Cuarta y última parte de la larga entrevista que La Paco Urondo realizó a la intelectual Beatriz Sarlo. En este último tramo, Sarlo reflexiona sobre sus relaciones con los medios Página 12 y con La Nación, el estado del debate en la Argentina y José Pablo Feinmann.
Beatriz Sarlo: Como comprenderás, el periodismo militante en este momento no es el que mejor me cae. Simplemente mantuve la entrevista porque había sido tomada. No soy una persona de negarme a una entrevista periodística porque se que no están en mi campo.
APU: También habría que pensar si 678 es periodismo militante… BS: No, yo estoy diciendo que ustedes son periodismo militante. No podía negar una entrevista de periodismo militante porque en este momento yo sea el blancode todo el mundo. Eso se los dejo a los kirchneristas que hay que ver si se sentarían con la equivalente revista o portal radical o el portal del carriosismo, quiero verlo eso. Creo fervientemente en la libertad de prensa. Y la libertad de prensa incluye mis propios riesgos porque si no uno no cree en la libertad de prensa. Si uno dice “la libertad de prensa” pero se queda mosca… La libertad de prensa incluye mis propios riesgos con la prensa.
APU: ¿Cuál es el riesgo?
BS: Riesgo es la manipulación de lo que uno dice. No está asegurado porque no hayun acuerdo sobre qué cosas pueden hacerse y qué no.
APU: A propósito de eso y también vinculado con los medios y la condición no neutral de los medios masivos, usted se reconoce y ha tenido una militancia de izquierda o progresista, no sé cuál es la palabra exactamente que usted utiliza, usted tiene una historia de militancia que mencionaba en el inicio de la entrevista, y sin embargo es tomada por medios con un perfil mucho más conservador y es tomada como la referente del pensamiento no kirchnerista. ¿Usted ve esa tensión? ¿Cómo la vive?
BS: A ver…Cuando se funda Página 12, reconozco que ahí vi algo nuevo en la prensa. Durante muchos años escribí bastante en Página 12, es más, mi nota criticando a Kirchner por el acto de la ESMA salió en Página 12. Después algo pasó en la conversión de Página 12 en un boletín oficial, por el cual fui atacada con mentiras. Se dijo que lo había llevado a Soriano a la Facultad de Filosofía y Letras para que los alumnos se rieran de él. En primer lugar, nunca lo había llevado a Soriano a la Facultad, en segundo lugar la Facultad no es un lugar donde se rían de Soriando porque todos los alumnos han leído Bourdieu. Entonces, para que los alumnos se rían de él porque no había llegado a 6to grado, en Filo todo el mundo sabe que un escritor así es una nueva versión de Roberto Arlt y tiene más bien todas a favor. Pero yo no lo había llevado. Me basurean durante quince días en Radar (suplemento cultural de Página), repitiendo esa mentira. Simplemente la desmiento hasta que finalmente una periodista de Clarín en ese momento manda una carta diciendo que ella había estado presente el día que fue Soriano a Filosofía y Letras y que por supuesto no era en mi cátedra ni estaba yo presente ni nadie de mi cátedra y que por supuesto los alumnos no se habían burlado de Soriano sino muy por el contrario. Página 12 ni pide disculpas, ni llama por teléfono para decir “lo sentimos”. Bueno, tema terminado. Lo que es peor es que un año y medio después vuelven a publicar lo mismo, el mismo director de Radar vuelve a aceptar el artículo donde dicen eso. Convengamos que Página 12 para mí es un medio absolutamente