Ajústense los cinturones.
Veamos: ante todo, acá no hay ajuste. Ninguno. ¿Fue ajuste el recorte del 13% nominal a los jubilados durante el gobierno de la Alianza? Si aquello fue ajuste, el recorte a los subsidios, entonces, no lo es. Hay la necesidad de hacer una autocrítica, porque muchos –quizás la mayoría- de esos subsidios significaron, en efecto, concesiones indebidas a quienes no las merecían bajo ningún concepto. Hay atenuantes, claro: las capacidades estatales estaban, a la fecha de implementación de los subsidios, pulverizadas. Si hoy resulta en extremo difícil imaginar cómo se hará para evitar injusticias en el desarme del entramado subsidiario, mucho más lo era cuando todo ello fue concebido e, insisto, llevado a cabo (bastante) imperfectamente. Eso sí: el recorte a algo que es llamado privilegio indebido, o derroche, nunca puede ser llamado ajuste: es un contra sentido.
Nadie se muere ni la memoria de Néstor se ensucia si se dice: ahí hubo metida de pata. Y mucha. ¿Está? ¿Quién va a arrojar la primera piedra, acaso? ¿O nadie hizo cosas peores que esas? ¿Estamos? Bueno, vamos. (De última, es audaz encararlo. Así sea tarde. Audacia tardía, pero audacia al fin. Como las universidades en el Conurbano y la Asignación Universal).
Fue Maquiavelo el que dijo que la palabra había que sostenerla sólo en tanto y en cuanto persistieran las razones que llevaron a uno a otorgarla. Las coyunturas actuales, las condicionalidades, los desafíos, se han, vaya novedad, reactualizado, luego de ocho años de gobierno. Por exitoso, pero ocurre al fin. El pueblo, a dichos respectos, ya se ha expedido, hace apenas algo más de un mes. Renovando confianza. Cosa juzgada, pues.
La gestión de los tiempos venideros, repito que no exento de desafíos, ni más difíciles, sino tan sólo, y lógicamente, distintos. Y entonces, manteniendo las banderas estratégicas, ha llegado la hora de readecuar tácticas. Decía Mariano hace poco que el objetivo fundamental del modelo es sostener el multiplicador. Virtuoso, repitió varias veces a lo largo de este año, y por diversas discusiones, en tanto la creación de empleo se sostenga.
Con motivo de avalar la contabilización de las reservas del Central en la cuenta de superávit fiscal, por caso. A la hora de rebatir el lugar común de consignar a la inflación como “un impuesto a los pobres”, también. Revisé bastante, más que lo habitual en los últimos días, Yendo a menos. Y encontré otro post, en el que el autor denuesta -por incongruente- una propuesta de campaña de Binner –devaluación con más eliminación de retenciones-, donde entre los comentarios el lector ‘juancho’ menciona que la variable de ajuste de tal esquema podría pasar por una regulación de salarios con desocupación en alrededor de 20%. Frente a esta última alternativa es que debe compararse el curso de acción que comienza a adoptar el kirchnerismo de cara a la nueva etapa.
Mariano –a quien le deberé disculpas por abusar de la cita, máxime si llegan a ser erróneas o no respetan el espíritu del autor- varias veces ha repetido que en la disyuntiva entre enfriamiento o inflación había que tener presente que puede ser peor el remedio que la enfermedad, entendiendo por esto, justamente, destrucción o desaceleración en el proceso de creación de empleo.
En uno de sus últimos posts, apunta que en ciertos sectores sociales –muy probablemente afectados, en adelante, por la poda en los subsidios- el efecto multiplicador se estaba viendo resentido. Lo que se verifica según él, por dar un ejemplo, en la dolarización del ahorro. Que es retracción de consumo. Y complica el multiplicador. De lo que he leído, me gusta la definición de Omix, del descanso de la escalera. Con matices: entiendo que hacen falta medidas concretas para atacar el nivel de desempleo que, aún siendo el más bajo de los últimos veinte años, es, todavía, considerable.
Los únicos privilegiados…
Hay quienes pueden esperar ahora: ya sean subsidiados actuales innecesariamente; o ansiosos por repartir –con toda justicia, y además derecho constitucional a hacerlo- ganancias. Al efecto multiplicador, tan famoso él, se lo cuidará mejor, y más, incorporando al consumo, en lo venidero, a los rezagados, que sólo los que han pasado a formar parte del mismo, y con cierta comodidad en algunos (varios) casos, en los últimos años.
Y entonces, vamos a la sintonía fina. Dije, entre ambos actos eleccionarios presidenciales, que en virtud de las particularidades de nuestra estructura económica se hacía necesario repensar las formas en que el Estado actúa en materia económica. La clave pasa, diría, casi por actuar mano a mano, sector por sector. Las soluciones generales, una devaluación a secas, no va a servir para atender el nivel enorme de complejidad de la trama socio/económica/laboral argentino. Y a todo esto lo abordó la Presidenta en su discurso en la UIA. En este marco hay, me parece, que atender las nuevas medidas. Ojo: por ahora. Hay cuatro años por delante, tiempo de sobra para afectar alguna otra renta extraordinaria y/o estructura de propiedad regresiva. Y nadie quiere volver a tropezar con la piedra de la 125, hay que ser, manteniendo objetivos y voluntad, más astuto que aquella vez.
Ahora bien, encarar políticas específicas destinadas al incremento de empleo, en esta etapa, requiere de reorientación de gasto, porque hay núcleos duros de exclusión que requieren ser atendidos con un bisturí mucho más fino del que se ha utilizado hasta esta hora. Claro que, para eso, hace falta más dinero del que ya se tiene. Porque habrá que ser agresivos, en un escenario de disputa que, más que nunca tras la catástrofe electoral opositora –no es menor tanto silencio del Grupo A post 23/10, habiendo tanta tela para cortar, tanta chance de carro corporativo al que sumarse, aunque quizás hay divorcio por fin, o entendieron que no fue (ni es, ni será) negocio-, será mano a mano con la oligarquía diversificada. Cómoda, ya, como para esforzarse en dar una mano para incluir más en adelante. Habrá que obligarlos, pues, y eso sólo se puede con dinero en mano.
Eso sí: todos, más ante el despelote mundial que se aproxima, tienen que estar adentro. El contexto internacional, si bien más aliviado atento que, por ejemplo, los niveles de deuda actuales son ridículos en comparación con otros tiempos, exige no desviar la atención con actitudes rupturistas. Hace falta mucha mirada de conjunto. Con conducción, faltaba más, centralizada. Y legitimada para tal convocatoria. Cristina, se desprende de sus palabras ante la UIA, reúne capacidades, voluntad y respaldo.
¡Y dale con Pernía!
Del mismo modo, en lo que hace al reparto de ganancias sostengo una posición, digamos, ecléctica. No creo que puedan atenderse las múltiples situaciones y posibilidades que puede deparar la instauración de tal derecho constitucional. Montos, formas de pago, diferencias entre PyMES y grandes establecimientos, la situación de las cooperativas, en fin. Demasiado como para pretender abordarlas todas en un instrumento de carácter general.
Pero también pifia, entiendo, CFK al decir que el tema debe derivarse a la discusión paritaria regular. Sí es cierto que el mecanismo debe ser similar, por cuanto será lo que mejor se adapte a las ya citadas disparidades del entramado productivo; pero una situación especial como el reparto de ganancias merece otra ocasión –al momento del año, me refiero-, igualmente especial, de discusión. La salida deba ser el establecimiento, por ley, de la obligatoriedad de constitución de una mesa similar a la de la negociación colectiva, pero específicamente destinada al tratamiento de ganancias. Con exhibición, también ineludible, de libros por parte de los empresarios: acá va a haber tela para cortar, no sólo por lo que hace a la repartija.
Por allí alguien dijo que estratégicamente es una contradicción de libreto la de Cristina el proponer la discusión entre sectores de ganancias. No será así si se respeta la orgánica de las paritarias, en la que el Estado, mediando, es actor fundamental. Sí, y como elemento distintivo entre ambas cuestiones, hay que pensar en la ineludible participación de mayor cantidad de ministros en el tratamiento de ganancias. Ampliar la mirada, por cuanto se hablará, también, de posibilidades de reinversión de las utilidades.
De nuevo, suponer que porque la Presidenta delegó en paritarias la discusión por ganancias hay ajuste, retroceso, nunca más (en vez de nunca menos) o cosa por el estilo, es nada más que un exceso chicanero. Cristina puso y pone todo en discusión: de ningún modo solamente los beneficios y el bienestar de los sectores populares o de clases apenas medias. Se abre un marco de discusión, donde hasta la inflación ha dejado de ser un tabú, pero en el que habrá que particularizar todo, con los que todavía no alcanzados por los beneficios de ocho años como objetivo primario e ineludible de cualquier curso de acción. Al cual deben someterse tanto rentabilidad, niveles de inversión, destinos de utilidades; como así también las disparidades al interior del propio mundo laboral.
