Más controles de precios y restricciones a importaciones son los temores de los hombres de negocios. También señalan que hay una oportunidad para corregir desvíos
Si bien consideran que la política económica de los años que están por venir necesita de varios retoques para poder mantener el crecimiento, atraer más inversión, incrementar la competitividad y atravesar la crisis mundial sin sobresaltos; los empresarios argentinos también admiten que el respaldo logrado por Cristina Fernández en las primarias puede ejercer una fuerte influencia para que el Gobierno decida mantener el modelo sin cambios.
Esta foto fue compartida por la gran mayoría de los presentes en el Precoloquio de IDEA para la región Centro que se llevó a cabo ayer en la sede de la Bolsa de Comercio de Rosario y que convocó a más de 400 hombres de negocios, economistas y dirigentes políticos. Hubo presencia de representantes de grandes grupos industriales y de servicios, compañías de seguros e instituciones financieras, así como pequeñas y medianas empresas.
Los hombres de negocios creen que la administración kirchnerista no pasará sobresaltos en las elecciones del 23 de octubre y que una vez instalada Cristina en otro período presidencial utilizará el caudal de votos para mantener y hasta profundizar el intervencionismo del Estado, seguirán los controles de precios, las políticas de restricción a las importaciones y los subsidios a determinados sectores y servicios también perdurarán. Al igual que la subestimación de la inflación, las estadísticas poco confiables encabezadas por el Indec y un esquema tributario que recauda y permite hacer caja al Estado, pero que no incentiva la inversión.
Los empresarios además recordaron que las políticas públicas basadas en el incremento del gasto público no lograron promover la inversión privada. Advirtieron que una política expansiva sin inversión genera inflación. Se mostraron preocupados por la fuga de capitales y la caída del stock de capitales y pronosticaron que la abundancia de recursos usados para hacer políticas de subsidios se están acabando. También sostuvieron que el tipo de cambio no puede seguir apreciándose con este contexto de escasa inversión, fuga de dólares y alta inflación.
Para los ejecutivos no se trata de la mejor mirada para la economía que viene, en especial teniendo en cuenta el escenario de crisis en el que está inserto el resto del mundo. Y a pesar de admitir que la economía local está desacoplada del escenario global, señalan que las políticas públicas para los próximos cuatro años deben atender y atacar problemas que el modelo actual no ha sabido o no ha querido resolver. Desde ese punto de vista, advierten que, de no combatirse lo que consideran flagelos que afectan las estructuras de costos de las empresas y también los ingresos de la sociedad, se puede ingresar en un espiral de complicaciones que frene el crecimiento, alejen las inversiones y traben aun más la productividad.
Los encargados de hacer públicos estos reclamos fueron los economistas invitados por IDEA para participar como expositores. Juan Gabriel Tokatlian, profesor de la Universidad Di Tella; Gustavo Cañonero, director del Deutsche Bank; y Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com, cada uno a su turno fueron identificando los puntos débiles de la política económica oficial y ofreciendo propuestas que, según sus visiones, servirían para hacer más eficiente la economía del país. El gasto público no promovió la inversión privada, y la política expansiva sin inversión genera inflación, que es un impuesto altamente regresivo. El tipo de cambio es casi la única herramienta para contener esa inflación alta pero estable. Pero eso tiene un costo elevado ya que representa pérdida rápida de competitividad, sostuvo Cañonero. El hombre del Deutsche Bank también advirtió que el Gobierno tiene poder como para enfrentar las demandas, porque de lo contrario la válvula de ajuste seguirá siendo la fuga de capitales.
Sica agregó que el Gobierno se desentiende de la inflación porque considera fundamental la política fiscal y juega subordinadamente a eso la política monetaria. Pero advierte que la inflación enfría la economía, ataca los factores de productividad, la rentabilidad y eso atenta contra los procesos de inversión.
Ambos coincidieron que en el escenario actual el país pierde competitividad, crece menos, hay mayor inflación, menor inversión y la productividad cae. Los empresarios presentes también hicieron suyo este panorama. Por caso, Ercole Felippa, presidente de la UIA de Córdoba, aseguró que el Gobierno debería aprovechar el apoyo popular para fortalecer la economía y encarar los cambios que el país necesita.
