El ex jefe de gabinete de CFK y actual senador del FpV reconoce que el PRO logró articular un armado político inteligente para generar una oferta atractiva para la sociedad, mientras el kirchnerismo se dedicaba a repartir cargos anticipadamente confiado en un triunfo que no llegó.
No le está resultando nada fácil al peronismo digerir el trago amargo de la derrota electoral que lo dejó fuera de la Casa Rosada, tras 12 años en el poder. En eso están por estos días peronistas como el exjefe de Gabinete de CFK y actual senador del FpV, Juan Manuel Abal Medina quien, en un mano a mano con 3Días, en el que no ahorra críticas a las políticas económicas que viene implementando el gobierno nacional, se abre a revisar errores propios y ensayar una suerte de mea culpa.
Pasaron más de dos meses de gestión de Cambiemos. ¿Cómo estás viendo estos primeros pasos de Macri en el Gobierno?
– En lo económico y social, viene haciendo lo que dijo que iba a hacer. No sorprendió, nosotros en la campaña también dijimos lo que iba a ocurrir si se implementaban esas políticas, se nos acusó de hacer campaña del miedo, pero lamentablemente nos dio la razón. Todas las medidas económicas a lo que condujeron en estos primeros meses es a una caída en la capacidad de compra de la mayoría de los argentinos, básicamente, de los sectores que nosotros históricamente representamos, los más humildes y los trabajadores. Dijimos que si se unificaba el mercado cambiario iba a tener consecuencias, cortar retenciones también, y es lo que está ocurriendo.
Convengamos que se sinceró una situación económica compleja acumulada de hace tiempo. El cepo impuesto por el kirchnerismo impedía que la economía saliera a flote.
– La palabra sinceramiento es relativa, porque vos tenías dos tipos de cambio, había que trabajar para unificarlos, es cierto, pero lo que se hizo finalmente en términos del dólar oficial fue una devaluación muy fuerte, estamos hablando de alrededor de un 60%.
¿Había otro modo de resolver el desbarajuste económico que dejó el kirchnerismo?
– No era fácil, pero nosotros logramos con un conjunto de restricciones, que no son buenas para la economía, sostener un nivel de actividad y sostener un nivel de consumo. La forma en que decidieron hacerlo, drástica, de un día para el otro, provocó lo que sabíamos que iba a provocar. Hubo una cierta ingenuidad del Gobierno al principio de decir, «no, esto no se va a trasladar a los precios», pero en los hechos ocurrió y era imposible que no ocurriera. También este gobierno está siendo muy rápido para solucionar los temas de los sectores más favorecidos, como la minería, el recorte a las retenciones en la soja, y es mucho más lento en la otra agenda, la de la gente, que supuestamente también iba a hacer y que hasta ahora empezó a implementar tardíamente y de una manera que estamos viendo también bastante compleja, como el tema de Ganancias.
Al peronismo se lo ve muy desorientado y fragmentado en esto de reubicarse en su nuevo rol de oposición. ¿No encuentra el perfil?
– Es lógico. Venimos de una derrota que, por más que fue ajustada, las elecciones en democracia se ganan y se pierden por un voto.
Hay sectores del kirchnerismo que todavía creen que hubo una suerte de empate…
– Y… algunos compañeros se confunden, creen que con un 49% casi empatamos, pero esto es democracia y es política. Si perdés, no hiciste todo bien. Al interior nuestro, se dio todo un proceso de discusión que, desde mi punto de vista, si bien podemos encarrilarlo un poquito, el Congreso del PJ fue positivo, te diría que hay un exceso de hiperadjetivación.
¿Cómo sería eso?
– Todos los compañeros están muy enojados… si frente a todas las políticas quieren estar totalmente en contra, decimos son unos «loquitos». Luego, los que, por una cuestión institucional, gobernadores etc., o porque creen que a un nuevo gobierno hay que acompañarlo, tienen otra postura, decimos «son traidores». Hay exceso de hiperadjetivación que no ayuda porque después de una derrota hay que aceptar las verdades relativas de todos.