No es menor -y debería haberse subrayado más-, que un jefe, jefa en este caso, de Estado argentino haya calificado a Caseros como una derrota nacional. Que lo fue, claro, sólo a un necio, o a alguien que sea muy bobo o ignorante (o interesado), puede escapársele tal cosa. Todo eso en la jeta de los más altos representantes de rancias expresiones del establishment argento. Perfectamente compatible, además, con la postura no neutral que en esta pelea (que incluye, además, la disputa -por los modos de encarar el desarrollo a futuro- con el modelo de valorización financiera –que garantiza niveles menores de empleo: y también de salarios, claro-) enuncia tener la Presidenta.
La conducción
Las cuestiones con Moyano tramitan por cuerda separada. Hay, en ese caso, la disputa por la paternidad del modelo. Y será dura, y que lo sea: esto no es un té de señoritas, y a mí no me aterra que se ladren. Que tal cosa dañe las sensibles almas del liberalismo local es algo que me tiene muy sin cuidado. Tengo bien claro que, si se la racionaliza, una puja de ese tipo no le hace «daño al país» ni cosa parecida. Cosas que quedan bien en boca de mi abuela («se pelean por poder, para llenarse los bolsillos y nada más: y lo sufriremos todos»), que es buena pero no sabe un pomo de política.
Quien me haya leído alguna vez sabrá de mi admiración por Moyano. Uno de los mejores de los nuestros (quizás el mejor). Que no tembló para encabezar -y acumular los mayores méritos- la resistencia durante la época en que tuvo lugar la más terrible pauperización del sector trabajo de que se tenga memoria en nuestro país. Moyano siempre, durante aquellos años, se paró de manos. Los tontos se horrorizan porque De La Rúa pagó coimas para sancionar una ley. No por el contenido de la misma: en el combate a la esencia y no a la forma de aquella ley, radica el valor de Moyano.
Hay desprecio y soberbia a ambos lados del mostrador. CFK y Moyano, ambos necesarios, se lastimarán más que nada a sí mismos si llegan romper mal. Para esto también vale: las cosas han cambiado, Moyano no puede pretender discutir el liderazgo del actual proceso. Porque, entonces, su derrota en tal disputa, aún cuando triste, sería deseable. Por aquello de que debe mandar el Estado. La visión de conjunto.
No hace falta llegar a eso. No se justifica. Para los dos va. Par de… zonzos. Con todo respeto a la investidura de la compañera señora Presidenta.
Ni se le ocurra dejar de escribir Pablo D. Sus análisis amén de muy bien escritos están entre los muy pocos que suelo compartir en un 99%.
Es bueno recordar que antes de aceptar su candidatura para un nuevo periodo de gobierno, Cristina señaló con bastante claridad que la vida ya le había dado todo lo que podía ofrecer y que ella ya no quería mas nada para sí (algo así como el «vengo desencarnado» del General). Ningún peronista puede ignorar lo que se quiso decir: es una invitación a dirimir quien conduce el Movimiento Peronista y a que quien (como dice el cura), tenga algo que decir, hable ahora (o calle por un par de años).
Naturalmente el Cro. Moyano sabe que su candidatura habría tenido una dura disputa con la gorda y Altamira (por el último lugar) y por eso calló, a no ser por algunas protestas tardías. Es que el representante de una parte difícilmente pueda conducir al conjunto.
Pero, evidentemente, no puede escapar a una duda que de José Espejo en adelante atormenta a todos los grandes dirigentes gremiales. Yo lo invitaría, con todo respeto y humildad, a releer las 20 verdades, sin olvidar la séptima.
La voy a tener firmada, por las dudas. No obstante ello, se agradecen los elogios, desde ya.
Dos cosas digo a su comentario, amigo:
a) Cristina, en efecto, comenzará dentro de quince días sus últimos cuatro años de mandato. Eso es, efectivamente, así. Ahora bien, eso no dice todo sobre el futuro del kirchnerismo al interior del PJ, que es donde, indefectiblemente me parece, tendrña lugar la discusión acerca de su continuidad más allá de 2015: es decir, más allá de Cristina.
b) Allí es que, me parece, ingresa y juega el factor Moyano. El kirchnerismo, que ha consolidado su dominio del PJ generando una estabilidad electoral por medio de mostrarse potable para, también, las clases medias como alternativa de poder. A mí me parece perfecto que Moyano dispute poder y liderazgo. Adelante, pues. Pero tiene que tener presente el dato que vos marcás de su baja popularidad. Por un lado. Y por el otro, el hecho de que la trama, el marco de poder dentro del cual (si así lo desea) Moyano tiene mucho, en todo sentido, para estar muy cómodo para construir, se sustenta, si y sólo si, Cristina conduce. Es prenda de continuidad de todo ello. Por ahora. Luego, vemos.
Abrazo.
Aclaro, por si me malinterpretó, que la invitación era para HM y no para Ud.
Gerardo Martínez sería un buen reemplazante de Moyano.
En Santa Cruz su gremio actúa como guardia de corpus del gobierno. http://www.perfil.com/contenidos/2011/11/27/noticia_0017.html
Claro que Martínez tiene algún problema con «la memoria del pasado», pero eso parece que no ha sido condicionante para el buen trato que recibe del gobierno, al contrario esa debilidad puede ser una garantía para que no trate de independizarse.-
http://urbano-echeverria.com.ar/2_3col.php?nota=8707Con_una_multitud_de_militantes_se_realizao_el_encuentro_%26acirc%3BA%9CBuenos_Aires_en_el_Proyecto_nacional_2011-11-27
Si le gusta Gerardo Martínez (no es santo de mi devoción) proponga su candidatura a la Secretaría General en el próximo confederal de la CGT. No he visto su nombre entre los 5 procesados por la agresión a los manifestantes de ADOSAC.
Sin embargo, si Ud tiene información que lo involucre, no lo siga encubriendo, diríjase a la justicia y efectúe la correspondiente denuncia.
En cuanto a ADOSAC me gustaría que alguien me explique que derecho les asiste a bloquear sistemáticamente a las petroleras de la provincia provocando daños inconmensurables a la provincia y a la nación. http://www.adosac.org.ar/component/content/article/1-latest-news/569-2700-km-de-solidaridad-qde-norte-a-surq
Es cierto. Con las petroleras no, que se enojan Baéz, López y Esquenazi.-
No se ponga en zurdito que le cuento a la gorda.
Espero que la hayan visto ayer con Joaquín. Cuanta fuerza que tiene y que acertada estuvo en sus profecías: una sociedad que en un 98% convalida la corrupción, la manipulación de la justicia,el ninguneo a los otros poderes, el ocultamiento de la pobreza, etc., es una sociedad que se ya ha sido destruida. Ahora viene la reconstrucción: fuerza Lilita, 400 mil argentinos te apoyan.
fuerza Lilita, 400 mil argentinos te apoyan!!!
cuac!
Ya me parecía que no eran más pingüinos. Por las últimas medidas que han tomado, es evidente que se han transformado en patos.-
«Bómbolo, Bómbolo,¿por que eres tan Bómbolo?»
El Topo Gigio
¿Cómo, Daio? ¿Son malas las últimas medidas solamente? Si, mediante citas de Forster, Casullo, Majul, Feinmann, Gasparini, Palermo y Novaro, Romero, Sarlo, entre otros cientos (o miles) de autores de todo tipo, pelaje (algunos en abundancia) y signo ideológico, más las sesudas interesantes y fidedignas notas de Perfil, citadas en abundancia, nos ha venido mostrando y demostrando que estos gobiernos, además del increíble nivel de corrupción que ostentan, son lo peor que nos ha podido pasar a los argentinos.
Sí, la única solución para este desdichado país, es el voto calificado. Que el 1,8% ilustrado (y con recursos económicos) valga más, mucho más, que el voluble y bárbaro 54%. Así lo entendieron en su momento nuestros preclaros próceres republicanos, hasta que la maldita ley Saenz Peña comenzó a enturbiar y corromper la república…
¿Por qué voto calificado? Cada votante debe hacerse responsable de lo que ha votado. Y que luego no se queje. Nada más.
los que únicos que se quejan son los iluminados del 1.8%
Comprendo que es muy doloroso para los «illuminati» sentirse repudiados por el 98,2% de la población.
En realidad, la población ni siquiera los repudió; simplemente, no les dio bola, los ignoró olímpicamente.
Ahora que la sacerdotisa suprema de este culto (¿en extinción?) elabora la teoría de la «resistencia en punta» (del Este), ¿se estará gestando una nueva teoría del foco?
En su último inolvidable reportaje, ¿Habrá rememorado con Joaco, off de record, los tiempos felices de la República sin corrupción, en que él oficiaba de ladero intelectual de Bussi y ella era la protegida de Facundo Serrano?
Cuidado muchachos que dicen que Oyarbide se les ha resfriado, no sea que lo reemplace un JUEZ y que encuentre las pruebas que, según la Cámara, ha ocultado en el pajar.- Esta sí que es la república de los jueces.
Sigan así que en 2013 no sacan ni 400 votos.
7 de febrero de 1979: A través del Decreto Provincial No. 72 -firmado por el General de Brigada Facundo Serrano-, Elisa Carrió es nombrada ASESORA DE LA FISCALIA DE ESTADO.