imposible. Yo ya ni escribía ahí. Que hagan su vida. Necesitan esto, una mezcla de escritores resentidos y políticos que me odian, necesitan eso, que hagan su vida. No me importa, ya ni contesté. Ya ese diario es imposible para mí, un diario que sigo leyendo sobre papel y algunos de cuyos columnistas respeto. Por tanto escribo en los diarios que me permiten decir lo que quiero. Hace dos años, mandé a La Nación una nota sobre Kraft Foods y el clasismo, se acuerdan cuando estaban los cortes en la Panamericana. Dije “esta nota La Nación no la va a sacar”. Y La Nación la sacó. Podría no haberla sacado. No hubiera sentido un acto de censura que La Nación no sacara la nota, para nada; hubiera dicho que, como todo medio periodístico, eligen los materiales que quieren publicar. Tampoco era una nota tan excelente como para decir “su calidad hace que deba ser publicada desde Le Monde hasta Le Nouvel Observateur, The Guardian y Die Zeit”. Tampoco. Entonces, escribo en los lugares donde me permiten escribir lo que quiero. Si ustedes leen La Nación, ustedes verán que mis posiciones no son en general las de los columnistas de La Nación. Son posiciones relativamente divergentes. No distintas. Divergentes en una serie de cosas. La Nación publica mis notas, punto. no tengo otro medio. Como Clarín publicó mis crónicas durante más de cinco años en Viva, donde fui criticada por otra cosa, porque los intelectuales no debíamos escribir en Viva. En realidad, haga lo que haga voy a ser criticada. Cuando empecé en Viva la crítica fue feroz porque los intelectuales no debíamos escribir en Viva. Todavía no era el asunto Magnetto porque aún no estaba en el horizonte en el 2003. Magnetto no estaba en el horizonte de los kirchneristas que recién emergían. Pero fue feroz la crítica porque escribía crónicas los domingos en revista Viva. Que jamás me tocó una coma. Yo revisaba mis artículos a fondo porque sabía que iban de mi computadora ala revista. Entonces, escribo donde me dan un lugar. Por supuesto hay cuestiones en las que pongo límites. No voy a programas de gente de ultraderecha, que no sepa que fue lo que pasó el 24 de marzo. Hoy está Chiche Gelblung en su portal diciéndome “Conmigo no, Sarlo”. Me invita a su programa y no voy, punto. Pero por escrito, que para mi es lo fundamental, yo escribo donde me den un lugar. Donde por supuesto las posiciones del diario no sean negacionistas para decirlo rápidamente.
APU: Con respecto a los artículos suyos de La Nación, pareciera, que a partir de la muerte de NK cambia su posición o pareciera que hay una pretensión de complejizar mucho más el fenómeno cultural del kirchnerismo. ¿Es así?
BS: Y he sido criticada por Tomás Abraham, por ejemplo, por Quintín en su blog, largamente. Y bueno, son críticas que he optado por no contestar, podría contestar mañana porque son críticas que se pueden contestar, pero he sido criticada, es decir, se ha dicho que he tenido una conversión al kirchnerismo después de mi nota el día que Kirchner murió, se ha dicho eso también. ¿Qué puedo hacer? Entre que Magnetto me ordena lo que puedo escribir (Magnetto, una persona que desconozco) y que me he convertido al kirchnerismo, cuál es mi salida. Me tengo que mantener escribiendo lo que pienso. Equivocadamente o no. Pero de buena fe.
APU: Ves eso, que hay un achicamiento muy fuerte en los debates, que es muy difícil debatir en la Argentina porque está definido esto del kirchnerismo – anti kirchnerismo.