Está faltando revisar errores.
– Estamos discutiendo, pero yo creo que toda autocrítica tiene que ser hecha con mucha responsabilidad, aceptando los errores que cometimos todos, sintiendo todos que somos parte de la derrota, porque algunos hablan como que estaban afuera y no fue culpa de ellos.
Pichetto dijo hace poco que las políticas de Kicillof fueron en gran parte responsables de esa derrota. ¿Lo ves así también?
– Son muchas cosas. Nosotros cometimos un enorme error, que fue desvalorizar a Macri, nadie lo tomó en serio. «Los globitos, es un partido porteño», decíamos… y la verdad que lo que articuló el Pro fue una alianza muy inteligente y juntó a un conjunto de sectores que se odiaban hace un año atrás y fueron capaces de articularlo y generar una oferta atractiva para la sociedad. Además, no fuimos capaces de generar esa unidad interna, porque hubo dos candidatos peronistas, en la provincia de Buenos Aires hubo dos candidatos peronistas, y también cierta tendencia que tenemos nosotros de pensar «¿cómo no nos van a votar con todo lo que hicimos?». Y no entender que la gente siente que para eso ya te votó.
Había también un cansancio muy fuerte con un estilo de gobernar…
– Seguro, nosotros con las formas, históricamente en nuestro espacio político, las formas no han sido lo mejor nuestro. Este gobierno parece ser muy bueno en las formas, no tanto en los contenidos. En los hechos, la gente no está mejor. Nosotros le hemos dado más importancia a los contenidos, no tanto a las formas, y es un tema que tenemos que revisar.
En el Congreso del PJ quedó claro que hay posiciones divergentes. Un tema es la ley cerrojo. ¿Puede terminar esto fracturando el bloque en el Senado como pasó en Diputados?
– Esperemos que no, que tengan la madurez de ver si la propuesta es buena o no para Argentina, no quedarnos en consignas, porque el proceso de restructuración de la deuda lo hizo Néstor, lo siguió Cristina, y creemos que es un proceso que hay que culminar. Tampoco vamos a votar alegremente cualquier cosa que termine endeudando al país o que la deuda externa vuelva a ser una carga para la Argentina.
¿Qué rol debe tener Cristina en el PJ?
– El partido a Cristina nunca le interesó mucho. En la política en general, obviamente que va a tener (injerencia), ha gobernado la Argentina, ha sido reelecta para el cargo, tiene una relevancia no solo en Argentina sino regional, internacional. Obviamente va a seguir, los que creen que se la puede proscribir a Cristina no entienden absolutamente nada.
Muchos quieren ser jefes del PJ…
– La conducción del peronismo no se declama, se ejerce. Hoy no conduce nadie, el PJ se encolumna cuando alguien llega al Ejecutivo. Hoy estamos en una situación mucho más horizontal en la que no podemos darnos el lujo de perder a nadie. Tienen que estar todos adentro. Uno tiene que tener la suficiente habilidad e inteligencia para que sea después la gente, con su voto, la que defina los liderazgos. Si queremos volver a ganar, tener una alternativa de gobierno, tenemos que ser capaces no solo de mantener los que están hoy sino de sumar.
¿Dirías que el peronismo puso «toda la carne en el asador» para ganar la elección?
– No. Ni la de la Provincia ni la nacional. Hubo una enorme irresponsabilidad histórica. Creíamos que ganábamos seguro y nos dimos «lujos»: «Yo no lo voto, lo voto desgarrado», como decían de Carta Abierta, «éste no me gusta, le hago poca campaña porque no quiero que gane demasiado», y también de los sectores cercanos a Scioli que ya estaban discutiendo el Gabinete y la elección no se había hecho.
¿Va a primar la idea de que Gioja sea prenda de unidad para esquivar la intervención?
– Esperaría que haya madurez para lograr una lista de unidad. En un momento como éste, que venimos de una derrota y los sectores que representamos están preocupados por los precios, las tarifas, los despidos, estar discutiendo cargos no tendría sentido. Hay tensión, discusión, tironeo, pero me parece que está primando la idea de que tenemos que mantener la unidad, que la forma de ser más funcional al Gobierno es dividiéndonos.