21 de agosto de 1980: A partir de la Resolución 522 del Superior Tribunal de Justicia, Carrió accede al cargo de SECRETARIA de la Procuración del Superior Tribunal de Justicia del Chaco, nombrada por el PROCESO DE REORGANIZACION NACIONAL, con jerarquía y nivel de JUEZ DE CAMARA.
Sí; leyó Usted bien. Se trata de Elisa María Avelina Carrió, alias «Lilita».
¿Por qué jamás ha sido citada en ocasión de alguno de los Juicios de Lesa Humanidad?
Pues bien; los peronistas tenemos tanta historia como memoria. En Margarita Belén fueron torturados y ejecutados 22 (veintidós) jóvenes de la Juventud Peronista.
¿Acaso al asumir Lilita como Fiscal en el año de 1979 carecía de la capacidad denunciante que exhibe hoy?
Solicitada aparecida en «La Opinión Austral», Río Gallegos, 9 de noviembre de 1981: Néstor y Cristina Kirchner reconocen que durante el «Proceso» se vivía en un Estado de Derecho.-
Es cierto. Ya se lo había mencionado. Pero lo de Lilita también.
Seamos un poco más originales.
¿En qué cargo nombró el Poder Ejecutivo militar a Néstor o a Cristina, que no me acuerdo?
Según Cristina lo reconoció en una entrevista: no consiguieron que los nombraran; o sea que tenían interés en trabajar para el gobierno: claro en un Estado de Derecho, quien no lo desea, en una dictadura es otra cosa. Pero no, no hubo caso y debieron trabajar en una financiera, con los resultados ya conocidos: 24 casitas al concluir el Estado de Derecho y comenzar la tiranía alfonsinista.-
«La gente me dice: quiero que los maten»
«La gente me dice: quiero que los derrumben»
(Carrió dixit)
Lógicamente alguien que expresa estas y otras expresiones similares no puede haber hesitado demasiado en colaborar con la dictadura asesina.
Y que a Ud le guste semejante esperpento lo pinta de cuerpo entero.
a ver la solicitada.
Vamos. Que a los Kirchner ni el «Instituto de Reivindicación Histórica» los va a salvar.-
http://especiales.perfil.com/24demarzo/
Las ‘acusaciones’ de Fontevecchia y de Daio a los Kirchner por su actuación durante la dictadura se pueden interpretar y resumir en esta sencilla frase:
‘Estuvieron a favor, IGUAL QUE NOSOTROS, y después se las dan de grandes defensores de los derechos humanos’.
A eso puedo contestar que el haber reflexionado sobre el terrorismo de Estado y pasar a hacer una intensa tarea de REPARACIÓN una vez que tuvieron el poder suficiente, los HONRA y los ENALTECE.
Ustedes en cambio no cambiaron de ideología, siguen siendo de la derecha autoritaria, y sólo pueden tratar de ensuciar a los juicios, a los Kirchner y a los organismos de DD. HH.
Les tengo una mala noticia: NO PUDIERON.
Bueno, algo positivo: reconocen la veracidad del archivo Perfil.
Todo lo que se logró a partir de las instrucciones a los fiscales, leyes de punto final, obediencia debida e indultos, se debe la la persistente labor de organismos de Derechos Humanos, jueces y legisladores como Elisa Carrió; a partir del 2003, y con fines de consolidación del poder, como lo explica muy bien José Pablo Feinmann, en «El Flaco», Planeta. Bs. As. 2011, págs. 122 y sgts.(*) (libro que ustedes se niegan a comentar)los Kirchner se acordaron de los Derechos Humanos, pero la nulidad de las leyes la declaró el Congreso, sobre la base de varios proyectos, entre ellos uno de Carrió y ninguno de Cristina, la constitucionalidad de esas nulidades y la derogación de los indultos, lo hizo la justicia, con fallos de primera instancia anteriores al año 2003, no el P.E.
(*)Destaco, sí, un error de Feinmann en cuanto afirma que Kirchner anuló las leyes de punto final y obediencia debida, esas leyes habían sido derogadas durante la presidencia de Menem por ley del Congreso. Además, por supuesto, los presidentes carecen de atribuciones para derogar leyes.-
Sigamos el consejo de Daio: hablemos del libro de Feinmann “El Flaco”.
Entre otras cosas, en este libro (en el que narra su acercamiento a Kirchner y su posterior distanciamiento) escribe (p.44 y sgtes.):
“El 25 de mayo, Kirchner da su discurso de asunción como Presidente de la República Argentina ante la Asamblea Legislativa. […] Esperaba un discurso más, un discurso de circunstancias, el país tambaleaba y todos buscarían tratarse con cuidado. […] La primera frase que me llamó a atención fue: Sabemos a dónde vamos y sabemos dónde no queremos ir o volver. […] La segunda frase en que me detuve ya fue decisiva. Este tipo venía a enfrentar al neoliberalismo. […] Dijo: Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona. […] El discurso parecía llegar a su fin. No había estado mal. Tendríamos, según parecía, un presidente keynesiano. […] Pero de pronto, el Flaco dice: “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”. ¿Cómo, qué decía, me hablaba a mí, a mis amigos a nuestra generación? […] Era la primera vez que un presidente se asumía como tal. […] Este Flaco … lo decía claro: Pertenezco a una generación diezmada. […] Pero Kirchner había dicho mucho más. Había mencionado las luchas y las convicciones. Eso le dio entidad a esa generación. […] Pero dice todavía algo más agresivo para sus oyentes de derecha. Dice que esas luchas y esas convicciones no las piensa dejar en la puerta de la Casa Rosada. Es decir, va a gobernar con ellas. No ha dejado de ser el que fue, como tantos. […] Y después: “Llegamos sin rencores pero con memoria. Aquí estaba contenida la decisión de los juicios a los militares genocidas.”
(Acoto que en ese acto estuvo por primera vez y en un lugar privilegiado asistiendo a la ceremonia -invitada por Kirchner- Estela de Carloto).
¿Se sentirá identificado Daio con estas opiniones de Feinmann, teniendo en cuenta la forma enfática con que nos recomendó la lectura del libro?
En la página 150, encontramos:
“Ahora no faltarán los muy inteligentes que digan que Kirchner les dio a los “progres” concesiones en los derechos humanos para tenerlos fácilmente de su lado y hacer todos los otros “desastres” que hizo. Es una reflexión tan torpe que provoca bastante indignación. Sobre todo por el desdén que expresa hacia los llamados “progres”…”
¿Compartirá Daio las afirmaciones de este párrafo?
Hablemos de Feinmann, “El Flaco” y Lilita (p. 227 y sgtes):
“[Aguinis] se concentró en atacar torpe pero obsesivamente a Néstor Kirchner. Su nuevo Hitler. Probablemente él le haya soplado a Carrió (otro baluarte de la brillante oposición política al Gobierno de Néstor y al de Cristina) eso de decirle Hitler. Se habrá dicho: “A mi me da vergüenza porque es un papelón. Creo que suena exagerado. Un poquito frontal. Pero la GG (la gorda goi) es capaz de cualquier cosa”.
[continúa un desopilante diálogo imaginario entre Marquitos y Lilita, que termina así:]
– Mirá Lilita, cortemos aquí. Hay algo que nos separa fatalmente. Vos sos una goi de mierda, yo soy parte del pueblo elegido. Pero nos tiene que unir algo más fuerte que eso.
– El odio a Kirchner.
– Bueno, andá y decí que es Hitler. Y si te preguntan por los campos [de concentración], si te aprietan mucho, decí que en la Patagonia los está preparando.”
¿Se habrá divertido Daio, ante tan certera descripción de Lilita descripta en clave de humor?
Hablemos ahora de Feinmann, “El Flaco” y “Noticias” (una distinguida fuente de información)
p.231 y sgtes:
“[En la reunión con el canciller Villepain] los de Noticias pidieron permiso para tomarnos una foto. Cristina dijo “cómo no”. Tomaron la foto. Ella me tomó de un brazo. Y yo sonreí ampliamente feliz. ¿De qué otro modo puede sonreír uno si Cristina lo toma de un brazo, como a un amigo, cálidamente? En seguida se rajó.[…] Satisfecho, creía que la relación con los Kirchner estaba restaurada. […] Duró una semana. Paso por un kiosco y veo que salió Noticias. El horror. El despropósito. La chantada. La inmoralidad. La estafa. Todo lo peor que el periodismo puede ser. […] Arriba […] en una franja amarilla que atravesaba toda la tapa, estaba la foto que nos habían tomado a Cristina y a mí. Y el texto, sugerente texto, decía: Las trasnoche íntimas en Olivos del filósofo marxista más influyente del país. Y en letras mucho más grandes: FEINMANN: EL PENSADOR PREFERIDO DE LOS KIRCHNER. […] Había algo vejatorio en todo esto. Poner en la tapa mi foto con Cristina y adosarle “Las trasnoches íntimas” era un ultraje. A ella y a mí. Era la cabeza podrida de los infatuados impunes que se creen tan piolas como para cometer algo semejante.”