BS: La verdad es que no tengo ese sentimiento. Lo que sucede es que al periodismo le encantaría que los intelectuales se engancharan en todos los debates. Porque con eso se calienta un poco la pantalla o se calienta un poco la página. Los intelectuales tienen otra lógica en la cual también están pensando cosas. Estos libros no están acá de casualidad. Son todos sobre la imagen, yo estoy pensando cuestiones de imagen. Y quisiera reservar algunas horas para pensar temas que son en realidad los que me interesanmuy profundamente, aunque un cierto deber de participación me haga pensar en otros. Entonces lo intelectuales no tienen el deber de engancharse en todos los debates. A veces consideran que el debate es importante y que tienen que hacerlo y otras veces lo dejan pasar. También hay una idealización en el periodismo de que antes se debatía muchísimo y ahora no. Creo que se debate más o menos lo mismo. No es que hay un pasado glorioso, soy muy poco nostálgica así que a lo mejor estoy injuriando al pasado. Creo que sí, se debate por escrito. Siempre para el periodismo resulta poco ese debate. Pero hay que considerar también la lógica del campo intelectual, que tiene algunos proyectos que están menos vinculados al día a día de la política. Publiqué un libro que me gusta mucho más que cualquier otro, hace dos años, que es “La ciudad vista” que tiene que ver con todos mis recorridos por Buenos Aires, los lugares más pobres, ver cómo es eso, yo sé que no es un libro de gran impacto pero ese es un libro con el cual me identifico fuertemente. no es un libro que va a disparar la boletería en ninguna parte.Esos también son proyectos que tienen los intelectuales que no siempre están machacando sobre el presente. El presente nos ha tomado mucho la cabeza. Pero no siento que antes había una cantidad floreciente de debates y ahora no los hay. Más bien siento que hay un enorme reclamo de que la gente debata. Y uno dice voy a debatir cuando elijo debatir. Tomás Abraham escribe una nota en contra de mis posiciones y yo digo, bueno, quizás él cambie de opinión o quizás yo cambie de opinión, valdrá la pena cruzarse hoy, a lo mejor mañana nuestras opiniones están más cerca que hoy. También eso me puede pasar con Horacio, o con Forster. No tengo la sensación de un déficit.
APU: No en términos de cantidad sino de calidad, de que es difícil plantear una serie de posiciones porque pueden ser rotuladas como kirchneristas o anti kirchneristas. Esa discusión desmerece o le quita complejidad a las discusiones.
BS: Eso es porque algunas cuestiones están muy calientes. 678 no es un lugar de debate, en algún punto. Pero entre otros intelectuales quizás las cosas estén un poco calientes, no hay que olvidar que faltan seis meses para las elecciones, todo el mundo está medio con los pelos de punta, entonces hacer unos reconocimientos en algunos sectores caen mal y en otros sectores caen bien. Hace un mes, cuando empezaban a caerse los candidatos como muñecos yo dije, bueno, Carrió dijo que los candidatos se iban a caer como muñecos lo cual muestra que es una buena analista política. Eso despertó la ira. Pero es cierto que había dicho que iban a caer todos como muñecos.
APU: Vos sabías también que esa reflexión iba a generar un revuelo. Hay un espíritu polemista.
BS: Hay un espíritu de verdad también. El día que Cristina presente su candidatura voy a decir Carrió se equivocó en que Cristina no iba a ser candidata. Hay un espíritu de reconocimiento, también, por qué no. En el libro, a Alberto Fernández le hago una serie de reconocimientos porque creo que era un tipo muy interesante dentro de ese abanico. Y cuyo destino quedó marcado dentro del conflicto de la 125. También hay un espíritu de verdad, no es que una sea una provocadora profesional. Verdaderamente ni gano ni pierdo en hacerle un reconocimiento a Alberto Fernández. Pero quien inventó la relación de Kirchner con los medios que fue muy exitosa en un punto con los periodistas elite, fue Fernández. También puede sonar provocador cuando digo que piense Cristina Kirchner si no le conviene un gremialista de vicepresidente. Puede sonar una provocación eso, pero yo no lo inventé a Moyano, lo inventó Kirchner a Moyano. Entonces cuando uno mira así algo fríamente y en una tradición