En algunos lugares, vuelve a hablarse del uso de reservas para pagar deuda. En la entrada anterior ya hicimos algunas consideraciones sobre eso.
Dar una discusión por ese tema específico, sin embargo, es algo engañoso.
¿Por qué?
Bueno, porque en realidad la deuda externa siempre se paga con reservas.
Directa o indirectamente.
Salvo que para pagarla se tome un crédito nuevo. Externo.
De cualquier otro modo, pagás con reservas. Porque agarrás dólares que están dentro del país, y los mandás afuera del país. Y ese egreso de divisas afecta al nivel de reservas.
Supongamos que el Estado decide cancelar sus vencimientos de deuda (de acreedores externos) sin recurrir a nuevo endeudamiento externo, sino con recursos genuinamente obtenidos en el mercado interno.
Tiene dos opciones:
– ahorrar pesos de recaudación para después adquirir los dólares que destinará a pagar,
-o tomar prestados los pesos, lo cual constituye una especie de canje de deuda. Cancelás deuda en divisas, pero tomás deuda en moneda local. De algún modo, es una forma (más liviana, pero importante) de desendeudamiento.
El Fondo de desendeudamiento empleado por el Tesoro, con variantes, en los últimos dos años, es un modo particular de adoptar la segunda de las opciones.
El Tesoro le da una Letra intransferible al Banco Central (o sea, toma una deuda) y se hace directamente de los dólares que el Central tiene atesorados, para cancelar vencimientos.
Cambia deuda externa por deuda interna. Intra-estatal.[1].
De manera tal que la decisión tiene que ver con el «lado del cual te esté apretando más el zapato».
Si contás con «reservas excedentes» importantes, podés arriesgar a «pagar con reservas». Sobre todo, si considerás prioritario bajar el peso de la deuda externa.
Pero si la deuda externa no te resulta tan pesada, y en cambio corrés riesgo de exponerte a corridas hacia el dólar, sólo atenuables con intervención fuerte del BCRA, vas a preferir mantener engrosadas las reservas del BCRA tomando nueva deuda externa.
En este marco, el proceso de acumulación de reservas llevado a cabo por el BCRA, a partir de 2003, adquiere un color distinto.
Sumadas al cálculo de «reservas excedentes» en función de la relación entre éstas y los agregados monetarios (que es un resabio -útil- de la convertibilidad, hay que decirlo), y el alineamiento entre las políticas económicas del poder ejecutivo y las acciones del Banco Central, esas reservas acumuladas adquirieron muchas funcionalidades de lo que se conoce como «fondo anticíclico».
[1] Corre por cuenta del Banco Central realizar los ajustes monetarios de la operación.