No dudo que Daio (que nunca sesga citas ni desvirtúa textos), después de leer esta parte, habrá repudiado, tal como hace Feinmann a ese periodismo cloacal, que no vacila en utilizar cualquier recurso, por ruin que sea, para ensuciar a las personas…
Bueno. Lectura actual o anterior de Feinmann, las citas son todo una novedad en este sitio, como novedad resulta ser de los párrafos que citas el interés por los derechos humanos de los K, por más Hebe o Estela, sentados en primera fila.
También son infinitas las citas con mucho jugo:
F: «Cuando le saques a Duhalde el aparato duhalista, te vas a convertir en Duhalde. No llegaste para eso. K: No, pero si no le saco el aparato, él me va a sacar a patadas…Vas a tener que hacer política de aparato.Política vieja, mafiosa, con personajes detestables…Para llegar a otro tipo de proyecto y de política tengo que liquidar a Duhalde. Para hacerlo tengo que presentarle batalla en su terreno y con sus métodos. Y hasta peores.» (pág.12)
F: «Tenés que romper con el peronismo…El peronismo es la antipolítica. Nada nuevo puede salir de ahí. Es un aparato. Nada más. Un aparato es una pura inercia. Se mueve por inercia. Se mueve por la guita. Por las ambiciones sin contenido de los corruptos, de los aventureros…» K: «Eso lo pensé mucho, José. ¿Cómo no lo voy a pensar? Pero no es fácil dejar de lado al peronismo. ¿Vos sabés el poder que tiene?» (págs.104/105)
Algunas profecías autocumplidas,¿no? a diferencia ahora sí de las de Carrió. Y no se trata de diálogos imaginarios como el que citas, probablemente del abuso del Prozac, según el lo admite.
Y para terminar, un mensaje para la platea, la platea de 6,7,8 y ámbitos comunicacionales similares solventados por la pauta publicitaria oficial y algunos desvíos de fondos de la jefatura, a los que José Pablo recuerda que:
«El cortesano es un burócrata servil del poder cuya misión es justificarlo. Siempre le dirá al Soberano (Soberana hoy)
que lo que hace está bien, ya que lo domina el pavor de la crítica y sus peligros: quedar fuera del círculo íntimo y sus privilegios, o jamás poder entrar en él. Estos personajes pululan en el poder. En la política. Son los grandes enemigos del pensamiento crítico.»
Bravo José Pablo. Con razón no estás entre los 33 del Instituto Dorrego.
Bueno, está visto que aún las pequeñas sectas como la que dirige Carrió tienen sus amanuenses y cortesanos.
Amanuenses y cortesanos solo existen en las Kortes.-
Hablando de amanuenses, ¡que problema con el síndrome de los vice!. Ya hay cortocircuito con el guitarrero. Que macana. ¿Llegará a asumir? Si el concheto tiene dignidad, no lo hará. Pero el problema pasa con el «Fondo», que no es el FMI.
Estimado, según su propia información Carrió no era fiscal de estado, sino asesora de la fiscalía.
Ya que tanto le gusta lo que escribe JP Feinmann, seguramente le interesará su opinión acerca de la gorda, aquí se la mando así no se molesta en buscar:
«Carrió, esa emisaria de Cristo, a quien Dios elige para hablar a través de su logos, puede decir eso. Pero también ha dicho muchas otras cosas. Dijo que a Kirchner lo único que le faltaba eran los campos de concentración para ser Hitler. No tomo en serio lo que dice esa mujer. Incluso dentro de la oposición no le tienen gran respeto. La Mesa de Enlace, la noche del triunfo, no la dejó subir al palco. Es piantavotos.»
Se solicita citar la fuente. En entrecomillados no goza de mucha seriedad en el mundo K.-
Por otro lado, sabemos que el hecho de que no haya subido al placo, no es por ser piantavotos, sino por un tema de resistencia de materiales.
Piantavotos, decía el General, eran los muchachos del revisionismo histórico, hoy historia oficial K.
Lo puede encontrar pej en el sitio: http://www.turiver.com/foros/politica-y-sociedad/66082-entrevista-a-j-p-feinmann.html
Aflojemos con la mitomanía.
Una cantidad de abogados integraron el Poder Judicial durante la dictadura: por ejemplo el actual Juez de la Corte, E. Zaffaroni, o el ex-Fiscal Strassera del Juicio a las Juntas, etc. ¿De qué delito de lesa humanidad se les puede endilgar?
Cuando la Agrupación HIJOS ante la cerrazón jurídica (leyes de OB y PF e indultos mediante) producía los escraches a los genocidas, Carrió incorporaba los tratados internacionales sobre derechos humanos a la Constitución Nacional. Es de su co-autoría la ley de nulidad de de las leyes de impunidad.
La memoria indica que los indultos a los genocidas -y a los jefes guerrilleros y otros- fueron confeccionados por integrantes del peronismo revolucionario (ex-montoneros) como resultado de su apoyo a la candidatura presidencial de Menem, sin ningún escrúpulo por la memoria de los compañeros muertos y desaparecidos ni de los que sobrevivieron a la cárcel y la tortura. No hay dirigencia (incluídos el ex-presidente y la presidenta) ni expresión política del peronismo que haya cuestionado esta felonía, donde la sangre derramada fue moneda de cambio. Tampoco los organismos de DDHH. Los indultos fueron el preludio de la restauración oligárquica neoliberal, el desguace del Estado, la entrega del patrimonio nacional y de la economía a los dictados de la usura internacional.
Cero autocrítica. Empezando nomás por los decretos de aniquilamiento de la subversión, y el pacto militar-PJ (antecedente de los indultos) denunciado por Alfonsín. Por esa falta de autocrítica, Pedraza, entreguista de los ferrocarriles nacionales, empresario y artífice de la tercerización laboral en ese medio de transporte, también puede (despues de 30 años) reinvindicar a los compañeros ferroviarios desaparecidos, y a la vez recibir subsidios del estado y la estima del gobierno, no obstante estar sindicado como principal responsable del asesinato de Mariano Ferreira.
En los primeros tiempos del menemato y las privatizaciones, camino hacia Las Palmas (Chaco) por un acto en defensa del Ingenio Las Palmas (empresa del estado nacional, hoy desaparecida), Ubaldini junto a un grupo de sindicalistas y militantes se detuvieron en la Cruz de Margarita Belén para rendir homenaje a los veintidos compañeros caídos.
1.
En tu primer párrafo olvidás algo muy importante.
Zaffaroni, Strassera, y otros seguían la carrera judicial.
A Carrió la nombró el PODER EJECUTIVO del Chaco, con la firma directa del general de turno.
2.
Lo que mencionás que hizo Carrió bien hecho estuvo, pero no tiene nada que ver con su violento giro a la derecha posterior, del que hasta ahora no ha vuelto.
3.
La frase ‘Tampoco los organismos de DD. HH.’ es tan, pero tan ajena a la realidad que ni se puede comentar.
1. a) En mi primer comentario anterior señalé que no era fiscal sino asesora. Todo nombramiento en el P. Ejecutivo es firmado por el titular de turno.
b) El interrogante, con los ejemplos de Zaffaroni y Strassera, no remite únicamente a estos. Es obvio que también es para Carrió. Pero si no quedó claro: acaso ¿podés acusarla de algún delito de lesa humanidad o de ser cómplice de la dictadura?
2. “violento giro a la derecha”: je, je. Qué dejamos para el Carlos y sus gobernadores (incluido Néstor K) que subió con la “revolución productiva y el salariazo” y entregó el ministerio de economía a Bunge y Born, bah entregó todo: los recursos estratégicos, las comunicaciones, SOMISA, YPF, el mar, el suelo y el subsuelo a la extranjería. Dicho esto a modo de breve muestrario, para no abundar.
3. “…que ni se puede comentar”: no se puede negar la realidad, aunque no la querramos ver, aunque nos resulte ajena. Un ejemplo de dignidad: G. Daleo rechazó el perdón. Es la excepción, claro, pero es parte de la realidad. Podríamos decir que “todos” repudiaron los indultos a los genocidas, pero ¿cuántos rechazaron “la reconciliación nacional”? Es lo que señalé, ni más ni menos: los indultos como moneda de cambio. Hay un artículo periodístico por ahí -que otras veces cité- que da cuenta de los responsables de la redacción de estos instrumentos (los indultos) y hasta un video de P. Unamuno haciéndose cargo de esta “reconciliación” (claudicación política), que por otra parte era pública en aquel entonces, parte de la realidad. Bajo el manto (de olvido) de la “reconciliación nacional” se instrumentaron las políticas de reparación, indemnizaciones a los ex-detenidos políticos, luego a los familiares de desaparecidos. Ahí tenemos a Hebe, polémica, claro, rechazando esto último. Hebe en soledad, símbolo del derrotero de los organismos de DDHH en los noventa. Al mismo tiempo que se cercenaban derechos laborales y se fragmentaba sindical y socialmente a los trabajadores, se imposibilitaba (“reconciliación nacional” mediante) el reclamo de justicia de los organismos de DDHH. ¿Estas políticas no habrían de afectar la lucha por los derechos humanos? Era el quiebre moral, no ya de una moral revolucionaria sino simplemente moral, como lo era el quiebre de la solidaridad: ese mismo sistema que producía las reparaciones, era el mismo sistema que destruía lo nacional, extendía el hambre, la pobreza y la desocupación. Es durante esa “larga noche” que la Justicia (y no el poder político) fallaría la nulidad de las leyes de OD y PF y entre otras cosas, Carrió le ponía firma a un proyecto de ley de “instituir el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo como símbolo argentino de la defensa de los derechos humanos”. Pérez Esquivel, autocrítico, promueve una acción basada en el concepto de defensa integral de los derechos humanos, no solo los avasallados por la dictadura sino también durante los gobiernos sucesivos en democracia. Tan válido hoy como también lo era durante el menemato.