Si bien consideran que la política económica de los años que están por venir necesita de varios retoques para poder mantener el crecimiento, atraer más inversión, incrementar la competitividad y atravesar la crisis mundial sin sobresaltos; los empresarios argentinos también admiten que el respaldo logrado por Cristina Fernández en las primarias puede ejercer una fuerte influencia para que el Gobierno decida mantener el modelo sin cambios.
Esta foto fue compartida por la gran mayoría de los presentes en el Precoloquio de IDEA para la región Centro que se llevó a cabo ayer en la sede de la Bolsa de Comercio de Rosario y que convocó a más de 400 hombres de negocios, economistas y dirigentes políticos. Hubo presencia de representantes de grandes grupos industriales y de servicios, compañías de seguros e instituciones financieras, así como pequeñas y medianas empresas.
Los hombres de negocios creen que la administración kirchnerista no pasará sobresaltos en las elecciones del 23 de octubre y que una vez instalada Cristina en otro período presidencial utilizará el caudal de votos para mantener y hasta profundizar el intervencionismo del Estado, seguirán los controles de precios, las políticas de restricción a las importaciones y los subsidios a determinados sectores y servicios también perdurarán. Al igual que la subestimación de la inflación, las estadísticas poco confiables encabezadas por el Indec y un esquema tributario que recauda y permite hacer caja al Estado, pero que no incentiva la inversión.
Los empresarios además recordaron que las políticas públicas basadas en el incremento del gasto público no lograron promover la inversión privada. Advirtieron que una política expansiva sin inversión genera inflación. Se mostraron preocupados por la fuga de capitales y la caída del stock de capitales y pronosticaron que la abundancia de recursos usados para hacer políticas de subsidios se están acabando. También sostuvieron que el tipo de cambio no puede seguir apreciándose con este contexto de escasa inversión, fuga de dólares y alta inflación.
Para los ejecutivos no se trata de la mejor mirada para la economía que viene, en especial teniendo en cuenta el escenario de crisis en el que está inserto el resto del mundo. Y a pesar de admitir que la economía local está desacoplada del escenario global, señalan que las políticas públicas para los próximos cuatro años deben atender y atacar problemas que el modelo actual no ha sabido o no ha querido resolver. Desde ese punto de vista, advierten que, de no combatirse lo que consideran flagelos que afectan las estructuras de costos de las empresas y también los ingresos de la sociedad, se puede ingresar en un espiral de complicaciones que frene el crecimiento, alejen las inversiones y traben aun más la productividad.
Los encargados de hacer públicos estos reclamos fueron los economistas invitados por IDEA para participar como expositores. Juan Gabriel Tokatlian, profesor de la Universidad Di Tella; Gustavo Cañonero, director del Deutsche Bank; y Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com, cada uno a su turno fueron identificando los puntos débiles de la política económica oficial y ofreciendo propuestas que, según sus visiones, servirían para hacer más eficiente la economía del país. El gasto público no promovió la inversión privada, y la política expansiva sin inversión genera inflación, que es un impuesto altamente regresivo. El tipo de cambio es casi la única herramienta para contener esa inflación alta pero estable. Pero eso tiene un costo elevado ya que representa pérdida rápida de competitividad, sostuvo Cañonero. El hombre del Deutsche Bank también advirtió que el Gobierno tiene poder como para enfrentar las demandas, porque de lo contrario la válvula de ajuste seguirá siendo la fuga de capitales.
Sica agregó que el Gobierno se desentiende de la inflación porque considera fundamental la política fiscal y juega subordinadamente a eso la política monetaria. Pero advierte que la inflación enfría la economía, ataca los factores de productividad, la rentabilidad y eso atenta contra los procesos de inversión.
Ambos coincidieron que en el escenario actual el país pierde competitividad, crece menos, hay mayor inflación, menor inversión y la productividad cae. Los empresarios presentes también hicieron suyo este panorama. Por caso, Ercole Felippa, presidente de la UIA de Córdoba, aseguró que el Gobierno debería aprovechar el apoyo popular para fortalecer la economía y encarar los cambios que el país necesita.
ah.. eran los de IDEA.. que tienen la idea fija…
pobres… increiblemente hay gente que todavía les da bola. cañonero y sica, grandes valores del tango!!!
Ojalá!
Es imprescindible la idea del Estado presente regulando con transparencia y ecuanimidad.
Porque sostengo es posición , aprovecho estas líneas para reclamar su intervención en la bochornosa actitud de Schoklender, la Fundación y también Hebe para conlos obreros despedidos que están reclamando sus haberes. Tema que parece haber pasado al olvido.