La certeza del encubrimiento y la hipótesis del suicidio. El editor del blog Pájaro Rojo estuvo anoche en La otra.-radio y habló de temas que conoce como pocos. Lo pueden escuchar clickeando acá.
– Para mí el caso AMIA -nos dijo anoche el Pájaro Salinas- fue una larguísima travesía en el desierto, que me agarra más viejo en estos 20 años que pasaron. Yo no quise entrar en el arreglo, porque había un arreglo. El arreglo es la historia de la camioneta bomba, que nunca existió, el chofer suicida, menos; Hezbollah, menos que menos, instigado y ordenado por Irán: no hay nada de eso, pero se repitió durante 20 años y, cuando se repite 20 años, se termina instalando. Yo tengo una conjetura, pero la gran pregunta, que se va a ventilar en la segunda mitad de este año, es ¿por qué un encubrimiento tan extenso y tan profundo? Están Corach, Menem, Anzorregui, Telleldín, la Policía Federal, la SIDE, Israel, la CIA, la DAIA… ¿Cuál es el secreto horrendo? En principio, es un acuerdo entre el gobierno de Menem y el de Israel, al cual se sumó EEUU. Pero eso lo respetó De La Rúa, Duhalde… Y eso tuvo una serie de garantes: la SIDE, las organizaciónes de la comunidad judía, que de ninguna manera representan a los judíos argentinos en mi opinión, son elegidos de una manera muy poco transparente. Y hasta ahora eso se mantuvo con todos los gobiernos, incluido este. A favor de Cristina hay que decir que tiró de la manta. Uno puede decir que Cristina tiene muchos defectos: y bueno, Lousteau, Massa, Insaurralde… (un desastre). Quiero decir: no hace falta ahondar mucho en que la conducción no es infalible, pero hay que decir que cuando Cristina no la pega estamos en peligro, pero cuando la pega, vamos bien. Hay que decir que Cristina es una mujer muy valiente, que en el último tramo de su gobierno yo quisiera ver si algún varón que se animaría a tanto. Yo estoy esperanzado, porque si mañana la nueva Agencia Federal de Investigaciones tiene, digamos a Marcelo Saín (es un decir), es otro país. El kirchnerismo hace las cosas tarde, es una crítica que se le hace, y a veces las hace en una forma reactiva, pero se rectifica para el lado correcto. Y creo que la oposición está desesperada, la oposición real, el Poder, no la gente que dice pavadas por la calle porque lee los diarios, que se deja guiar por los títulos y los zócalos. Pero el Poder estaba desesperado y había que perturbar la situación de alguna manera.
– La causa del atentado a la Embajada de Israel y la de la AMIA son absolutamente conexas – afirma convencido Salinas-. Mi hipótesis es que el instigador del atentado a la Embajada fue preso entre una bomba y la otra, y se trata de Monzer Al Kaazar. Es fácil decirlo ahora, porque está preso por un delito que no cometió, pero siempre fue mi hipótesis. Pero la investigación sobre la Embajada (sobre cuyo encubrimiento nadie habla) está en manos de la Suprema Corte. Esa causa tiene su Nisman, que es el secretario especial de la Corte Esteban Canevari, que está sentado sobre el expediente al menos desde el año 99. A él lo nombraron en el 97. En el 99 la Corte se sintió obligada a decir algo con mucha pereza y lo inculpó directamente a Irán, en base a informes de los servicios de inteligencia internacionales. Y ahí quedó.
– Respecto del atentado de la AMIA, todo lo que se averiguó en los primeros cinco días -agrega el Pájaro- se trató de borrar durante 20 años, porque hay una decisión de no identificar a los asesinos. Y entonces se llega al absurdo de querer atribuir una autoría intelectual sin tener a los autores materiales del hecho. Y varios de los fiscales que participaron en aquel encubrimiento son los mismos que ahora convocan a la marcha del miércoles. Esto lo saben los dirigentes de las entidades comunitarias judías y no hacen nada, porque la DAIA también está implicada desde el principio en el encubrimiento.