No le está resultando nada fácil al peronismo digerir el trago amargo de la derrota electoral que lo dejó fuera de la Casa Rosada, tras 12 años en el poder. En eso están por estos días peronistas como el exjefe de Gabinete de CFK y actual senador del FpV, Juan Manuel Abal Medina quien, en un mano a mano con 3Días, en el que no ahorra críticas a las políticas económicas que viene implementando el gobierno nacional, se abre a revisar errores propios y ensayar una suerte de mea culpa.
Pasaron más de dos meses de gestión de Cambiemos. ¿Cómo estás viendo estos primeros pasos de Macri en el Gobierno?
– En lo económico y social, viene haciendo lo que dijo que iba a hacer. No sorprendió, nosotros en la campaña también dijimos lo que iba a ocurrir si se implementaban esas políticas, se nos acusó de hacer campaña del miedo, pero lamentablemente nos dio la razón. Todas las medidas económicas a lo que condujeron en estos primeros meses es a una caída en la capacidad de compra de la mayoría de los argentinos, básicamente, de los sectores que nosotros históricamente representamos, los más humildes y los trabajadores. Dijimos que si se unificaba el mercado cambiario iba a tener consecuencias, cortar retenciones también, y es lo que está ocurriendo.
Convengamos que se sinceró una situación económica compleja acumulada de hace tiempo. El cepo impuesto por el kirchnerismo impedía que la economía saliera a flote.
– La palabra sinceramiento es relativa, porque vos tenías dos tipos de cambio, había que trabajar para unificarlos, es cierto, pero lo que se hizo finalmente en términos del dólar oficial fue una devaluación muy fuerte, estamos hablando de alrededor de un 60%.
¿Había otro modo de resolver el desbarajuste económico que dejó el kirchnerismo?
– No era fácil, pero nosotros logramos con un conjunto de restricciones, que no son buenas para la economía, sostener un nivel de actividad y sostener un nivel de consumo. La forma en que decidieron hacerlo, drástica, de un día para el otro, provocó lo que sabíamos que iba a provocar. Hubo una cierta ingenuidad del Gobierno al principio de decir, «no, esto no se va a trasladar a los precios», pero en los hechos ocurrió y era imposible que no ocurriera. También este gobierno está siendo muy rápido para solucionar los temas de los sectores más favorecidos, como la minería, el recorte a las retenciones en la soja, y es mucho más lento en la otra agenda, la de la gente, que supuestamente también iba a hacer y que hasta ahora empezó a implementar tardíamente y de una manera que estamos viendo también bastante compleja, como el tema de Ganancias.
Al peronismo se lo ve muy desorientado y fragmentado en esto de reubicarse en su nuevo rol de oposición. ¿No encuentra el perfil?
– Es lógico. Venimos de una derrota que, por más que fue ajustada, las elecciones en democracia se ganan y se pierden por un voto.
Hay sectores del kirchnerismo que todavía creen que hubo una suerte de empate…
– Y… algunos compañeros se confunden, creen que con un 49% casi empatamos, pero esto es democracia y es política. Si perdés, no hiciste todo bien. Al interior nuestro, se dio todo un proceso de discusión que, desde mi punto de vista, si bien podemos encarrilarlo un poquito, el Congreso del PJ fue positivo, te diría que hay un exceso de hiperadjetivación.
¿Cómo sería eso?
– Todos los compañeros están muy enojados… si frente a todas las políticas quieren estar totalmente en contra, decimos son unos «loquitos». Luego, los que, por una cuestión institucional, gobernadores etc., o porque creen que a un nuevo gobierno hay que acompañarlo, tienen otra postura, decimos «son traidores». Hay exceso de hiperadjetivación que no ayuda porque después de una derrota hay que aceptar las verdades relativas de todos.
Está faltando revisar errores.
