Adiós al sueño de perpetuarse en el poder

15/08/13
Las elecciones del domingo terminaron con el sueño de la reelección indefinida. No ya porque el oficialismo no podrá aspirar a los dos tercios de los votos en cada Cámara del Congreso, sino además porque el resultado electoral impide la puesta en marcha de algunos mecanismos alternativos de presión , como la convocatoria a un plebiscito. Pero hay un segundo efecto fundamental: con su voto, la sociedad argentina deslegitimó la vocación autoritaria del gobierno.
La imposición desde el poder, la trasgresión desaprensiva de la ley, la mentira sistemática, los gestos de mando y los retos presidenciales hartaron a la gente , que en proporción muy amplia dejó en claro que ya no tolera que la manden sino que quiere que la gobiernen dentro de la ley. En ese mismo marco debe inscribirse la saturación que genera una corrupción cada vez más grosera que afecta a todos los niveles del oficialismo y que ya causó la aparición de una nueva oligarquía de privilegiados que lo integran o se asocian a él . La Presidenta se equivocó cuando pensó que su sola voluntad y su presencia en la campaña electoral bastarían para convertir en ganador a un dirigente relativamente desconocido de nivel municipal. Tampoco sirvió ocultar a los impresentables, contratar los mejores medios de publicidad y aprovechar todos los recursos del Estado. Por eso, ésta es una derrota exclusivamente atribuible a Cristina Kirchner, que perdió en menos de dos años, el 50% de los votos que obtuvo en 2011 . Esta derrota debilita su poder en momentos en que la situación económica se complica.
Pero más que nada, detrás del resultado electoral aparece el fantasma de la sucesión. Todo indica que Cristina no va a continuar después de 2015 y entonces se abrirá un proceso duro, complejo y peligroso que deberá determinar en quién confía el peronismo para intentar su continuidad en el gobierno. La sucesión siempre ha sido traumática para el justicialismo ya desde la época de Perón. Ahora, el reemplazo de un poder tan personalizado y concentrado como el que vivimos nos pondrá frente a una situación de riesgo , porque el peronismo tiende a transferir a la sociedad sus propias crisis internas.
El escenario electoral colocó a Massa y a un Scioli debilitado como los eventuales herederos. Cualquiera de ellos que quiera contar con el aparato y el poder económico del cristinismo, deberá aceptar condicionamientos y garantizar la impunidad.
Por eso, es tan importante que haya una oferta distinta constituida por quienes no estén dispuestos a aceptar ese tipo de concesiones y tengan la capacidad de incorporar contenidos y definiciones clara s a una realidad política que exhibe demasiados protagonistas que parecen despreciar las ideas . La experiencia de UNEN en la Ciudad de Buenos Aires, deberá replicarse en todo el país para garantizar la existencia de esa alternativa.

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