– Cuando se cae el primer juicio de la AMIA -recuerda Salinas- procesan a Galeano y a los fiscales Muller y Barbaccia, pero tendrían que haber procesado a Nisman también. Cuando se cae el juicio, dos días después los jueces llaman a una conferencia de prensa y dicen «¡se cayó todo! pero la camioneta sigue, el chofer suicida también». La base del encubrimiento se mantuvo. Y a Nisman lo ponen para que prosiga el encubrimiento de Galeano, con el argumento de que él era otra cosa que Galeano. Y no era otra cosa: se sentó arriba del expediente, cada vez con más dinero, cada vez con más gente. Y llegamos a esta situación en la cual Nisman se quedó solo. Esto que hago es una conjetura. Y en esto coinciden Joaquín Morales Solá, Van der Koooy, con algo que yo venía diciendo antes: que existían unas escuchas de Cristina que le habían prometido a Nisman. Pero, si uno recuerda, meses antes había ocurrido un gran escándalo, porque la Agencia Nacional de Seguridad de EEEUU había estado espiando a varios jefes de estado: a Angela Merkel, a Dilma, entre otros. Y Obama se había disculpado diciendo que no era con ellos, que a los servicios se les había soltado el bozal, y que habían espiado a 35 jefes de estado. Cuando dice 35, es obvio que Cristina está, Chávez ni hablar. La versión que hay es que una de las escuchas es de Chávez con Cristina, hablando de las relaciones con Irán, lo cual es posible. Nadie sabe qué decían, yo estoy seguro de que no hay ningún delito en cosas que hablen dos presidentes en un tema como este. Pero ustedes imagínense que si Nisman hubiera tenido estas cintas, pensando en los reveses que había tenido con la Jueza Servini de Cubría, que no quiso habilitar la feria; con el juez Rodolfo Canicoba, que se burló de la denuncia que Nisman presentó; el revés con Noble de Interpol, que desmintió que Timerman le hubiera pedido la caída de los alertas rojas. Después de todo eso, le niegan las cintas estas, que parece que se las habían prometido. Pero claro, el gobierno norteamericano no puede blanquear estas cintas y empezar otra vez con el quilombo de las escuchas de la NSA. Y tras haber sido echado Stiuso de la SI, Nisman se creyó que él podía conducir solo la relación con los servicios extranjeros. Y en esos días finales, él estuvo rodeado de influyentes; este Rabinovich, que lo va a ver el viernes, Patricia Bullrich, Laura Alonso, toda gente que tiene una cercanía con la CIA mucho más estrecha que la que puede tener D’Elía con Irán. Entonces algunos de estos, o todos juntos, o alguien más, le prometió esas cintas y no se las dieron. Si las hubiese tenido, no importa que las grabaciones no implicaran ningún delito, si Nisman las presentaba en una reunión reservada en el Congreso, el Multimedio habría dicho «Nisman presentó unas escuchas escandalosas donde Chávez y Cristina hablaban de las relaciones con Irán». Pero la audiencia en el Congreso iba a ser públcia y las escuchas de Cristina no aparecieron. Esto puede haber hecho que Nisman se pegara un tiro… (…) Cuando Cristina dijo que para ella podía ser un asesinato, yo entiendo que ella estaba bajo un ataque de justificada paranoia, porque es como dice Telledín: si lo hubieran matado a Nisman, era claro que era una operación contra ella. No lo mataron, se mató solo. Lo condujo a esa situación Patricia Bullrich cuando lo citó a la reunión de Comisión garantizándole que la reunión iba a ser reservada. Lo metió en un callejón sin salida obligándolo a pasar el ridículo.
Para escuchar el audio completo del programa, musicalizado con canciones de Caetano Veloso, hagan click acá.