peronista, que es la tradición que algunos cercanos al peronismo, como puede ser Torcuato Di Tella que ahora lo atacan sin haberlo leído, que siempre pensó que el peronismo debía convertirse en un partido laborista. Reflexionemos. No con Moyano pero reflexionemos qué e lo que pasa ahí. No es para mi, es para eso que siempre dijo es la columna vertebral. Entonces no es espíritu de provocación. Por qué no paramos la pelota diez minutos y pensamos algo. Aunque el pensamiento esté equivocado, es mejor pensar algo articuladamente que no pensar. Cuando vi que lo escarchaban a Torcuato me quedé extrañada. Siempre fue alguien entendedor del kirchnerismo, no por nada fue el primer secretario de Cultura de este Gobierno. Otra cuestión a pensar que nadie se plantea y que no es una provocación, los países que tienen grandes sistemas de salud, grandes sistemas de seguridad social, no los tienen en manos de sus sindicatos. Los sindicatos sirven para negociar contratos de trabajo, para negociar salarios, para controlar a las empresas, analizar sus balances, pero no son dueños de hoteles ni de hospitales. Esta es una cuestión a debatir. Francia tiene un sistema de salud que es considerado de los buenos que atiende desde los profesores universitarios hasta los obreros. Es un sistema nacional de salud. Los inmigrantes llegaban, no había sindicalismo, armaban sus mutuales, había un Hospital Español, un Hospital Italiano, en caso de que uno de ellos se enfermara con la mutual se arreglaban. Ahora después se convirtió en la política argentina que parece que hubiera nacido de los designios mismos de la naturaleza de las cosas, pero hay otros países que no. Y son países que tienen muy buena seguridad social para sus obreros, para sus capas medias, para sus capas medias altas. Entonces ese sindicalismo por qué no puede ser discutido. Yo no lo apoyé a Moyano. Los Kirchner estuvieron apoyados en Moyano, no yo.
APU: Una última pregunta. Después de la muerte de Kirchner, Feinmann después de leer su artículo dice algo así como “si es una mano tendidayo le ofrezco la mía”. ¿Qué reflexión le despertó?
BS: Cero. Que deje de decir que tengo que leer sus libros, que deje de decir que no sé qué de Soriano… Cero, me despertó cero la reflexión. Si mi pecado en el mundo ha sido que no he hablado sobre sus novelas ni haber escrito sobre ellas, la verdad, no puedo remediar ese pecado. Debe ser mi pecado original. Cero. Lo conozco mucho a José Pablo, pero hoy, cero. Otras manos nunca me fueron negadas. Con todo lo que admiro a la gente desde Unidos hasta hoy, mucha gente de Carta Abierta. Tampoco me tenía que escribir que las tenía tendidas porque nunca me fueron negadas.(Agencia Paco Urondo)
Beatriz Sarlo: Como comprenderás, el periodismo militante en este momento no es el que mejor me cae. Simplemente mantuve la entrevista porque había sido tomada. No soy una persona de negarme a una entrevista periodística porque se que no están en mi campo.
APU: También habría que pensar si 678 es periodismo militante… BS: No, yo estoy diciendo que ustedes son periodismo militante. No podía negar una entrevista de periodismo militante porque en este momento yo sea el blancode todo el mundo. Eso se los dejo a los kirchneristas que hay que ver si se sentarían con la equivalente revista o portal radical o el portal del carriosismo, quiero verlo eso. Creo fervientemente en la libertad de prensa. Y la libertad de prensa incluye mis propios riesgos porque si no uno no cree en la libertad de prensa. Si uno dice “la libertad de prensa” pero se queda mosca… La libertad de prensa incluye mis propios riesgos con la prensa.
APU: ¿Cuál es el riesgo?
BS: Riesgo es la manipulación de lo que uno dice. No está asegurado porque no hayun acuerdo sobre qué cosas pueden hacerse y qué no.
APU: A propósito de eso y también vinculado con los medios y la condición no neutral de los medios masivos, usted se reconoce y ha tenido una militancia de izquierda o progresista, no sé cuál es la palabra exactamente que usted utiliza, usted tiene una historia de militancia que mencionaba en el inicio de la entrevista, y sin embargo es tomada por medios con un perfil mucho más conservador y es tomada como la referente del pensamiento no kirchnerista. ¿Usted ve esa tensión? ¿Cómo la vive?