– Estamos discutiendo, pero yo creo que toda autocrítica tiene que ser hecha con mucha responsabilidad, aceptando los errores que cometimos todos, sintiendo todos que somos parte de la derrota, porque algunos hablan como que estaban afuera y no fue culpa de ellos.
Pichetto dijo hace poco que las políticas de Kicillof fueron en gran parte responsables de esa derrota. ¿Lo ves así también?
– Son muchas cosas. Nosotros cometimos un enorme error, que fue desvalorizar a Macri, nadie lo tomó en serio. «Los globitos, es un partido porteño», decíamos… y la verdad que lo que articuló el Pro fue una alianza muy inteligente y juntó a un conjunto de sectores que se odiaban hace un año atrás y fueron capaces de articularlo y generar una oferta atractiva para la sociedad. Además, no fuimos capaces de generar esa unidad interna, porque hubo dos candidatos peronistas, en la provincia de Buenos Aires hubo dos candidatos peronistas, y también cierta tendencia que tenemos nosotros de pensar «¿cómo no nos van a votar con todo lo que hicimos?». Y no entender que la gente siente que para eso ya te votó.
Había también un cansancio muy fuerte con un estilo de gobernar…
– Seguro, nosotros con las formas, históricamente en nuestro espacio político, las formas no han sido lo mejor nuestro. Este gobierno parece ser muy bueno en las formas, no tanto en los contenidos. En los hechos, la gente no está mejor. Nosotros le hemos dado más importancia a los contenidos, no tanto a las formas, y es un tema que tenemos que revisar.
En el Congreso del PJ quedó claro que hay posiciones divergentes. Un tema es la ley cerrojo. ¿Puede terminar esto fracturando el bloque en el Senado como pasó en Diputados?
– Esperemos que no, que tengan la madurez de ver si la propuesta es buena o no para Argentina, no quedarnos en consignas, porque el proceso de restructuración de la deuda lo hizo Néstor, lo siguió Cristina, y creemos que es un proceso que hay que culminar. Tampoco vamos a votar alegremente cualquier cosa que termine endeudando al país o que la deuda externa vuelva a ser una carga para la Argentina.
¿Qué rol debe tener Cristina en el PJ?
– El partido a Cristina nunca le interesó mucho. En la política en general, obviamente que va a tener (injerencia), ha gobernado la Argentina, ha sido reelecta para el cargo, tiene una relevancia no solo en Argentina sino regional, internacional. Obviamente va a seguir, los que creen que se la puede proscribir a Cristina no entienden absolutamente nada.
Muchos quieren ser jefes del PJ…
– La conducción del peronismo no se declama, se ejerce. Hoy no conduce nadie, el PJ se encolumna cuando alguien llega al Ejecutivo. Hoy estamos en una situación mucho más horizontal en la que no podemos darnos el lujo de perder a nadie. Tienen que estar todos adentro. Uno tiene que tener la suficiente habilidad e inteligencia para que sea después la gente, con su voto, la que defina los liderazgos. Si queremos volver a ganar, tener una alternativa de gobierno, tenemos que ser capaces no solo de mantener los que están hoy sino de sumar.
¿Dirías que el peronismo puso «toda la carne en el asador» para ganar la elección?
– No. Ni la de la Provincia ni la nacional. Hubo una enorme irresponsabilidad histórica. Creíamos que ganábamos seguro y nos dimos «lujos»: «Yo no lo voto, lo voto desgarrado», como decían de Carta Abierta, «éste no me gusta, le hago poca campaña porque no quiero que gane demasiado», y también de los sectores cercanos a Scioli que ya estaban discutiendo el Gabinete y la elección no se había hecho.
¿Va a primar la idea de que Gioja sea prenda de unidad para esquivar la intervención?
– Esperaría que haya madurez para lograr una lista de unidad. En un momento como éste, que venimos de una derrota y los sectores que representamos están preocupados por los precios, las tarifas, los despidos, estar discutiendo cargos no tendría sentido. Hay tensión, discusión, tironeo, pero me parece que está primando la idea de que tenemos que mantener la unidad, que la forma de ser más funcional al Gobierno es dividiéndonos.