le puedo asegurar que los actos y posiciones políticas del rabino Bergman están en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer. A mi esposo le daría vergüenza saber que un rabino argentino como Bergman propuso cambiar la palabra libertad por seguridad en el himno argentino.
«Tampoco hubiese aceptado compartir un estrado con Juan Carlos Blumberg mientras anuncia su intención de coartar las libertades individuales. Quienes conocimos a Marshall sabemos que como parte de su fe religiosa estuvo en la Plaza de Mayo junto con las Madres durante la dictadura y visitó las cárceles donde recluyeron a Jacobo Timerman y a tantos prisioneros políticos.
«Le ruego que deje de utilizar la figura de mi esposo sin conocer ni su obra ni a sus verdaderos discípulos.»
Naomi Meyer
209 West 86 St.
New York, EE.UU.
Que yo sepa, Bergman egresó del Seminario Rabínico Latinoamericano, fundado por ese gran tipo que fué Marshall, pero no fué alumno directo suyo, tal como proclama don Sergio quién en 1993, cuando Marshall Meyer murió, tenía sólo treinta años.
No sé si esa carta de la viuda fué o no una opereta, pero de lo que estoy seguro es de que Marshall nunca hubiera avalado ni las actitudes ni el pensamiento de Bergman.
Otro sí digo: a la muerte de Meyer, el rabinato de la Comunidad Bet El, fundada por Marshall y Naomi en los 60, fué y sigue siendo ejercido por Dany Goldman, vicepresidente de la APDH y discípulo y verdadero continuador de Marshall Meyer y de su obra.
¿Este Dany Goldman?
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-98057-2008-01-27.html
(me refiero al de la foto).
Hace unos años, cuando éramos más progres, o nos la dábamos de tales, un tipo que dijese lo que dice Bergman hoy hubiese sido repudiado. Resulta refrescante que una parte de la comunidad todavía tenga esos reflejos.
Ese mismo Dany, buen amigo y rabino tan progresista que a veces ni usa kipá (y mucho menos de colores)
Muy bueno. Zarpa, un par de veces, pero es muy bueno.
PD: ¿Se acuerdan las que pasamos cuando Charly García presentó su versión rockera del himno nacional? ¡La que se armó! No pretendo que suceda lo mismo: el himno puede y debe ser cantado en versión libre. Por empezar, no es el original, tampoco.
Pero con los cambios de métrica y sentido de Bergman, no saltó ninguno de esos sectores, tradicionales si los hay.
Abrazo,
EM
¡Bravo, Jorge! En ésto también vamos juntos. Excelente. Que se quite de una vez la máscara, que confiese desde dónde dice lo que dice el Súper-Rabino. Que no lo mezcle más a Meyer en sus fechorías mediáticas. ¡Bravo!
ese es el problema sergio,estas defendiendo a las victimas «equivocadas».
hablar por los muertos de la AMIA esta bien,hablar por los desaparecidos tb esta bien,y de los caidos por el gatillo facil de la cana todo ok.
pero cuando hablas por las victimas de las madres del dolor…ahi la pifiaste mal.
pero te entiendo,influido por los miles de familiares sosteniendo las pancartas con las fotos de sus seres queridos asesinados,la mayoria por chorros de baja estofa…se te escapo la tortuga.
por q vistes sergio,hay muertos y muertos…victimas y victimas,no son todos lo MISMO,entendes???
hay muertos q valen…y otros q son simple «estadistica»,hasta podriamos denominarlos «daño colaterales» en el proceso «revolucionario».
por q viste sergio,lo importante no es q una mama se te acerque con la foto de su hijo asesinado en un asalto,o un hijo q perdio a su padre en un robo cuando le quisieron afanar las zapatillas mientras esperaba el colectivo en el conurbano…eso no IMPORTA.
lo q importa es q no quedes pegado a un personaje como biolcatti. (vos deja q a biolcatti,lo usamos para tranzar bajo cuerda con la SR…para eso si sirve).
la verdad q no te conocia sergio,pero COMPORTATE,defende a las victimas «correctas»…y vas a volver al redil «progre» (lugar al q perteneciste alguna vez segun parece)…y quizas quien te dice,te terminen invitando a olivos a aplaudir los discursos de la mandataria.
es asi sergito,la «ideologia» ante todo…lo demas es carton pintado o simple estadistica,entendiste?
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-122127-2009-03-26.html
Yo me pregunto, si bien es valida la critica…no entiendo bien, y no se aclara…el «no te reconozco». Yo conozco el perfil de SB desde hara… no recuerdo bien, pero 20 años, y jamas pense que fuera un tipo de izquierda o nac and pop. Al contrario de MM o de DG, sus criticas a Israel y su politica genocida siempre fueron de salon, idem sus criticas al neoliberalismo.
Ahora quizas aromo su holding educativo-economico (Arlin F., NCI, Judaica, etc.) y defiende mas corporativamente la ideologia e intereses de los que responden y financian sus emprendimientos. Del mismo modo que negocio con la lista ortodoxa la alianza en AMIA a cambio del apoyo economico necesario. Yo no lo veo nada incoherente, a lo sumo mas evolucionado. Y a la hora de criticarlo Pressman deberia recordar que aun siendo objetivamente verdadero el posicionamiento que ha ostentado SB en el marco de la oposicion que al kirchnerismo realizan las grandes organizaciones judias internacionales con sede en EEUU mas alla de intereses economicos comunes, que referencia queda para el resto de los rabinos, ortodoxos, conservadores o liberales, exceptuando el circulo de DG?
Pretender que SB apoye al gobierno y sus politicas, eso si seria presuponer que SB traicione lo que siempre dijo e hizo.
No conocí mucho a Marshall personalmente, pero estuve muy cerca de él a través de queridos amigos como Jacobo Timerman. No recuerdo que MM haya hecho críticas a la «política genocida de Israel», salvo su alineamiento con Jacobo cuando este se opuso a la invasión al Líbano en 1982.
Sí conozco bastante a Dany pero tampoco conozco críticas a «la política genocida de Israel».
Seguramente y por su hombría de bien, debe haberse opuesto a toda forma de violencia, viniera de quién viniera, al igual que Marshall.
De donde sale la info de que MM y DG hayan formulado esas críticas?
Bergman, Sergio: rabino experto en temas de seguridad, que recorre el país brindando
además conferencias sobre las causas del conflicto de Medio Oriente y la Franja de Gaza,
cuya persistencia atribuye a la negativa del Estado palestino a bajar la imputabilidad penal
de los menores (ver “Menores de edad”).
Del Diccionario POlitico Argentino de R.Degrossi.
Mas allá de la opinión personal que cualquiera puede tener respecto del Rabino
Sergio Bergman, las críticas de Hugo Presman incurren en una típica falacia
argumental: la falacia «ad hominem». Como técnica retórica, puede ser
poderosa. De hecho, se usa a menudo para convencer a quienes se mueven más por
sentimientos y por costumbres acomodaticias que por razones lógicas. Ahora,
como argumento, es de una pobreza franciscana: acá el único recurso que se utiliza
para descalificar las ideas que sostiene una persona (Bergman), que siempre se pueden discutir, es el de asociarla con la Revolución Libertadora, el Proceso o yerbas similares. Patético. En todo caso,
sería bueno que la crítica a las ideas o posturas que sostiene el Rabino
Bergman se hagan con argumentos. Acá, brillan por su ausencia.