BS: A ver…Cuando se funda Página 12, reconozco que ahí vi algo nuevo en la prensa. Durante muchos años escribí bastante en Página 12, es más, mi nota criticando a Kirchner por el acto de la ESMA salió en Página 12. Después algo pasó en la conversión de Página 12 en un boletín oficial, por el cual fui atacada con mentiras. Se dijo que lo había llevado a Soriano a la Facultad de Filosofía y Letras para que los alumnos se rieran de él. En primer lugar, nunca lo había llevado a Soriano a la Facultad, en segundo lugar la Facultad no es un lugar donde se rían de Soriando porque todos los alumnos han leído Bourdieu. Entonces, para que los alumnos se rían de él porque no había llegado a 6to grado, en Filo todo el mundo sabe que un escritor así es una nueva versión de Roberto Arlt y tiene más bien todas a favor. Pero yo no lo había llevado. Me basurean durante quince días en Radar (suplemento cultural de Página), repitiendo esa mentira. Simplemente la desmiento hasta que finalmente una periodista de Clarín en ese momento manda una carta diciendo que ella había estado presente el día que fue Soriano a Filosofía y Letras y que por supuesto no era en mi cátedra ni estaba yo presente ni nadie de mi cátedra y que por supuesto los alumnos no se habían burlado de Soriano sino muy por el contrario. Página 12 ni pide disculpas, ni llama por teléfono para decir “lo sentimos”. Bueno, tema terminado. Lo que es peor es que un año y medio después vuelven a publicar lo mismo, el mismo director de Radar vuelve a aceptar el artículo donde dicen eso. Convengamos que Página 12 para mí es un medio absolutamente imposible. Yo ya ni escribía ahí. Que hagan su vida. Necesitan esto, una mezcla de escritores resentidos y políticos que me odian, necesitan eso, que hagan su vida. No me importa, ya ni contesté. Ya ese diario es imposible para mí, un diario que sigo leyendo sobre papel y algunos de cuyos columnistas respeto. Por tanto escribo en los diarios que me permiten decir lo que quiero. Hace dos años, mandé a La Nación una nota sobre Kraft Foods y el clasismo, se acuerdan cuando estaban los cortes en la Panamericana. Dije “esta nota La Nación no la va a sacar”. Y La Nación la sacó. Podría no haberla sacado. No hubiera sentido un acto de censura que La Nación no sacara la nota, para nada; hubiera dicho que, como todo medio periodístico, eligen los materiales que quieren publicar. Tampoco era una nota tan excelente como para decir “su calidad hace que deba ser publicada desde Le Monde hasta Le Nouvel Observateur, The Guardian y Die Zeit”. Tampoco. Entonces, escribo en los lugares donde me permiten escribir lo que quiero. Si ustedes leen La Nación, ustedes verán que mis posiciones no son en general las de los columnistas de La Nación. Son posiciones relativamente divergentes. No distintas. Divergentes en una serie de cosas. La Nación publica mis notas, punto. no tengo otro medio. Como Clarín publicó mis crónicas durante más de cinco años en Viva, donde fui criticada por otra cosa, porque los intelectuales no debíamos escribir en Viva. En realidad, haga lo que haga voy a ser criticada. Cuando empecé en Viva la crítica fue feroz porque los intelectuales no debíamos escribir en Viva. Todavía no era el asunto Magnetto porque aún no estaba en el horizonte en el 2003. Magnetto no estaba en el horizonte de los kirchneristas que recién emergían. Pero fue feroz la crítica porque escribía crónicas los domingos en revista Viva. Que jamás me tocó una coma. Yo revisaba mis artículos a fondo porque sabía que iban de mi computadora ala revista. Entonces, escribo donde me dan un lugar. Por supuesto hay cuestiones en las que pongo límites. No voy a programas de gente de ultraderecha, que no sepa que fue lo que pasó el 24 de marzo. Hoy está Chiche Gelblung en su portal diciéndome “Conmigo no, Sarlo”. Me invita a su programa y no voy, punto. Pero por escrito, que para mi es lo fundamental, yo escribo donde me den un lugar. Donde por supuesto las posiciones del diario no sean negacionistas para decirlo rápidamente.
APU: Con respecto a los artículos suyos de La Nación, pareciera, que a partir de la muerte de NK cambia su posición o pareciera que hay una pretensión de complejizar mucho más el fenómeno cultural del kirchnerismo. ¿Es así?