Saludos
Una más:
Cuando los inventores del relato destituyente, (empezando por la presidenta, siguiendo con carta abierta, y el mismo Néstor K.) daban aliento a la SR, a “la derecha” a la “oligarquía vacuna”, eran propiciadores y víctimas de sus propios errores políticos (que todo manual de estrategia de liberación nacional indica no cometer), sufrían la derrota (no de un voto no positivo sino de un pueblo movilizado) y hasta discutían abandonar el gobierno, bueno, ahí (antes, durante y después) estaba Carrió con su prédica de respetar las instituciones democráticas y la continuidad del gobierno. Nada de convicciones como se puede apreciar.
Aquí en http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=19831&pagina=2 tiene una lectura bastante acertada de este extaño personaje que es la Dra. Carrió.
Hablando de extraños personajes. ¡Que tal el poeta!:
Una mujer de blanco en primavera
con el áureo fulgor de los pañuelos
nos colma de revanchas y de anhelos
Presidenta con a por vez primera.
Esa mujer de negro cuando afuera
se cubren de jacarandás los cielos
carga en su cuerpo nuestros propios duelos
para que coloreemos la bandera.
Le impugnan las certezas y la duda,
el sollozo, la risa, la memoria,
el cálculo de haber quedado viuda.
No saben, ciegos de infamante euforia,
que el luto profanado es el que escuda
al pueblo empecinado en su victoria.
Federico Penelas – 11/2011
Daio nos muestra que Feinmann critica aspectos del kirchnerismo. ¿Y? También aplaude con intensidad otras facetas.
(Con Feinmann, como con muchos otros autores, hay textos con los que acuerdo casi totalmente, y otros con los que tengo una profunda discrepancia. ¿O hay que hacer la correspondiente apelación a la autoridad?
En definitiva, el libro de Feinmann es una reflexión crítica sobre el poder político en clave de Feinmann (con demasiadas -excesivas- autorreferencias, con sus contrdicciones), donde incluye largos fragmentos de Las manos sucias, donde hay una crítica al Kirchner pragmático, por -según F- terminar recostándose en el aparato pejotista (crítica que terminó en distanciamiento, no en ruptura), donde hay una cálida y permanente reivindicación de la política de DDHH de K a lo largo de todo el libro, donde hay pasajes con críticas despiadadas a la oposición, como el ya citado sobre Aguinis y Carrió (probablemente, nos informa con lucidez Daio, producto del Prozac; coincidencia notable ¡¡casual!!: el documentado semanario independiente Noticias también recurrió al Prozac para descalificar en forma miserable a F).
Pero no puedo menos que referirme al aspecto bizarro que constituye la crítica de los fiscales de la patria, integrantes de la secta de derecha del 1,8%, que -contrato moral mediante- tiene como fundadora a una niña mimada del procesismo (procesismo, no progresismo) chaqueño, la misma que posteriormente -en democracia- se convirtió en denunciadora serial y, discursivamente, adalid de la moral republicana.
Sí, la misma que luego fue cofundadora de una alianza -ahora sí- progresista (más progresista que la antigua alianza, que comenzó siéndolo pero que dejó de serlo cuando ganó las elecciones).
La que -como integrante de esa alianza-más-progresista- denunció por “infame traición a la patria” a Patricia Bullrich (la del -13%).
Hasta que tuvo en cuenta esta alianza estaba formada por gente muy molesta que se tomaba en serio lo de centro-izquierda y lo de democracia interna (los Mario Cafiero, Melillo, Raimundi, etc, etc) y ante una situación enojosa como esa, ¿hay algo mejor que mutar? ¿Acaso el contrato moral invalida el cambio? ¿Acaso puede haber democracia interna en una secta? La sacerdotisa es la suprema elegida y sólo cabe acatar sus órdenes.
Al fin de cuentas, para blanquear plenamente la nueva etapa sólo había que acercarse a Olivera, a López Murphy (el otro -13%) y, si eso no funcionaba, verificar que la querida Patricia no era tan infame traidora, sino que se trataba de la mejor aliada, y figura necesaria para encauzar a la alianza-mas-progresista por el camino políticamente correcto, el de (al decir de otro periodista korrupto) la Coalición Cívica Libertadora. Que es el de la prístina derecha republicana y anticorrupta, esa derecha inclaudicable defensora de la libertad de expresión representada por el periodismo independiente, y con correlato en la línea histórica de nuestros próceres -mayo, caseros, revolución libertadora, ruta triunfal hacia la libertad- con ferviente rechazo a burdas alternativas historiográficas nazi-populistas.
Nueva alianza entonces, asentada en los pilares de nuestra Nación (los multimedios auténticamente independientes, defensores de la libertad de expresión -no confundir con los pasquines korruptamente oficialistas como Página 12, o la cadena de más de 250 multimedios dominada por el Grupo Baez con mensaje único en todo el país-, la iglesia apostólica romana, dignamente representada por el egregio cardenal Bergoglio (esperemos que haya encontrado un digno sucesor en Arancedo), y ¡el Campo!…, ese protagonista de épicas revolucionarias a través de la historia, como la del 2008 (aunque, por un lamentable malentendido, en esa oportunidad la sacerdotisa no pudo subir al palco del triunfo). El campo… ahora con una potente voz en la secta, la de un intachable defensor de la democracia y de los campesinos pobres, Llambías.
Todo esto hasta que ocurre la infame debacle electoral (pese a que Dios le había asegurado a la sacerdotisa un desempeño digno; ¿será la primera señal concreta de la venida del anticristo?). Entonces, Bullrich deja de ser la figura políticamente correcta, se le da la el correspondiente patadón (aunque no queda muy claro si se fue o la fueron) y se hace necesario iniciar la resistencia en la clandestinidad de Punta del Este. Hasta…
Esta sí es la política de “manos limpias”, que añora Feinmann, no la de “manos sucias” que lleva a cabo el korrupto populismo nazi-fascista que tiene como mentores ideológicos a Hitler y Ceaucescu.
Sólo una cosa. Lo de las drogas lo cuenta el mismo Feinmann en su libro, y no sólo una vez (pags.76 y sgts): Anafranil, Halopidol, Nozinan, Ampliacitil, Lexotanil, Valium y algunos más.
Por otro lado si la defensa del kirchnerismo lo haces pegándole a Carrió, resulte pobre, reiterativa y aburrida. A otra cosa.
1) Si Feinmann escribe bajo efectos de las drogas y eso lo hace desvariar, ¿cuál es es motivo para haber citado con tanto énfasis las críticas que hace a Kirchner? ¿O solamente escribe en ese estado cuando critica a la oposición? Si no lo hace desvariar, ¿a qué viene la mención?
2) Me preocuparía si lo que escribo es falso, no si es pobre, reiterativo y aburrido.
Saludos
el_eternauta:
Es de preocupar expresiones como éstas: «era la protegida de Facundo Serrano», «una niña mimada del procesismo (procesismo, no progresismo) chaqueño». Esas frases explican tu desconocimiento respecto de Carrió. Puesto que esas frases indicarían cierta relevancia, cierta visibilidad política de Carrió durante esos años, cosa que no es real. Si aún, consideraramos que tuviera algún compromiso, vínculo con el procesismo, ello se hubiese evidenciado en el «partido del proceso» que lideraba Ruiz Palacios, pero no. Incluso ese partido (Acción Chaqueña), como Bussi en Tucumán, también ganó en elecciones democráticas la gobernación del Chaco. Tampoco ahí ejerció funciones de gobierno. Ni era dirigente, ni militante radical, no ocupó cargos legislativos provinciales ni nada por el estilo. Es convocada como convencional constituyente no porque representara algo políticamente o fuera parte de un grupo político interno del radicalismo provincial. Es posible que por sus aptitudes profesionales, nada más. Nadie la tenía, nadie daba dos mangos. Es en la Convención constituyente donde su actuación sorprendería a propios y extraños. Imaginate que de acá a esta parte se ha ganado buenos y malos odios, de propios y extraños.
Saludos
Carrió fue nombrada asesora legal de la fiscalía de Estado a los 22 años, cuando hacía solamente dos meses que se había recibido, mediante un decreto de la gobernación que tuvo a ella por única destinataria, cuando era interventor el gral. Antonio Facundo Serrano (el mismo cumplía esa función desde 1976, año de la masacre de Margarita Belen). Su madre era subsecretaria de educación desde diciembre de 1978 y, según sostiene su biógrafa Marta Dillon, fue quien habría hablado con la fiscal de Estado, la doctora Castaño, para que incorpore a Lilita a su grupo de abogados.
