“A partir de esta crisis todo lo que conocemos cambiará como tal”, es el lema pronunciado por todos los gurues económicos aunque sólo señalan con seguridad que se tomarán mayores controles en los mercados durante el futuro.
Esta idea primero genera desconfianza debido a que los que comandan la crisis son los mismos que la iniciaron. El presidente norteamericano, George Bush, el secretario de Tesoro, Henry Paulson, y el titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, son parte de estos nombres.
Además si se le agrega que Paulson, un ex ejecutivo de una de las inversoras involucradas en la crisis, es quién dirige los esfuerzos para salvar la principal economía mundial la cosa no parece que se modificará mucho, incluso en el tema de los controles.
Es que, aún con un nuevo primer mandatario norteamericano que asuma el próximo año, la premisa de que el sistema se modificará no es posible por los lazos que mantienen ambos candidatos con las empresas a través de los fondos de campaña. Además, ningún presidente estadounidense puede gobernar y hacer lo que quiere sin un mínimo de consenso con estos grupos culpables de la crisis.
Por otro lado, este acuerdo no será posible si se cambia por completo un mercado que les permite a las corporaciones jugar con el precio de todas las materias primas del mundo, como los alimentos, el oro y el petróleo, para ganar dinero.
Si por problemas menores o similares sólo han permitido tomar medidas a los Gobiernos que a lo largo de la historia sólo beneficiaron a ellos dentro de un sistema que quizás cambie de cara pero no de modales.
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la primera frase parece una coartada. En realidad, no saben para donde correr. Todo lo que pregonaban como receta o solución los hunde más.