BS: Y he sido criticada por Tomás Abraham, por ejemplo, por Quintín en su blog, largamente. Y bueno, son críticas que he optado por no contestar, podría contestar mañana porque son críticas que se pueden contestar, pero he sido criticada, es decir, se ha dicho que he tenido una conversión al kirchnerismo después de mi nota el día que Kirchner murió, se ha dicho eso también. ¿Qué puedo hacer? Entre que Magnetto me ordena lo que puedo escribir (Magnetto, una persona que desconozco) y que me he convertido al kirchnerismo, cuál es mi salida. Me tengo que mantener escribiendo lo que pienso. Equivocadamente o no. Pero de buena fe.
APU: Ves eso, que hay un achicamiento muy fuerte en los debates, que es muy difícil debatir en la Argentina porque está definido esto del kirchnerismo – anti kirchnerismo.
BS: La verdad es que no tengo ese sentimiento. Lo que sucede es que al periodismo le encantaría que los intelectuales se engancharan en todos los debates. Porque con eso se calienta un poco la pantalla o se calienta un poco la página. Los intelectuales tienen otra lógica en la cual también están pensando cosas. Estos libros no están acá de casualidad. Son todos sobre la imagen, yo estoy pensando cuestiones de imagen. Y quisiera reservar algunas horas para pensar temas que son en realidad los que me interesanmuy profundamente, aunque un cierto deber de participación me haga pensar en otros. Entonces lo intelectuales no tienen el deber de engancharse en todos los debates. A veces consideran que el debate es importante y que tienen que hacerlo y otras veces lo dejan pasar. También hay una idealización en el periodismo de que antes se debatía muchísimo y ahora no. Creo que se debate más o menos lo mismo. No es que hay un pasado glorioso, soy muy poco nostálgica así que a lo mejor estoy injuriando al pasado. Creo que sí, se debate por escrito. Siempre para el periodismo resulta poco ese debate. Pero hay que considerar también la lógica del campo intelectual, que tiene algunos proyectos que están menos vinculados al día a día de la política. Publiqué un libro que me gusta mucho más que cualquier otro, hace dos años, que es “La ciudad vista” que tiene que ver con todos mis recorridos por Buenos Aires, los lugares más pobres, ver cómo es eso, yo sé que no es un libro de gran impacto pero ese es un libro con el cual me identifico fuertemente. no es un libro que va a disparar la boletería en ninguna parte.Esos también son proyectos que tienen los intelectuales que no siempre están machacando sobre el presente. El presente nos ha tomado mucho la cabeza. Pero no siento que antes había una cantidad floreciente de debates y ahora no los hay. Más bien siento que hay un enorme reclamo de que la gente debata. Y uno dice voy a debatir cuando elijo debatir. Tomás Abraham escribe una nota en contra de mis posiciones y yo digo, bueno, quizás él cambie de opinión o quizás yo cambie de opinión, valdrá la pena cruzarse hoy, a lo mejor mañana nuestras opiniones están más cerca que hoy. También eso me puede pasar con Horacio, o con Forster. No tengo la sensación de un déficit.
APU: No en términos de cantidad sino de calidad, de que es difícil plantear una serie de posiciones porque pueden ser rotuladas como kirchneristas o anti kirchneristas. Esa discusión desmerece o le quita complejidad a las discusiones.
BS: Eso es porque algunas cuestiones están muy calientes. 678 no es un lugar de debate, en algún punto. Pero entre otros intelectuales quizás las cosas estén un poco calientes, no hay que olvidar que faltan seis meses para las elecciones, todo el mundo está medio con los pelos de punta, entonces hacer unos reconocimientos en algunos sectores caen mal y en otros sectores caen bien. Hace un mes, cuando empezaban a caerse los candidatos como muñecos yo dije, bueno, Carrió dijo que los candidatos se iban a caer como muñecos lo cual muestra que es una buena analista política. Eso despertó la ira. Pero es cierto que había dicho que iban a caer todos como muñecos.