El decreto del nombramiento, aplica la ley 2017 sancionada por el mismo Serrano en diciembre de 1976 (esta ley “evita” el llamado a concurso).
Transcribo los considerandos y la parte sustancial del Art. 1º del decreto:
Considerando: Que por la misma se propicia la designación de la Doctora ELISA MARIA AVELINA CARRIO, como abogada asesora de la Fiscalía de Estado; Que de acuerdo a lo determinado por el Artículo 7º) de la Ley 2017, in fine, el Régimen de Concursos será optativo para cubrir cargos que requieran título Profesional Universitario; Que contándose con cargos vacantes en el presupuesto, nada obsta para proceder al nombramiento;
EL GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DEL CHACO DECRETA:
Art. 1º: Desígnase a partir de la fecha del presente Decreto, a la Doctora ELISA MARIA AVELINA CARRIO, abogada, […] Asesor Legal..
Carrió afirmó haber aceptado esa tarea «porque necesitaba la obra social» (sic). “Reforzó” su argumento cuando sostuvo que “si no hubiera aceptado esa tarea en la justicia chaqueña hoy no estaría viva», debido a que en un accidente producido un día laborable murieron su novio y varios amigos.
Su carrera durante este período fue meteórica: tan solo un año después, en 1980, por resolución 522 del Superior Tribunal de Justicia, fue nombrada Secretaria de la Procuración del Superior Tribunal de Justicia de esa provincia, con nivel y jerarquía de Juez de Cámara.
En su CV omite pudorosamente su primera actividad (la que le proporcionó una obra social) y no indica el período en que desempeñó la segunda.
Es decir:
1) Inició su vida laboral durante la dictadura, desempeñando un cargo político privilegiado con solamente 22 años de edad y dos meses de egresada,
2) En tan solo un año (seamos precisos: un año, 6 meses y 14 días) desde su inicio laboral, fue nombrada en un cargo con nivel y jerarquía de Juez de Cámara.
Dicho de otro modo: fue una niña mimada del procesismo chaqueño, con la aquiescencia del Gral. Serrano.
Saludos.
Está muy bueno que hayas traído a M. Dillon al tema. Desde el principio expresé mi primer comentario de que aflojaran con la mitomanía. Una muestra es su reciente artículo en página 12 «el péndulo de Carrió», donde destila resentimiento. Llega al colmo de inventar la fábula de una predicción fallida de Parravicini. Ya no se mete solo con Carrió sino también que interpreta las sicografías de B.S. Parravicini. La inventó o la repitió de algún fabulador, lo mismo da, todo vale para construir una historia que se ajuste al propio relato.
La única referencia a Dillon (hija de una desaparecida; ¿vidas paralelas con Carrió?) es con respecto a quien la recomendó para su sacrificada actividad como asesora. En ningún momento mencioné ninguna profecía. Lo que interesa es la veracidad o no de los datos, cosa que no mencionas en tu respuesta.
(Digresión: la mención de Dillon a la profecía tiene un tinte claramente irónico).
Pero si se trata de hablar de predicciones, destilar resentimiento… no es necesario recurrir a Dillon:
http://www.youtube.com/watch?v=jUElrbbUvrQ&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=Tni824yC0x4&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=O9pfkmMn9cA
http://www.youtube.com/watch?v=ohJH3DtKeV4&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=VJ8vA-vwa_o
http://www.youtube.com/watch?v=hoJbp3_PBa8
Saludos
No niego los datos. Lo que niego es la ficción que se realiza a partir de esos datos, una novela bah.
No hay ningún testimonio de familiares de desaparecidos ni de ex-presos políticos sobre el caso Margarita Belén que haga mención a Carrió como cómplice de la dictadura. Al contrario hay documentación sobre gestiones de Carrió para la agilización de esa causa, en compañía de Verbistky, incluso en el proyecto de ley de anulación de las leyes de impunidad hay un reconocimiento de ésta a la labor del CELS.
En esas ironías, porque todo es una ironía sobre la actuación de una mujer que tiene en vilo a todo el mundo según su antojo, están los resentimientos de la izquierda peronista y de la que se te ocurra que quiere ubicar siempre a Carrió en el otro extremo para autocompadecerse y sentirse un tanto mejor. No estoy hablando de resentimientos en general, son resentimientos políticos.
Un ejemplo concreto es el perdón en nombre del Estado en el discurso de Kircner en la Esma, porque nadie había hecho nada hasta ese entonces. Ni un atisbo de reconocimiento, como decía cero autocrítica, ni por los decretos de aniquilamiento de la subversión, ni por el apoyo a la ley de auto-amnistía de la dictadura, ni por los indultos ni por el apoyo al menemismo continuador de los objetivos, políticos económicos y sociales de la dictadura. Es decir para Dillon y para otros como ella todo es negativo en Carrió, es mejor que no hubiera existido, es mejor que no exista, es mejor hacerla desaparecer, aunque sea desde la pluma.
Saludos
1) No dije que Carrió haya sido cómplice de la dictadura, sino que fue una niña mimada del procesismo chaqueño. A los 22 años, recién recibida, nombrada asesora de la fiscalía general; a los 23 años, secretaria con nivel y jerarquía de juez de cámara. ¿Acaso era ignorada por el procesismo (o sea, por la dictadura genocida)? Sería muy audaz afirmar que el trato recibido haya sido el que habitualmente se dispensaba, no digamos a los «subversivos», sino a los ciudadanos de «a pie».
Quien sí dijo en forma indirecta que fue cómplice de la dictadura fue su ex compañero Macaluse, en respuesta a uno de los habituales mensajes de amor y paz de Carrió, en ese caso dirigido a los integrantes del SI.
2) Hacer referencia a la defensa de los DDHH que pudo haber tenido Carrió en el 2000 (o a cualquier otra posición suya de esa época) como si fuese actual, suena cuanto menos bastante extraño. En el 2000 integró una alianza con posiciones de centro izquierda (de la cual fue cofundadora) con Alfredo Bravo, Mario Cafiero, Raimundi, entre otros. Luego fue apartándose de las propuestas iniciales de esa alianza hasta ubicarse en las antípodas de los planteos iniciales. Sería como decir que Menem es nacionalista porque en 1989 (antes de las elecciones) sostenía posiciones de ese tipo; o que Frondizi en 1959 era antiimperialista porque públicamente, hasta 1957, sostenía en lo discursivo esa ideología.
Saludos
el_eternauta:
Con los ejemplos del punto dos contradecís lo del punto uno.
Del mismo modo que no podemos tomar solamente al Menem pre-elecciones 1989 -“nacionalista”, según vos- ni al Frondizi “antiimperialista” (1957/59), tampoco podemos quedarnos solamente con la Carrió asesora del fiscal general / secretaria de la Justicia del Chaco en la época del proceso.
Tomar al último Perón y ligarla con su actuación previa a su gestión como Secretario de Trabajo y Previsión, nos llevaría a omitir el 17 de octubre, Evita, sus dos primeros gobiernos, el exilio, la actualización política y doctrinaria, etc. O tomar al R. Walsh antes de contactarse J. Troxler nos quitaría el Walsh de la CGT de los Argentinos, montonero, crítico y disidente, y el de la Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar.
Igualmente sobre el punto 1 omitís el contexto: La mayoría de los presos políticos en las cárceles del Chaco lo eran desde el gobierno de Isabel, y esto concuerda con la estrategia (militarista) equivocada de desplazarse de la periferia al centro (grandes ciudades). Ahí también está la dura experiencia de romper el cerco donde asesinan a Paco Urondo. En Margarita Belén mueren masacrados presos politicos que fueron sacados de cárceles de distintas provincias. Los ejemplos de Perón y Walsh no es por azar, pasa que a la Carrió de 22/23 años le exigís que hubiera actuado como ni Perón antes del ‘43 ni Walsh en el ‘55 lo hicieron.
En el punto 2, hasta ponés en duda los hechos que protagonizó Carrió en defensa de los derechos humanos decís: “que pudo haber tenido…”. No. Tratados internacionales incorporados a la Constitución, Ley de anulación de las leyes de impunidad, declaraciones en defensa de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Cuesta reconocer, como la Asignación Universal por Hijo, propuesta legislativa de 1997 y en los programas electorales en los partidos y coaliciones de entonces para acá.
Otra: lo de M. Dillon sobre Parravicini no es una ironía, tampoco es ignorancia.
