Analistas indicaron que todavía no hay elementos para esperar una recuperación económica a partir del 1 de julio de este año, como esperaba al Gobierno
Aunque el inicio del esperado segundo semestre ya está más cerca que nunca (este viernes es 1 de julio), todavía no hay síntomas de una recuperación económica de corto plazo.
La caída en la actividad económica y la producción industrial registrada por el estudio Ferreres, el estancamiento en la creación del empleo, reflejado en las cifras del Ministerio de Trabajo, y la inflación que se mantiene en el 44% anual, según el IPC porteño, no permiten alimentar el optimismo, al menos en el corto plazo.
Adrián Ramos, director en el grupo Bapro por Cambiemos, dijo a LA NACION que «la reactivación no llegará antes de fin de año, si no hay un problema en el medio, pero obligará a una inflación más alta que la esperada, porque hay un componente inercial, así que la meta del 2017 es incumplible».
Foto: Archivo
«Creo que el Gobierno seguirá atrasando el tipo de cambio, porque así mantiene la inflación a la baja y mejora la capacidad de compra de algunos sectores, junto con una estrategia fiscal consistente en cubrir con deuda todo lo que se pueda y minimizar el ajuste de las cuentas públicas», indicó.
Sin embargo, advirtió que «este es un esquema de economía política para ganar la elección del 2017, pero no es sustentable para crecer en el mediano plazo».
De inmediato, Ramos lanzó un elogió al destacar que el proyecto de blanqueo y jubilaciones es un cambio de enfoque de la política económica, «porque se abandona la idea de que con la llegada del Gobierno llegaban las inversiones per se; ahora habrá más peso del consumo».
Diego Ferro, ejecutivo del fondo de inversión Greylock, indicó desde Nueva York que espera una recuperación «más en 2017 que en el segundo semestre de este año; pero no todo depende del Gobierno, sino de la confianza de los inversores: en la Argentina hubo un ajuste brutal pero necesario y, aunque las medidas son correctas se necesita una buena estrategia de comunicación para que la gente confíe».
Ferro aclaró que las oscilaciones en el mercado doméstico, «preocupan más a los tenedores de bonos con ley local, porque afuera nadie piensa que la Argentina pueda tener un default en los próximos cinco años».
Marcos Buscaglia, socio de Alberdi Partners, señaló que «antes del Brexit era más optimista por el precio de las materias primas, la proyección de la cosecha y porque Brasil se estaba estabilizando».
Pero el referéndum británico, «de corto plazo disminuye la demanda de activos de riesgo y baja el precio de esos activos; por lo tanto, hay que convertir esto en una oportunidad institucional, mostrando que la Argentina es un buen lugar para invertir», concluyó el ex economista jefe de Bank of America para la región.
Desde el Ministerio de Hacienda creen que, aunque haya causado un fuerte shock global, el Brexit no provocará problemas en el corto plazo en el plano local, porque el Gobierno ya tiene resuelto su programa financiero de este año. Y destacan que todas las semanas aumentan los anuncios de inversiones, que ya llegan a US$ 26.000 millones. Este clima, aseguran, se reflejó en una reunión privada que mantuvo el ministro Alfonso Prat-Gay en Nueva York el viernes último con importantes inversores, tras su disertación en el Consejo de las Américas.
Sin embargo, en el exterior también hay dudas. Mauro Roca, analista de Goldman Sachs, dijo que posiblemente el Gobierno pueda alcanzar la meta fiscal de este año del 4,8%, pero difícilmente pueda bajarlo 1,5% más el año próximo, en medio del proceso electoral de medio término. Tampoco, agregó en un informe, es factible pensar que vaya a eliminar el déficit en 2019, dado que, si bien redujo los subsidios al sector privado, al mismo tiempo redujo una serie de impuestos y avanzó en el proceso para pagar las sentencias a los jubilados.
Aunque el inicio del esperado segundo semestre ya está más cerca que nunca (este viernes es 1 de julio), todavía no hay síntomas de una recuperación económica de corto plazo.
La caída en la actividad económica y la producción industrial registrada por el estudio Ferreres, el estancamiento en la creación del empleo, reflejado en las cifras del Ministerio de Trabajo, y la inflación que se mantiene en el 44% anual, según el IPC porteño, no permiten alimentar el optimismo, al menos en el corto plazo.
Adrián Ramos, director en el grupo Bapro por Cambiemos, dijo a LA NACION que «la reactivación no llegará antes de fin de año, si no hay un problema en el medio, pero obligará a una inflación más alta que la esperada, porque hay un componente inercial, así que la meta del 2017 es incumplible».
Foto: Archivo
«Creo que el Gobierno seguirá atrasando el tipo de cambio, porque así mantiene la inflación a la baja y mejora la capacidad de compra de algunos sectores, junto con una estrategia fiscal consistente en cubrir con deuda todo lo que se pueda y minimizar el ajuste de las cuentas públicas», indicó.
Sin embargo, advirtió que «este es un esquema de economía política para ganar la elección del 2017, pero no es sustentable para crecer en el mediano plazo».
De inmediato, Ramos lanzó un elogió al destacar que el proyecto de blanqueo y jubilaciones es un cambio de enfoque de la política económica, «porque se abandona la idea de que con la llegada del Gobierno llegaban las inversiones per se; ahora habrá más peso del consumo».
Diego Ferro, ejecutivo del fondo de inversión Greylock, indicó desde Nueva York que espera una recuperación «más en 2017 que en el segundo semestre de este año; pero no todo depende del Gobierno, sino de la confianza de los inversores: en la Argentina hubo un ajuste brutal pero necesario y, aunque las medidas son correctas se necesita una buena estrategia de comunicación para que la gente confíe».
Ferro aclaró que las oscilaciones en el mercado doméstico, «preocupan más a los tenedores de bonos con ley local, porque afuera nadie piensa que la Argentina pueda tener un default en los próximos cinco años».
Marcos Buscaglia, socio de Alberdi Partners, señaló que «antes del Brexit era más optimista por el precio de las materias primas, la proyección de la cosecha y porque Brasil se estaba estabilizando».
Pero el referéndum británico, «de corto plazo disminuye la demanda de activos de riesgo y baja el precio de esos activos; por lo tanto, hay que convertir esto en una oportunidad institucional, mostrando que la Argentina es un buen lugar para invertir», concluyó el ex economista jefe de Bank of America para la región.
Desde el Ministerio de Hacienda creen que, aunque haya causado un fuerte shock global, el Brexit no provocará problemas en el corto plazo en el plano local, porque el Gobierno ya tiene resuelto su programa financiero de este año. Y destacan que todas las semanas aumentan los anuncios de inversiones, que ya llegan a US$ 26.000 millones. Este clima, aseguran, se reflejó en una reunión privada que mantuvo el ministro Alfonso Prat-Gay en Nueva York el viernes último con importantes inversores, tras su disertación en el Consejo de las Américas.
Sin embargo, en el exterior también hay dudas. Mauro Roca, analista de Goldman Sachs, dijo que posiblemente el Gobierno pueda alcanzar la meta fiscal de este año del 4,8%, pero difícilmente pueda bajarlo 1,5% más el año próximo, en medio del proceso electoral de medio término. Tampoco, agregó en un informe, es factible pensar que vaya a eliminar el déficit en 2019, dado que, si bien redujo los subsidios al sector privado, al mismo tiempo redujo una serie de impuestos y avanzó en el proceso para pagar las sentencias a los jubilados.