APU: Vos sabías también que esa reflexión iba a generar un revuelo. Hay un espíritu polemista.
BS: Hay un espíritu de verdad también. El día que Cristina presente su candidatura voy a decir Carrió se equivocó en que Cristina no iba a ser candidata. Hay un espíritu de reconocimiento, también, por qué no. En el libro, a Alberto Fernández le hago una serie de reconocimientos porque creo que era un tipo muy interesante dentro de ese abanico. Y cuyo destino quedó marcado dentro del conflicto de la 125. También hay un espíritu de verdad, no es que una sea una provocadora profesional. Verdaderamente ni gano ni pierdo en hacerle un reconocimiento a Alberto Fernández. Pero quien inventó la relación de Kirchner con los medios que fue muy exitosa en un punto con los periodistas elite, fue Fernández. También puede sonar provocador cuando digo que piense Cristina Kirchner si no le conviene un gremialista de vicepresidente. Puede sonar una provocación eso, pero yo no lo inventé a Moyano, lo inventó Kirchner a Moyano. Entonces cuando uno mira así algo fríamente y en una tradición peronista, que es la tradición que algunos cercanos al peronismo, como puede ser Torcuato Di Tella que ahora lo atacan sin haberlo leído, que siempre pensó que el peronismo debía convertirse en un partido laborista. Reflexionemos. No con Moyano pero reflexionemos qué e lo que pasa ahí. No es para mi, es para eso que siempre dijo es la columna vertebral. Entonces no es espíritu de provocación. Por qué no paramos la pelota diez minutos y pensamos algo. Aunque el pensamiento esté equivocado, es mejor pensar algo articuladamente que no pensar. Cuando vi que lo escarchaban a Torcuato me quedé extrañada. Siempre fue alguien entendedor del kirchnerismo, no por nada fue el primer secretario de Cultura de este Gobierno. Otra cuestión a pensar que nadie se plantea y que no es una provocación, los países que tienen grandes sistemas de salud, grandes sistemas de seguridad social, no los tienen en manos de sus sindicatos. Los sindicatos sirven para negociar contratos de trabajo, para negociar salarios, para controlar a las empresas, analizar sus balances, pero no son dueños de hoteles ni de hospitales. Esta es una cuestión a debatir. Francia tiene un sistema de salud que es considerado de los buenos que atiende desde los profesores universitarios hasta los obreros. Es un sistema nacional de salud. Los inmigrantes llegaban, no había sindicalismo, armaban sus mutuales, había un Hospital Español, un Hospital Italiano, en caso de que uno de ellos se enfermara con la mutual se arreglaban. Ahora después se convirtió en la política argentina que parece que hubiera nacido de los designios mismos de la naturaleza de las cosas, pero hay otros países que no. Y son países que tienen muy buena seguridad social para sus obreros, para sus capas medias, para sus capas medias altas. Entonces ese sindicalismo por qué no puede ser discutido. Yo no lo apoyé a Moyano. Los Kirchner estuvieron apoyados en Moyano, no yo.
APU: Una última pregunta. Después de la muerte de Kirchner, Feinmann después de leer su artículo dice algo así como “si es una mano tendidayo le ofrezco la mía”. ¿Qué reflexión le despertó?
BS: Cero. Que deje de decir que tengo que leer sus libros, que deje de decir que no sé qué de Soriano… Cero, me despertó cero la reflexión. Si mi pecado en el mundo ha sido que no he hablado sobre sus novelas ni haber escrito sobre ellas, la verdad, no puedo remediar ese pecado. Debe ser mi pecado original. Cero. Lo conozco mucho a José Pablo, pero hoy, cero. Otras manos nunca me fueron negadas. Con todo lo que admiro a la gente desde Unidos hasta hoy, mucha gente de Carta Abierta. Tampoco me tenía que escribir que las tenía tendidas porque nunca me fueron negadas.(Agencia Paco Urondo)
pobre vieja. está liquidada.
No lo parecía cuando los cagó a Mariotto y a Barone.