Saludos
Ricardo F.:
El contexto es que, en los inicios de su vida laboral, ella se desempeñó como funcionaria privilegiada del procesismo, nombrada por un decreto firmado por el entonces interventor militar del Chaco, el mismo que ejercía esa función dos años antes, cuando la dictadura provocó la masacre de Margarita Belén. El contexto es que fue premiada en 1980 -por su excelente desempeño como asesora legal de la dictadura- con un cargo mucho más importante. El contexto es que las madres hacían sus rondas desde 1977. El contexto es que en 1979 estuvo en Argentina la CIDH y en 1980 nadie mínimamente informado -menos aún en un cargo como el desempeñado por Carrió- podía ignorar lo que sucedía en Argentina, salvo que quisiese hacerlo. Esto no tiene ninguna relación (directa o indirecta) ni con la repudiable política represiva llevada a cabo por el gobierno de Isabel (salvo que uno quiera apoyarse en el “argumento” de que la dictadura únicamente llevó a cabo las instrucciones de aniquilamiento a la “subversión”), ni con la estrategia militarista de la dirección montonera, ni con los desatinos de esta dirección.
Es cierto que no necesariamente, “pecados de juventud” marcan una línea política para toda la vida. De hecho, son muchos los que, en su tránsito de la juventud a la madurez, o ante situaciones críticas, mutan de una ideología política a otra opuesta, y su nueva militancia puede dignificar (o envilecer) su vida. Pero (y me refiero a la Carrió actual, no a la pre 2003), ¿qué decir si quien actuó de esa forma pretende autoerigirse en “fiscal moral” de la república -cubriendo con un manto muy piadoso su pasado de funcionaria procesista- caracterizando a un gobierno democrático, legitimado en las urnas -que hizo de la no represión a la protesta social una de sus banderas-, de émulo de Hitler, Stalin, Ceaucescu, Stroesner, etc., etc, además acusando virulentamente de “complicidad con esta dictadura” a quienes no siguen sus amables consejos, cuando -como señala Macaluse- ella calló (y además fue premiada, no precisamente con un “premio consuelo”) cuando en Argentina sí había una dictadura?
Como no acostumbro a negar hechos objetivos comprobables, para evitar confusiones sintácticas, aclaro que cuando escribo: Hacer referencia a la defensa de los DDHH que pudo haber tenido Carrió en el 2000 (o a cualquier otra posición suya de esa época) como si fuese actual, suena cuanto menos bastante extraño, lo hago en el sentido de decir: “la defensa de los DDHH que haya hecho Carrió en el 2000 (o cualquier otra posición suya de esa época) no tiene nada que ver con la Carrió actual.” Porque, si hablamos de Carrió, ¿a cuál nos referimos? ¿A la que estaba con Lo Vuolo y sostenía las retenciones o a la que está con Prat Gay y Llambías? ¿A la que hizo una alianza con Alfredo Bravo y Jorge Rivas, entre otros, o a la que hizo una alianza con Patricia Bullrich y Estenssoro? (Estenssoro, hasta poco antes, la segunda figura en el partido de Cavallo; Bullrich, en 2001 acusada penalmente por “infame traición a la patria” ¡por Carrió! y tres años después aliada privilegiada, hasta ayer, debacle electoral mediante) ¿La que proponía la anulación de la obediencia debida y el punto final, o la que en 2007 -previamente a las elecciones- sostenía que “hay que dejar de humillar a los militares”? (Tati Almeida, de Madres línea fundadora, dijo que «lo que declaró Carrió es lamentable, deplorable. Parece que esta señora no tiene memoria». «Ella es muy católica, pero ser cristiana no es olvidarse del horror que cometieron estos genocidas»). La que presentó un proyecto en contra de las AFJP en los 90, argumentando “En vista de los resultados que la reforma previsional había producido, desde el quiebre de la solidaridad intergeneracional hasta el desfinanciamiento de una política social, presentamos este proyecto de ley que proponía la vuelta al sistema estatal de verdadero reparto solidario, para volver al sistema de rerparto”, o la que acusó en 2008 a los que apoyaron la ley de reestatización de las AFJP de apoyar “el tren a Varsovia”? (¿Tan ocupada estuvo con su privilegiado trabajo durante la dictadura que no se enteró que en Argentina los “trenes a Varsovia” no existieron desde la recuperación de la democracia, sino en el período entre 1976 y 1983?).
En definitiva, si nos referimos a la Carrió dirigente política, ¿de cuál hablamos? ¿De la que se asumía como de centroizquierda en el 2000 o de la que hoy se muestra decididamente embanderada con la derecha más dura?
Saludos
el_eternauta:
Cuando me refería al contexto es respecto a que el terrorismo de estado estaba concentrado en las grandes ciudades. Guardando una lógica, mayor aparato represivo se dispuso donde mayor resistencia a la dictadura, por lo que cabe observar que hubo formas y métodos en la represión local (Chaco) menos extendidos que en las grandes urbes (exceptuando la masacre de Margarita Belén).
Puse los ejemplos de Walsh y Perón, por si alcanzaba. Pero no. Tendría que haber puesto nomás que le exigís a Carrió no haber sido «subversiva», Madre de Plaza de Mayo, Pérez Esquivel (no te olvides del Premio Nobel) o Walsh. No, no fue, nada de eso.
Entonces, por ese «pecado de juventud» -como decís vos- queda invalidada: no puede decir que un gobierno democrático es una dictadura, por ejemplo, cuando una cantidad de estudiosos se han expresado en tal sentido acorde a la observación de ciertas condiciones, situaciones y prácticas sucedidas en las democracias latinomericanas del siglo pasado para acá.
Finalmente tu texto va tomando el «color» de Dillon: extremar lo negativo, desmerecer lo positivo, ponerlo en duda. De quien nos estamos ocupando si ni siquiera merece que nos ocupemos de ella: el hechizo, el poder hinóptico de la pretidigitadora, y ahora que terminó el hechizo quien soy, adónde voy. Prevalece una línea de defensa del gobierno que hace todo bien y es atacado injustamente: nos dice «Hitler, Ceaucescu, Stalin, que los trenes de Varsovia» (la parodia en el discurso político) y nosotros qué tan buenos, que «víctimas del holocausto y de cuánta represión, y de la última dictadura también», qué por qué nos dicen eso, qué maldad. Entonces, es «procesista», «golpista», de «derecha» de lo peor.
¿Con cual quedarse? (Otro ejemplo, el de Raúl Alfonsín, ¿cuál? ¿el de los juicios a las juntas o el de las leyes de OD y PF?)
Considero que no corresponde simplificar, que hay que tomar el conjunto y el contexto. Que hay aciertos y errores, propios y ajenos. Había dado el ejemplo de que antes, durante y después del conflicto por la 125 ejerció una clara y contundente defensa de la institucionalidad democrática y continuidad de un gobierno que debatía abandonarlo todo. Es ahí donde se constatan las convicciones democráticas y todo el palabrerío de «Ceaucescu, Hitler y demás» es hojarasca. Hay otro mérito de Carrió, que es haber comprendido dialécticamente el conflicto, no sólo por haberlo anticipado, sino que ya en su desarrollo supo plantear su resolución convocando a la movilización. Y esos sucesos, más allá que los errores políticos del gobierno contribuyeron en gran medida a su derrota, tuvo una gran repercusión en la vida política, de donde todos pudieron extraer un aprendizaje: hay quienes más y quienes menos.
Saludos
Ricardo:
Con esta intervención cierro el debate, en lo que a mí respecta; creo que tanto tu posición como la mía quedaron claras.
Este intercambio -que terminó circunscripto a nosotros dos- se inició cuando cuestionaste dos expresiones mías referidas a Carrió: ”protegida de Serrano” y “mimada del procesismo”.
Los datos son más que elocuentes para permitirme reafirmar mi opinión sobre esa etapa de la vida laboral de Carrió, y no me voy a extender más sobre este tema, que ya desarrollé en comentarios anteriores.
Demás está decir que difiero con lo planteado por vos en tu último comentario. Comento algunos párrafos:
Cuando me refería al contexto es respecto a que el terrorismo de estado estaba concentrado en las grandes ciudades. Guardando una lógica, mayor aparato represivo se dispuso donde mayor resistencia a la dictadura, por lo que cabe observar que hubo formas y métodos en la represión local (Chaco) menos extendidos que en las grandes urbes (exceptuando la masacre de Margarita Belén).
Si los métodos de represión local no fueron tan extendidos (aunque sí existieron, y también existieron desaparecidos), ¿La dictadura era más legal en el Chaco? ¿Eso daba legitimidad a la actividad de Carrió?
Puse los ejemplos de Walsh y Perón, por si alcanzaba. Pero no. Tendría que haber puesto nomás que le exigís a Carrió no haber sido «subversiva», Madre de Plaza de Mayo, Pérez Esquivel (no te olvides del Premio Nobel) o Walsh. No, no fue, nada de eso.
Entre quienes colaboraban activamente con la dictadura y la heroicidad de las madres, Walsh, Perez Esquivel y tantos otros, hubo una infinita gama de posibilidades que asumieron muchos miles, entre ellos los que, con una cuota muy modesta y nada heroica de dignidad (pero una cuota de dignidad, al fin), en su cotidianeidad no respaldaron a los genocidas.
Dos veces nombraste a Walsh, la primera como ejemplo de cambio ideológico. Walsh, como muchos intelectuales de su época, en principio (1955) sintió simpatía por el golpe de la Libertadora -su adhesión no pasó de eso- actitud que modificó radicalmente a partir de su brillante investigación sobre la “operación masacre”; posteriormente, la influencia de la revolución cubana y el enrarecimiento de la situación argentina y latinoamericana lo fueron llevando a actitudes cada vez más comprometidas (investigaciones varias, Prensa Latina, CGT de los argentinos, militancia en las FAP…), que culminaron con su ingreso a Montoneros (motivado fundamentalmente por la militancia de Vicky, su hija), aunque sin perder en ningún momento su visión crítica.
(Vicky: “La forma en que ingresó a Montoneros no la conozco en detalle. A los 22 años, edad de su posible ingreso, se distinguía por decisiones firmes y claras. Por esa época comenzó a trabajar en diario «La Opinión» y en un tiempo muy breve se convirtió en periodista. El periodismo en sí no le interesaba. Sus compañeros la eligieron delegada sindical. Como tal debió enfrentar en un conflicto difícil al director del diario, Jacobo Timerman, a quien despreciaba profundamente. El conflicto se perdió y cuando Timerman empezó a denunciar como guerrilleros a sus propios periodistas, ella pidió licencia y no volvió más. Fue a militar a una villa miseria. Era su primer contacto con la pobreza extrema en cuyo nombre combatía. Salió de esa experiencia convertida a un ascetismo que impresionaba. De la carta de Walsh a sus amigos.)
Entonces, por ese «pecado de juventud» -como decís vos- queda invalidada: no puede decir que un gobierno democrático es una dictadura, por ejemplo, cuando una cantidad de estudiosos se han expresado en tal sentido acorde a la observación de ciertas condiciones, situaciones y prácticas sucedidas en las democracias latinomericanas del siglo pasado para acá.
En el mundo del revés todo es posible. Una ex funcionaria privilegiada de una dictadura genocida acusa de “dictadura” a un gobierno democrático, y, con mucha coherencia, pide que “se deje de humillar a los militares”, envía cartas a embajadas extranjeras, funge de vocera de oligopolios… (eso, ahora, con 50 años o más, no cuando tenía 22 y pudo ser víctima de “extravíos juveniles”).
(continúa)
Finalmente tu texto va tomando el «color» de Dillon: extremar lo negativo, desmerecer lo positivo, ponerlo en duda. De quien nos estamos ocupando si ni siquiera merece que nos ocupemos de ella: el hechizo, el poder hinóptico de la pretidigitadora, y ahora que terminó el hechizo quien soy, adónde voy. Prevalece una línea de defensa del gobierno que hace todo bien y es atacado injustamente: nos dice «Hitler, Ceaucescu, Stalin, que los trenes de Varsovia» (la parodia en el discurso político) y nosotros qué tan buenos, que «víctimas del holocausto y de cuánta represión, y de la última dictadura también», qué por qué nos dicen eso, qué maldad. Entonces, es «procesista», «golpista», de «derecha» de lo peor.
Realmente, “de quién nos estamos ocupando si ni siquiera merece que nos ocupemos de ella”, ya que fue ella misma quien, después de haber desempeñado un rol significativo en la década del 90 eligió -con sus delirios mesiánicos, con su profetismo escatológico, con su violento viraje a la derecha- sumergirse en la insignificancia política, castigada, no por la “dictadura” que nos gobierna, sino por el pueblo en ejercicio de sus derechos democráticos, que la ignoró, no “votando en contra de ella”, como supuso con su habitual mesianismo, sino, simplemente, votando a otros.
¿Con cual quedarse? (Otro ejemplo, el de Raúl Alfonsín, ¿cuál? ¿el de los juicios a las juntas o el de las leyes de OD y PF?)
No tengo ninguna duda en aprobar la actitud de Alfonsín al encarar el juicio a las Juntas (al margen de mi discrepancia con la “teoría de los dos demonios”), como en considerar muy críticamente gran parte de su desempeño, no solamente en las leyes de PF y OD, sino en el manejo de varias otras cuestiones que colaboraron para terminar su mandato en forma abrupta (proyecto Mussi para el ámbito laboral, Jaunarena ministro de Defensa, plan austral, plan primavera…). (Comentario al margen: por otra parte, Alfonsín, en el último tiempo, no fue muy condescendiente al referirse a Carrió. http://www.youtube.com/watch?v=jufUcejPCMI )
Siempre la realidad es mucho más compleja que las interpretaciones que hacemos de ella, pero también siempre (y no solo en este caso) abstraemos, recortamos, jerarquizamos. Y para el análisis político (ya que de eso se trata), la cronología ayuda. Lugones era socialista en los comienzos del siglo 20 y fascista militante -al punto de ser uno de sus ideólogos- durante el golpe del 30. ¿Su socialismo previo “mitiga”, ennoblece su fascismo? Si el recorrido ideológico hubiese sido el inverso, ¿tenía el mismo significado?
Si era sincero en 1900 cuando se proclamaba socialista, o se trataba de una actitud hipócrita (y lo mismo vale preguntar cuando se manifestaba fascista), lo considero totalmente irrelevante a nivel político, en donde lo que creo significativas son las acciones y no las segundas intenciones.
Dejemos de lado la primera etapa de Carrió; supongamos que pueda haber sido producto de un error juvenil (y sí, vos estás seguro que fue así, y yo tengo mis serias dudas de eso). En los 90 se identificaba con actitudes de centroizquierda, y en la actualidad -por sus declaraciones, alianzas, actividades- aparece claramente embanderada con la derecha. Repito mi pregunta: ¿a cuál apoyás? ¿A la Carrió de los 90 o a la actual? Porque, por muy ecléctico que seas, no podés apoyar a las dos. Y no se trata de virajes circunstanciales por concesiones, que todos los políticos, les guste o no, deben hacer a lo largo de sus vidas. Son dos personas ideológicamente opuestas. Ya que hablaste de dialéctica, la Carrió actual es la negación de la anterior. Y no se trata de un personaje histórico, donde sí puede abstraerse más fácilmente de lo cronológico para tomar conceptualmente la parte que interese de su ideología (así, hay quienes reivindican al Marx de los Grundisse contraponiéndolo al Marx posterior), sino de una persona viva que sigue produciendo hechos políticos. El problema cronológico con que te encontrás, es que si pretendés apoyar a la anterior, esa -en tanto persona viva- ya no existe. La que hay es la actual, con la que, en lo central podés o no estar de acuerdo. (Yo, con la actual, no lo estoy para nada; no hablo de coincidencias o discrepancias circunstanciales; todos los que nos identificamos con algún proyecto político tenemos permanentemente discrepancias o acuerdos ante las distintas medidas -y a veces coincidimos con alguna propuesta de un sector opositor-; lo que interesa es saber ver de qué tipo de bosque se trata, aunque en el mismo haya algunas malezas y árboles que no nos gustan).
(Carrió) Había dado el ejemplo de que antes, durante y después del conflicto por la 125 ejerció una clara y contundente defensa de la institucionalidad democrática y continuidad de un gobierno que debatía abandonarlo todo. Es ahí donde se constatan las convicciones democráticas y todo el palabrerío de «Ceaucescu, Hitler y demás» es hojarasca. Hay otro mérito de Carrió, que es haber comprendido dialécticamente el conflicto, no sólo por haberlo anticipado, sino que ya en su desarrollo supo plantear su resolución convocando a la movilización.
Ninguno de los protagonistas de la “gesta patriótica” contra la 125 dijo querer derrocar al gobierno (lo más cercano fue el diálogo sostenido tiempo después por Grondona y Biolcatti), pero lo que importan son los hechos: Un lockout patronal de 129 días provocado por golpistas históricos (en el que los patrones no hacían parar sus empresas, sino que obligaban a parar a otros), con cortes de ruta, desabastecimiento, destrucción de alimentos, agresiones físicas a quienes intentaban eludir los cortes, etc., etc. encuadraban claramente dentro de lo que en la actualidad se definen como “golpes blandos” ( http://revista-zoom.com.ar/articulo2465.html ).
Ese, más allá de errores iniciales del gobierno -sobre todo comunicacionales- era el eje para posicionarse, no el de declaraciones de varios dirigentes políticos sobre la continuidad del gobierno (casi siempre con la intención explícita de que éste aceptara todas las imposiciones del “campo”).
Ese punto nodal implicaba una clara divisoria de aguas. Jorge Rivas, cuando le preguntaron por qué apoyaba al kirchnerismo lo dijo muy claramente: por sus enemigos. Esos enemigos que -acá y en otros países- recurrieron, ahora e históricamente, al recurso del lockout para derrocar o torcer el rumbo de gobiernos constitucionales no totalmente afines. Así, se registraron medidas patronales en Chile (1972), Argentina (1975), Argentina (1989, con un golpe de mercado) Venezuela (2002), Bolivia (2006)…
Saludos
el_eternauta:
Párrafo de una artículo periodístico reciente:
«Una fuerza que en la historia reciente logró reactivar los juicios por crímenes de lesa humanidad, pero que en los ’70, antes del golpe, administraba la provincia y toleraba sin problemas que a media cuadra de la Casa de Gobierno la Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco torturara y vejara a presos políticos.»
texto completo:
http://diarionorte.com/noticia.php?numero=76083
Saludos